miércoles, 30 de enero de 2008

Un cumpleaños con suerte


MANUEL RAMÍREZ
Catedrático de Derecho Político
ABC

SUPONGO que nadie podrá enumerar con precisión el caudal de recuerdos que en el día de hoy, al celebrar familiarmente sus cuarenta años de vida, pasarán por la mente de Don Felipe de Borbón y Grecia, Heredero de la Corona. Es posible que ni su propia persona. Puede que el regocijo familiar lo dificulte. Y puede también que el mismo capricho de aparecer y desaparecer que el ayer, lo pasado, somete a cualquier persona, impida la exactitud de la empresa. Pero ahí, en la distancia y en la objetividad ajenas a la legítima pasión que el interesado experimenta, se puede encontrar el análisis de lo ocurrido.
Y en esa línea, acaso lo primero a resaltar sea la suerte que el Príncipe tuvo por el momento de venir al mundo en la España de fines de los sesenta. Atrás, bastante atrás, habían quedado en el tiempo (aunque sin duda no en el sentimiento) los hechos cruciales de la primera mitad del siglo XX que tanto van a seguir pesando en nuestra andadura como nación y que supongo que el Príncipe conoce a fondo por sus estudios o lecturas: la caída del reinado de su antecesor Alfonso XIII, con sus múltiples secuelas, la llegada y crisis de la II República, la tragedia de nuestra última guerra civil y todo un largo tramo del régimen instaurado por el general Franco. Y su objetivo conocimiento me parece imprescindible para cualquier español que asuma algún tipo de responsabilidad política porque, de una forma u otra, todo ese tracto está histórica e ideológicamente bien unido y hasta constituye un necesario punto de arranque para entender plenamente el presente. No. Por mucho que «algunos expertos» se empeñen, España no ha nacido con la Constitución de 1978. El análisis de nuestro siglo anterior puebla numerosas bibliotecas dentro y fuera de nuestras fronteras. Y va de suyo que conocer es en este caso también asumir y superar. ¡Allá la responsabilidad histórica de quienes se empeñan en lo contrario resucitando divisiones y rencores!
La España de los ahora llamados «felices sesenta» ya no conoce la escasez, el racionamiento, ni la continua movilización. Tampoco el aislamiento, ni la imperiosa vigilia internacional. La suerte trae al mundo al Príncipe en el pleno auge de lo que de verdad interesaba ya al franquismo (que, por cierto, es una mentalidad generalizada y no únicamente una persona): la apatía propia de los regímenes autoritarios y la aceptación inquebrantable de un Caudillo con poder vitalicio. Por supuesto que con sectores que aspiraban a libertades inexistentes y por supuesto, igualmente, con la represión de quienes públicamente lo manifestaban de una u otra forma. Y los exilios exterior e interior. Y las tristes consecuencias que sufrieron los contendientes. No intentamos justificar nada. Únicamente recordar sin ira.
La España de los sesenta ha conocido ya el desarrollo y el titulado «milagro económico». El turismo nos había elegido como lugar preferente y con el turismo vinieron muchas más cosas. El español de entonces podía ya permitirse el pequeño veraneo, disfrutar del «seilla» y lograr que sus hijos accedieran a una Universidad que conoce pronto la masificación. Nadie obligaba a apuntarse a nada y las camisas podían tener el color que se quisiera. Y en las alturas gubernamentales, una derecha tecnocrática que, sin olvidar la lealtad a Franco, moderniza al país, comienza a mirar a Europa y... muestra bien pronto su confianza en el también Príncipe llamado Juan Carlos. Dejo a la que supongo intimidad familiar cuanto el actual Rey haya narrado al actual Heredero sobre sus nada fáciles relaciones, tanto con la persona de Franco cuanto con su padre Don Juan. Sacrificio hubo por doquier y mucho queda todavía por saber.
Pero cuando el feliz nacimiento ocurre, hacía ya años (1947) que el mismo Franco, en la Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado, y por las razones que fuere, había declarado que España, de acuerdo con su tradición, se declaraba «constituida en Reino». Y en el posterior desarrollo legislativo, de aquí se partiría siempre. Ciertamente se habló siempre de «instauración» y no de «restauración», con lo que se aspiraba tanto a desear un nuevo estilo de Monarquía, cuanto a esfumar las aspiraciones del asentado en Estoril. Los indicios se fueron afianzando en el proceso educativo de Don Juan Carlos. Y justamente un año después del nacimiento que comentamos, exactamente el 22 de julio de 1969, Franco le proclama como sucesor a título de Rey. Al día siguiente, Don Juan Carlos de Borbón jura todo lo jurable como sucesor ante el pleno de las Cortes.
Se había dado el gran paso. Pero quedaba el principio legitimador de toda Monarquía: el origen dinástico. Dos días después de fallecer Franco, el nuevo Rey asume la Jefatura del Estado y proclama que quiere ser el Rey de «todos los españoles». De vencedores y vencidos de antaño. De los de dentro y de los que podían volver. Las piezas de un gran proceso terminan con dos acontecimientos definitivos: la abdicación de Don Juan y la aprobación en referéndum del pueblo español de una Constitución en la que se establecía una Monarquía Parlamentaria. Un Rey que no gobernaba, pero que unía. Que no mandaba, pero que estaba llamado a moderar.
Todo lo anterior y algunas cosas más las ha recibido Don Felipe de Borbón. Es su caudal heredado. Que no es un caudal «democrático», sencillamente porque el principio legitimador de la Monarquía no es el sufragio universal. Como no lo es en el ascenso a general de división, obispo de una Diócesis, catedrático de Universidad o equipo campeón de la Liga. La democracia tiene su ámbito muy concreto y, muy posiblemente, romper ese ámbito (algo que presumo está ocurriendo en los momentos actuales) significa caer en la demagogia final. No hay que olvidar la meritocracia, la disciplina, la antigüedad o la fe. Cada cosa en su sitio, que diría el castizo.
Quien hoy cumple cuarenta años posiblemente pase a la historia como el heredero mejor preparado académicamente de la Monarquía española. Y resulta tan peligroso como absurdo lanzarle eso de «ser juancarlista, pero no monárquico» antes, bastante antes de que haya llegado su hora de reinar. ¿En virtud de qué? La labor hasta ahora desarrollada por iniciativa propia o por indicación del Rey, no puede ser más loable, ni más intensa. En su cumpleaños cada uno puede pedirle algo más, pero no negar sus méritos. En mi opinión, que lo antes posible ejerciera alguna función de mando en nuestro Ejército. De la forma más asequible, pero sabiendo que eso es beneficioso para su presente y para su futuro. Y algo más. El conocimiento directo de la problemática de los distintos sectores del país (médicos, empresarios, profesores, obreros, artistas, etc.) de forma habitual y mediante reuniones en las que oiga los auténticos problemas, sin ningún tipo de mediación. Si así lo hiciera, la felicitación de hoy sería doble. Sobre todo si, en su día, también se propone ser Rey de todos los españoles.


Especial de ABC

Especial de El Mundo

El Príncipe cumple 40 años

El Príncipe cumple 40 años

Mariángel Alcázar
La Vanguardia

Durante años, a Felipe de Borbón se le ha definido como el príncipe más preparado de la historia de España. Ahora, con 40 años, el heredero de la Corona atesora también la experiencia en el cargo que ejerce a plena dedicación desde que, en 1996, concluyó su etapa de formación. Dispuesto a asumir sus responsabilidades futuras desde la madurez de su estabilidad personal, don Felipe tiene el propósito de seguir trabajando para que la práctica del día a día, en lo público y en lo privado, consolide su figura como futuro rey de España.

Felipe, Juan, Pablo, Alfonso de Todos los Santos de Borbón y Grecia nació en Madrid el 30 de enero de 1968. En aquellos momentos sus padres, los entonces príncipes Juan Carlos y Sofía tenían un futuro incierto que dejó de serlo el 22 de noviembre de 1975, fecha en la que don Juan Carlos asumió el trono y su hijo, Felipe de Borbón, la certeza de que su destino estaba decidido.

Siempre fue un joven responsable y serio pero desde que alcanzó la mayoría de edad, en 1986, todos sus anhelos personales quedaron supeditados a su formación como príncipe heredero. De los 18 a los 28 años, don Felipe se dedicó a formarse en todas y cada una de las áreas por las que debe transitar un futuro rey de acuerdo con un minucioso plan elaborado en la Zarzuela según las indicaciones del Rey.

Don Felipe ya había iniciado con 17 años su paso por las academias militares, donde realizó unos cursos acelerados que le permitieron entrar en el escalafón de los tres ejércitos. En la actualidad, el Príncipe ostenta los empleos de comandante del Ejército de Tierra (Infantería); capitán de corbeta de la Armada y comandante del Ejército del Aire. Don Juan Carlos estuvo especialmente interesado en la formación militar de su heredero, consciente de que sus compañeros de academia serían, con los años, interlocutores imprescindibles para quien está llamado a ser jefe de las Fuerzas Armadas.

Los estudios universitarios de Derecho y Económicas, en Madrid y un master en relaciones internacionales en Estados Unidos, completaron la formación de don Felipe. Fueron años de estudio que el heredero compaginó con algunas actividades oficiales y, sobre todo fueron años en los que se escudriñó con afán en la vida sentimental de don Felipe. Al Príncipe le empezaron a atribuir posibles novias que, hasta su boda con Letizia Ortiz, fueron formando una lista que encabezó Isabel Sartorius y cerró Eva Sannum.

La relación de don Felipe con Eva Sannum provocó un debate nacional que repercutió en la figura de don Felipe como heredero y dejó en segundo plano la integridad con la que ejercía su función y sus méritos personales e institucionales como representante de la Corona. En esos años, su voluntad se puso a prueba y su empeñó en lograr conciliar su vida personal con su papel institucional marcó su decisión más importante y, también, la única que pudo tomar desde la libertad y la responsabilidad: su compromiso matrimonial con Letizia Ortiz.

La boda del heredero llegó en el mejor momento y aunque la elección de una mujer divorciada, periodista e hija de una familia de clase media causó cierta conmoción y algunas críticas desde los sectores más convencionales, la verdad es que, desde su matrimonio con la princesa Letizia, don Felipe es otro o, mejor dicho, es el que siempre quiso ser. Ha ganado en proximidad y calidez

En los casi cuatro años que han pasado desde la boda real, don Felipe ha sido padre de dos niñas, las infantas Leonor y Sofía, cumpliendo con uno de los deberes de su posición; dar continuidad a la institución monárquica. Su matrimonio y su paternidad han contribuido decisivamente a un mayor conocimiento del Príncipe entre la sociedad española. Don Felipe, apreciado y valorado por todos los miles de interlocutores con los que ha tenido trato directo en los últimos años, está superando algunos estereotipos sobre su persona gracias, precisamente al ejercicio de su trabajo. Don Felipe no es solo un príncipe preparado es, sobre todo, un príncipe en ejercicio. Podía haber sido un príncipe a la espera, pero en la Zarzuela y, de acuerdo siempre con el Gobierno, se optó por un príncipe implicado en el aparato del Estado para atender cuestiones de interés general. Instrumento útil de la política exterior sobre todo en Latinoamérica y con especial interés la defensa de los intereses culturales y económicos de España en el mundo. El Príncipe ejerce también funciones de representación de la Corona en España ante las instituciones y ante las personas. Don Felipe quiere que se le vea como alguien útil, preparado pero, sobre todo con experiencia.

miércoles, 23 de enero de 2008

Imágenes hogareñas de los Príncipes de Asturias

Con motivo del 40 cumpleaños del Príncipe de Asturias, se ha hecho público un vídeo en el que se ve la vida cotidiana del Príncipe. Se le puede ver despachando con el Rey, enseñando a ir en bici a la Infanta Leonor y también junto a Doña Letizia y la Infanta Sofía en una cariñosa sesión de lectura.
La Familia Real, una vez más, ejemplo para las familias españolas.


Especial informativo - 'Los 40 del Príncipe'

Anuncio del reportaje que emitirá Televisión Española el próximo viernes 25 de enero con motivo del 40 cumpleaños del Príncipe Felipe.

Resumen de la actividad diaria del Príncipe

Reportaje de la Agencia EFE que ha seguido durante 3 meses las actividades oficiales del Príncipe Felipe y en el que se muestran los entresijos de la preparación de los viajes oficiales y actos públicos. También nos muestra la cara más humana de su vida familiar junto a su esposa e hijas.


El álbum familiar de los Príncipes de Asturias

Numerosos medios de comunicación habían pedido al Palacio de La Zarzuela entrevistas, declaraciones, fotos o imágenes de los Príncipes de Asturias con el fin de realizar sus respectivos especiales sobre el cumpleaños de Don Felipe, que se celebra el 30 de enero. Finalmente, la Casa del Rey optó por que la agencia Efe realizara en régimen de pool un reportaje gráfico con imágenes inéditas de la vida de los Príncipes, cuyas fotografías se distribuyeron ayer. Las imágenes fueron tomadas por Jesús Bartolomé y Nacho Martín, cámaras de Efe que siguieron a Don Felipe durante casi tres meses, según informa la agencia.
El reportaje de 90 minutos de duración, que también utilizarán las distintas cadenas de televisión, incluye imágenes de la vida pública y privada del Príncipe. En ellas se puede ver a Don Juan Carlos y a Don Felipe en el despacho del Rey, o al Heredero de la Corona pilotando un helicóptero desde La Zarzuela a la base de Torrejón. De esta forma, el Príncipe aprovecha los traslados que tiene que hacer para conseguir las horas de vuelo necesarias para mantener la licencia de piloto.
Pero las imágenes más curiosas son las que ofrecen escenas familiares. Así, se puede ver a DonFelipe enseñando a montar en bicicleta a su hija la Infanta Leonor, mientras Doña Letizia pasea en la sillita a la Infanta Sofía, cubierta con una mantita de retales. En otro momento, los Príncipes leen cuentos a sus hijas, primero sentados en un sofá y después, en torno a una mesa camilla.
En todas las imágenes familiares se intenta transmitir la sencillez de la vida privada de los Príncipes de Asturias. Para ello, se han escogido estancias en las que llama la atención la austeridad de su decoración. En todas estas fotografías destacan los colores marrones y rosas, así como el detalle de que Doña Letizia y su hija Leonor se vistieron en estos mismos tonos.
La Zarzuela también facilitó unos datos sobre las actividades oficiales realizadas por el Príncipe desde que terminó su formación académica y militar, hace doce años. Desde entonces, Don Felipe ha realizado 4.530 actividades oficiales y 170 viajes al extranjero. También ha recibido en audiencia a más de trece mil personas y ha pronunciado 719 discursos.

Reportaje fotográfico

lunes, 21 de enero de 2008

Dear King

ABC

EL Rey ha cumplido 70 años. Por muchas razones, no ya sólo por ésta trivial y convencional del cumpleaños, es hora de hablar del Rey. Han pasado ya más de treinta años desde la instauración monárquica. Un acontecimiento histórico excepcional, seguramente irrepetible. Nada ocurrió como estaba previsto, no todo estaba atado y bien atado, la democracia no vendría por generación espontánea. Había que hacer encaje de bolillos, se dice, hilar muy fino, tener voluntad y coraje, inventar sobre la marcha, hacer camino al andar. Nada estaba escrito del todo. Y en estas circunstancias, sin tener una clara hoja de ruta delante, el Rey asumió su papel con todas las de la Ley y se ganó el respeto y la admiración de la mayoría de los españoles. Finalmente no fue la figura pública que unos despreciaban, otros temían y otros deseaban. Fue mejor que todo eso. Dijo que sería el Rey de todos los españoles y lo cumplió con todas las dificultades que ello suponía en aquel momento.
Ahora lo vemos con una cierta normalidad, pero entonces aquello sorprendió a propios y a extraños. No teníamos, no tenemos, un Rey al uso, si es que eso existe en nuestros días. Es decir, una institución del pasado que vive y se alimenta del pasado sin más recursos y posibilidades que mirarse y defenderse a sí misma. El Rey, nuestro Rey, ha demostrado, contra aduladores y detractores, que la Monarquía es, podía y puede serlo, una institución actual; desde luego, muy pocos pueden poner en duda seriamente que, hoy por hoy, es un pilar básico de nuestro sistema democrático. Tenemos, pues, un Rey innovador, lo que a muchos puede parecer casi una contradicción en los términos. Un Rey innovador en su talante, en sus ideas, en su inquieta preocupación por detectar qué es lo que pasa en el mundo y tomar buena nota de ello, en dar a cada cosa, por pequeña que sea, la debida importancia.
Ese rasgo de la personalidad del Rey merece ser reconocido y valorado. Me referiré a una parte de la biografía de Don Juan Carlos, quizás no demasiado conocida, que revela, a mi juicio, lo que acabo de decir y creo que este momento de celebración puede ser una buena oportunidad para mostrarla. Nos tenemos que remontar para ello a finales de año 87 cuando los Reyes realizan un viaje oficial a los Estados Unidos. Visitan Washington, en donde almuerzan con el presidente Reagan, Nueva York, Texas, Nuevo México y finalmente California. Allí en California, en la ciudad de Los Ángeles, y concretamente en un almuerzo en el Bank of América, es donde salta una idea que el Rey coge al vuelo, acaricia, hace suya y trata, con una tenacidad digna de tan buena causa, de llevar a la práctica. Ciertamente, no fue fruto de la casualidad: la idea de la innovación como motor de desarrollo social y económico del país encontró terreno abonado en la mentalidad del Rey, una predisposición extraordinariamente favorable. Se trataba de trasladar a nuestro país la opción californiana de fomento de la alta tecnología que tuvo su culminación en el Sillicon Valley.
El Rey no paró hasta que aquella idea germinal se materializó en un proyecto concreto. La noche misma de la reunión en el Bank of America realizó sus primeras gestiones para el seguimiento de su conversación con Abel Zarem, uno de los viejos leones del sector aeroespacial norteamericano que le había entusiasmado al hablarle de un futuro prometedor para España si entraba con paso firme en la revolución post-industrial. Poco tiempo después Zarem escribe una carta al Rey en la que profundiza en sus mensajes; concreta planes de acción y le sugiere la elección de algunos champions, personajes de prestigio en el mundo económico y social, que empujen y lideren el proyecto. El Rey lee aquella carta, que comienza con un familiar Dear King, con extrema atención; directa y espontánea, podía haber quedado perdida entre cientos de misivas grandilocuentes e «importantes». Pero no es ese el caso.
El Rey, doy fe, la guarda como oro en paño y sigue actuando con rapidez. No muchos meses después Lladó, Sánchez Asiaín y Piera se ponen en marcha para dar los primeros pasos y comprometer en el proyecto a un importante grupo de empresarios. Un equipo de trabajo formado por universitarios, expertos y representantes de las empresas, realiza un estudio de viabilidad que sienta las bases de una gran Conferencia Tecnológica. El Rey sigue con atención todas estas iniciativas y las apoya sin reservas; opina, urge, anima. Lo que fue una idea etérea, frágil, que hubiera podido quedar en el mundo de los sueños, de las ilusiones incumplidas, se va convirtiendo paso a paso, en una realidad.
La Fundación Cotec es, finalmente, el fruto de aquel viaje real del año 87. España estaba entonces en pleno proceso de integración en la Unión Europea, la modernización social, política y económica se encontraba pues en su máximo apogeo. La etapa política de la transición había terminado y el Rey podía limitarse ya a un papel casi puramente representativo como Jefe del Estado, tal y como figura en la Constitución. La Fundación Cotec es, sin embargo, una muestra más del compromiso del Rey con el proceso de cambio que sigue la sociedad española: no hay que esperar a que las cosas pasen por sí solas, por la propia inercia, sino que hay que propiciarlas, impulsarlas, favorecerlas. El Rey así lo entendió, se tomó el asunto en serio y se convirtió en el primer promotor del valor de la innovación en España.
Veinte años después Cotec es ya un proyecto europeo. Existen iniciativas similares a la española en Portugal y en Italia. El pasado año, se celebró una importante reunión en Lisboa promovida por los socios portugueses. En el Palacio de Ajuda se encontraron para hablar de innovación en Europa los Jefes de Estado de los tres países mediterráneos. Al Rey se le notaba contento. Me parecía que estaba en su salsa, en la salsa que más le gusta, en la que transmite más ilusión y entusiasmo. En un momento de la reunión me pidió que le hablara al presidente Cavaco de los orígenes de Cotec, de lo de Zarem y California, aquel día en que en Los Ángeles se produjo un terremoto que produjo olas en la piscina del hotel, una anécdota que a Don Juan Carlos le gusta recordar. Traté de hacer una breve y clara exposición en castellano pero el Rey, atento y sensible hacia nuestros interlocutores, me pidió que hablara en portugués o en inglés.
Así es el Rey: las «pequeñas» ideas preñadas de posibilidades, como esa de la «innovación» cuando nadie todavía hablaba de innovación en España; las «pequeñas» e informales cartas, como la de Zarem, con mensajes de interés para el futuro; las «pequeñas» virtudes como las de la cortesía y la buena educación, ocupan un lugar destacado en su regia labor de todos los días. Nadie que no conozca a Don Juan Carlos puede pensar en algo así. De un Rey se espera, quizás, solemnidad, lejanía, representación, poder. Pero nuestro Rey es distinto, es un Rey de mañana, con 70 años nada menos y pendiente de los pequeños detalles. Que el tiempo no le cambie.

miércoles, 16 de enero de 2008

El himno nacional

Jose María Pemán
Libertad Digital

Al fin, el jurado designado por el C.O.E. y la S.G.A.E. ha elegido una letra para el himno nacional.El primer debate que se establece ahora es la conveniencia o no de que el himno tenga letra. Es cierto que el ciudadano español es bastante reacio a exteriorizar sus sentimientos profundos y prefiere ocultarlos en su corazón, y si se decide a manifestarlos lo hace más de forma unipersonal que compartiéndolos en grupo. Abundando el lo dicho pongo por ejemplo el típico cantaor que nos deleita con una saeta al pasar una procesión, o el aragonés que nos brinda una preciosa jota, etc.

Naturalmente hay excepciones, principalmente en el norte de España, entre las que podríamos citar, por ejemplo, a Asturias, donde bastan cuatro sidras para que inmediatamente, los asturianos entonen el "Asturias patria querida…", o bien un par de albariños para que los gallegos se lancen a cantar una muñeira…

Se me viene a la cabeza una anécdota que me contó hace muchos años mi padre. Vino a dar un concierto en la plaza de toros de El Puerto de Santa María el Orfeón Donostiarra. Mi padre asistió al acto acompañado de su Séneca particular. Cuando terminó la actuación, el filósofo sentenció "Don José, ha estao mu bonito, pero lo que no entiendo es pa qué hace farta tanto tío pa decí tos los mesmo".

Por todo lo expuesto anteriormente, se explica que, el motivo por el que se ha demandado una letra para el himno nacional es por razones mucho más triviales. Efectivamente, no es más que la cierta envidia que nos produce el observar a los deportistas que representan a otras naciones, cuando cantan fervorosamente con la mano en el pecho su correspondiente himno.

En mi modesta opinión yo soy partidario de que tenga letra nuestro himno. De hecho, cuando oímos interpretar el himno nacional, si en vez de guardar en nuestro interior la emoción que nos produce, nos decidiéramos a exteriorizar nuestro sentimiento cantándolo, nos encontraríamos mucho más a gusto por la misma y simple razón que una persona se desahoga gritando cuando le hacen daño o rompe a llorar al sentir pena.

Para conseguir el objetivo de que el pueblo se decida más fácilmente a cantar el himno nacional es muy importante que la letra exprese los mensajes adecuados que nos hagan vibrar como verdaderos y auténticos españoles.

Aunque las comparaciones son odiosas, a continuación pasaré a hacer una análisis comparativo entre la auténtica letra que escribió Pemán y la ahora elegida, cuyo autor es Paulino Cubero. Y digo una vez más la auténtica letra de mi padre, ya que en estos días, que se ha reabierto el debate sobre el himno vuelven muchos medios de comunicación a transcribir una letra que no se corresponde con la original y que, como ya he dicho en otras ocasiones fue manipulada durante la guerra civil.

Especialmente me duele que un periódico como ABC, en el que durante tantos años colaboró mi padre escribiendo sus magníficos artículos en "la tercera", reproduzca la letra de forma equivocada, y para colmo, al recordar a la figura de Pemán manifieste que murió en el año 1987, cuando la realidad es que lo hizo en el año 1981; o que diga que la letra la escribió durante la guerra civil, lo que tampoco es cierto pues dicha letra es muy anterior, ya que fue un encargo que le solicitó Don Miguel Primo de Rivera.

Así pues las dos letras son:

José María Pemán

¡Viva España!
alzad la frente
hijos del pueblo español
que vuelve a resurgir.

Gloria a la Patria
que supo seguir
sobre el azul del mar
el caminar del sol.

Triunfa España
los yunques y las ruedas
canten al compás
un nuevo himno de fe.

Juntos con ellos
cantemos de pié
la vida nueva y fuerte
de trabajo y paz.

Paulino Cubero

¡Viva España!
Cantemos todos juntos
con distinta voz
y un solo corazón
¡Viva España!
desde los verdes valles
al inmenso mar,
un himno de hermandad
Ama a la Patria
pues sabe abrazar,
bajo su cielo azul,
pueblos en libertad
Gloria a los hijos
que a la Historia dan
justicia y grandeza
democracia y paz

Yo sinceramente me quedo con la de Pemán, y no precisamente por estar guiado por la parcialidad de ser su hijo, sino por argumentos que estimo objetivos y evidentes, entre los que pudo destacar los siguientes:

Primero: mi padre empieza manifestando el mensaje de que el pueblo español, "con la frente en alto", se siente orgulloso de haber resurgido en infinidad de ocasiones de sus propias cenizas frente a múltiples adversidades que han ocurrido en siglos pasados. En esa misma línea se destaca como los españoles han sabido también hacer frente a los ataques externos y a la invasión de otras culturas, forjándose su propia identidad, que no sólo ha mantenido en España sino que, guiado por su propia fe y su afán universalista, ha sentido la necesidad de propagar sus principios a través del "azul del mar y el caminar del sol".

Pemán, continúa ensalzando la entereza del pueblo español, que mediante su trabajo constante y su propio esfuerzo ("yunques y ruedas"), fieles a su fe, ha sabido conseguir que nos sintamos todos orgullosos de ser españoles, y vivir en paz.

El autor Paulino Cubero en sus tres primeras estrofas evoca un mismo mensaje, mucho más simple y a la vez oportunista: que existe una diversidad en el pueblo español pero que todos estamos unidos bajo una sola nación, España.

Éste único mensaje lo manifiesta en cada estrofa bajo tres prismas distintos:

A) Por el sentimiento: diciendo que somos diversos pero "con un solo corazón"
B) Geográficamente: al decir simplemente que esos pueblos diversos están unidos en una sola nación que van desde "los verdes valles al inmenso mar"
C) Constitucionalmente: al expresar que la Patria nos "abraza a todos los pueblos diversos".
Termina evocando al final en la cuarta estrofa un mensaje más profundo al hacer mención de la justicia, la grandeza, la democracia y la paz. Por todo ello, prefiero la mayor profundidad de los conceptos que se desprenden de la letra de Pemán.

Segundo: Desde el punto de vista de la calidad poética, no hay duda de que lo escrito por Pemán es muy superior. Además, la última estrofa de Paulino Cubero, al cantarse, provoca unas cuantas sinalefas que dificultan interpretación popular. En cualquier caso, soy totalmente pesimista, y estoy convencido de que ninguna de las dos letras obtendrá el consenso necesario para adquirir la categoría de letra oficial del himno de España.

Si sigue gobernando la rancia y envidiosa izquierda que nos ha tocado sufrir, o bien vuelve la derecha, con su habitual complejo ante los mal entendidos progresismos, contando además con los nacionalistas siempre adversos al concepto de la unidad de España, difícilmente aceptarán una letra oficial en la que se pronuncien las palabras España y Patria. España es diferente. Ahora resulta que el himno nacional no puede hacer mención al nombre de la nación. Es triste.

sábado, 12 de enero de 2008

Vídeo de los 70 años del Rey

Televisión Española ha publicado en Youtube el interesante vídeo dedicado al Rey con motivo de su 70 cumpleaños.

Por su interés, publicamos aquí el acceso al reportaje que tiene una duración de hora y media.

viernes, 11 de enero de 2008

Letra para la Marcha Real

ABC publica hoy la propuesta de letra para la Marcha Real seleccionada por encargo del Comité Olímpico Español.

Tras la elección de la letra, el COE tiene previsto recoger las firmas (al menos medio millón) que le permitan presentar una iniciativa popular legislativa ante el Congreso para que sea éste el que acepte definitivamente la letra como himno oficial.



¡Viva España!
Cantemos todos juntos
con distinta voz
y un solo corazón.

¡Viva España!
Desde los verdes valles
al inmenso mar,
un himno de hermandad.

Ama a la Patria
pues sabe abrazar,
bajo su cielo azul,
pueblos en libertad.

Gloria a los hijos
que a la Historia dan
justicia y grandeza
democracia y paz.

Entrevista a Carmen Enríquez

Como periodista que durante casi dos décadas ha seguido muy de cerca de la Casa Real dice que su obligación es enterarse de todo lo que pasa pero sólo contar lo que se considera de interés público y que tenga cabida en un informativo serio. De sus crónicas y de sus viajes ha publicado recientemente el libro "Tras los pasos del Rey".

Entrevista con audio y vídeo

jueves, 10 de enero de 2008

Debate por internet



Ante las próximas elecciones legislativas que se celebrarán en España el 9 de marzo, el periódico 20 minutos ha propuesto organizar un debate por internet entre José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy.

Desde este blog apoyamos la iniciativa que debe constituir una herramienta para facilitar la participación de los ciudadanos en la vida política de España.

El Rey seguirá trabajando «con la misma pasión y entrega al servicio de España y de todos los españoles»

alternatiu
ABC

El Rey celebró anoche sus 70 años de vida -que cumplió el pasado día 5-, con una cena de gala en el Palacio de El Pardo junto a más de 450 invitados, la mayoría de ellos políticos y representantes de las instituciones del Estado protagonistas en los 32 años de su reinado. Una ocasión única que reunió en torno a la misma mesa a cuatro de los cinco presidentes de la democracia: Zapatero, Aznar, González y Calvo Sotelo.

Los Reyes, acompañados por los Príncipes de Asturias y las Infantas, recibieron a los invitados a su llegada a El Pardo. Tras el pasamanos, anfitriones e invitados se encaminaron al Patio de los Borbones, lugar habilitado para esta cena.

Allí, un emocionado Don Juan Carlos se dirigió a los presentes para expresarles su "renovada determinación" de seguir trabajando como Rey al servicio de los españoles y agradecerles a todos ellos su contribución a mantener "el rumbo de la Corona" y haber logrado "una España unida y diversa, moderna y plural, próspera y solidaria" "hecha por todos y para todos".

"Los largos años de reinado hacen que se agolpen en mi corazón tres sentimientos: orgullo por lo mucho que hemos conseguido; confianza en el porvenir, en nuestros jóvenes, pues es todavía más lo que unidos podemos alcanzar y renovada determinación de seguir trabajando como Rey con la misma pasión y entrega la servicio de España y de todos los españoles", resaltó el Monarca.

El apoyo de la Reina

En su dircurso, Don Juan Carlos quiso recordar especialmente a aquellos ciudadanos que han sido víctimas de "la barbarie terrorista" porque merecen "el más emocionado recuerdo", además de un profundo afecto y el apoyo a sus familias.

Tras agradecer el generoso apoyo de la Reina y de toda su familia, reiteró su reconocimiento al "conjunto de la sociedad española", a sus poderes, instituciones, Comunidades Autónomas, y al conjunto de fuerzas políticas, organismos y entidades que, "con tanto empeño, sacrificio e ilusión, han trabajado y trabajan por una España cada vez mejor".

Don Juan Carlos aseguró que ese firme afán de servicio a España que defiende la Corona tiene la mejor garantía de continuidad en el Príncipe de Asturias, y terminó sus palabras con un ¡viva! al pueblo español y otro a España.

Discurso íntegro del Rey

Zapatero agradece su aportación a la democracia

Antes del discurso del Monarca, el jefe del Ejecutivo realizó un brindis, een el que quiso subrayar el hecho de que en este año se cumplirán treinta años de la aprobación de la Constitución que institucionalizó la Monarquía parlamentaria, y señaló que todos los presentes en la cena consideran ese periodo como el más fecundo de la España contemporánea gracias a "su extraordinaria aportación a este logro común".

Zapatero alabó la labor de Don Juan Carlos por haber obtenido "una democracia viva, plenamente consolidada y con un futuro prometedor" y mostró la gratitud de los españoles por la abnegación con que desempeña "desde siempre" la tarea de servir a sus altas funciones "llenando su papel institucional de cordialidad con la gente, comprensión y atención a sus problemas, aliento de sus ilusiones, cercanía en los momentos difíciles".

Tras desearle que cumpla muchos años más, el líder socialistainvitó a los asistentes a levantar su copa y brindar por ese deseo y por la ventura personal del Monarca.

no disponible

El Príncipe: «Gracias, querido patrón, por tu permanente ejemplo»

Antes de que interviniera Don Juan Carlos y después de que lo hiciera el presidente del Gobierno, el Príncipe de Asturias pidió la venia «rompiendo el protocolo» para intervenir en la celebración institucional de los setenta años del Rey. Y Don Felipe dirigió unas palabras «como Heredero de la Corona —dijo—, pero sobre todo como hijo y en representación de la Familia».
El Príncipe, que celebró que su padre siga con «ganas de continuar en la brecha» y lleno de vitalidad a sus setenta años, aprovechó su intervención para dar a conocer una faceta del Rey visto por su hijo hasta ahora desconocida.
Después de destacar la trascendencia de la cena, por el perfil de los invitados, y de aludir a los más de treinta años de democracia, el Heredero de la Corona precisó que el acto de anoche no se trataba de «una gran fiesta, cosa que por lo demás no suele ser de tu agrado», sino de «un acontecimiento humano, alegre y "casi" privado, con muchos de los que te han acompañado o acompañan ahora en la conducción de la vida pública, institucional y política de España durante tu Reinado».
«Este es tu estilo —agregó Don Felipe—, tu particular forma de "vestir" llana y dignamente tus setenta años: con generosidad, sin pretensiones, con la mano tendida y los brazos abiertos y... también —todo sea dicho— con el andar un poco ralentizado por el peso de la experiencia, pero sin perder esa chispa siempre dispuesta para el humor, la intuición y el coraje que siempre has demostrado, hasta en los momentos más difíciles».
El Príncipe continuó con una original descripción de su padre: «Reconozcámoslo, siempre dentro de un orden, te gusta la improvisación propia de estas latitudes, la sorpresa y cambiar el paso de vez en cuando, aunque huyas del desorden, la arbitrariedad y la imprevisión», agregó. No ocultó el Príncipe su intuición de que Don Juan Carlos esté ya «un poco cansado —aunque muy agradecido— de tanta felicitación y sabemos que las celebraciones te gustan sobrias y discretas». Ahora bien, agregó, «como Jefe del Estado aceptas que muchos deseen alegrarse contigo por tus estupendas 70 primaveras. Así que los aquí presentes representan de alguna manera a todos los españoles que quieren acompañarte y desearte un feliz cumpleaños».
Después de recordar a los hombres y mujeres que desde todos los rincones de España han dedicado sus mejores esfuerzos para sacar adelante España en democracia, libertad y bienestar, el Príncipe recurrió al lenguaje náutico, tan íntimamente relacionado con la Familia Real, para referirse a su padre: «Gracias, querido patrón —como nos gusta llamarte, tal y como le llamábais los hermanos a vuestro padre, nuestro querido abuelo—, por tu permanente ejemplo de vida intensa, entregada al servicio de la Nación». «Ese es el legado que vas conformando día a día y que se convierte en "carta de navegación" fiable para los que te seguimos en la vida y damos continuidad a tu vocación, para los que te admiramos y te queremos», continuó.

Referencia a la Reina

Don Felipe también tuvo unas palabras de afecto y admiración para su madre, la Reina: «Permíteme añadir que si para leer, interpretar correctamente, cualquier carta náutica recurrimos a la leyenda, esa la encontramos impecable en tu leal y dedicada mujer, nuestra querida madre, que en unos meses también te acompañará con su setenta aniversario. Muchas felicidades en nombre de tus hijos y familia. Y te pido permiso para ser portador del gran abrazo que todos te dan por este cumpleaños y te diga: ¡Que cumplas muchos más! y que con cada uno sigas creciendo en sabiduría y felicidad».

Las palabras del Príncipe terminaron con un emotivo abrazo a su padre, visiblemente emocionado, y acompañado por los aplausos de los asistentes.

Palabras del Príncipe

Galería fotográfica

Testigos de un Reinado histórico

Noche solemne y emotiva en el palacio de El Pardo en un ambiente a la vez distendido, con el Rey como perfecto anfitrión ante una nutrida y plural representación institucional, la mayoría personalidades que han colaborado con el Rey en la construcción y consolidación de la democracia en España . La ocasión de la celebración del setenta cumpleaños de Don Juan Carlos y la organización de esta convocatoria singular propició un recorrido y balance de sus tres décadas de Reinado, ya que anoche cumplimentaron a la Familia Real en la preceptiva línea de saludo las personalidades más significativas de la reciente historia de España, desde la Transición a nuestros días. Además de los representantes públicos de rigor (Gobierno en pleno, ex jefes de Gobierno, presidentes del Congreso y Senado, jefes de los Gobiernos autonómicos, líder de la oposición, representantes de las fuerzas parlamentarias y cúpula del Poder Judicial), asistieron, del ámbito empresarial y laboral, el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, y los líderes sindicales Cándido Méndez (UGT) y José María Fidalgo (CC.OO.).
Padres de la Constitución
El Patio de los Austrias del Palacio del Pardo fue el escenario en el que coincidieron cuatro presidentes del Gobierno de nuestra democracia: además de José Luis Rodríguez Zapatero, Leopoldo Calvo Sotelo, José María Aznar y Felipe González. Sólo faltó, obviamente, Adolfo Suárez, imposibilitado por su enfermedad.
También asistieron los padres de la Constitución (Manuel Fraga, Gregorio Peces-Barba, Miguel Roca, José Pedro Pérez-Llorca y Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón), con la ineludible sensación del vacío dejado por el reciente fallecimiento de uno de los ponentes, Gabriel Cisneros, y la enfermedad de otro, Jordi Solé Tura. Igualmente, se sumó a la convocatoria el histórico líder del PCE Santiago Carrillo, en calidad de firmante de los Pactos de La Moncloa.
Fueron asimismo testigos de esta cita excepcional los presidentes de todas las Comunidades y Ciudades Autónomas, entre ellos el lendakari, Juan José Ibarretxe, y el presidente de la Generalitat de Cataluña, José Montilla.
Otros cargos institucionales presentes fueron los responsables del Consejo de Estado, Francisco Rubio Llorente; el del Tribunal de Cuentas, Manuel Núñez; el fiscal general del Estado, Cándido Conde Pumpido; el Defensor del Pueblo, Enrique Múgica; el presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), Pedro Castro; el presidente del Instituto de España, Salustiano del Campo, además de los directores o presidentes de cada una de las Reales Academias, como el de la RAE, Víctor García de la Concha, y el de la de la Historia, Gonzalo Anes. Tampoco faltó, en representación del mundo universitario, el presidente de la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (CRUE), Ángel Gabilondo.
En representación del estamento militar, estuvieron presentes el jefe del Estado Mayor de la Defensa, Félix Sanz Roldán, y los de los tres estados mayores: por el Ejército asistió a la cena el general Carlos Villar; por el Estado Mayor del Aire, el general Francisco José García de la Vega y en representación de la Armada, el general Sebastián Zaragoza Soto. También asistió el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela.
En primera línea de saludo se situaron Don Juan Carlos y Doña Sofía y en un segundo plano los Príncipes de Asturias, la Infanta Doña Elena, la Infanta Doña Cristina e Iñaki Urdangarín, la Infanta Doña Pilar, la Infanta Doña Margarita con su esposo Carlos Zurita y los Duques de Calabria, el infante Don Carlos y su mujer Ana de Francia. Los Reyes se mostraron muy efusivos con sus invitados en esta noche de gratitud por la «lealtad demostrada», en la que se pudo ver, entre tantísimas personalidades al hijo de Adolfo Suárez Yllana, quien acompañado por su mujer, Isabel Flores, representó a su padre, uno de los grandes ausentes de la velada. Elegantísimas, tanto Su Majestad la Reina como la Princesa de Asturias y las Infantas Doña Elena y Doña Cristina dieron realce a la velada. Además, también algunas de las invitadas (la mayoría en calidad de cónyuges) aportaron color y «charme» a la noche en palacio, como adecuado contraste al casi monocorde traje oscuro de los caballeros.
Terciopelo negro
Doña Sofía eligió para la ocasión un vestido de color guinda con volantes, mientras que Doña Letizia optó por un vestido negro con lentejuelas, por encima de la rodilla, de líneas sencillas. La Princesa de Asturias lució, esta vez ondulada, su nueva melena, más corta. La Infanta Doña Cristina se vistió para la ocasión con un conjunto de cuerpo de terciopelo negro y falda abullonada del mismo color; y Doña Elena, falda de tonos salmón con vuelo, chaqueta beige bordada.
Entre las asistentes llamó la atención Ana Botella, con vestido de tirantes en encaje negro y Esperanza Aguirre con un conjunto de falda negra con volantes y chaqueta adamascada en azul noche y negro. La ministra de la Vivienda, Carme Chacón, a quien los Reyes felicitaron por su embarazo, llevaba un moderno blusón de seda y pantalón negro y la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, un vestido estampado de línea recta en tonos rojizos.
Tras el besamanos, en la mesa presidida por los Reyes, cenaron el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y su esposa, Sonsoles Espinosa; José María Aznar y su mujer Ana Botella, Felipe González con Carmen Romero, los presidentes del Congreso, Manuel Marín, y del Senado, Javier Rojo; la presidenta del Tribunal Constitucional, María Emilia Casas, y el presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y del Tribunal Supremo, Francisco José Hernando, también junto a su esposa.Con esta composición se quiso reflejar la representación de los tres poderes del Estado junto a Su Majestad el Rey.
Compartieron mesa con los Príncipes de Asturias el líder de la oposición, Mariano Rajoy, y su mujer, Elvira Fernández Balboa; el representante de la Política Exterior Europea, Javier Solana, y su esposa; la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, el ex presidente del Congreso y ponente constitucional Gregorio Peces-Barba y el presidente del Gobierno autónomo vasco, Juan José Ibarretxe.

lunes, 7 de enero de 2008

El Rey se viene arriba tras su 'annus horribilis'



El Confidencial

Simpático como el que más, campechano, cercano. El rey se vino ayer arriba durante la recepción con motivo de la Pascua Militar, ese homenaje que desde tiempos de Carlos III realiza la Corona al valor heroico de los militares desde que recuperaron de los ingleses Menorca, allá por 1782.

Atrás queda el annus horribilis que para algunos ha vivido don Juan Carlos, que comenzó con el famoso incidente de la caza del oso Mitrofan en Rusia y que tuvo su punto culminante con la portada de la revista satírica El Jueves. El rey sufrió una escalada de ataques a lo que representa, con quemas de fotografías convenientemente aumentadas por los medios de comunicación y peticiones de abdicación por parte del locutor estrella de la COPE. El ejercicio culminó con la separación de su hija doña Elena.

Aquel "¿por qué no te callas?" con el que cerró la boca al lenguaraz Hugo Chávez fue un espaldarazo con el que el Monarca recobró buena parte de la popularidad perdida. La visita a las tropas destinadas en Afganistán, en víspera de la Nochevieja, fue todo un bálsamo y la recepción de ayer, el símbolo de su recuperación.

La alegría del rey causaba asombro incluso entre los periodistas, con los que charló informalmente. Reveló los regalos de su setenta cumpleaños, celebrado con su familia el día anterior: unas corbatas, unos zapatos, una bufanda y una pluma que le ha gustado mucho... Todo de lo más común. Y hasta contó divertido que doña Sofía le puso de postre una tarta con setenta velas, y que le ha pedido a la reina que ya no quiere soplar hasta la extenuación: con unas velas con las cifras, basta. Salpicado todo ello de la campechanía habitual en él.

Don Juan Carlos se mostró agradecido de las felicitaciones que ha recibido de muchos mandatarios, entre los que citó las del rey Mohamed VI de Marruecos, la del presidente de Rusia, Vladimir Putin, o la de la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner. Y tiene previsto pedir a TVE una copia de la cariñosa felicitación que grabó para él Bill Clinton, porque no ha podido verla. Lo dicho: el rey recupera la popularidad y la alegría. ¿Su balance de estos 70 años? "Buenísimo gracias a todos los españoles".

domingo, 6 de enero de 2008

Reportajes dominicales sobre el Rey


Ilustración de Jordi Labanda para el Magazine.


La prensa de hoy domingo sigue publicando interesantes reportajes sobe el cumpleaños real.

La Razón dedica un suplemento conmemorativo y laa revista Hola publica un especial fotográfico sobre el cumpleaños real:

70 años, 70 imágenes de la vida del 'Rey de todos los españoles'

ABC hace un recorrido por la vida de Don Juan Carlos I desde diversos puntos de vista: político, social, cultural, económico…

Así mismo, el Magazine que se distribuye con La Vanguardia y otros medios dedica sendos reportajes a:

La historia que nació con Juan Carlos I

La generación que creció con el Príncipe

sábado, 5 de enero de 2008

Reportajes especiales con motivo del cumpleaños del Rey



Juan Carlos Alfonso Víctor María de Todos los Santos nació en Roma el 5 de enero de 1938, en plena Guerra Civil española. Bautizado por el cardenal Eugenio Pacelli —elegido Papa un año más tarde bajo el nombre de Pío XII—, el primer hijo varón de Don Juan de Borbón y Doña María de las Mercedes de Borbón y Orleáns se convirtió en heredero de la Corona española a los tres años, tras la abdicación de su abuelo, Alfonso XIII, en su padre.

Algunos de los artículos y reportajes publicados en los medios de comunicación con motivo de esta efeméride.

El Mundo:

Recorrido por la vida del Rey en imágenes. El Rey cumple 70 años

Los españoles han valorado con un notable alto (7,89) el papel del Rey Juan Carlos durante sus 32 años de reinado, en una encuesta elaborada para EL MUNDO por Sigma Dos con motivo de su 70 cumpleaños. Además, mantiene la popularidad de sus mejores momentos. El 82,9% cree que la Monarquía está consolidada en España y sólo un 12,8% se siente republicano. Datos de las encuestas

El año convulso del Rey

Acostumbrado a oír hablar de su figura en contadas ocasiones, en 2007 el monarca estuvo permanentemente en el ojo del huracán, sobre todo en la segundo semestre. Sin embargo, ser objeto de polémica y de debate parece haberle beneficiado. Así lo creen la mayoría de los españoles, según la encuesta de Sigma Dos para EL MUNDO. También es la impresión que tiene la Casa del Rey, donde las fuentes consultadas han afirmado que la imagen del monarca ha salido fortalecida de tanto tumulto.

El País:

70 años, 32 de Rey Fotogalería de El País

"Entrañable, elástico, protector..."

Políticos, empresarios, deportistas y artistas ensalzan al rey Juan Carlos

J. L. RODRÍGUEZ ZAPATERO

"Me siento afortunado de trabajar a su lado"

"Majestad. Sus 70 años de vida contienen el periodo más fecundo de la España contemporánea. Mi generación le está profundamente agradecida por haber podido nacer a la vida civil en democracia, Y yo me siento personalmente afortunado de estar trabajando a su lado. Por eso sé de primera mano cuánto le debemos todos los españoles. Felicidades, Majestad y espero que comparta muchos días como éste con su familia".

MARIANO RAJOY

"Una garantía de estabilidad institucional"

"Aprovecho la ocasión que me brinda EL PAÍS para trasladarle en mi nombre y en el de millones de españoles mi más cariñosa felicitación y para animarle a que siga trabajando muchos años por España como lo ha hecho hasta ahora. Su presencia ha significado una garantía de estabilidad institucional y seguridad para todos los españoles. 70 años es una cifra redonda, como redondo ha sido hasta ahora su reinado. Tenemos muchas metas que afrontar en el futuro y su presencia es una garantía de esfuerzo y unidad de todos los españoles, la mejor manera de conseguirla. Felicidades".

Los lectores anónimos también felicitan al Rey.

70 fechas clave de la vida de Don Juan Carlos I


La Vanguardia:

El rey de España que nació en el exilio de Roma

Si uno nace príncipe y el destino lo lleva al trono, ¿qué mejor ocasión de venir a este mundo que hacerlo en compañía de los Reyes Magos? Maestros con más experiencia en esos menesteres no se encontrarán. Artículo completo

El Rey cumple 70 años con la monarquía consolidada

Análisis político: El Rey en la Constitución

La modernidad coronada de España

Por su carácter de leyenda, hay personajes que no vemos envejecer. Tendrán siempre la edad en la que se ha realizado su propio destino. El rey Juan Carlos forma parte de este puñado de elegidos. Para los hombres de mi generación, que es también la suya, la celebración de su septuagésimo cumpleaños no es más que un recordatorio un tanto melancólico de la huida del tiempo. Las instantáneas han fijado su imagen de hace treinta años, al principio de su reinado, cuando España - aún estupefacta ante tal suprema sorpresa- reconoció en él el factor de reconciliación de su país después de cuatro decenios de dictadura. Artículo completo

ABC:

Un Rey para la Historia

MÁS allá de su significado histórico, la figura de Don Juan Carlos resulta singularmente próxima para los españoles, que muestran hacia su persona el máximo respeto y la identifican con el progreso y el desarrollo registrado en nuestro país a lo largo de sus treinta y dos años de reinado. Pocas veces en la historia de España, un Rey ha simbolizado tanto las esperanzas de futuro de la sociedad y sus anhelos más profundos. En estas tres últimas décadas, el Monarca ha sabido ganarse las simpatías de una sociedad que le confió la responsabilidad inmensa de conducir los destinos de un país que ahora celebra con sentido afecto y agradecimiento general el 70 cumpleaños de su Rey. Editorial

Portadas históricas de ABC en relación con el Rey.

El Rey celebra hoy en familia su septuagésimo cumpleaños



BBC News:

Spain's fast-living king turns 70

As King Juan Carlos turns 70, the BBC's Steve Kingstone in Madrid profiles the much-admired - and occasionally controversial - monarch.


viernes, 4 de enero de 2008

El Rey cumple 70 años

Desde este modesto blog quiero transmitir mi más calurosa felicitación a Su Majestad El Rey por su 70 aniversario. Desde su infancia, años de sacrificios dedicados a la misión que la Historia depositó en sus hombros.

Como recordara Don Juan en una tarde primaveral de 1977, en el acto de transmisión de los Derechos Históricos:

¡Majestad, por España! ¡Todo por España!



Reportaje especial publicado en El Mundo

Los 70 años de Juan Carlos I

20 minutos

El Rey cumplirá mañana sábado 70 años, 32 de los cuales ha estado al frente de la jefatura del Estado español. Éstos son algunos de los momentos más importantes de su vida:

. 5 de enero de 1938. NACE EN ROMA: Primer hijo varón de don Juan de Borbón y Battenberg y de doña María de las Mercedes de Borbón y Orleáns, condes de Barcelona. A los tres años se convirtió en heredero de la Casa Real española al abdicar su abuelo, Alfonso XIII, en su padre.

9 de noviembre de 1948. PISA ESPAÑA POR PRIMERA VEZ: Tras pasar su infancia en Italia, Suiza y Estoril (Portugal), donde los condes de Barcelona fijaron su residencia en el exilio, Don Juan Carlos pisó por primera vez España el 9 de noviembre de 1948 para fijar su residencia en Madrid, alejado de su familia, y comenzar su formación académica bajo la mirada del general Franco. En 1955 inició su formación militar.

29 de marzo de 1956. MATA ACCIDENTALMENTE A SU HERMANO MENOR: Mientras veraneaba en la residencia familiar de Estoril disparó accidentalmente en la frente a su hermano Alfonso, tres años menor, que resultó muerto en el acto.

14 de mayo de 1962. SE CASA CON LA PRINCESA SOFÍA DE GRECIA: La ceremonia tuvo lugar en Atenas, tanto por el rito católico como por el ortodoxo. Don Juan Carlos había conocido a la primogénita de los reyes de Grecia en Londres, en la boda de los duques de Kent. Tras la luna de miel, comienzan a vivir en el Palacio de la Zarzuela.

30 de enero de 1968. NACE EL PRÍNCIPE FELIPE, HEREDERO AL TRONO: El infante Don Felipe fue el primer hijo varón de Don Juan Carlos y Doña Sofía. Previamente habían venido al mundo la primogénita infanta Elena, el 20 de diciembre de 1963 y la infanta Cristina, nacida el 13 de junio de 1965.

.22 de julio de 1969 . ES PROCLAMADO SUCESOR DE FRANCO: Tras ser propuesto por el propio Franco ante las Cortes Españolas como su sucesor en la Jefatura del Estado, se aprobó tal designación y se convirtió en Príncipe de España. A partir de entonces ocupó el puesto inmediato a Franco en los actos oficiales.

22 de noviembre de 1975. ES PROCLAMADO REY DE ESPAÑA: Dos días después de la muerte del dictador fue proclamado Rey de España bajo el nombre de Juan Carlos I. En su discurso expresó su deseo de ser el Rey de todos los españoles. Posteriormente, en mayo de 1977, su padre renunció oficialmente a sus derechos dinásticos.

15 de junio de 1977. ESPAÑA VIVE SUS PRIMERAS ELECCIONES DEMOCRÁTICAS: Un año antes, el 3 de julio de 1976, el Rey eligió a Adolfo Suárez como presidente del Gobierno, en sustitución de Carlos Arias Navarro. Las elecciones las ganó finalmente UCD, que lideraba Suárez; los Reyes no votaron para mantener la Corona al margen de los partidos políticos.

6 de diciembre de 1978. SE APRUEBA LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA: A través de un referéndum, el pueblo español aprobó la Constitución, norma fundamental del Estado que establecía la monarquía parlamentaria como sistema político.

.23 de febrero de 1981 . GOLPE DE ESTADO: La intervención del Rey fue decisiva para frenar el intento de golpe de Estado promovido por un grupo de militares y guardias civiles, entre los que destacaba el teniente coronel Antonio Tejero. A la una de la madrugada del 24, el Rey intervino en televisión para situarse contra los golpistas y defender la Constitución española. A partir de ese momento el golpe se da por fracasado.

22 de mayo de 2004. BODA DEL PRÍNCIPE Y DOÑA LETIZIA: Don Felipe, el heredero de la Corona, contrajo matrimonio en Madrid con la periodista Letizia Ortiz. La infanta Elena lo hizo en Sevilla el 18 de marzo de 1995 con Jaime de Marichalar, del que se separó en noviembre de 2007. La infanta Cristina se casó el 4 de octubre de 1997 en Barcelona con el deportista Iñaki Urdangarín.

31 de octubre de 2005. NACE LA INFANTA LEONOR, SEGUNDA EN SUCESIÓN: Es la primogénita de los Príncipes de Asturias y séptima nieta de los Reyes. La octava es la hermana de ésta, Sofía (2007). El primer nieto fue Felipe Juan Froilán, hijo de los duques de Lugo. Le siguen su hermana Victoria Federica (2000) y los hijos de los duques de Palma, Juan Valentín (1999), Pablo Nicolás (2000), Miguel (2002) e Irene (2005).

10 de noviembre de 2007. CRISIS DIPLOMÁTICA CON VENEZUELA: En la XVII Cumbre Iberoamericana, celebrada en Chile, Don Juan Carlos, ante las críticas contra el ex presidente español José María Aznar vertidas por el presidente venezolano, Hugo Chávez, espetó a éste: "¿Por qué no te callas?". El momento es considerado por muchos como histórico.


miércoles, 2 de enero de 2008

La boda que casi no fue

LA GUERRA diplomática ante el enlace de Don Juan Carlos y Doña Sofía estuvo a punto de frustrarlo. El periodista Fernando Rayón desvela datos inéditos cuando van a cumplirse 40 años de la boda. La determinación de los dos protagonistas fue clave para un final feliz.

FERNANDO RAYÓN

La célebre imagen de los recién casados en la carroza distribuida tras la boda fue trucada. En la imagen se aprecia cómo tras Don Juan Carlos aparece el respaldo en lugar de la ventanilla.

Hace más de 15 años viajé por primera vez a Atenas para realizar una serie de entrevistas y reportajes con motivo de las bodas de plata de los Reyes de España. Se trataba de realizar una crónica amable de lo que había sido el enlace de Don Juan Carlos y Doña Sofía. Allí entrevisté al arzobispo católico dimisionario de Atenas monseñor Printesi, ya anciano, y a otros protagonistas del evento.

Pero poco a poco, y al margen de lo que eran los lugares materiales donde el 14 de mayo de 1962 se habían celebrado las diferentes ceremonias y actos, las cuatro bodas en una que fue aquel enlace, fui descubriendo que, por debajo de lo que había sido la feliz unión, había habido que vencer una cantidad asombrosa de obstáculos casi siempre obviados cuando se contaba la historia del noviazgo.

La trascendencia política de aquella boda resulta innegable.Y nadie ignora que los distintos personajes e instituciones que intervinieron en ella desempeñaron sus papeles de forma muy evidente.

Don Juan de Borbón quería dejar claro que el matrimonio era exclusiva competencia de la Familia Real y como jefe de ella quería asumir todo el protagonismo. Franco, quien, aún en secreto, preparaba a Don Juan Carlos para que le sucediera en la Jefatura del Estado, sabía de la trascendencia de la elección.

Por otra parte estaban los reyes de Grecia, particularmente la reina Federica, verdadera organizadora material y espiritual del enlace. El hecho de que intuyeran que su hija podía acabar sentándose en otro trono europeo y que eso fortaleciese el papel de Grecia les hacía estar muy encima de cuanto rodeaba al enlace.

El Vaticano, por otra parte, y a pesar de los aires conciliares, quería que la ceremonia fuera lo que mandaban los cánones del Derecho Eclesiástico y desconfiaba, con razón, de las maniobras de la iglesia ortodoxa griega, que quería asumir el protagonismo que las leyes civiles griegas les adjudicaban.

Y para completar el panorama, monárquicos y antimonárquicos pretendían aprovechar el enlace en uno u otro sentido.

Que en medio de tal batalla diplomática y religiosa entre bambalinas la boda hubiese quedado en el aire no habría resultado extraño. De hecho, tras docenas de entrevistas y después de haber leído textos, cartas, telegramas y diarios en su mayoría inéditos hasta la fecha y que incluyo en "La boda de Juan Carlos y Sofía", me atrevo a decir que todo se pudo ir al garete en más de una ocasión. Fue quizá la decisión y visión de futuro de Don Juan Carlos y Doña Sofía, lo que al final salvó la nave.

Pero no sin momentos de incertidumbre. Miércoles 11 de abril de 1962, un mes antes de la celebración de la boda. Aeropuerto de Atenas. Se supone que, vía Ginebra, Su Alteza Real el Príncipe Juan Carlos llega ese día a la capital griega. Le esperan, entre otros, su prometida, la princesa Sofía, su madre, la reina Federica de Grecia, el embajador español, Juan Ignacio Luca de Tena, y su segundo de la embajada, el recientemente fallecido Gonzalo Fernández de la Mora.

Los días precedentes habían sido de inusitada actividad diplomática. La razón, las diferencias surgidas en la distribución de las invitaciones a las ceremonias católica y ortodoxa con que las familias acordaron celebrar el matrimonio.

Doña Sofía quiere saludar a su prometido antes de que aterrice y en cuanto el avión entra en espacio aéreo griego se envía un mensaje desde la torre de control al capitán para que Doña Sofía pueda hablar con Don Juan Carlos. Pero el capitán, tras las comprobaciones de rigor, informa de que en el avión no viaja nadie con tal nombre.

Pero la princesa griega ya conoce las costumbres de Don Juan Carlos y sugiere que puede haberse inscrito como duque de Gerona o con algún otro de los títulos que usaba en ocasiones para pasar inadvertido. La respuesta sigue siendo negativa.

A pesar de ello, la comitiva decide esperar la llegada del avión. Cuando comprueban que, efectivamente, Don Juan Carlos no había subido al aeroplano, Doña Sofía rompe a llorar. En el entorno de su futuro esposo se había decidido aplazar el viaje en respuesta al asunto de las invitaciones.

Más dura que su joven hija, la reina Federica, que ha esperado silenciosa el desenlace, se despide del embajador ásperamente.«Ponen tantas pegas...», deja caer. Y de vuelta en palacio, telefonea a Vieille Fontaine, la residencia de la reina Victoria Eugenia, abuela de Don Juan Carlos, en Lausana.

TENSA CONVERSACIÓN

La conversación fue muy tensa. Las dos reinas hablaban en inglés y lo que empezó siendo una charla protocolaria no tardó en alcanzar niveles de gran dureza. Tan tirantes estuvieron que en un momento de la conferencia la reina Federica llegó a apelar a su condición de reina y Victoria Eugenia le tuvo que recordar que ella también lo era.

La consorte de Alfonso XIII advirtió con rotundidad a la soberana griega sobre la tradición española en lo que a la religión católica se refiere. Alguno de los que escuchaban temió incluso que todo se viniera abajo. Así estaban las cosas apenas un mes antes de celebrarse la boda. Lejos de ser un hecho aislado, el episodio es sólo un capítulo más en la serie de desencuentros diplomáticos que precedieron al real matrimonio.

Era lógico, pues, que como resultado de todo ese pulso lo que en principio era una boda terminó siendo cuatro: una ceremonia católica, otra ortodoxa y dos civiles: una para el registro español y otra para el griego. Los invitados se pasaron la mañana del 14 de mayo de 1962 yendo de una iglesia a otra.

La ceremonia católica fue en la catedral de San Dionisio. A las diez y doce minutos pronunciaba Doña Sofía el sí litúrgico en griego (ne thélo) ante la pregunta, también en griego, del arzobispo Benedicto Printesi.

Instantes después, la ya princesa española no pudo evitar las lágrimas: había olvidado solicitar a su padre, antes del «sí quiero», el permiso que el protocolo exigía, una anécdota que, con el tiempo, se repetiría en la boda de su hija mayor, la Infanta Elena.

José María Pemán, que era entonces presidente del consejo privado de Don Juan, recoge la escena en sus Diarios: «La mirada conminatoria de la reina Federica es tal que se echa a llorar; luego manda recado para que Don Juan Carlos le preste el pañuelo».

«No puede estarse quieta», añade en referencia a la reina griega, no muy bien vista en algunos círculos próximos a Don Juan. «Manda siempre. De ahí el recelo de algunos que creen intrigará para saltarse al padre y coronar a Sofía».

La ceremonia sacramental con la santa misa y la firma del acta canónica en la sacristía de la catedral duró 45 minutos. Tras el breve descanso en el Palacio Real, que apenas duró 15 minutos, en el que se firmó el acta para el registro civil español, los novios volvieron a repetir el cortejo hacia la catedral, esta vez la ortodoxa.

Don Juan Carlos acudió en coche descubierto acompañado de su madre, la condesa de Barcelona, mientras que Doña Sofía volvía a subirse a la carroza, esta vez acompañada de su padre el rey.Y es que, en el baile de ceremonias, el matrimonio en la catedral católica y su posterior refrendo civil en el Palacio Real no habían sido válidos para la iglesia ortodoxa ni para el Estado griego.

A las doce en punto comenzaba la celebración ortodoxa en la catedral metropolitana de la Anunciación de Santa María, la ceremonia que tantos quebraderos de cabeza había dado a los negociadores.

Tras ella, la cuarta y, al fin, última boda. Los Príncipes acudieron de nuevo al Palacio Real. En él tuvo lugar la segunda ceremonia civil. En el salón del Trono Don Juan Carlos y Doña Sofía firmaron su acta matrimonial civil ante el alcalde de Atenas y el Presidente del Consejo de Estado.

¿Y FRANCO?

Y a todo esto, ¿qué hacía Franco? A pesar de haber sido invitado por Don Juan y por Don Juan Carlos, Franco no acudió a Atenas, pero estaba encantado con la boda. Hasta el punto de enviar, a pesar de las protestas de falangistas y carlistas, el buque insignia de la escuadra española, el Canarias. En él viajaba su representante personal, el ministro de Marina Felipe Juan Abárzuza.

Estaba, además, al tanto de todo. El mismo día de la boda recibió un mensaje secreto, al margen del que mandaría la embajada, que explicaba claramente cómo, al final, se había llegado a buen puerto: «Cuando se produjeron las primeras negociaciones en septiembre del año pasado, Don Juan insistía en una boda exclusivamente católica con previa conversión de Doña Sofía, lo mismo que había sucedido con la reina Federica y con su propia madre, la reina Victoria Eugenia».

«Luca de Tena, al hacerse cargo de la embajada de Atenas, explicó esta decisión que correspondía a la Casa de Borbón y cómo estaban dispuestos a celebrar la boda en Lausana o Lisboa para obviar los inconvenientes. Luca de Tena, el duque de Frías [jefe de la Casa de Don Juan Carlos] y Yanguas [José Yanguas, miembro del consejo privado de Don Juan de Borbón] estaban conformes».

«La mayor oposición se encontró en la reina Federica, que dijo que se jugaba la corona, aunque prometió la conversión de Sofía después de la boda. Yanguas, acompañado de Pesmazogla [sic; se refiere a Michel Pesmazoglu, un antiguo ministro de Exteriores griego al que el Gobierno de Atenas había encargado todas las negociaciones de la boda], fue al Vaticano y consiguió el permiso para el matrimonio mixto».

«En estos momentos Luca de Tena asegura a sus colaboradores que la ceremonia ortodoxa sería reducida al mínimo mientras que la verdadera boda sería católica. El Palacio Real griego, sin consultar a la Embajada, dictó el protocolo hablando sólo de ceremonia ortodoxa».

«La ceremonia católica duró 45 minutos, no fue retransmitida, no asistieron a ella autoridades griegas y el número de invitados fue reducido. La ortodoxa duró 60 minutos con toda pompa, fue retransmitida al país, asistieron las autoridades y no se recortó la liturgia. Juan Carlos besó varias veces el Evangelio y la mano del oficiante, bailó la danza de Isaías y bebió tres veces del cáliz».

«La boda de Juan Carlos y Sofía: claves y secretos de un enlace histórico», del periodista Fernando Rayón, está editado por La Esfera de los Libros (23 euros)

martes, 1 de enero de 2008

El Rey celebra la entrada en 2008 en Kuwait

El Rey de España tomó las doce uvas y brindó con cava catalán por la llegada del Año Nuevo en Kuwait, junto a la delegación que le acompaña en la visita que hizo ayer a los militares españoles destacados en Afganistán.

Don Juan Carlos, en un ambiente distendido y optimista, dio las gracias al ministro de Defensa, José Antonio Alonso, al Jefe del Estado Mayor de la Defensa, Félix Sanz, y al resto de la comitiva por "vuestra presencia y los servicios a España en apoyo a nuestros soldados en Afganistán", después de desearles lo mejor para 2008.

Las doce campanadas las improvisó, cuando en España eran todavía las 10 de la noche, el encargado de negocios de la embajada, Gonzalo de Ojeda, que a falta de otros medios más adecuados, pero no menos sonoros, utilizó una bandeja y un cucharón de plata y no dudó en marcar el mismo unos cuartos nada ortodoxos cuando se le pidió que los ejecutara.

La velocidad con la que emprendió la cuenta atrás de 2007 hizo que más de uno le aconsejara que fuera más despacio y que el propio Rey se sumara a la petición. Se pudo elegir entre uvas envasadas y procedentes de España y otras locales, más rojas y jugosas, o por una mezcla de las dos. Los brindis terminaron con un !Viva el Rey! de Félix Sanz y la respuesta de un !Viva España! del monarca.

El Rey, que se mostró en todo momento muy satisfecho por su visita a Afganistán, compartió el comienzo del año con las autoridades ya mencionadas, el Jefe de su Casa, Alberto Aza, personal civil y militar de ésta, así como con el equipo del ministro Alonso, los miembros de la tripulación que le llevarán hoy a Madrid en un avión de la Fuerza Aérea Española y los periodistas que le han seguido en este viaje.