El País publicó este domingo un reportaje sobre los 25 años de los Premios Príncipe de Asturias.
Don Felipe inicia su crónica homenajeando a los Miembros del Patronato, Miembros Protectores, al personal de la Fundación y a cuantos han contribuido a lograr engrandecer a la institución. Según él, éstos se han propuesto que a través de los homenajeados podamos reconocer a los "innumerables ciudadanos que hacen crecer nuestro mundo con su esfuerzo cotidiano y silencioso, asumiendo responsabilidades y avivando ilusiones".
El Príncipe indica que en 25 años, los premios han conseguido reunir en Asturias a dos centenares de hombres y mujeres que representan lo más noble de la humanidad. Sin embargo, según reconoce el futuro heredero a la Corona, pocos creyeron en la idea de crear una fundación en torno al heredero. La iniciativa de crear la institución salió de Graciano García, periodista : "El Príncipe sólo tenía 11 años. Carecía de protagonismo institucional". Por este motivo, según afirma Don Felipe, su primer discurso supuso el trampolín para darse a conocer en el mundo y en la esfera política.
No obstante, la idea era "sacar" la fundación de la institución real y con tal motivo el Rey recomendó a García discreción en cuanto a su respaldo. "No quería que pareciera una idea salida de la Casa, sino un proyecto nacido de la esperanza que vivía España". Esa esperanza también impregnó en el Príncipe quien afirma que su discurso de apertura es el más personal y el de mayor trasfondo político de los que pronuncia.
Herramienta política
La alocución representa una herramienta política e institucional que cada vez se ha hecho mejor y más grande, ya que, según el futuro heredero a la Corona, es en el que cree. el Príncipe lo recalca: "Es el más mío".
Y es que, a través de las palabras que lanza en Oviedo se comprende su pasión por Iberoamérica, la construcción europea y la búsqueda de la paz en Oriente Próximo; la necesidad de un diálogo intercultural; la conexión con los valores del deporte; la adhesión al espíritu constitucional; la creencia en la unidad de España; la preocupación por la globalización y las desigualdades; por el papel de la ciencia en el bienestar de la humanidad; el interés por la información; su reivindicación del papel de la mujer, y, sobre todo, la esperanza en una sociedad mejor.
Don Felipe también hace un guiño a su esposa, Doña Letizia, para afirmar que de los 24 discursos se quedaría con el de 2004, el primero en el que asistió la princesa de Asturias. El Príncipe concluyó con estas palabras, en las que comparaba la fundación con un árbol: "A partir de ahora contará con el cuidado y la ayuda entregada de mi esposa, Letizia". Y es que después de 18 años presidiendo en solitario la entrega, tenía, por fin, a su lado a alguien con quien compartir su labor.
Futuro pasa por Asia y Estados Unidos
Por último, el artículo señala cual debe de ser al misión de la fundación en el futuro. Se afirma que en estos momentos se debe poner énfasis en al dirección internacional, especialmente hacia Asia y Estados Unidos, y mejorar el patrimonio, que está en 20 millones de euros, insuficiente para la autofinanciación.
Y es que aunque la fundación nació pobre, según indica Graciano García, cuenta con la mejor agenda del país. "Más de 200 premiados que son un referente intelectual y ético para la humanidad y que se sienten intensamente unidos a los premios. Para algunas de las personas involucradas, ése es el futuro de la Fundación Príncipe de Asturias: aprovechar esa red de contactos como una herramienta del Estado. Aunque sin renunciar a su papel de premiar cada año al cuadro de honor de la humanidad", sentenció.
No hay comentarios:
Publicar un comentario