martes, 8 de noviembre de 2005

MÁS QUE UN SÍMBOLO

MANUEL MARÍN
PRESIDENTE DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
 
ABC

Vivimos en unos momentos en los que se opina demasiado de todo y sobre todo. Al hilo del nacimiento de la nueva Infanta, llamada a ser Reina de España, y con el telón de fondo de la reforma de la Constitución en materia de la preeminencia del varón sobre la mujer en la sucesión de la Corona, se están apuntando algunos discursos que pretenden revisar también el papel de la Monarquía establecida por la Constitución de 1978. Creo que hay que respetar democráticamente a aquellos que prefieren la forma republicana en la definición del Estado. Dicho esto, creo que deberíamos plantearnos esta cuestión teniendo en cuenta de dónde venimos y a dónde queremos ir. Nuestra historia no es un prodigio de entendimientos colectivos y nos ha costado mucho encontrar referencias sólidas que nos permitan sentirnos representados en nuestras Instituciones. El valor de las Instituciones del Estado como referencia social; el necesario respeto a quienes nos representan ha costado mucho esfuerzo establecerlo y es sin duda uno de los grandes logros de la transición democrática.

La Monarquía constitucional ha cumplido con el papel y con los objetivos que la Constitución de 1978 les atribuía. El Rey y la Reina y su Familia se han ganado el respeto y sobre todo el cariño de la mayoría de la opinión publica. Comprendo que si tuviéramos una Familia Real acartonada y fría; distante en el protocolo y ajena a las alegrías y a las desgracias de la sociedad española; excesiva en sus comportamientos sociales y pretendiendo dirigir la política del país se podría entender que la formula monárquica no era la adecuada.

No ha sido el caso, ni es el caso, ni será el caso. La Monarquía es una referencia, mas que un símbolo, que esta funcionando muy bien para la gran mayoría de los españoles. El Rey ha cumplido siempre su papel institucional en sintonía con el Parlamento y con el Gobierno. El Rey nos fue muy útil en momentos muy difíciles para el Parlamento, para nuestro país. Lo sabemos bien. Así pues, dejemos de enredar con las Instituciones que funcionan correctamente y que cuentan además con el cariño y el afecto de la mayoría del pueblo.

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