En estos tiempos en que desde diferentes sectores se pone en duda la unidad de nuestro país y se pretende modificar el ordenamiento jurídico constitucional, es un buen momento para recordar los muchos vínculos que nos unen. No sólo territoriales o históricos sino también sentimentales y otros más pragmáticos como económicos.
España es posiblemente la Nación más vieja de Europa. Sus fronteras actuales fueron instauradas en el siglo XV con la unificación de los Reyes Católicos. También fueron los precursores de un Imperio en el que se decía, no se ponía el sol.
El Imperio se disolvió pero hoy, en pleno siglo XXI, perdura esa vieja Nación en la Península Ibérica. No es un ente hermético, gris, uniforme. Todo lo contrario. En su diversidad tiene su razón de ser. Una pluralidad que la enriquece con diversas lenguas, tradiciones y culturas que hacen de España un gran país. Lejos de crear división o enfrentamientos, el intercambio de culturas ha de hacer un país mejor, más unido.
Una pieza indispensable de esta unidad en la diversidad es el Rey. En breve celebraremos el 30 aniversario de su Reinado. Desde el principio, incluso antes de su proclamación como Rey, Don Juan Carlos trabajó decididamente en conseguir implantar la democracia en España, misión en la que le acompañaron grandes patriotas como su propio padre Don Juan, Torcuato Fernández Miranda, el presidente Adolfo Suárez y otros auténticos hombres de Estado.
En todos estos años nuestro país ha experimentado un progreso impresionante llegando a situarse entre los países líderes en Europa y con influencia internacional.
Actualmente vivimos tiempos que parecen críticos. Además de las tensiones internas provocadas por algunos grupos minoritarios, percibimos un debilitamiento de la influencia internacional, tanto en Europa como en el resto del mundo.
España ha escrito algunas de las páginas más brillantes de la Historia de la Humanidad y también ha tenido que enfrentarse a graves crisis ante las que se ha enfrentado y ha ganado.
Es buen momento para recordar nuestro pasado, tanto lo positivo como lo negativo, y unirnos para superar todos los problemas que se nos presenten. Juntos seremos indestructibles.
¡Viva España!
¡Viva El Rey!
¡Viva la Constitución!
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