viernes, 28 de abril de 2006

Los Reyes, en el zoco de Doha

El Emir de Qatar y su esposa mostraron ayer a Don Juan Carlos y Doña Sofía el recién remodelado zoco de esta capital árabe. Algunos turistas identificaron a Sus Majestades
ALMUDENA MARTÍNEZ-FORNÉS ENVIADA ESPECIAL ABC

DOHA (QATAR). «Deberíamos haberlas esperado en el café», comentó en inglés el Emir de Qatar, Jamad bin Jalifa Al-Thani, a Su Majestad el Rey mientras ambos aguardaban pacientemente bajo un asfixiante calor en la puerta de una de las tiendas del zoco de Doha. Dentro, sus esposas, la Jequesa, Mouzah bint Nasser Al Missned, y Doña Sofía disfrutaban plenamente el momento de compras por uno de los zocos más selectos e interesantes de Oriente Próximo.

Faltaba poco para que cerraran las tiendas y, a esas alturas, habían desaparecido los grupos de turistas europeos que una hora antes invadían las callecitas del zoco y que se abalanzaron educadamente con sus cámaras para fotografiar a los dos matrimonios reales. Algunos, incluso, pudieron cruzar unas palabras con Don Juan Carlos y Doña Sofía. Otros, se limitaron a gritar un «¡Viva España!» o «¡Viva Mallorca!», que debía ser lo que conocían de nuestro país.

De cuando en cuando, el Emir describía entusiasmado al Rey algunos detalles de su proyecto de remodelación de este zoco, que está siendo reconstruido, por su deseo personal, con el mismo aspecto que tenía hasta principios del siglo XX. Es una de las pocas edificaciones tradicionales que quedan en Doha, donde las sencillas construcciones de antaño están siendo sustituidas a un ritmo frenético por modernos rascacielos. En estos momentos, hay unos 180 edificios de este tipo en construcción, así como cuatro grandes museos -uno de ellos, diseñado por Santiago Calatrava-, pero la obra más importante es el nuevo aeropuerto de Doha.

Como suele ocurrir en todas las parejas del mundo latino -y, en el árabe, también-, los hombres se cansaron mucho antes que las mujeres de ver los maravillosos tejidos y objetos artesanales que se exponían en las tiendecitas, así como de oler las penetrantes especias orientales. Pero en el bazar de Doha hay muchos más detalles que llaman la atención, como la tienda de halcones adiestrados para la cetrería, que se venden junto a fabulosos transportines de seda bordada para su traslado. Y es que los qataríes, nómadas del desierto hasta hace unas pocas décadas, tienen una gran cultura de halcones y de caballos de pura sangre árabe, a los que ahora guardan en establos con aire acondicionado.

Doña Sofía vencía el calor con un abanico a juego con su alegre traje de chaqueta rojo y blanco, mientras que la Jequesa, cubierta de negro desde la cabeza hasta los pies, parecía más acostumbrada a esas temperaturas. Y también a los altos tacones, ya que llevaba unas sandalias con plataforma que la elevaban varios centímetros.

Concluidas las compras, los dos matrimonios reales abandonaron el zoco para mantener un almuerzo en privado, tras el cual Don Juan Carlos y Doña Sofía regresaron a Madrid. En los trayectos, los Reyes pudieron observar el vertiginoso cambio que ha experimentado esta ciudad, no sólo desde su anterior viaje, en 2003, sino desde la primera visita de Estado, que realizaron en 1980.

No hay comentarios: