La Razón Madrid- Los Reyes y el Príncipe de Asturias presidieron ayer en la sede del Supremo el acto principal de los organizados con motivo del 25 aniversario de la creación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Al mismo acudieron el jefe del Gobierno, la presidenta del Constitucional, los ministros Alonso, López Aguilar, Moratinos y Montilla, además de los presidentes de Extremadura, Castilla-La Mancha y Baleares, así como los magistrados del Supremo, del Constitucional y todos los vocales del CGPJ. Los Reyes, junto con Zapatero, saludaron a todos los vocales del Poder Judicial. Papel preeminente. En este punto, hizo un llamamiento a lograr ese mismo consenso para una hipotética modificación de la Constitución: «Desearía que todas nuestras transformaciones futuras se hagan cosechando idénticas dosis de concertación ciudadana». Además, realizó un recorrido por la historia del Consejo y recordó a todos sus presidentes.
Don Juan Carlos resaltó en su intervención el papel esencial que ha desempeñado el Consejo a lo largo de estos 25 años. «La creación de este órgano sólo ha sido posible al amparo y en el marco de nuestro régimen constitucional democrático, fundado en la separación de poderes. Un marco constitucional ejemplar, forjado por todos y para todos, que gozó del beneficio del más amplio y generoso consenso nunca alcanzado entre los españoles, y que nos ha aportado el más largo período de paz, prosperidad y estabilidad en libertad, de articulación de nuestra pluralidad y diversidad territorial, y ha sido esencial para la transformación y modernización de España», dijo.
Su Majestad demandó a los jueces «que sigáis ejerciendo con lealtad y prudencia vuestra alta misión, siempre al servicio de España; de una España democrática y unida, cada vez más justa, equitativa y solidaria. En esta tarea siempre podréis contar con mi respaldo personal, y con el más firme aliento y apoyo de la Corona», aseguró.
Momentos antes el presidente del Consejo y del Supremo, Francisco José Hernando, pidió el mismo consenso que en 1978 para una hipotética reforma constitucional, a la vez que defendió al Supremo como la «mejor garantía de la igualdad de los españoles». Y elogió la transición y una Constitución «que habían de causar general asombro». En esos años, añadió, los españoles «supimos romper una herencia histórica repleta de enfrentamientos» y edificar un Estado constitucional que «había de hacerse bajo la figura de Su Majestad el Rey». Con ese modelo se pudo acabar con «las dos Españas. Esta España de hoy supo hacerse una sola a partir de aquellas dos. Supo mirar al futuro y empezó decididamente a olvidar». Fruto de ese camino fue la Constitución de 1978, una norma que, destacó, «concitó unos grados de consenso» que permitieron que, por primera vez, la Carta Magna no fuese «patrimonio de un gobierno o de una minoría precaria».
Junto a ello, aludió a la estrecha relación de un Poder Judicial «libre, inamovible, independiente y sometido únicamente al imperio de la Ley» con la Constitución, y cómo ésta estableció el CGPJ, constituido por primera vez el 23 de octubre de 1980. En estos 25 años los juzgados y tribunales, «con el Supremo a la cabeza», subrayó, han sabido adaptarse a las nuevas normas que la Constitución contenía y las que se promulgaron con posterioridad, de forma especial al actual Estado territorial. «A la transición modélica que el pueblo español realizó, respondió el Poder Judicial con un ejemplo no menos encomiable». Además, destacó el papel del Supremo como «órgano jurisdiccional superior en todos los órdenes. Es una mayor garantía de la unidad, coherencia y armonía del ordenamiento jurídico», señaló.
viernes, 4 de noviembre de 2005
El Rey pide al CGPJ que trabaje por «una España unida»
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