La duquesa de Cornualles ha dejado de ser "la otra mujer" a ojos del público británico, que muestra un creciente apoyo a la segunda esposa del príncipe de Gales y acabará aceptando la idea de una "reina Camila", asegura el biógrafo real Jonathan Dimbleby. A punto de cumplirse el medio año de la boda de Carlos de Inglaterra y Camila, el programa Panorama recogía este vaticinio en un reportaje sobre el enlace real de Windsor emitido anoche por la BBC.
En su extensa entrevista con la televisión pública, Dimbleby revela que fue el propio arzobispo de Canterbury quien, muy a su pesar, vetó la celebración de un matrimonio religioso y propuso como alterantiva una boda civil, seguida de una bendición a los recién casados en la capilla de San Jorge. A pesar de que la Iglesia de Inglaterra ha relajado sus normas sobre las segundas nupcias de los divorciados, Rowan Williams se mostró firme para evitar las críticas de los sectores más conservadores de la congregación.
El precipitado anuncio del compromiso, forzado por una filtración a la prensa, y el enfado del príncipe con el Gobierno por no dejar claro desde el primer momento que la boda era legal marcaron los preparativos de la ceremonia del 9 de abril, calificados en Panorama de "caos real". Dimbleby, amigo personal del heredero y su portavoz oficioso, considera que en palacio no supieron abordar de forma adecuada el debate sobre el futuro estatus de Camila, el verdadero hueso de la boda: "Formalmente, la duquesa se convertirá en reina cuando Carlos acceda al trono. Clarence House debería haber dejado claro este punto, al tiempo que precisaba que (Camila) preferiría ser tratada de princesa consorte".
El escritor no deja lugar a dudas sobre la campaña emprendida para promover la imagen de Camila como reina. El pasado agosto se cumplieron ocho años de la muerte de Diana de Gales - que en su día denunció la infidelidad de su marido ante millones de espectadores: "en mi matrimonio éramos tres"-, y la segunda esposa del heredero ha ido afianzándose en su papel de duquesa de Cornualles de forma tan discreta como firme. De las declaraciones de su biógrafo se desprende que Carlos ve así el futuro: "Camila aparece hoy como una esposa atractiva que hace feliz al príncipe y se comunica bien con el público, con una agenda cada día más intensa... Acabará ganándose la estima de todos y es más que concebible que un día la gente se pregunte ¿Por qué está mujer no puede ser reina?".
En su extensa entrevista con la televisión pública, Dimbleby revela que fue el propio arzobispo de Canterbury quien, muy a su pesar, vetó la celebración de un matrimonio religioso y propuso como alterantiva una boda civil, seguida de una bendición a los recién casados en la capilla de San Jorge. A pesar de que la Iglesia de Inglaterra ha relajado sus normas sobre las segundas nupcias de los divorciados, Rowan Williams se mostró firme para evitar las críticas de los sectores más conservadores de la congregación.
El precipitado anuncio del compromiso, forzado por una filtración a la prensa, y el enfado del príncipe con el Gobierno por no dejar claro desde el primer momento que la boda era legal marcaron los preparativos de la ceremonia del 9 de abril, calificados en Panorama de "caos real". Dimbleby, amigo personal del heredero y su portavoz oficioso, considera que en palacio no supieron abordar de forma adecuada el debate sobre el futuro estatus de Camila, el verdadero hueso de la boda: "Formalmente, la duquesa se convertirá en reina cuando Carlos acceda al trono. Clarence House debería haber dejado claro este punto, al tiempo que precisaba que (Camila) preferiría ser tratada de princesa consorte".
El escritor no deja lugar a dudas sobre la campaña emprendida para promover la imagen de Camila como reina. El pasado agosto se cumplieron ocho años de la muerte de Diana de Gales - que en su día denunció la infidelidad de su marido ante millones de espectadores: "en mi matrimonio éramos tres"-, y la segunda esposa del heredero ha ido afianzándose en su papel de duquesa de Cornualles de forma tan discreta como firme. De las declaraciones de su biógrafo se desprende que Carlos ve así el futuro: "Camila aparece hoy como una esposa atractiva que hace feliz al príncipe y se comunica bien con el público, con una agenda cada día más intensa... Acabará ganándose la estima de todos y es más que concebible que un día la gente se pregunte ¿Por qué está mujer no puede ser reina?".
Fuente: PATRICIA TUBELLA - La Vanguardia
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