AGENCIAS | ELMUNDO.ES
MADRID.- Don Juan Carlos I ha reconocido que, tres décadas después de su proclamación como Rey, se siente "más que nunca ilusionado y resuelto a seguir dando lo mejor" de sí mismo "para contribuir a integrar cuantos esfuerzos favorezcan nuestra convivencia e impulse nuestro progreso". Hoy se cumplen 30 años de su coronación.
El 22 de noviembre de 1975, dos días después de la muerte de Francisco Franco, don Juan Carlos de Borbón y Borbón era proclamado Rey de España, poniendo fin así a un régimen dictatorial que se mantuvo en el poder durante casi cuatro décadas.
Quedó así instaurada en España la Monarquía en la persona del legítimo heredero de la Corona, a quien el 'Generalísimo' eligió y tuteló para ocupar la primera magistratura de la Nación, "a título de rey", cuando él faltase.
Ya Rey, don Juan Carlos, leyó un discurso en el que tuvo un recuerdo "con respeto y gratitud" para "la figura de quien durante tantos años asumió la responsabilidad de conducir la gobernación del Estado", y agregar que ese día comenzaba "una nueva etapa en la Historia de España".
"Nuestro futuro -afirmó- se basará en un efectivo consenso de concordia nacional".
Un discurso que ayer en la entrega de las Medallas de Oro al Mérito en Las Bellas Artes en Las Palmas de Gran Canaria don Juan Carlos volvió a recordar, pidiendo una vez más consenso, concordia y reconciliación, "la mejor garantía" para seguir progresando "con el esfuerzo de todos", unidos "en democracia y libertad".
Consenso, concordia y reconciliación
Consenso, concordia y reconciliación que están, recalcó, en la base "misma" de la Constitución de 1978, "clave -agregó- para entender lo mucho que hemos logrado" en estas tres décadas de Monarquía parlamentaria.
El Rey reconoció, además, que son muchos "los recuerdos y los sentimientos" que en estos días de celebración se "agolpan" en su corazón. El primero de ellos, un sentimiento de "gratitud" hacia la Reina, "por su constante apoyo, sensibilidad y entrega", sin olvidar tampoco el respaldo que "siempre he recibido de mis hijos".
El Rey tiene muy claro que es el pueblo español quien merece un homenaje. "Un homenaje -dijo- de gratitud, respeto y admiración" por su "esfuerzo, generosidad, responsabilidad y sacrificio volcados en la decisiva tarea de hacer de España un país moderno, abierto y solidario".
Un país, insistió, "unido, a la vez que plural y diverso, patrimonio de todos los españoles por igual". "Nunca podemos sentirnos satisfechos cuando se trata -afirmó- de servir a España. Eso, y mucho más, es lo que merecen España y los españoles".
Esa decisiva labor, la asume "desde el más profundo amor a España", desde la "lealtad a la Constitución" y su entrega "al ejercicio de las funciones" que la Carta Magna le asigna en el marco de "nuestra" Monarquía parlamentaria.
Los mismos sentimientos, el mismo espíritu "de servicio", animan también al Príncipe de Asturias, que para el Rey "representa la mejor garantía de continuidad del compromiso de servicio de la Corona a España".
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