miércoles, 9 de agosto de 2006

Familia Real, pleno al quince

Esta vez la lluvia no estropeó el momento, el Príncipe regresó a tiempo de su viaje relámpago a Colombia y la Familia Real pudo ser fotografiada al completo en los jardines de Marivent. Desde que nació la Infanta Leonor, la de ayer fue la cuarta ocasión en la que los quince miembros de la Familia se reunían ante la Prensa.
La primera fue con motivo del bautizo de la primogénita de los Príncipes, la segunda en la misa de Resurrección (también en Palma) y la tercera, durante el encuentro con el Papa en Valencia. Ayer, no había ningún motivo especial. Los Reyes, sus hijos y sus nietos recibieron a la Prensa en un ambiente informal y relajado, en plenas vacaciones, aunque no todos disfruten al cien por cien de éstas, ya que sobre todo Don Juan Carlos, pero también Doña Sofía y Don Felipe, compaginan su trabajo con el descanso y el mar.
Aunque las previsiones meteorológicas amenazaban con chubascos, al final las nubes descargaron antes de la cita, justo cuando la Familia Real almorzaba al aire libre y tuvo que ponerse a cubierto. «Nos hemos librado de la lluvia», dijo después el Rey a los periodistas. Y es que, como los interiores de la residencia de los Reyes son reducidos, se había previsto un plan alternativo en los salones del Palacio de La Almudaina.
Pero no hizo falta. Los primeros en salir fueron los Reyes con Felipe (Froilán) y les siguieron los demás. Don Felipe y Doña Letizia, con su hija, la Infanta Leonor, en brazos, que no paró de hacer carantoñas a su abuelo, ni de recibirlas de todos los demás. Doña Elena y Jaime de Marichalar, con su hija, Victoria. Y los Duques de Palma, con sus tres hijos varones y la pequeña Irene en brazos, a la que hasta entonces no se había visto en todo el verano, y sus ojos profundamente azules acapararon la atención.
El milagro de que los siete niños aguantaran en su sitio para la foto de familia apenas duró unos segundos y, enseguida, los más mayores empezaron a corretear y jugar mientras Doña Cristina pedía a su hijo Juan que no se hiciera una segunda brecha y la Reina trataba de convencer a Miguel de que se reincorporara al grupo familiar, que abandonó para sentarse en otro parterre. «¿Estás cómodo?», le preguntó el Rey.

lunes, 7 de agosto de 2006

Copa del Rey, arriando velas

 
Las de ayer serán las últimas imágenes que nos lleguen este verano de la Familia Real, al menos en las regatas, ya que anoche terminó, con la entrega de premios en el Castillo de Bellver, la XXV Copa del Rey Camper Agua Brava, que se disputó la pasada semana en la bahía de Palma. Esta vez, Don Juan Carlos se ha tenido que conformar con entregar los trofeos (sin recibir ninguno), ya que su velero, el «Bribón», ha quedado en una nada envidiable posición.
Pero la jornada de ayer, que se presentó fresca y tormentosa, permitió disfrutar de unas entrañables imágenes de la Reina haciendo carantoñas a la menor de sus nietas, la Infanta Leonor, mientras ambas esperaban, a bordo del «Fortuna», que empezara la última prueba de las regatas, en la que participan más de cien embarcaciones. Junto a ellas estaba la Princesa de Asturias, vestida de blanco, igual que su hija, pero con bermudas. Nieta y abuela se divertían, mientras decenas de fotógrafos captaban el momento desde sus respectivas lanchas.
En la cubierta del yate también se encontraba el Duque de Lugo, con sus hijos: Felipe de Marichalar (Froilán), quien mostró una admirable capacidad de recuperación, ya que en su frente no quedaba ni rastro de la brecha del viernes, y Victoria, que se exhibía feliz sentada cual mascarón de proa, como la protagonista de «Titanic». A bordo del «Fortuna» también se encontraban los patrocinadores de la Copa del Rey, Mariano y Enrique Puig, por Agua Brava, y Lorenzo Fluxá, por Camper.
La Infanta Doña Elena, sin embargo, prefirió embarcarse en el velero «Siemens», el que finalmente ganó, y recordar así sus tiempos de regatista. Con este fin, acudió por la mañana al Real Club Náutico de Palma, acompañada por su marido e hijos, y después de saludar a algunos amigos, posó con la tripulación del velero; el presidente de Vocento, Santiago de Ybarra, que también es consejero de Siemens, y su esposa, Mercedes Baptista, quienes después siguieron la competición desde un espectacular velero.
Felicitaciones para Doña Elena
Ya por la tarde, cuando los barcos regresaron a sus amarres, una vez terminada la regata, la tripulación ganadora, con Doña Elena incluida, no paró de recibir felicitaciones de los demás regatistas, entre ellas la del Príncipe de Asturias. Mientras, a bordo se brindaba con cava por la victoria en un ambiente completamente festivo, en el que la tradición incluye el chapuzón del patrón del barco.
A partir de ahora y después de la sobreexposición ante los medios de comunicación que ha protagonizado la Familia Real en lo que llevamos de verano (ya fuera de día o de noche), lo que se espera es que la Prensa inicie su retirada y los Reyes, los Príncipes y los Duques de Lugo y de Palma puedan terminar sus vacaciones en un ambiente más íntimo y tranquilo.
De momento, sólo está prevista una excepción, que será mañana por la tarde, cuando la Familia Real al completo pose ante los fotógrafos en el Palacio de Marivent. Para entonces, el Príncipe de Asturias ya habrá regresado de su viaje relámpago a Colombia, a donde se trasladó anoche para asistir hoy a la toma de posesión del reelegido Álvaro Uribe. Esta es la segunda vez que Don Felipe ha tenido que cruzar el océano Atlántico en los últimos diez días, ya que a finales de julio se desplazó a Perú para representar a España en la investidura del también reelegido Alán García.
Entre los compromisos institucionales y los familiares, cada vez resulta más difícil reunir a los quince miembros de la Familia Real, pero todo está preparado para que mañana coincidan los Reyes, los Príncipes de Asturias, con su hija, Leonor; los Duques de Lugo, con sus dos hijos, y los Duques de Palma de Mallorca, con sus cuatro hijos.
Y es que pocos veranos han generado una colección de imágenes de la Familia Real tan numerosa como éste. Sobre todo, si se compara con la Copa del Rey del año pasado, en la que Don Felipe no participó para estar más cerca de su esposa, entonces embarazada, y de la que Don Juan Carlos se tuvo que ausentar para viajar a Arabia Saudí y asistir a los funerales del difunto Rey Fadh.
POR ALMUDENA MARTÍNEZ-FORNES FOTOS: ERNESTO AGUDO

martes, 1 de agosto de 2006

Isabel II, vestida para la historia

Poco dada a exhibir sus propios vestidos y joyas personales, la Reina de Inglaterra ha cedido gran parte de su histórico vestuario para organizar una exposición pública en el interior del Palacio de Buckingham en el marco de las celebraciones de sus 80 años, cumplidos el pasado 21 de abril.
«Vestir para la ocasión» reúne ochenta modelos de trajes largos, creados entre la década de 1940 y la actualidad, la mayor parte de ellos diseñados por sus tradicionales modistas: los británicos Norman Hartnell y Hardy Amies. La colección se completa con medio centenar de joyas personales, algunas heredadas de la Reina Madre.
La exposición, abierta hasta el 24 de septiembre, ocupa un gran espacio en el interior del Palacio, en el ala destinada a los Apartamentos de Estado, donde está la Sala del Trono y demás salones de recepciones, que cada verano se abren para la visita del público. Se trata de la mayor muestra nunca celebrada con vestidos y joyas de Isabel II, que dispone de un amplio vestuario debido a sus largos años en el Trono y sus frecuentes viajes al extranjero, muchos obligados por su condición de Cabeza de la Commonwealth.
Precisamente, esos viajes a antiguos territorios de la Corona condicionaron algunos de los modelos, con el fin de introducir dibujos, colores y emblemas propios de esas naciones. Así empezó a hacerlo el primer modista de Isabel II, Norman Hartnell, que ya había comenzado a vestirla antes de que en el año 1952 sucediera como Monarca a su padre, Jorge VI.
Muchos de los vestidos de noche de Isabel II llevan la firma de Hartnell. Uno de los más tempranos es un vestido de terciopelo negro que evidencia la influencia de Christian Dior. A pesar de ese toque francés, la Reina de Inglaterra siempre ha elegido a diseñadores británicos para su guardarropa, de forma que a Hartnell, que vistió a la Soberana en los años 40 y 50, siguió Hardy Amies, responsable del vestuario durante parte de los años 50 y durante la década de los 60.
En los 70 adquirió protagonismo el modista John Anderson, y desde entonces se han sucedido como diseñadores, además del propio Anderson, Stewart Parvin, Angela Kelly y Alison Pordum. Todos ellos han mantenido las líneas sobrias deseadas por Isabel II, aunque con frecuentes engarces de pequeñas piedras preciosas en función de la solemnidad de los distintos eventos para los que fueron pensados.
Entre las joyas también expuestas destacan la Vladimir Tiara, que la Reina Madre adquirió de la Gran Duquesa Vladimir, tía del zar Nicolás II, y los broches que contienen tallas del famoso diamante Cullinan.
La exposición «Vestir para la ocasión» reúne ochenta modelos de trajes largos, creados desde 1940 a la actualidad, que la Reina ha ido incorporando a su vestuario durante sus muchos años en el Trono de Inglaterra