lunes, 30 de octubre de 2006

Fotos oficiales de la Infanta Leonor

Tres fotos de la Infanta Leonor con sus padres, los Príncipes de Asturias, han sido hechas públicas por la Casa del Rey en su página web con motivo del primer aniversario de la pequeña que nació el 31 de octubre de 2005, y que apagará su primera vela de cumpleaños acompañada de sus primos. La fiesta será privada y familiar, informó un portavoz de la Casa del Rey, como acostumbra la Familia Real a conmemorar los aniversarios de sus nacimientos, si bien, como ha sido habitual en anteriores cumpleaños de los dos hijos de la Infanta Elena y los cuatro de Doña Cristina podría asistir la Reina. Tampoco se descarta la presencia del Rey.
En la primera de las fotos los tres posan vestidos formalmente en la sala de audiencias del Palacio de la Zarzuela para la cámara de Santiago Borja, que inmortaliza así las instantáneas oficiales del primer cumpleaños de la primogénita de los Príncipes de Asturias y que aparecen en la portada de la página web de la Casa Real, desde última hora de la tarde de hoy. La pequeña Leonor que, de acuerdo con las palabras de su padre, está casi a punto de andar sola y ya dice claramente la palabra "agua", aunque "papa" y "mama" parece costarle un poco más, lleva un vestido blanco y un adorno en su pelo rubio y corto, mientras mira con seriedad a la cámara.
Sus padres, sentados junto a ella y tomándole las manos, han optado también por indumentarias formales para esta primera foto. Doña Letizia viste un sastre blanco -en las otras fotos madre e hija van también a juego en el color, en ese caso el rojo- con un collar de perlas de varias vueltas, un adorno poco habitual en la Princesa de Asturias. Don Felipe lleva un traje de chaqueta azul grisáceo, camisa a rayas en tonos claros y corbata roja con adornos azulones. Los progenitores se muestran risueños y orgullosos de la pequeña.
 
Casa Real / Borja
 
Una amplia sonrisa aparece en el semblante de la Infanta Leonor en una de las otras dos fotos, mucho más informales, que han sido tomadas en los jardines del entorno del monte de El Pardo en donde está su residencia en las inmediaciones del Palacio de la Zarzuela. La niña, divertida y simpática, está entre sus padres. Doña Letizia, a la izquierda de la foto y también sonriente, la sostiene en brazos, mientras que su esposo sujeta a su hija desde el otro lado, con semblante feliz y vestido informalmente. La Infanta Leonor lleva un vestido de "siempre" en rojo y blanco, que acompaña con una rebeca del primer color, a juego con sus leotardos y con la chaqueta de su madre, que ésta combina con una blusa blanca, en contraste con el jersey negro de cuello alto bajo una americana de sport de Don Felipe.
 
Casa Real / Borja
 
En la tercera fotografía aparecen nuevamente los tres con la misma indumentaria que en la anterior, pero en un banco del jardín. Leonor está de pie entre los dos, que se encuentran sentados para estar a su altura, mientras la sujetan con sus manos.
 
Fotos: Casa Real / Borja

Leonor, su primer año

domingo, 29 de octubre de 2006

Leonor soplará una vela

La hija de los príncipes de Asturias cumple el martes un año y ya da sus primeros pasos
La infanta recibirá una formación multidisciplinar y, si es necesaria, militar
 
 
MÁBEL GALAZ  -  EL PAÍS
 
El martes habrá una pequeña fiesta familiar en la residencia de los príncipes de Asturias en la que la infanta Leonor soplará su primera vela. El día antes, la Casa del Rey distribuirá a los medios de comunicación tres fotos de la niña con motivo de su cumpleaños. Estos retratos son los que ponen de manifiesto que se trata del cumpleaños de la heredera del heredero y que por eso la celebración tiene también una faceta institucional.

Pero salvo estas excepciones puntuales, el primer año de vida de la primera hija de don Felipe y doña Letizia se asemeja en lo cotidiano a la de cualquier bebé.

Las informaciones que facilita la Casa del Rey sobre la pequeña son escasas. "No hay mucho que contar. Está empezando a hablar y ya da sus primeros pasos". El príncipe Felipe en sus últimos actos ha concretado que su hija balbucea "papá y mamá" y que la palabra más clara que pronuncia es "agua". A su abuelo, el Rey, parece que le llama algo parecido a "ababa".

Leonor en las últimas semanas además de gatear a toda velocidad por los pasillos del palacio de la Zarzuela da sus primeros pasos ayudada por sus padres. "Si la cogen de las manos ya camina. Está claro que se soltará ella sola rápidamente", cuentan amigos de los Príncipes.

La crianza de la infanta, séptimo nieto de los reyes de España, y segunda en la línea de sucesión al trono, es normal. "No nos ha dado ni una sola mala noche y apenas ha tenido un catarro desde que nació", ha explicado el orgulloso padre.

Aun así la salud de la pequeña ha sido objeto de todo tipo de conjeturas, "todas infundadas", según se resalta desde la Casa del Rey. "De esta niña se ha dicho de todo: que si era sorda, que si estaba enferma. Barbaridades", dice un portavoz.

La reina Sofía, conocedora de los rumores, en algunas sesiones de fotos de este verano en Palma de Mallorca llamó por su nombre a la pequeña, quien rápidamente volvió la mirada hacia su abuela.

La pequeña mancha que tiene en el orificio nasal derecho también ha sido objeto de diferentes especulaciones. La versión oficial es que se trata de un angioma, algo muy normal en los bebés, que desaparece por sí solo.

Quien más ha sufrido en silencio todos los infundios que se han dicho de la infanta Leonor en estos sus primeros 12 meses de vida ha sido la Princesa.

Doña Letizia es una madre protectora en extremo, que se preocupa tanto de la vida cotidiana de la pequeña como de lo que se dice de ella.

Leonor tiene una niñera, pero si la Princesa está en casa es ella quien se ocupa de darle de comer, de bañarla y de jugar con ella. Quienes trabajan en el palacio de la Zarzuela cuentan que es habitual ver a doña Letizia empujando el coche de Leonor por los jardines o llevándola en brazos a visitar a los Reyes, a quienes ve casi todos los días.

Doña Letizia también acostumbra a ir con su hija de vez en cuando a las oficinas de palacio para que todos conozcan a la niña.

Los Príncipes de momento no han pensado que Leonor vaya a una guardería. "Es muy pequeña", ha dicho don Felipe. Tampoco han decidido a qué colegio irá. Pero sí parece que su formación se desarrollará en un colegio privado como ocurrió con el Príncipe, que estudió en el Rosales.

Cuando Leonor comience a hablar con soltura empezarán a enseñarle inglés y, luego, francés. "Su formación será la necesaria para el papel que tiene que desempeñar. Será probablemente una enseñanza multidisciplinar", dice un portavoz de la Casa del Rey. También se contempla la posibilidad de que Leonor reciba formación militar cuando tenga 18 años si ella es la llamada a reinar. "Pero todavía falta mucho", advierten en palacio.

De momento, a Leonor le encantan los cuentos que le lee su madre, empeñada en que desde pequeña se aficione a la literatura como ella. Su primer gran cambio llegará en primavera cuando deje de ser hija única.

Primer aniversario de la Infanta Leonor

EL PROXIMO día 31 Leonor cumple su primer año. Su salud es perfecta en contra de las maledicencias propaladas. Superada la obsesión por la manchita, los padres tienen ahora una duda: ¿a qué guardería la llevarán para que esté en contacto con otros pequeños? Quizás a la de la Guardia Real
CONSUELO FONT - EL MUNDO

Dentro de muy pocos días, el 31 de octubre, Leonor de Borbón cumplirá su primer año de vida. Y, según afirma un miembro del círculo de los Príncipes, ha tenido de su madre el mejor regalo que le podía hacer: el hermano o hermana que está en camino.


No sólo porque el hecho de vivir en Zarzuela, rodeada del Monte de El Pardo, no facilita a la pequeña el contacto con otros niños. Sobre todo porque la enorme expectación mediática que ha generado su corta existencia, ha provocado en la Princesa Letizia bastante tensión, especialmente en sus primeros seis meses de vida. «Letizia, que está loca con su hija, como el Príncipe, es una madre demasiado protectora. Al contrario que Felipe, que sabiendo que la cría está bien, es más relajado, ella da excesiva importancia a todo lo relacionado con la niña», apunta dicha fuente, que explica: «Puede que la razón sea la gran presión que ha sentido la Princesa al tener que conjugar su papel oficial con su nueva faceta de madre primeriza. Sabe que su hija está también en el punto de mira. En un comprensible afán de protegerla de las maledicencias que sobre ella se han vertido, ha puesto un muro de silencio, convirtiendo casi en secreto de Estado todo lo relacionado con la niña».

Cierto es que sobre Doña Letizia han circulado todo tipo de dimes y diretes, como anorexia, abortos, ligaduras de trompas, o fecundación in vitro. Que, lejos de detenerse cuando nació Leonor, arrecieron, llegando a afirmarse que madre e hija estuvieron al borde de la muerte en el parto. Posteriormente, la artillería se dirigió a la niña, pasándose a hablar de un rosario de supuestas taras, siendo la más insistente que podía ser sordomuda.

Algo que nada tiene que ver con la realidad. Recientemente, el Príncipe Felipe, quien lleva en su cartera fotos de su hija que muestra con orgullo, comentaba: «duerme muy bien, come estupendamente y no ha tenido ni un catarro».

Las palabras del progenitor las corroboran fuentes médicas cercanas consultadas por CRONICA. «Es una niña tranquila, rara vez llora, ni siquiera cuando se la somete a la puntual revisión pediátrica, en que la mayoría de los bebés rompen a llorar. Ha tenido a lo largo de este año una talla, un peso y un desarrollo acorde con los parámetros usuales. También su alimentación se ha desarrollado bien, y en consecuencia no es un bebé ni gordo ni delgado. En resumen, es una niña sana».

Algo de lo que han sido testigos los médicos que atienden a la pequeña, habitualmente en un saloncito de la casa del Príncipe. El pediatra de la Infanta es Fernando Mar, jefe del servicio de neonatología de la Clínica Ruber Internacional, donde nació la niña, y también jefe de la UCI de neonatos del hospital Doce de Octubre. Un prestigioso profesional que, según revela un compañero suyo, está barajando dejar su cargo en este hospital, lo que le permitiría dedicarse full time al servicio de los Príncipes. Mar ha sido secundado en la atención de Leonor por Miguel Tapia, un militar miembro del equipo médico de Zarzuela, que ejerce como médico de cabecera de la Reina y la Princesa Letizia.

Saber que su hija se criaba bien no contribuyó a que Letizia se relajara del todo. La prueba es que la única mácula de Leonor, que fue ese angioma que le salió en su nariz al mes de su nacimiento, la trajo de cabeza. Según las fuentes médicas citadas, «es una manchita benigna y muy corriente, sale a uno de cada siete bebés. No requiere intervención quirúrgica, ni siquiera tratamiento con láser, porque en dos o tres años desaparece por si sola».

Letizia dio una importancia desmesurada no a la mancha, sino a lo que pudiera decirse sobre ello. Sobre todo cuando se publicó en una revista del corazón que Leonor iba a ser operada, cosa incierta. «Estaba obsesionada por la discreción, no quería que se supiese nada», dicen.

Parece que en Zarzuela, para acallar maledicencias, se valoró hacer un comunicado negando la noticia de la operación, pero la Princesa lo descartó. El temor a que se sobredimensionara esta cuestión contribuyó a que en sus primeros meses, Leonor apareciera fotografiada en contadas ocasiones. Tampoco se ha sabido nada, ni oficial ni oficioso, de su corta existencia: cómo es su cuarto, quién la cuidaba o por donde paseaba. El secretismo desató los rumores, que culminaron con el bulo de la sordomudez.

No fueron momentos fáciles aquellos. Muchas veces, a los médicos que visitan a la pequeña se les recogía en sus casas en coches de Zarzuela con los cristales ahumados. Nadie, así, podía saber si iban médicos a ver a la niña.

En vacaciones, aprovechando que en Mallorca la Familia Real está más accesible, la estrategia cambió radicalmente, convirtiéndose la pequeña Leonor en la reina del verano. Acaparó muchas portadas y se colocó como el décimo personaje más popular en este país, por encima incluso de su abuelo, el Rey.

Hoy la Infanta está dando sus primeros pasos. Letizia se ocupa de ella todo el tiempo que le dejan libre sus compromisos oficiales. Aseguran sus allegados que «la niña es para ella como un refugio que le libera de todas sus tensiones». No es raro que la lleve cogida en brazos. A menudo la pasea por los alrededores de su residencia en Zarzuela, la sube al palacio para que la vea la Reina e incluso, la lleva al edificio administrativo, Magnolias, para enseñársela al personal de la Casa Real.

¿GUARDERIA EN PALACIO?

Recientemente, en uno de los despachos, un funcionario le dio a la niña un juguete. Cuando en broma, se lo quiso quitar, Leonor comenzó a dar estentóreos gritos de protesta. El funcionario exclamó: «¡Caray con la muda!».

No tiene demasiado contacto con otros niños, salvo esporádicamente con sus primos, hijos de las Infantas Elena y Cristina, con su prima Carla, hija de Erica Ortiz, y con hijos de amigos de los Príncipes. Algo que piensan solucionar sus padres, llevándola el año que viene a una guardería. Barajan la que tiene la Guardia Real cerca del palacio, en El Pardo. Eso y el futuro hermano o hermana que vendrá en mayo van a dar un vuelco a la existencia de Leonor. También a la de su madre. Según el citado miembro de su círculo, «lo mejor que le ha podido suceder a Letizia para relajarse con Leonor es un segundo embarazo. Incluso sin ser princesas, las primerizas siempre caen en el pecado de superproteger a sus hijos».

viernes, 27 de octubre de 2006

Fiesta de la banderita

Fiesta de la Banderita
 

La Reina Sofía coloca una banderita de la Cruz Roja al Príncipe de Asturias, en la mesa petitoria que presidió hoy con motivo de la 'Fiesta de la Banderita', instalada ante las sede del Congreso de los Diputados.

Mary Donaldson, embarazada de su segundo hijo

lunes, 23 de octubre de 2006

Letizia se gradúa entre cotilleos e intrigas palaciegas


El Confidencial

Hace tres años, Letizia Ortiz Rocasolano acudía a la entrega de los Premios Príncipe de Asturias como una humilde periodista. Ahora preside la ceremonia como señora de Borbón y atiende con esmero sus deberes de esposa. Desde su primera intervención de "novia Real" -tildada de marimandona- hasta la sumisión actual como consorte, ha superado un master intensivo. Clases clandestinas de esquí en Xanadú, descensos en cuña por Courchevel, adiestramiento en protocolo y...otras artes. La sufrida Reina Sofía ha sido una de sus mentoras. El resultado es que al ser preguntada sobre cuando vendrá Leonor a Asturias, la abnegada Letizia responde: "Cuando su padre diga".

En la ceremonia de los Premios -a pesar de su delicado estado- permaneció serena y discreta, como un bello jarrón de Sèvres. El día anterior confesaba que sólo había vomitado una vez. Y es que los rumores sobre las molestias del embarazo agobian a la pareja. Si a ello se suma las tendencias republicanas de los premiados, las secuelas pueden ser duras para don Felipe. Así ocurrió la víspera del evento cuando Fernando Morán, ex ministro de Asuntos Exteriores, declaraba al recibir la medalla de Asturias: "Desde mi republicanismo irrenunciable, en este momento no hay razón para ser antimonárquico". A continuación, Pedro Almodóvar remataba la jugada: "Sólo soy monárquico durante los Premios, el resto del año… ejerzo de juancarlista". El Príncipe harto de esos comentarios impertinentes llamó a Zarzuela: "Leti, te necesito". Y al regresar al hotel, la obediente Princesa le esperaba luciendo la Cruz de la Victoria (no sabemos si algo más). La Real dama se registraba en recepción a las once de la noche; había adelantado su viaje para descansar junto a su esposo.

Al día siguiente, la pareja principesca brillaba con luz propia, radiante y consciente del prime time. Al mediodía, tuvo lugar una recepción oficial con almuerzo. El piscolabis consistió en un buffet con crema de castañas, fabada tradicional y con centollo, gambas, embutidos ibéricos, lubina, merluza rellena, salmón y roast beef. De postre, casadiellas, tocinillo de cielo y dulces de almendra. Durante veinte minutos se cerraron las puertas del comedor principal para que los Príncipes comieran con tranquilidad. El resto del programa departieron con las personalidades asistentes, algunos aprovecharon para saludar a los anfitriones en pleno almuerzo.

Se acercaba la hora cumbre, la Princesa sabía que iba a ser cotilleada pero en ningún momento perdió la compostura. Ella ha sobrevivido a intrigas palaciegas, celos, dimes y diretes. Incluso vive un embarazo rodeado de polémica constitucional. Y hasta el mismísimo Sabino Fernández Campo pidió calma sobre el asunto.

Por fin, suena el Himno nacional aunque sólo los más afortunados pudieron entrar al Campoamor. Entretanto, miles de persona se agrupaban por la calle: "Leti, Leti, Pau, Pau, Pe, Pe", en referencia a Pau Gasol y Penélope Cruz, príncipes por aclamación popular. Y entre la amplia lista de ilustres millonarios destacaron Alicia Koplowitz, Blas Herrero, Cosmen Adelaida, Fernando Masaveu o el presidente el Real Madrid, Ramón Calderón. Después de la ceremonia hubo un cóctel en El Reconquista. El Príncipe se mantuvo dicharachero hasta el último momento. La Reina y Letizia optaron por regresar a Madrid cuanto antes, sus labores las reclamaban.

Premiados al borde de un ataque de nervios

Los días previos al acontecimiento las calles de Oviedo sufrieron colapso de famosos. Almodóvar se quedó perplejo al ver el edificio histórico de la Universidad decorado con grandes carteleras de sus películas. Al llegar a la catedral saludó a la estatua de La Regenta y le susurró al oído que algún día la convertiría en chica Almodóvar. Paul Auster acudía a diversas charlas y en un momento socrático confesó: "Lo único que he aprendido como escritor es que soy estúpido". Su discurso sobre la inutilidad del arte fue brillante.

José Ignacio Cirac animaba a los jóvenes a dedicarse a la investigación. Mientras los fotógrafos de National Geographic contaban que un grupo de científicos viajará al Principado para recopilar muestras de ADN de un centenar de asturianos. Tras las investigaciones darán a conocer sus raíces genéticas en los últimos 60.000 años. Asimismo, los fotógrafos hicieron campaña para salvar el Planeta y regalaron el número de la revista de noviembre que incluye un DVD sobre el vientre materno embarazado. "This is an special present for Letizia", dijo uno de los protagonistas. Además, en la portada de la edición aparece una niña con cara de mona.

Mary Robinson hizo labor reivindicativa a favor de los derechos humanos de los inmigrantes. Por su parte, la presidenta de UNICEF, Ann Veneman, sedujo con su mensaje en pro de la infancia. Y convenció a la selección española de baloncesto para que donara los cincuenta mil euros del Premio a su causa. Sin duda, el gran ausente fue Bill Gates quien optó por enviar a sus padres, Mimi y William. Aunque prometió venir en noviembre a dar una conferencia y podría aprovechar la ocasión para anunciar una importante inversión de Microsoft en Asturias.

Mi reino por una entrada

El teatro Campoamor se quedó pequeño, sólo los medios disfrutaron de más de un millar de acreditaciones. Allí estaban: Carmen Caffarel, Fran Llorente, Luis del Olmo, Julia Otero, Olga Viza y Lorenzo Milá. El invitado más parlanchín fue Miguel Ángel Revilla, quien criticó a Aznar y aprovechó para protestar por los Presupuestos: "Asturias y Cantabria no podemos ser ordeñados por vascos y catalanes". Entre los políticos destacaban, el presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, el de Castilla-La Mancha, José María Barreda. Además de ministras como Carmen Calvo y Mercedes Cabrera, la secretaria de Estado de Cooperación, Leire Pajín, ex ministras como Carmen Alborch y Ana Pastor, junto al ex presidente Calvo Sotelo, la presidenta del Tribunal Constitucional Emilia Casas. Y entre el público, Letizia dedicó un saludo especial a su abuela, Menchu Álvarez del Valle, y a su madre, Paloma Rocasolano. Al acto también asistieron Fraga, Punset, Arancha Sánchez Vicario, Samaranch, Garrigues Walker, Elena Benarroch o la viuda de Claudio Boada, entre otros.

En definitiva, brilló el glamour y el talento por doquier. Y aunque parte de la jet criticó a la consorte, hasta los más republicanos le hicieron la reverencia. Así pues, Doña Letizia se gradúa con un Summa Cum Laude como Princesa de Asturias.

La princesa Kalina, hija menor de Simeón de Bulgaria, anuncia su embarazo

La princesa Kalina, hija menor de Simeón de Bulgaria, anunció personalmente la noticia de su embarazo al término de la primera misa celebrada en la nueva capilla de San Ivan de Rila, erigida justo en el lugar donde en octubre de 2002 contrajera matrimonio con el aventurero Kitín Muñoz. Se espera que el feliz acontecimiento se produzca a finales de enero o en febrero próximo.
La noticia ha sido recogida ampliamente por los medios de comunicación búlgaros. El diario «24 Horas», el segundo en tirada a nivel nacional, publica en primera página con grandes titulares «Kalina espera un bebé», acompañado de una foto a color de la feliz pareja y sus padres, Simeón II y doña Margarita Gómez-Acebo, y la hermana mayor de Simeón, S.A.R, la princesa María Luisa. La crónica viene subtitulada: «Será el undécimo nieto de Simeón».
La joven pareja se había desplazado a Bulgaria, donde residen el Rey Simeón y la Reina Margarita, para asistir a la inauguración de la capilla, que fue bendecida por el obispo Evloguii, abad del Monasterio de Rila. El templo fue construido en el patio de la residencia que la Familia Real Búlgara posee en Tsarska Bistritsa, localidad a unos 60 kilómetros de la capital. Las obras han sido costeadas por Simeón de Bulgaria y la princesa María Luisa.
A la ceremonia, que se celebró en un estrecho círculo de amistades, asistió el Nuncio Apostólico, monseñor Giuseppe Leanza.

domingo, 22 de octubre de 2006

Agenda de la Princesa Letizia

Publicado en el suplemento de El Mundo el día 15 de octubre y que por su interés se reproduce ahora.

OBJETIVO: QUE NO ECLIPSE AL PRINCIPE

HA SIDO su primera semana de gloria: Doña Letizia se estrenó en solitario como Princesa. Se ha ampliado el personal para atender la avalancha de peticiones. Eso sí, se evitará que sea la «Lady Di» española
CONSUELO FONT

Este lunes pasado, a las 11,30 de la mañana, la princesa Letizia hacía entrada en el colegio público Príncipes de Asturias de la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón. Iba acompañada de la plana mayor de la Secretaría del Príncipe, con Jaime Alfonsín, su responsable, a la cabeza. Además de dos jefes de prensa, personal de protocolo, ayudantes de campo y un nutrido grupo de escoltas que trataban de contener el gentío congregado a las puertas del centro. En el séquito se integraron también la ministra de Educación, Mercedes Cabrera, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. Tanta parafernalia no era para menos, ya que se trataba de un momento estelar para la Princesa, que había levantado una enorme expectación mediática: el estreno de su propia agenda de actividades oficiales, por separado del Príncipe. Con un campo de trabajo adaptado además a la medida de sus inquietudes: infancia y juventud.
 
Ataviada con un traje diplomático gris que marcaba aún más su delgadez y unos zapatos de serpiente de tacón alto, la Princesa se pateó durante dos horas las aulas del centro. Y eso que su nuevo embarazo le está haciendo pasar un auténtico via crucis de náuseas, mareos y permanente malestar. Hasta el punto de que en un momento del recorrido, debió de ver el cielo abierto cuando avistó el letrero «baño». Allí se metió a toda prisa, seguramente para descargar un inoportuno vómito mañanero.

Su embarazo fue uno de los focos de atención de la visita. En charlas informales con el profesorado del centro, la Princesa reconoció con total naturalidad que se encontraba peor que en el embarazo anterior «me está tocando sufrir», dijo. Comentó también que esperaba que no le durara mucho tiempo el malestar «si estoy así los nueve meses, me muero», y que ya le había dicho al Príncipe que «eso de cuatro o cinco niños...» e hizo un significativo gesto con la mano de «nada de nada».

El otro gran foco de atracción, sobre todo para los críos, era la Infanta Leonor. Gracias a ellos se supo que está dando sus primeros pasos. «¿No has traído a Leonor porque tú has venido andando y ella no anda?», preguntó una niña a la Princesa. Ésta le respondió: «No creas, ya casi anda».

También se pudo comprobar la minuciosidad con que Letizia había preparado su estreno. En cada aula preguntaba a los niños sus nombres y se paraba a hablar con ellos. En una clase, le regalaron un dibujo firmado por los alumnos. Letizia lo observó y dijo dirigiéndose a uno de ellos: «Miguel, no veo tu firma». El niño, en efecto, contestó que la había tachado. Una capacidad de memorizar que impresionó a la concurrencia y, sin embargo, es una práctica habitual en los miembros de la Familia Real, que sorprenden a sus interlocutores llamándoles por su nombre. Lo cual es producto de un entrenamiento exhaustivo.

TODO PLANEADO

Y demuestra que este espaldarazo definitivo dentro de la familia real que supone dotar a la Princesa de agenda propia no ha sido algo improvisado. Tampoco una cortina de humo, como afirmó la rumorología, para paliar los efectos de un chiste no muy afortunado desvelado por Joaquín Sabina sobre ella y Estefanía de Mónaco. Ha sido, según indican a CRONICA fuentes de Zarzuela, algo minuciosamente calculado. «Ya se dijo, tras la boda, que a medio plazo Doña Letizia tendría su agenda propia de trabajo, por separado del Príncipe. Se decidió que fuera ya, porque desde distintos sectores de la sociedad se acumulaban muchas peticiones para la Princesa. Estaba todo programado. La prueba es que muchos se preguntan si el momento es oportuno, al coincidir con su segundo embarazo. Esto demuestra que, independientemente de las circunstancias, todo se desarrolla según un plan fijado de antemano».

La Princesa se ha ausentado en múltiples actos desde que el 25 de septiembre se anunció su nuevo embarazo. Su última ausencia fue en la recepción que este jueves celebraron los Reyes con motivo de la Fiesta Nacional, aunque Letizia sí acudió a la parada militar previa. Estas inevitables ausencias motivaron que no se esperara a los tres meses protocolarios para dar el comunicado. «Ya criticaron a los Príncipes por no acudir a la final del mundial de baloncesto. También dijeron que Doña Letizia estaba enfadada con su familia porque no acudió a Asturias. Si empieza a fallar a actos serían capaces de inventar una enfermedad incurable o un divorcio», asegura un miembro del círculo de la Princesa.

Sin embargo, este estreno de agenda no le va a suponer de momento una sobrecarga de actividades. La previsión es que vaya con cuentagotas. «De momento serán actos puntuales. Tampoco se ha establecido periodicidad fija, se verá con el tiempo», aseguran en Zarzuela. Por este motivo, la Princesa no dispondrá de momento de equipo propio. Aunque sí se ha ampliado el número de miembros de la Secretaría del Príncipe. Una oficina que dirige el abogado del Estado Jaime Alfonsín, con dos segundos de a bordo: Manuel Pulido, quien lleva muchos años al servicio del Heredero, y Emilio Tomé de la Vega, el militar que fuera su primer ayudante de campo. Con ellos trabajaban cinco administrativos, que han aumentado a siete para cubrir las nuevas necesidades. Letizia contará también con el apoyo de todos los departamentos de Zarzuela, especialmente prensa, protocolo y seguridad. «Suponemos que a partir de ahora habrá una avalancha de peticiones para Doña Letizia, a las que se irán dando curso. Si se estima oportuno en un futuro, se planteará dotarle de equipo propio».

La causa de este lento goteo no responde sólo a las molestias de su embarazo. Tiene que ver sobre todo con el orden de prioridades que Zarzuela ha establecido de acuerdo con la Princesa. «Lo principal para ella ahora mismo es ocuparse de su familia. La Infanta Leonor es muy pequeña y su madre quiere ocuparse de ella personalmente. Además, viene otro hijo en camino. Su segunda gran prioridad es ejercer junto al Príncipe su papel consorte, acompañándole en sus actos y viajes oficiales. Y en último lugar, se sitúa su agenda de actividades propias».

En definitiva, que nadie piense que a partir de ahora la Princesa se va a convertir en una superestrella en solitario, acaparando un protagonismo similar a la maximanía que se produjo en Holanda con la princesa Máxima, en detrimento del Heredero, Guillermo Alejandro. Menos aún que vaya a gestarse otra Lady Di, cuyo gancho mediático eclipsó tanto a Carlos que éste llegó un día a disculparse por la decepción que produjo su presencia sin Diana: «Lamento no tener varias esposas para acudir a los actos» dijo. Con la Princesa Letizia toda nueva iniciativa, como la de dotarle de agenda propia, sigue estando prudentemente calculada. Sin riesgos.

Se oye la Marcha Real

POR MANUEL OLIVENCIA

LO contó Antonio Burgos: el «viejo monárquico» se plantó extasiado ante una fotografía de Don Juan de Borbón, ocupante por vez primera del palco real en el segundo centenario de la plaza de toros de la Maestranza de Caballería de Ronda (1985). La foto no llevaba firma, pero sí la evidente autoría de Rafael Atienza, Marqués de Salvatierra, actual Teniente de Hermano Mayor de la Real Corporación. Bellísima foto. Ronda tiene una larga tradición de artistas de la fotografía. Los Martín pasaron del retrato al óleo a la placa. Hace poco que murió don Miguel, el fotógrafo de los Ordóñez -de Cayetano, de Antonio, de Francisco-, de Orson Welles, de Hemingway, de Belmonte, «el Gallo» y Álvaro Domecq. Los tres últimos posaron en el jurado de una corrida concurso. ¡Qué premio para un concurso de fotografías!
Pero, además de grandes profesionales, la tradición rondeña se extiende a un nutrido grupo de buenos aficionados al arte de la fotografía. Tengo un amigo notario, Ramón Corrales, que practica el retrato fotográfico con dotes de artista, excelente técnica y profundidad de psicólogo. Cada imagen es retrato de un alma. Un día pregunté a un camarero de Ronda si había ido por el local don Ramón Corrales, y me respondió con otro interrogante: «¿Ese señor que es fotógrafo?». «Bueno -le respondí-, ese señor es notario». Y el camarero afirmó tajante: «Sí, es verdad, también es notario». Lo principal, en tierra de artistas, es el arte.
Volvamos a la foto de Rafael Atienza, otro miembro de esa dinastía rondeña de fotógrafos aficionados. Caballos, enganches, cortijos, caseríos y retratos lucen, preferentemente, en su rico repertorio; además, naturalmente, de la joya arquitectónica de la plaza maestrante. Conservo de él un retrato de don Ramón Carande, envuelto su rostro nonagenario en volutas de humo de pipa, que el viejo maestro me dedicó «como amigo, no como el divo que aquí aparece». Y conservo la foto de Don Juan, que extasió al «viejo monárquico».
Enmarcado en las columnas que sostienen el arco del palco real -«armonía de piedra»-, erguida la figura en posición marcial de «firmes», vestido de paisano, henchido el tórax, alzada la cabeza, adelantado el mentón, lejana la mirada... el Conde de Barcelona se asoma a una multitud respetuosa con la solemnidad del momento.
-«¡Qué foto más buena! ¡Qué bien está el Rey!», exclamó el «viejo monárquico», para concluir con este elogio: «¡Se oye la Marcha Real!».
El «viejo monárquico» se llamaba José Acedo. Había sido miembro del Consejo Privado de Don Juan y hasta la muerte siguió siendo ejemplo de lealtad a la Corona. No pudo elegir mejor elogio para su Rey y para el artista que había captado una instantánea de imagen y sonido, de plástica y música, porque en la belleza gráfica estampada en el papel se escuchaban los acordes de nuestro himno. Sólo así se explican la postura y la actitud de Don Juan, si se adivinan los compases de la Marcha Real, si la imagen muda cobra sonido.
Los signos son señales exteriores que expresan conceptos; la bandera, el escudo, el himno representan a una nación. No son un trapo coloreado, ni un dibujo con figuras, ni unas notas musicales; lo importante es lo que los signos significan. Y eso es lo que hay que respetar; de la misma manera que si se quiere menospreciar su significado se permanece sentado al paso de una bandera, la actitud de respeto exige una expresión corporal. El aprecio o el menosprecio no se para en el signo, sino que se dirige a lo que representa. Claro, que si no se cree en la nación, mal se puede rendir respeto a sus signos. Si se piensa que la nación es «de naciones», quizás se desee que esa pluralidad se exprese mejor en un popurrí de charanga y en una bandera irisada.
Pero el respeto a los signos no es formalismo de fachas; es formalidad de todos, de derechas y de izquierdas con educación cívica. Es algo que hay que enseñar, y hay que aprender, en las escuelas, no sólo en los cuarteles. A mí me lo enseñaron en una escuela pública y me lo inculcaron en el servicio militar. Como experiencia personal, he visto practicar en todos los países democráticos en los que he vivido el respeto a conceptos y expresiones que unen, por encima de ideologías y de partidos. ¿O es que la izquierda que renuncia a los conceptos de patria, de España y a sus signos nacionales puede acusar a la derecha de «apropiarse» de ellos? Porque, eso sí, quienes se proclaman nación exigen respeto riguroso a sus señas mientras permiten el ultraje a las de todos.
¡España es diferente! Aquí hay que recurrir al abrazo en cadena de los futbolistas de la selección nacional durante la interpretación del himno para evitar actitudes despectivas, o, lo que es peor, que las respetuosas se interpreten como «fascistas».
Cuestión de formas; pero las formas son fundamentales en la convivencia. Sobre todo, en la democrática.
 

sábado, 21 de octubre de 2006

Don Felipe, orgulloso «de pertenecer a esa estirpe desvalida y gloriosa que llamamos hombre»

viernes, 20 de octubre de 2006

Palabras de Don Felipe en la entrega de los Premios Príncipe de Asturias

Como cada año, con la llegada del otoño, son muchos los recuerdos, las ilusiones y, sobre todo, las esperanzas que se agolpan en nuestros corazones, al vivir de nuevo en las entrañables tierras asturianas esta ceremonia solemne tan emotiva y de tan profundo y simbólico significado.

Regresamos en esta ocasión cuando el brillo de nuestro XXV Aniversario se adentra ya en nuestra memoria y lo hacemos sintiendo la satisfacción de poder evocar el camino trazado y recorrido por la Fundación durante este primer cuarto de siglo de existencia. Un feliz caminar, lleno de afanes que en sus comienzos parecían irrealizables y que hoy son nuestros mejores cimientos para continuar tan apasionante tarea.

Reiteramos nuestra gratitud infinita a quienes crearon esta Fundación y la hacen posible día a día, a sus Directivos, Patronos y Protectores, a los miembros de los Jurados, y a cuantos se unen a nosotros con entusiasmo para compartir nuestros ideales, y hacer de este día una gran fiesta de la cultura.

Los logros de nuestra Fundación están siempre en deuda con esta hermosa y querida tierra de Asturias. En el Principado de Asturias encontramos una de las más profundas raíces de la cultura española que hoy también aporta a la España contemporánea espléndidos éxitos individuales y excelentes muestras de espíritu solidario. Todo ello, presidido por el esfuerzo y la voluntad de superación de los asturianos, que son y siempre serán, el más rico capital del Principado.

Los Premios y la Fundación tienen como común denominador una permanente defensa de los principios y virtudes que distinguen a la persona y que motivan la concesión de cada Premio.

El poeta asturiano Carlos Bousoño, al recibir el Premio de las Letras, ya señalaba que "hoy, más que nunca, debemos sentirnos orgullosos de pertenecer a esa estirpe desvalida y gloriosa que llamamos "el hombre".

Es el hombre el que, en definitiva, se sitúa en el centro de nuestros quehaceres.

Por tanto, los Premios de este año en sus ocho categorías, han recaído en instituciones y personalidades que han hecho de su obra un testimonio vivo de preocupación por conocer mejor al ser humano y a su entorno; que han promovido valores, modelos de comportamiento solidario, que han logrado hallazgos notables al servicio del progreso de la ciencia, o que han buscado la sensibilidad expresiva y estética.

Por ello, les felicitamos muy cordialmente. Su presencia y participación en este acto constituyen un motivo de verdadera alegría y de sincera gratitud pues nos permiten acercar, realzar y proyectar el significado de sus valiosas trayectorias.

El matrimonio Gates, Bill y Melinda, junto con sus padres, William y Mimí Gates, que hoy nos acompañan, crearon con lucidez y con extraordinaria generosidad, la Fundación ejemplar que lleva su nombre, a la que se ha concedido el Premio de Cooperación Internacional.

Las estadísticas más seguras nos dicen que todos los años mueren en el mundo más de ocho millones de personas, una buena parte de ellas niños, víctimas del hambre y de enfermedades que son consecuencia de una vida en medio de la pobreza extrema. Una situación que conmueve nuestras conciencias y que obliga - a quienes tenemos el privilegio de vivir en los países más ricos - a atajar esta situación inhumana, más intolerable aún si pensamos que la mayor parte de esas víctimas inocentes lo son por enfermedades que se pueden prevenir o combatir con medicamentos hoy a nuestra disposición. Enfrentarnos a este estado de cosas es un deber y la garantía de un mundo mejor y más seguro para todos.

La Fundación Bill y Melinda Gates lidera hoy este esfuerzo en favor de seres humanos, especialmente niños, víctimas de la enfermedad, la guerra, la injusticia y la miseria, con dedicación prioritaria al Continente africano. En un gesto de filantropía sin precedentes, la familia Gates está destinando una parte muy importante de su patrimonio y de sus esfuerzos a esta gran empresa con apasionada entrega y dedicación. Así, están creando también las condiciones necesarias para que investigadores y científicos de todo el mundo - entre ellos, algunos españoles - trabajen unidos en la lucha contra la tuberculosis, la malaria o el sida, logrando así una mayor eficacia en sus programas.

La Fundación Bill y Melinda Gates trabaja con ideas avanzadas y nos da un gran ejemplo de desprendimiento mostrándonos también la verdadera índole de la pobreza extrema: su inutilidad, su irracionalidad, y la injusticia de su misma existencia. De la familia Gates se podrá algún día decir, como en el luminoso verso de Paul Verlaine, que su corazón no ha latido en vano.

La "National Geographic Society" galardonada con el Premio de Comunicación y Humanidades, es una prestigiosa institución creada en Washington, a finales del siglo XIX, con la que colaboran miles de profesionales del mundo entero. A lo largo de su historia ha desempeñado un papel esencial en la exploración e investigación de la Tierra, así como en la difusión a un público amplísimo de los avances científicos sobre la Naturaleza y el legado histórico, etnológico, geográfico y artístico de la Humanidad.

Publica, además, cinco revistas mensuales –una de ellas en treinta y una lenguas y con una tirada de más de ocho millones de ejemplares- que sitúan a esta Institución en la vanguardia de la comunicación sobre las maravillas de la naturaleza y la cultura en todo el mundo. Con una cuidada estética, a través de imágenes de enorme capacidad simbólica, cualquier tema relacionado con la aventura del ser humano sobre la Tierra y como parte del Universo, se realza con la labor de esta empresa editorial, televisiva y filmográfica.

Se trata además de una organización sin ánimo de lucro, que reinvierte sus beneficios en sus productos periodísticos y en sus actividades culturales y científicas. Gracias a los más de ocho mil proyectos de investigación y expediciones financiados hasta ahora y los más de quinientos que desarrolla en la actualidad, esta Sociedad contribuye notablemente a difundir con gran credibilidad la información necesaria para crear esa conciencia activa que debemos tener frente a las amenazas que se ciernen sobre la Naturaleza y para estimular la voluntad necesaria para vencerlas.

La National Geographic se convierte así en una luz que ilumina y ayuda a limpiar el hermoso mundo que se nos ha concedido. Su mirada y su palabra propaga esa armonía que tanto necesita nuestro tiempo. Es además una ventana abierta a un mundo que deseamos persevere en su maravillosa riqueza, complejidad y hermosura. En él los humanos seguimos explorando, pero ahora con la conciencia y el deber de protegerlo como algo trascendental para el futuro de la Humanidad y de la vida.

Se concede el Premio de las Artes al cineasta Pedro Almodóvar, que ha conseguido llevar su cine hasta las más altas cotas de resonancia y éxito internacionales. La originalidad y capacidad de creación de este director español han atravesado fronteras y cautivado a millones de espectadores de todo el mundo. Sus personajes sufren, ríen, experimentan amor, melancolía y ternura, en escenas salpicadas de sentido del humor, de ironía y también de crudeza, conformando así los trazos inseparables que marcan su inconfundible sello y estilo.

En el fondo de su filmografía conviven las realidades inmediatas, aprehendidas en su Mancha natal, con el mundo joven del Madrid de los años ochenta, que se integran en el caleidoscopio internacional de la cultura urbana de las siguientes décadas. Presenta, así, una síntesis estética nueva y de vanguardia, con raíces españolas que se reconocen en Mihura, Berlanga o Buñuel; Y en ella nos ofrece retratos valiosísimos de la condición humana tratados genuinamente por su personalidad creadora.

Su cine logra la atracción de los espectadores que en su obra perciben, no sólo algunas afirmaciones, dudas, contradicciones, miedos o esperanzas, sino también nuevas facetas de un mundo cultural en transformación permanente. En todo el mundo se siguen sus películas como parte importante de un universo intelectual y estético, haciendo de él un referente de la mejor creación cinematográfica en España.

Este galardón a Pedro Almodóvar expresa el alto reconocimiento a un gran director de cine ya consagrado, y sirve de aliento a los empeños y realizaciones de tantos jóvenes e ilusionados profesionales del Séptimo Arte en nuestro país.

Se ha concedido este año el Premio de Investigación Científica y Técnica al físico español Juan Ignacio Cirac Sasturain. Se reconoce de este modo la tarea extraordinaria de este joven y destacado Profesor, experto en computación cuántica, que en la actualidad dirige el Departamento de Óptica Cuántica del Instituto Max Planck, en la República Federal de Alemania.

Nos satisface especialmente saber que su candidatura ha sido apoyada, entre otros eminentes científicos, por cinco Premios Nobel de Física, que han destacado la admiración que sienten por su trabajo, el prestigio internacional conseguido con sus investigaciones de vanguardia y su liderazgo mundial en el revolucionario campo de la información cuántica, una nueva ciencia para el siglo XXI.

Sus trabajos sobre el procesador cuántico a gran escala en cualquier sistema físico han tenido un fuerte impacto y han impulsado a muchos laboratorios a iniciar experimentos en este innovador campo científico. Él mismo ha señalado que "el ordenador cuántico revolucionará el mundo de la información" al permitir una mayor eficacia y seguridad en la comunicación y en el tratamiento de datos. Cirac investiga asimismo sobre otros campos de vanguardia, que servirán para avanzar en la mejora de la calidad de vida de los seres humanos.

Su ejemplo enaltece y anima a todos los que aman la ciencia y supone un potente estímulo para los investigadores de nuestro país, a los que desde aquí alentamos a perseverar en su trabajo. Su destacada labor, su juventud y la dimensión de sus conocimientos, nos invitan a seguir consolidando un futuro mejor para la ciencias y la investigación en España, cada vez con mayor aprecio y apoyo en la sociedad como uno de los factores determinantes para nuestro progreso económico y social.

El Premio de las Letras de este año se ha concedido al novelista estadounidense Paul Auster cuya obra - que no ha rehuido el acercamiento a la poesía, la crónica o el cine - constituye un análisis agudo y penetrante de lo que el autor entiende como la incoherencia existencial y las limitaciones del hombre de hoy.

Paul Auster es un nombre clave en la renovación de la literatura de nuestro tiempo. Con una portentosa imaginación, ha construido con sus obras un universo único, en el que el azar, como elemento fundamental del misterio, lleva al lector hacia un mundo de sorpresas, de casualidades, de reacciones imprevistas y casi siempre extraordinarias, que, al mismo tiempo, humanizan a los personajes, transformándolos en seres sensibles y realistas.

La característica esencial de su obra es el tratamiento de temas eternos y universales, como la soledad, la contingencia del ser humano o la muerte, gracias a un discurso en absoluta libertad. Con sabia maestría y con inteligencia, Auster – para quién escribir es siempre una gran aventura- ha conseguido transmitir sus preocupaciones y sus deseos, contándonos historias cargadas de misterio e incluso de elementos inverosímiles.

Paul Auster sitúa sus narraciones con frecuencia en la ciudad de Nueva York, como metáfora universal de la vida de nuestro tiempo y escenario de vidas terriblemente frágiles. Una fragilidad que él considera moralmente obligatorio recordarnos sin cesar. Son vidas que despiertan la compasión del lector, quién se identifica con ellas y se ve irremisiblemente empujado hacia el placer de la lectura.

El Premio de Ciencias Sociales recompensa a una dama irlandesa, Mary Robinson, ex Presidenta de Irlanda, Profesora de Derecho, promotora del Tribunal Penal Internacional, ex Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y, en la actualidad, Presidenta del Proyecto "Iniciativa para una Globalización Ética".

Representa a una tierra antigua y hermosa, Irlanda, con la que España mantiene un hondo vínculo cultural y una estrecha amistad desde hace tantos siglos; desde muy remotos orígenes, si atendiéramos a una antigua leyenda.

Su labor se ha distinguido por un rasgo especialmente significativo: su compromiso permanente con los valores de la cultura y con el esfuerzo tenaz para extender los derechos humanos en el mundo. Su trabajo también recorre el eje de la justicia, de la fraternidad y de la generosidad como elementos clave del equilibrio en las relaciones internacionales.

Mary Robinson representa también a tantos hombres y mujeres que han sabido unir la modernidad a los valores depurados por los siglos, contribuyendo a hacer de nuestro mundo un espacio más abierto y humano.

Seguramente no son ajenos a su condición femenina, ni su gran sensibilidad social, ni su extraordinario sentido práctico. Una mujer de nuestro tiempo que se duele por el dolor de los demás, por tantas personas que sufren el horror de la violencia. Necesitamos personas que, como Mary Robinson, conjuguen un profundo conocimiento de la realidad contemporánea, con una indeclinable aspiración a la paz y una capacidad real para buscar soluciones a los problemas concretos en cada momento.

A lo largo de estos años, he recordado siempre el gran estímulo que para los jóvenes supone el deporte noblemente practicado y el gran ejemplo que representa para el conjunto de la sociedad. La fuerza de voluntad, el sacrificio personal, el juego limpio y la sana competitividad, forman parte inseparable de la trayectoria de los deportistas más destacados. Unas virtudes que se manifiestan, además, de manera especial cuando se practican en equipo. Por ello ha sido una gran alegría que este año el Premio de los Deportes se haya concedido a nuestra Selección Nacional de Baloncesto.

Este equipo ha sido capaz de aunar, durante largo tiempo, mucho tesón, una admirable unidad con su entrenador y una gran cohesión, fruto de la generosidad en el trabajo y del compañerismo, que sin duda son los pilares de su éxito.

Sus frecuentes triunfos, la forma en que han ido ascendiendo peldaño a peldaño hasta alcanzar la cima nos recuerdan la idea de Unamuno acerca de ese rasgo que hace aún más grandes a los que luchan por la victoria: ir hacia ella con brío y fe, encontrando consuelo en la derrota y moderación en el triunfo, pues es sabido que nada importante se alcanza en la vida sin calidad humana, sin fraternal compañerismo.

Por ello, el alto ejemplo que nos ha dado a todos la Selección Nacional de Baloncesto permanecerá imborrable en la historia del deporte y especialmente entre quienes lo amamos y practicamos. En palabras de su entrenador, Pepu Hernández, la Selección representa a un grupo de buena gente, que se reúne para hacer buenas cosas y cuyo objetivo es hacer feliz a todo un país. Hoy damos fe de ello y les animamos a continuar con tan buen propósito.

Por todas estas virtudes, hoy son premiados. Y, gracias también a ellas, ganaron de forma tan brillante y merecida, el Campeonato del Mundo del pasado mes de septiembre en Japón e hicieron vibrar al unísono a España entera.

Con la concesión este año del Premio de la Concordia a UNICEF, este galardón adquiere su dimensión más entrañable y más plena, pues ninguno de los problemas que padece la Humanidad nos conmueve tanto como aquellos que afectan a la infancia, a tantos niños y niñas que en el mundo entero requieren una atención especial y urgente a sus derechos, a sus necesidades o a sus sufrimientos.

UNICEF ha sido desde su fundación en 1946 una Organización pionera en atacar estos males que revuelven nuestras conciencias y provocan un clamor rotundo, porque sus víctimas son los seres humanos más indefensos y porque una infancia abandonada, amenazada o agredida no sólo es un mal perverso y dañino en sí mismo, sino la fuente de muchos males futuros.

El hecho de que ocho de cada diez niños del Planeta no disfruten de sus derechos más elementales, constituye una señal de alarma permanente, a la que UNICEF ha sabido responder con gran eficacia en casi doscientos países del mundo.

Reconocemos, pues, con este Premio el esfuerzo que UNICEF hace a diario para lograr una infancia mejor, para paliar la triste realidad de los niños enfermos, para erradicar la dolorosa situación que aún viven, en pleno siglo XXI, tantos niños maltratados, explotados y hambrientos.

Señoras y señores:

Dentro de pocas semanas clausuraremos los actos conmemorativos del vigésimo quinto aniversario de nuestros Premios, cuya intensa y hermosa historia evoca en mí innumerables vivencias y sentimientos entrañables, pues ha sido una hermosa aventura; una aventura que echó a andar, como Don Quijote, cuando salió a las tierras luminosas y austeras de La Mancha, para ir por todos los horizontes soñando, con enorme ilusión y menguado equipaje, en hacer posibles los más nobles ideales.

En este cuarto de siglo y en la personalidad de nuestros premiados, hemos tenido la oportunidad de admirar y subrayar la fuerza de la inteligencia, del sacrificio y de la excelencia. Además, la Fundación y nuestros Premios han alentado la generosidad sobre el egoísmo, la concordia sobre la división, la convivencia sobre el fanatismo, el compromiso sobre la indiferencia.

Un mensaje que queremos que llegue siempre transparente y lleno de vigor y de fuerza, sobre todo a los más jóvenes, para que se engrandezcan con esos valores, se alejen de toda posible desesperanza y se sumen con ilusión a la gran aventura de la vida en paz, plenitud y responsabilidad.

Esta tarea pudo nacer y se ha desarrollado gracias al marco de libertad y estabilidad que garantiza nuestra Constitución. Los Premios y la Fundación que los sustenta, aúnan en la historia de su éxito las mismas virtudes que han guiado la vida de los españoles durante los últimos años: determinación y prudencia, firmes convicciones, fe y confianza en nuestro proyecto común.

Cumplido este tiempo, lo que nos llena de mayor satisfacción es constatar el más valioso de cuantos apoyos podía recibir nuestra Fundación y nuestros premios: el de la inmensa mayoría de los españoles, que los consideran un gran patrimonio cultural y moral de España ante el mundo.

La Corona ha alentado la vida de la Fundación en su permanente impulso a la Cultura. Una labor concebida al servicio de España, de nuestro progreso y proyección exterior como gran nación. Esa fue la razón primordial que inspiró a S.M. el Rey en su activo respaldo al nacimiento de esta Fundación; un respaldo que, junto al de S.M. la Reina, nos ha brindado en todo momento.

Con nuestro inolvidable Julián Marías pienso ahora que lo fundamental es mirar hacia delante, hacia el futuro, y creer en lo que estamos haciendo. La Princesa y yo vivimos felices al pensar que transmitiremos a nuestros hijos todo ese inmenso caudal de emociones y enseñanzas, todo este emotivo patrimonio de imborrables recuerdos. Porque queremos que así crezcan en sus corazones la esperanza, el anhelo de un mundo más justo, la búsqueda incansable y comprometida de una humanidad de hombres y mujeres libres. Porque queremos, en fin, que ellos, como nosotros, crean también en la luz aun antes de que despunte el alba.

Muchas gracias.

Oviedo acoge la ceremonia de entrega de los Premios Príncipe de Asturias

Don Felipe y doña Letizia reciben en Oviedo a los premiados con el Príncipe de Asturias

La Princesa de Asturias a su llegada a Oviedo. (Foto: EFE)
 
EFE | ELMUNDO.ES

OVIEDO.- Los Príncipes de Asturias reciben en audiencia a los premiados con el galardón antes de presidir la ceremonia de entrega, que comenzará a las 18.30 horas en el Teatro Campoamor.

La recepción tiene lugar desde las 12.30 horas en el Hotel de la Reconquista de Oviedo con la asistencia, además de los galardonados, de los presidentes de los Jurados y los patronatos Príncipe y Fundación de los Premios, que cumplen 25 años.

La ceremonia de entrega de los Premios se celebrará en el Teatro Campoamor de la capital asturiana, y contará con la asistencia de la ministra de Cultura, Carmen Calvo, y la de Educación y Ciencia, Mercedes Cabrera.

La Princesa llegó minutos antes de las 23:00 horas del jueves al Hotel de la Reconquista, lugar en el que habitualmente se alojan los Príncipes en sus visitas oficiales a la región.

Don Felipe llegó el miércoles a la capital asturiana y dedicó el jueves a recibir en audiencia a diversos colectivos sociales e inaugurar una exposición de fotógrafo brasileño Sebastiao Salgado.

Doña Letizia, que se encuentra embarazada de su segundo hijo, que nacerá en primavera, no viajó el miércoles a Oviedo por las molestias que padece debido a su estado.

El año pasado doña Letizia no pudo acompañar al Príncipe en el Teatro Campoamor ya que los médicos desaconsejaron el viaje dada la proximidad del parto de su primogénita, la Infanta Leonor, que nació en la madrugada del 31 de octubre, una semana después de la ceremonia en el Campoamor.
Actividades de los premiados

Los galardonados de esta edición llevan ya varios días en Asturias, donde están participando en diversas actividades al tiempo que conocen el Principado.

El primero en llegar, el pasado día 16, fue John Fahey, presidente de la National Geographic Society, galardonada con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades.

Desde el día 18 se encuentran en Oviedo Juan Ignacio Cirac, Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica, Pedro Almodóvar, Príncipe de Asturias de las Artes, y Paul Auster, Príncipe de Asturias de las Letras. El director de cine español y el escritor estadounidense ofrecieron el jueves por la noche en Gijón un coloquio en el que pusieron en común las raíces de su impulso creativo.

Pepu Hernández, Pau Gasol, y otros miembros de la selección española de baloncesto, galardonada con el Príncipe de Asturias de los Deportes, también se encuentran en Oviedo.

Mary Robinson, Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales, ha llegado al Principado el mismo viernes.

Además, la Fundación Príncipe de Asturias ha galardonado a Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) con el Premio de la Concordia, a Juan Ignacio Cirac con el de Investigación Científica y Técnica y a la Fundación Bill y Melinda Gates con el de Cooperación Internacional.
Agradecimiento de Bill Gates

Bill Gates ha expresado su agradecimiento en un vídeo difundido por la Fundación Príncipe de Asturias y ha lamentado no poder asistir a la entrega de de premios. Melinda Gates, esposa del fundador y presidente de Microsoft, y el padre de éste, Bill Gates Senior, sí estarán presentes en la ceremonia.

"Mi padre es co-presidente de nuestra Fundación, y ha sido una gran inspiración para Melinda y para mí; personifica todo lo que representa nuestra Fundación", señala Gates en el vídeo, en el que asegura que es un "gran honor" recibir este premio.

miércoles, 18 de octubre de 2006

Don Felipe y Doña Letizia llegan hoy a Oviedo para asistir a los actos de los Premios Príncipe de Asturias

ABC

Los Príncipes de Asturias llegan hoy a Oviedo para asistir a los actos organizados con motivo de la entrega de los Premios Príncipe de Asturias, prevista para el viernes. Don Felipe y Doña Letizia llegarán por la tarde al hotel Reconquista. Los actos oficiales no comenzarán, sin embargo, hasta el jueves.

Esta es la segunda ocasión en la que la Princesa acompañará al Príncipe a los actos organizados con motivo de la entrega de los Premios. Doña Letizia suspendió el año pasado su viaje al Principado a última hora por encontrarse en la recta final de su primer embarazo. La Princesa tampoco pudo acompañar a su esposo en la última visita que hizo a Oviedo el 28 de septiembre como consecuencia de las molestias del embarazo de su segundo hijo.

Los Príncipes iniciarán el jueves una apretada agenda de actos oficiales. A la totalidad de los actos está prevista la asistencia de doña Letizia a excepción de las audiencias programadas para el jueves en las que sólo estará presente don Felipe. El primer acto oficial al que asistirán los Príncipes de Asturias será a la inauguración de la exposición fotográfica 'Génesis' de Sebastiao Salgado (Premio Príncipe de Las Artes) que podrá visitarse en el paseo de Los Alamos de Oviedo. Ambos asistirán además al concierto de clausura de la Semana de Música de Cajastur que se celebrará en el Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo.

La agenda de don Felipe prevista para el jueves se completará con las audiencias a los galardonados con la Medalla de Asturias 2006, a los Premios Fin de Carrera 2005 de la Universidad de Oviedo, al Instituto Jovellanos de Gijón, a representantes del Ente Público de Comunicación del Principado, a la Unión Sindical Obrera, a la Junta directiva del Club Asturiano de Calidad, a la junta de gobierno del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales del Principado y a la del Colegio Oficial de Agentes Comercial de Oviedo, a la Asociación Cultural Llacín, al Círculo Aeronáutico Jesús Fernández Duro y al Consejo Rector de la Cooperativa Farmacéutica Asturiana.

ENTREGA y AUDIENCIA
Los Príncipes de Asturias celebrarán dos audiencias en la mañana del viernes, horas antes de la ceremonia de entrega de los galardones. La primera audiencia será a las 12, 00 con los miembros protectores de la Fundación Príncipe de Asturias. Posteriormente se reunirán con los presidentes de los jurados de los galardones y con los galardonados en esta edición de los premios.

La ceremonia de entrega de los galardones se celebrará a las 18, 30 horas en el teatro Campoamor. La estancia de los Príncipes en Asturias culminará el sábado con la visita a la comunidad vecinal de Sariego, para hacerle entrega del Premio al Pueblo Ejemplar.