miércoles, 27 de junio de 2012

Histórico encuentro entre Isabel II y el Sinn Féin en favor de la paz



Belfast (R.Unido). (Efe).- En la última jornada de su visita de dos días a Irlanda del Norte, la reina Isabel II de Inglaterra mantiene hoy un histórico encuentro con el viceministro principal norirlandés, el excomandante del ya inactivo IRA Martin McGuinness.

El esperado cara a cara con el número dos del Sinn Féin, antiguo brazo político del Ejército Republicano Irlandés (IRA), tendrá lugar durante una recepción en honor de la soberana organizada en Belfast por Co-operation Ireland. Al acto asistirá el ministro principal del Gobierno de poder compartido, el unionista Peter Robinson, así como el presidente de la República de Irlanda, Michael D. Higgins, miembro honorífico de la citada organización benéfica, dedicada desde 1979 a tender puentes entre las comunidades enfrentadas en la provincia británica.

El encuentro transcurrirá a puerta cerrada y en ausencia de los medios de comunicación, pero se espera que se haga pública después una fotografía del histórico apretón de manos entre la monarca y el dirigente republicano. La decisión final corre a cargo del palacio de Buckingham, pero el Sinn Féin ya ha indicado que no tiene inconveniente alguno en que se divulgue una instantánea que nadie había imaginado hace apenas 15 años, al comienzo del proceso de paz en la región.

Durante las últimas semanas, el entorno del antiguo brazo político del IRA había puesto en duda, primero, el encuentro mismo, y, después, la publicación de la fotografía, maniobras destinadas a resaltar la importancia del gesto que, sin duda, iba a producirse, y minimizar el error de juicio cometido durante la visita de Isabel II a la República de Irlanda el pasado año, la primera de una soberana británica desde la independencia del país en 1921.

Para un partido que aspira a convertirse en la principal fuerza política de la isla (las encuestas ya le sitúan como el segundo más popular en la República), el cálido recibimiento de la mayoría de la ciudadanía dejó fuera de juego al Sinn Féin por su oposición a la presencia de la reina. La ocasión es ahora perfecta para corregir el rumbo y, en palabras de McGuinness, para llevar la reconciliación nacional y el proceso de paz a una "nueva fase". El Sinn Féin ha insistido, no obstante, en que la decisión del partido refleja la "magnánima" actitud de las familias de los republicanos muertos a manos de las fuerzas de seguridad británicas, entre ellas su Ejército, del que la reina es comandante en jefe.

También para Isabel II la reunión con McGuinness se convertirá en una prueba de carácter, pues la situará ante uno de los dirigentes del grupo paramilitar responsable del asesinato de unas 2.000 personas durante casi 40 años de conflicto armado, entre ellas el de lord Mountbatten en 1979, primo de la monarca y tío favorito del príncipe Carlos. La reina concluirá la jornada asistiendo a una fiesta multitudinaria en el castillo de Stormont, sede del Parlamento norirlandés, a la que se espera que asistan unas 20.000 personas para celebrar sus 60 años en el trono, el llamado Jubileo de Diamantes.

El Big Ben rebautizado como Elizabeth Tower



El Mundo

La torre del Big Ben, uno de los iconos de Londres, va a ser rebautizada 'Torre de Isabel', en honor a los 60 años de reinado de la soberana, según ha anunciado este martes la Cámara de los Comunes.

Llamada oficialmente la Torre del Reloj (al menos hasta ahora), esta construcción de 96 metros de altura, edificada en 1859, domina el palacio de Westminster que aloja las dos cámaras del Parlamento británico. Sin embargo, es más conocida como Big Ben, a pesar de que este nombre designa en realidad la enorme campana de 13,7 toneladas alojado en su parte superior.

Tras una petición de parlamentarios, deseosos de rendir homenaje a la reina con motivo de su jubileo de diamantes, la Comisión de la Cámara de los Comunes (la instancia encargada de la administración de la cámara) ha avalado el cambio de nombre.

"La Comisión de la Cámara de los Comunes celebra la propuesta de rebautizar la Torre del Reloj como 'Torre de Isabel', en honor del jubileo de diamantes de su Majestad y hará que esta decisión se adopte a su debido tiempo", indica esta instancia en un comunicado.

De todos modos, los parlamentarios han aceptado la idea de que la torre, que marcha cada hora con un característico 'dong', mantenga su apodo familiar de Big Ben.

Este honor recuerda al reconocimiento que se le dio a la reina Victoria. El primer rey británico que celebró sus 60 años de reinado en 1897 dio su nombre a la otra torre del Parlamento. Sólo Isabel II ha alcanzado aquel récord.

La suerte del Big Ben preocupa a los parlamentarios, pues la torre se inclina cada vez más. Sin embargo, los expertos consideran que no existe ningún riesgo inmediato y que harán falta 10.000 años para que su inclinación sea igual a la de la torre de Pisa.

Dos teorías se utilizan para explicar el apodo Big Ben. Según la más plausible, hace referencia a Benjamin Hall, el ingeniero cuyo nombre aparece inscrito en la campana. Otros afirman que es una alusión a Ben Caunt, un campeón de boxeo de mediados del siglo XIX.

viernes, 22 de junio de 2012

El Príncipe: «España es un país con un alcance universal»

El Príncipe de Asturias ha cerrado su visita de un día a Boston con una conferencia en la prestigiosa Universidad de Harvard sobre los fuertes vínculos de España con el continente americano y el potencial cultural, político y económico de esa relación.

Antes de dirigirse de nuevo a Nueva York, donde se desarrolla el grueso de su vista a Estados Unidos, Don Felipe y Doña Leticia tuvieron tiempo de visitar a primera hora de la mañana en Boston la feria biotecnológica más importante del mundo, 'Bio 2012', que cuenta con una importante presencia de empresas españolas.

Tras almorzar en la Universidad de Harvard, la más antigua de los Estados Unidos, el heredero de la Corona de España ha pronunciado una conferencia en la Kennedy School of Government del mismo centro educativo, uno de los foros más prestigiosos del país norteamericano y visitado a menudo por mandatarios de todo el mundo.

En el discurso, ha asegurado que "sin duda, España es una nación americana" y ha recordado que también el continente de norte a sur comparte una identidad marcada por España y "sigue siendo profundamente hispano".

El Príncipe de Asturias ha rememorado el papel de España en la historia de Estados Unidos y ha señalado que ambos países "pueden trabajar juntos en todas las Américas por el beneficio de todas las sociedades en esta región y para el nuestro propio".

Acompañado en la sala por su esposa, Doña Leticia, el Príncipe ha bromeado señalando que pese a ser un modesto graduado de la Universidad de Georgetown, en Washington, agradecía la oportunidad de poder dar su discurso en tan prestigioso centro.
La importancia del español

El Príncipe ha repasado la impronta de España en Estados Unidos, al recordar, por ejemplo, que militares españoles contribuyeron a la independencia estadounidense o que la Constitución del 1812 de Cádiz estuvo vigente en territorios que hoy son estados de la Unión. "Veo a España no solo como un país europeo, americano y mediterráneo, sino preferiblemente uno con un alcance universal", ha resumido Don Felipe, tras enumerar la influencia española desde "el ártico canadiense al Cabo de Hornos" a nivel "histórico, cultural, lingüístico, geopolítico y económico".

Don Felipe ha puesto el énfasis en la importancia del español en Estados Unidos, hablado por 50 millones de hispanos, una comunidad que ha recordado que está en crecimiento y se sitúa por delante de España en número de hispanohablantes.

A nivel mundial, ha señalado que el español es la segunda lengua más hablada tras el chino y por delante del inglés, al ser utilizada por 500 millones de personas, especialmente en el continente americano, por lo que "el español es esencialmente un idioma americano".

El Príncipe de Asturias ha recordado que el idioma de Cervantes es compartido por más de 20 países, lo que "nos permite multiplicar el valor de nuestras transacciones comerciales" y ser un instrumento de una importante industria editorial y audiovisual.
Lazos comerciales

Don Felipe ha subrayado que "la monarquía española se mantiene profundamente comprometida con la causa de la democracia en toda Latinoamérica" y en la mejora económica y el bienestar de la región.

En cuanto a la evolución reciente de Latinoamérica, Don Felipe ha apuntado que la crisis financiera de 2008 ha tenido como efecto que la economía del subcontinente se haya vuelto "más dinámica", y recordó que el 50% de la inversión extranjera en la región tiene origen en España.

El heredero de la Corona ha resaltado que también Latinoamérica ha sido clave para la diversificación de la economía española, gracias a que "compañías españolas de todos los sectores decidieron invertir en Latinoamérica cuando aún no era evidente que la región despegaría económicamente". "Hoy, (Latinoamérica) es una región llena de promesas donde algunas de su más prosperas naciones se han convertido en líderes globales y España está comprensiblemente orgullosa y honrada de haber contribuido en alguna medida a ese progreso", ha remarcado el Príncipe.

Tras su breve paso por Boston, donde los Príncipes han saludado y departido con empresarios, estudiantes y hasta con viandantes, la comitiva regresa a Nueva York, donde mañana visitarán una escuela de primaria y cerrarán su gira el sábado tras participar en el XVII Foro España-Estados Unidos.

miércoles, 6 de junio de 2012

Final de los multitudinadinarios festejos por el Jubileo de Diamante



Londres (Efe).- Sin la presencia de su esposo, el duque de Edimburgo, la reina Isabel II de Inglaterra puso hoy fin a los multitudinarios festejos por su Jubileo de Diamantes con un saludo desde el balcón del palacio de Buckingham ante un abarrotado Mall.

La soberana británica, de 86 años, culminó hoy cuatro días de multitudinarias celebraciones en todo el país para festejar sus seis décadas en el trono británico. Más sonriente que ayer y entre el afecto popular, la soberana acudió a los actos de hoy sin la compañía de su esposo, el príncipe Felipe, que ayer fue hospitalizado por una infección de vejiga y seguirá varios días ingresado.

Muchos miles de ciudadanos se agolparon en el Mall, el paseo que une Buckingham con Whitehall, y no cesaron de vitorear a su reina durante los minutos que duró su saludo pese a la ligera lluvia, que finalmente no impidió la celebración de un desfile aéreo de las Fuerzas Aéreas Británicas.

Isabel II arrancó la última jornada festiva con un servicio religioso celebrado en la catedral de San Pablo, donde el arzobispo de Inglaterra, Rowan Williams, pronunció un sermón en el que le rindió tributo por toda una vida dedicada al servicio del país y de la Commonwealth.

Tras el acto religioso, la reina acudió a una recepción en Mansion House, seguida de un almuerzo en Westminster Hall, sede del Parlamento británico.
Después de esa comida se celebró una procesión en carroza por el centro de Londres, en la que Isabel II estuvo sentada al lado de la duquesa de Cornualles y el príncipe Carlos de Inglaterra, a falta de su esposo, y fue constantemente arropada por los británicos que la esperaban desde hacía horas en las calles.

El colofón a estos cuatro días de festejos multitudinarios se llevó a cabo desde el balcón del palacio de Buckingham, desde el que la reina saludó a la multitud de ciudadanos que, a esa hora, tuvieron que sacar los paraguas y cantaron en varias ocasiones el himno "Dios salve a la Reina".

En el balcón acompañaron a la soberana su hijo, el príncipe Carlos, y su esposa, Camilla, duquesa de Cornualles; sus nietos, los príncipes Guillermo y Enrique, y la duquesa de Cambridge, muy sonriente y ataviada con un elegante vestido en tono salmón, con un tocado a juego.

Galería fotográfica

Mensaje de agradecimiento de la Reina

martes, 5 de junio de 2012

El Rey: 'Sin solidaridad el proyecto político europeo no podrá sobrevivir'

[foto de la noticia]

El Mundo

El Rey afirmó hoy que su país posiblemente vive "el momento más difícil de la crisis" pero "las cosas han empezado a mejorar", y advirtió de que Europa requiere austeridad y disciplina, pero, para salvar su proyecto político, necesitará además solidaridad y crecimiento.

En un brindis antes del almuerzo de trabajo que ofreció en su honor en el Palacio de La Moneda el presidente chileno, Sebastián Piñera, el monarca argumentó que el problema de Europa no es económico, sino político, porque los inversores dudan de la voluntad de los europeos de "seguir juntos" y defender su moneda común. Según resumió, la solución debe ser también política: "más Europa, no menos Europa".

"Europa requiere austeridad y disciplina; pero la austeridad por sí sola no salvará a Europa", subrayó Don Juan Carlos, antes de añadir: "Se necesita además solidaridad para hacer soportables las cargas financieras que hoy abruman a algunos de nuestros países".

"Sin solidaridad es posible que el proyecto económico europeo pueda sobrevivir; lo que no podrá sobrevivir será el proyecto político europeo", precisó el Rey.

Según el monarca, "se necesita también crecimiento, para dar trabajo a nuestros conciudadanos y mantener el modelo social que hemos construido a lo largo de los últimos años".

Por tanto, de acuerdo con el análisis del Rey, los tres pilares sobre los que debe asentarse el proyecto europeo son "austeridad, sostenibilidad de las finanzas públicas y crecimiento económico".

En este contexto, Don Juan Carlos se refirió a los efectos de las turbulencias económicas sobre España y señaló al respecto: "es posible que estemos en el momento más difícil de la crisis, en el momento más doloroso del tratamiento al que hemos tenido que someternos", un tratamiento "absolutamente necesario para recuperar la salud perdida y retomar la senda del crecimiento".

Tras recordar que el Gobierno español ha emprendido unos ajustes presupuestarios "sin precedentes", unas reformas estructurales "de gran calado" y un saneamiento del sistema financiero "que ha sufrido en carne propia la dureza de la crisis", el rey proclamó: "Las cosas han empezado a mejorar".

Para respaldar su afirmación, recalcó que ahora, en España, las cuentas públicas "están mucho más saneadas que hace un año", la balanza con el exterior "más equilibrada" y el país ha empezado a "recuperar la competitividad perdida".

God save The Queen

La música también rinde homenaje a Isabel II





Londres. (EFE).- Un espectacular concierto, con músicos de varias generaciones y medio millón de asistentes en las calles de Londres, celebró hoy los 60 años en el trono de Isabel II, pese a la repentina hospitalización de su esposo, el duque de Edimburgo.
Rock,soul, opera, y, sobre todo, mucho pop completaron uno de los eventos más lucidos de las celebraciones del Jubileo de Diamantes, que han quedado un tanto empañadas con el ingreso hoy en un hospital del príncipe Felipe, marido de la soberana, debido a una infección de vejiga.
Isabel II llegó sola a la tribuna de personalidades, que compartía con números miembros de su familia, con capa y entre la ovación de los asistentes, una hora y media después de que comenzara el espectáculo en el que participaron músicos como Paul McCartney, Elton John y Kylie Minogue.
El carismático Robbie Williams abrió un concierto de más de tres horas, durante las cuales el público no dejó de ondear banderas británicas, y que supuso un repaso por la seis últimas décadas de la música anglosajona.
Además de los 10.000 afortunados que consiguieron entradas gratuitas a través de un sorteo, alrededor de medio millón de personas siguieron el concierto por pantallas gigantes en las abarrotadas inmediaciones del Palacio.
El buen tiempo, tras dos días de lluvia, y la música ayudaron a dar brillo a un auténtico festival patriótico que volvió teñir Londres de rojo y azul, los colores de la "Union jack" que estaban presentes en sombreros, camisetas, gafas, caras e incluso las uñas de algunos asistentes.
Uno de los grandes momentos de la noche fue cuando se interpretó, instantes después de la llegada de Isabel II, la canción Sing (Canta) compuesta especialmente para la ocasión por el compositor de musicales Andrew Lloyd Webber y el exmiembro de Take That Gary Barlow y que sido grabado por 200 personas de todos los países de la Commonwealth.
El Palacio de Buckingham, delante del que se había instalado el escenario, fue incluido en el concierto con una actuación desde el balcón de los cantantes de ópera Alfie Boela y Renée Fleming, que interpretaron el clásico Somewhere.
Además, en otro de los grandes momentos de la noche, la banda de pop ska de los 80 Madness tocó su famosa canción Our House (Nuestra casa) en lo alto del tejado del palacio, residencia de la Reina, mientras se hacían proyecciones en su fachada.
El cantante will.i.am actuó acompañado de la cantante Jessy J a los que siguieron la boyband JLS, y el cantautor Ed Sheeran, que fueron los que protagonizaron la parte más actual y joven de un concierto heterogéneo y con poca unidad musical.
Sir Cliff Richard, de 71 años y vestido de rosa palo y corbata de lentejuelas doradas, hizo una de las aportación más nostálgicas de la noche con canciones suyas de principios de los 60 como Congratulations.
Las grandes damas del pop estuvieron representadas por Grace Jones, que consiguió mantener con 64 años un hulahop en su cintura durante su canción Slave To The Rhythm y Annie Lennox, que apareció en el escenario con alas de ángel.
Elton John, sentado al piano y con una americana de lentejuelas fucsia, interpretó algunos de sus grandes éxitos como I'm Still Standing y felicitó efusivamente a Isabel II.
El cantante estadounidense Stevei Wonder, uno de los pocos que no era británico, cantó "Estamos celebrando el Jubileo de Diamantes", un momento especialmente aplaudido, incluido por la Reina, que fue homenajeada por muchos de los artistas que pasaron por el escenario entre el entusiasmo del público.
Durante el variopinto concierto también hubo concesiones a la música clásica, quizá en honor a la soberana de 86 años, aunque en esos momentos no estaba presente, como cuando actuó el pianista chino Lang Lang.
La actuación de Paul McCartney, que le dedicó el tema de los Beatles All my Loving a Isabel II, puso el broche final al homenaje musical para la única reina que han conocido la mayoría los británicos.
Tras finalizar las actuaciones, la soberana subió al escenario, en medio de una enorme ovación, acompañada de su hijo el príncipe Carlos, que la llamó "mami" y que quiso recordar a su padre, el duque de Edimburgo, algo que desató de nuevo los aplausos de los asistentes.
Como no podía ser de otra manera, todos los artistas que participaron en el espectáculo volvieron a salir al escenario para cantar junto a la soberana el Dios salve a la Reina, lo que dio paso a unos espectaculares fuegos artificiales.
Después de todo ello, Isabel II prendió una llama de seis metros, la última de una cadena fuego que se ha encendido hoy en honor a su Jubileo de Diamantes alrededor del mundo.

lunes, 4 de junio de 2012

Homenaje a la Reina en el Támesis




Londres. (EFE).- Arropada por más de un millón de personas que se agolpaban a las orillas del río Támesis, la reina Isabel II presidió hoy un espectacular e histórico desfile de mil barcos para conmemorar sus 60 años en el trono.

A pesar de la persistente lluvia y unas temperaturas invernales, los londinenses se lanzaron a las calles para ser testigos del mayor espectáculo naval del país en los último 350 años, que representó el plato fuerte de las celebraciones de cuatro días del Jubileo de Diamantes.

El desfile por el Támesis de mil góndolas, veleros, traineras, barcos militares, lanchas y embarcaciones de recreo pretendió rememorar los grandes acontecimientos fluviales del pasado inmortalizados por el pintor Canaletto en el siglo XVIII.

Una demostración de la grandeza y la pompa de la familia real más famosa del mundo que goza en estos momentos de unos niveles de popularidad históricos, gracias al poyo y las simpatías que genera Isabel II, de 86 años, la única monarca que han conocido la mayoría de los británicos.

La soberana, vestida de blanco para contrastar con el azul y rojo de la bandera británica, recorrió el Támesis acompañada de su familia en una barcaza, haciendo frente al mal tiempo que no mitigó el entusiasmo popular y pese al cual exhibió en varias ocasiones su sonrisa.

Un recorrido fluvial de once kilómetros en el que Isabel II se tuvo que cubrir con un chal y en el que no se sentó en ningún momento a pesar de que en la cubierta del "Spirit of Chartwell", adornado con 10.000 flores de los jardines reales, se habían instalado dos tronos cubiertos por un dosel dorado.

Isabel II fue acompañada en la embarcación por su marido, el duque de Edimburgo, el príncipe Carlos y Camilla, el príncipe Enrique y los duques de Cambridge, Guillermo y la sonriente Catalina, que aportó la nota de color en el vestuario con un conjunto rojo de Alexader McQueen con sombrero a juego.

Los edificios al borde del Tamesis se sumaron a la fiesta: el National Theatre escenificó una escena de su obra "War Horse" -con lo que la Reina, amante de los caballos, disfrutó especialmente- y sonó la música de James Bond al pasar ante la sede de los servicios secretos británicos.

Tras terminar su recorrido de más de hora y media, Isabel II presenció el resto del desfile de tres horas desde la cubierta de su embarcación junto al puente de la Torre, que se abrió para la ocasión.

El broche final lo pusieron la Orquesta Filarmónica de Londres y su coro que desde una embarcación, bajo una lluvia torrencial, interpretaron el himno "Dios salve a la Reina" y unos fuegos artificiales lanzados desde el Puente de la Torre, poco antes de que se volviese a cerrar.

La histórica procesión fluvial, la que más barcos ha congregado en el mundo según el Libro Guinness de los récords, quedó un tanto deslucida por una lluvia que en un principio dio una tregua, pero se intensificó según pasaron las horas.

Fue un evento meticulosamente preparado durante dos años, por su complejidad organizativa, especialmente desde el punto de vista de la seguridad y que tuvo un coste de doce millones de libras (14,8 millones de euros).

Una cantidad recaudada a través de donaciones privadas aunque el coste del despliegue de seguridad, que incluyó 20 embarcaciones de rescate marítimo, corrió a cargo de las arcas públicas.

Especialmente laborioso fue la transformación de "Spirit of Chartwell", un barco de recreo utilizado normalmente para transportar turistas, que fue adaptado y decorado en rojo, dorado y púrpura al estilo de las embarcaciones fluviales de los siglos XVII y XVIII para transportar a la familia real.

Además de los Windsor, 20.000 personas viajaron en los barcos, entre ellos políticos, personalidades del mundo del espectáculo y el deporte del Reino Unido, autoridades de los países de la Commonwealth y los Middleton, familia política del príncipe Guillermo, nieto de la soberana.

Pero no solo las orillas del río fueron el escenario del gran festival de furor monárquico que vivió hoy el Reino Unido, pues millones de británicos brindaron en miles de fiestas por todos los rincones del país en honor a la longeva soberana.

Desde las tierras altas del norte de Escocia a las calles de Belfast, pasando por los conservadores condados del sur de Inglaterra, las banderas británicas empapelaron las calles donde se celebraron los almuerzos conmemorativos.


Vídeo del homenaje en la BBC

Narración de The Daily Telegraph

Fotografías oficiales en Flick

Galería fotográfica de The Daily Telegraph

viernes, 1 de junio de 2012

Mi mamá, la reina




El príncipe Carlos ha querido homenajear a su madre la reina Isabel II con motivo de su 60 aniversario en el trono de una manera muy personal. El príncipe ha compartido en la televisión británica vídeos de su infancia en los que ha recordado aquellos años junto a su hermana Ana y sus padres.

En el reportaje, que será emitido esta noche en la BBC, se puede ver a los niños jugando con su madre mientras el duque de Edimburgo les graba con una cámara. Los recuerdos del príncipe Carlos también pasan por momentos más personales.

Así recuerda como "mamá", siendo él un niño de sólo cuatro años, ensayaba con la pesada corona (2,2 kg) de San Eduardo días antes de su coronación. "Recuerdo a mi mamá que venía a bañarnos llevando la corona. Fue muy divertido", dice.

En las grabaciones, tomadas con una cámara privada, se ve a la monarca ensayando por los pasillos escenas de su coronación en 1953, mientras Carlos de Inglaterra, ahora con 59 años, destaca, el "aplomo" y la "gracia natural" de su madre.

También se pueden contemplar momentos de las vacaciones en familia como aquel en el que el príncipe y su hermana Ana aparecen enterrados en la arena de la playa de Holkham Beach. "Mi mamá se siente muy orgullosa de su familia, de haber sido una madre joven en el inicio de su reinado", dice el príncipe, mientras se van sucediendo las imágenes.

"El Jubileo de Diamante nos da la oportunidad de celebrar con orgullo todo lo que la reina significa para nosotros, ya sea como nación o como uno de sus hijos", añade.

Resumen del vídeo

Otros vídeos de interés:

Especial de la BBC

Los cambios de la Reina de 1952 a 2012