lunes, 31 de octubre de 2005
¿Ha nacido una Reina? «No. Por el momento ha nacido una Infanta»
Reyes antes que Reinas
PROFESOR DE HISTORIA DE LA UB
A principios del siglo XXI, las monarquías europeas reinan pero no gobiernan, su función es representativa y los conflictos dinásticos ya no se dirimen en el campo de batalla sino en la llamada prensa del corazón. En los últimos años, los profundos cambios sociales han provocado una paulatina adaptación en el comportamiento y reglas de juego de las familias reales. Por una parte, la aceptación de los matrimonios morganáticos, ampliando el mercado matrimonial más allá de la sangre azul e incluso pescando en el bullicioso río de las divorciadas, y, por la otra, equiparando los derechos de las mujeres en la línea sucesora. Así pues, cada vez es más frecuente encontrar los infantes e infantas en la universidad, trabajando como asalariados, casándose o separándose por amor y no por razones de Estado. Pero no siempre fue así. Tres siglos atrás, la falta de descendencia del rey Carlos II condujo a un larguísimo conflicto conocido como la Guerra de Sucesión (1700-1714), y la ausencia de un varón entre los descendientes legítimos de Fernando VII provocó tres sangrientas guerras civiles en el siglo XIX.
La ley sálica
Los Borbones no sólo introdujeron en España la concepción unitaria y centralista del Estado, a partir de los Decretos de Nueva Planta, sino también la ley sálica, que impedía a las infantas acceder al trono en tanto hubiere descendencia masculina en la rama directa o colateral. El primer Borbón, Felipe V, duque d''Anjou y nieto de Luis XIV de Francia, sancionó en 1713 la ley sálica para garantizar la legalidad dinástica de su familia ante las pretensiones de los Habsburgos.
Esta ley era originaria de los francos salios, que excluía a las mujeres de la herencia de tierras. La abrogación de esta ley por Carlos VI de Austria, para asegurar el trono a su hija María Teresa, por la Pragmática Sanción de 1713, originó la guerra de Sucesión de Austria (1740).
La ley sálica no fue modificada en España hasta 1789, bajo el reinado de Carlos IV, nieto de Felipe V, cuando las Cortes votaron a favor del régimen fijado en las Partidas, que establecía: "Si el Rey no tuviera hijo varón, heredará el Reino la hija mayor". Por consiguiente, se mantenía la preeminencia de los varones pero no se excluía a las mujeres. No obstante, el acuerdo no fue promulgado y, de esta manera, la Novísima Recopilación no lo reconoció por no haber tenido vigencia.
El Estatuto de Bayona
En 1808 las pugnas entre Carlos IV y Fernando VII, padre e hijo, se resolvieron con sendas abdicaciones a favor de Napoleón Bonaparte, quien nombró a su hermano José rey de España. José Bonaparte otorgó el Estatuto de Bayona como nueva ley fundamental política para el país. Una vez más la influencia francesa sancionará la exclusión de la mujeres al acceso al trono: "La Corona de las Españas y las Indias será hereditaria en nuestra descendencia directa, natural y legítima de varón, por orden de primogenitura y con exclusión perpetua de las hembras. En defecto de nuestra descendencia masculina natural y legítima, la Corona (…) volverá a nuestro muy caro y muy amado hermano Napoleón y a sus herederos y descendientes varones".
La Constitución de Cádiz
Con Fernando VII recluido por Napoleón y la Península casi ocupada por los franceses, el compromiso entre los diputados absolutistas y liberales permitirá elaborar la primera Constitución española, caracterizada por el amplio reconocimiento de los derechos civiles. La Constitución de Cádiz abolirá la ley sálica: "En el mismo grado y línea los varones prefieren a las hembras, y siempre el mayor al menor; pero las hembras de mejor línea o de mejor grado en la misma línea prefieren a los varones de línea o grado posterior".
Para los diputados el problema no era tanto volver a la situación de preeminencia masculina, sin exclusión de las mujeres, sino evitar los problemas sucesorios derivados de la frecuente actividad sexual de los soberanos fuera del matrimonio y la larga lista de hijos bastardos. En este sentido, sancionarán que "no pueden ser reyes de las Españas sino los que sean hijos legítimos, varones y hembras, habidos en constante y legítimo matrimonio".
La vuelta al trono de Fernando VII, tras el derrumbamiento del imperio napoleónico, significó el retorno al absolutismo y, por consiguiente, la derogación de la Constitución de Cádiz, la cual sólo sería reintroducida durante el trienio liberal (1820-1823).
A pesar de su miembro viril bien dotado y su fama amatoria en el prostíbulo de Pepa la Malagueña, Fernando VII (1784-1833) cumplía los 45 años sin obtener descendencia de sus tres primeras esposas. Con la segunda, María Isabel de Bragança, tuvo dos hijas, la primera apenas vivió cuatro meses y la segunda nació muerta provocando la muerte de la reina. A finales de 1829, se casa por cuarta vez con su sobrina carnal Cristina de Borbón de Dos Sicilias, de 23 años.
Ante el embarazo de la reina, Fernando VII se decide a publicar la Pragmática Sanción de 1789, que asegurase el trono a sus descendientes con independencia del sexo. Meses más tarde, nacerá la primogénita Isabel. Al año, la Reina dará a luz a su segunda hija, Luisa Fernanda. A los pocos meses de la muerte de Fernando VI, la Reina se casará en secreto con el capitán Agustín Fernando Muñoz, de quien parirá ocho hijos.
Las guerras carlistas
La Pragmática Sanción, derogada dos años más tarde y, poco antes de morir Fernando VII, vuelta a ser sancionada, constituirá la base jurídica que dará lugar a la primera guerra carlista. Para los partidarios del hermano del rey, Carlos María Isidro (1788-1855), aparte de vindicar la ley sálica, opinaban que la Pragmática Sanción no podía tener validez legal ni afectar al Infante Carlos, nacido un año antes que las Cortes Españolas decidiesen volver al régimen de Felipe V.
En cualquier caso, el problema jurídico es el pretexto para desencadenar el conflicto que existía entre absolutistas, partidarios de las estructuras socioeconómicas del Antiguo Régimen, que en España habían pervivido gracias al absolutismo fernandino, y los liberales.
El conflicto dinástico dará nombre, por el pretendiente Carlos, a las tres guerras civiles del siglo XIX: la primera entre 1833 y 1840; la segunda, con la revuelta de los matiners catalanes, entre 1847 y 1860; y la tercera, que arranca con la instauración de la I República hasta la restauración alfonsina (1873-1876).
La Reina Cristina, regente hasta la mayoría de edad de la Infanta Isabel, se apoyó en los liberales para mantener los derechos sucesorios de su hija. Tuvo que aceptar la nueva Constitución liberal de 1837 que, en base a la de Cádiz, establecía la preeminencia masculina en la línea sucesora de la Corona sin excluir a las mujeres. Dicha Constitución especificaba: "La sucesión en el Trono de las Españas será, según el orden regular, de primogenitura y representación, prefiriendo siempre la línea anterior a las posteriores; en la misma línea, el grado más próximo al más remoto; en el mismo grado, el varón a la hembra, y en el mismo sexo, la persona de más edad a la de menos".
Una formulación que aparecerá, prácticamente literal, en las futuras constituciones de 1845, 1869, 1876 y 1978. El problema en 1978, aparte de sancionar a Juan Carlos I como legítimo heredero de la dinastía histórica y no del franquismo, era otro, y el Rey procuró, con sigilo y delicadeza, comunicárselo a los padres de la Constitución. Razones de índole familiar aconsejaban mantener la preeminencia masculina a pesar de entrar en flagrante contradicción con el artículo 14 de la Carta Magna que garantiza la igualdad ante la ley sin discriminación por razón de sexo.
Princesa de Asturias
Salvo Isabel II, sólo ha habido un caso en que una fémina haya sido Princesa de Asturias: María de las Mercedes, primogénita de Alfonso XII, quien pasó de ser heredera de su padre y futura reina a ser heredera de su hermano, Alfonso XIII, cuando su madre dio a luz al hijo póstumo del Rey. Cuentan las crónicas que Sagasta, presidente del Gobierno, alargó hasta el parto el momento de proclamarla como futura reina a la espera de comprobar si el neonato era varón, como así fue, por lo que ella no reinó.
Diálogo sobre la Sucesión y la Constitución
Diálogo con Jorge de Esteban, Jefe del departamento de Derecho Constitucional de la Universidad Complutense de Madrid y presidente de Unidad Editorial, experto constitucionalista.
1. La constitución indica que el orden sucesorio a la corona es de primojenitura del varón sobre la mujer. ¿ Como creo que afectará a la institución un cambio en su orden sucesorio, en el caso que tenga un hermano varón?
Si no se reforma antes o se hace algo, es evidente que estos derechos recaerían en el varón. Es lo que dice la Constitución de forma clarísima.
2. Cree que es muy urgente la reforma o se puede esperar a que el príncipe llegue al trono?
En el momento en que los príncipes tuvieran un segundo hijo que fuera varón, la reforma sería muy complicada porque se perjudicarían los derechos de ese niño. Se tenía que haber aprovechado la terminación de la legislatura anterior para haber cambiado el articulo 57 de la constitución, lo que ocurre es que el señor Aznar no lo quiso hacer, aunque podía. Ahora todo es más complicado. Era lo que yo propuse en EL MUNDO el 6 de noviembre de 2003 [ Leer artículo], previendo que fuese una niña.
3. ¿Cómo se encajaría en la Constitución Europea una situación tan particular como la que se presenta en España a partir de ahora?
Primero, la Constitución Europea no está aun vigente y segundo, la Constitución Europea reconoce a estados y cada estado tiene su propia Constitución. No afecta para nada.
4. Hola, si se reforma la constirución en el sentido de poder Reinar las mujeres, podria reclamar su derecho la infanta Elena?
No, porque tal y como se aprobó la Constitución se mantenía la ley sálica moderada que ha regido en España durante todo el constitucionalismo. Las mujeres sólo pueden reinar a defecto de varón como ocurrió con Isabel II. Y por consiguiente la de 1978 mantuvo esa ley sálica moderada que ha sido tradicional en España y que si se cambia sería a través de la constitución.
5. No cree que los políticos han estado un poco lentos. Un cambio constitucional a tiempo habría evitado posibles polémicas ¿no?
Por supuesto que si. Vuelvo a insistir el 6 de noviembre de 2003 propuse esa reforma, cuando era el momento para hacerlo, pero los políticos estaban a otras cosas.
6. ¿No le parece que esta acuciante necesidad de cambiar la constitución por el nacimiento de Leonor es sólo una excusa para poder, de paso, que dotar el estatut de legalidad?
De las cuatro reformas que propuso el gobierno en la campaña electoral, sólo cabría en estos momentos poder realizarse la de la sucesión. Hasta que no se aclare el tema autonómico no se podrían abordar las otras, la reforma del senado y la de incluir la denominación de las comunidades autónomas dentro de Constitución. Pero hasta que no se aclare el tema del Estatuto no se pueden hacer.
7. ¿Será necesario convocar elecciones para poder modificar la constitución?
En principio para modificar la constitución en ese punto habría que disolver las cortes, pero eso no lo va hacer ningún presidente porque implica el suicidio político, renunciar al poder por cambiar la constitución no lo hace nadie. Habría que esperar al fín de la legislatura.
8. ¿Por qué en otros momentos de la historia han reinado mujeres?
Porque no había varones, como es el caso de Isabel II, la única hija de Fernando VI.
9. Usted qué dice ¿lo sabían o no lo sabían? ¿por qué no anunciaron el sexo de la niña antes?
De acuerdo con las técnicas médicas modernas es posible que lo supiesen pero tal vez por razones políticas no han considerado anunciarlo hasta la certeza del nacimiento.
10. Que situación se crearía si el próximo año los principes tuvieran un hijo varón y la Constitución no se hubiera modificado
Si no se ha modificado la constitución, los derechos sucesorios recaerían en el hijo pero hay quien mantiene que se podría modificar la constitución con efecto retroactivo pero ello perjudicaría los derechos del varón. La única fórmula que yo veo para evitar ese perjuicio es que las Cortes Generales en sesión conjunta se reuniesen proximamente para hacer una declaración de promesa de reformar la constitución al acabar la legislatura. Con esa declaración solemne, que no prevee ni prohibe la constitución, por lo menos ya quedaban amparados los derechos de la actual primogénita y no perjudicaría a un supuesto y segundo hijo varón.
11. Supongo que es casi imposible pero... si, una vez reformada la Constitución la Infanta Elena reclamase juridicamente su derecho de primogenitura ¿tendría alguna posibilidad de que al menos se abriese un proceso legal de reclamación?
No porque la constitución, insisto, se aprobó por parte del pueblo español con el orden sucesorio que estaba vigente en la historia de España. Si se quiere cambiar se parte de cero, no puede haber efectos retroactivos en ese sentido.
12. Buenos días, Sr. de Esteban. Ahora que todos nos creemos expertos constitucionalistas, ¿no se soluciona todo eliminando la frase de prevalencia del varón sobre la mujer, y haciendo una mínima referencia a que se respetan los derechos del actual príncipe de asturias y de sus descendientes? Se aprueba al final de la legislatura, se disuelven las cortes, lo ratifican las nuevas y referendum. ¿No le parece que a veces hacemos que las cosas parezcan más complicadas de lo que realmente son? Gracias por su respuesta.
Lo que dice es correcto.
13. ¿ES tan sencillo cambiar la constitución como ha dicho el ministro de Justicia?
La constitución es bastante complicada de modificar y sobre todo en el título II que se refiere a la corona porque la reforma exige la aprobación de dos tercios de los miembros de cada cámara, después disolución de las cortes, después las nuevas cortes elegidas tienen que volver a aprobar por dos tercios de cada cámara la reforma y por última tiene que ser aprobada pro referendum nacional. Por eso la posibilidad mejor es disolver las cámaras cuando queda poco tiempo para el final de la legislatura. Que era loq ue podía haber hecho el señor Aznar en febrero de 2004, pero no lo hizo. Y ahora no tendriamos estos problemas.
14. ¿Qué pasaría si una vez hechas las enmiendas, etc., se convoca un referéndum sobre la nueva Constitución y no se aprobara o se aprobara por una mayoría muy exigua?
La reforma de la constitución en este punto exige la aprobación de cada cámara por dos tercios, disolución de las cortes, nueva aprobación por las cortes de dos tercios y referendum nacional. Si no se obtiene la mayoría que establece la constitución no se aprueba.
15. ¿Cada reforma a la constitución se tramita de forma independiente? ¿Cuál es la ventaja de hacer todas las reformas al mismo tiempo como insinuan algunos analístas?
El problema es el que he dicho antes. Teniendo en cuanta lo que está sucediendo con los estatutos de autonomía, especialmente País Vasco y Cataluña, ahora no se puede reformar la constitución en estos otros temas. Pero si se puede reformar la sucesión. Para reformar las otras cuestiones se precisa un consenso que hoy no existe pero si parece que lo hay en este punto.
16. Si se modificara el artículo 168 por la vía del 167, se evitaría tener que celebrar el referéndum en esta cuestión. ¿Es posible?
Es una pregunta inteligente que yo ya he propuesto en alguna ocasión y que nos evitaría muchos problemas, no solo en este punto de la sucesión, sino que también se podría utilizar para incluir nuevos derechos en la constitución sin tener que recurrir al procedimiento agravado del articulo 168. Por consiguiente me parece una propuesta inteligente y posible.
17. El estatuto valenciano habla varias veces del Reino de Valencia sin entrar en contradicción con el Reino de España. ¿Por qué iba a entrar en contradicción, entonces, la nación catalana con la Nación española?
Por una diferencia sustancial, la denominación Reino de Valencia es una cuestión histótica que no tiene relevancia jurídica mientras que en la constitución española no puede haber más que una nación porque es el sujeto de la soberanía, si se reconociese otra nación se estaría reconociendo también que Catlauña tendría la soberanía y el poder constituyente y esa es la diferencia.
18. ¿Se ha detenido alguien a pensar qué pasaría si, de repente, falleciera Don Juan Carlos (¡Larga vida a Su Majestad!) sin que se hubiera acometido la reforma de la Constitución?
En ese supuesto la actual infanta Leonor pasaría a convertirse automáticamente en princesa de Asturias pero si no se reformase la Constitución y los actual Príncipes tuviesen un segundo hijo varón, se le quitaría el título de princesa de Asturias a la actual infanta y pasaría al varón. Dicho de otra forma, el supuesto que señala usted significaría que la actual infanta se convertiría en princesa de Asturias provisional. Por lo cual es necesario cambiar la Constitución.
Despedida
Leonor, nombre de reinas
Leonor, el nombre elegido por los Príncipes de Asturias para su primogénita, tiene tras de sí una larga tradición en las diferentes dinastías españolas pero no es uno de los nombres más habituales escogidos por los padres actuales para sus hijas. Cinco reinas de Aragón, dos de Castilla y otras dos del Reino de Navarra se han llamado Leonor a lo largo de siglos de historia de la Monarquía española. L D (EFE) Todas las Leonor de sangre Real vinculadas a la Monarquía española son las siguientes:
Leonor tiene, según dijo a Efe el vicedirector de la Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía, Jaime de Salazar, origen provenzal y una larga tradición medieval en todas las dinastías peninsulares. Una tradición interrumpida después de Leonor de Austria, la hermana de Carlos V, que fue reina de Portugal y más tarde de Francia, ya que desde entonces no lo han llevado reinas ni princesas españolas.
También en el terreno de las artes, Leonor goza de numerosos antecedentes. El académico Gregorio Salvador dijo a Efe que ese nombre fue muy usado en el teatro del Siglo de Oro por autores como Calderón de la Barca y Lope de Vega, entre otros, debido a que es corto y fácil de rimar. Desde el teatro, el nombre se hizo muy popular en la sociedad de esa época.
Sobre el significado o etimología del nombre, Jaime de Salazar, explicó que, como en muchos otros casos, existen multitud de teorías distintas, entre ellas la que lo sitúa en el sur de Francia como "Alia Enor", es decir "otra Enor". Otras teorías lo sitúan como una variante de los nombres León y Honorio o como procedente del vocablo griego antiguo "Eleos", que significa compasión.
Según otra fuente, podría ser de origen hebreo, Ellinor, que significa "Dios es mi luz" ("el" dios y "owr" luz, según el léxico del Viejo Testamento). No obstante, otras fuentes señalan que podría ser sólo una variante de "Elena". En la actualidad, se corresponde en inglés a "Eleanor", en francés a "Eléonore" y en italiano a "Eleonora". La onomástica de las Leonor se celebra el 22 de febrero y el 1 de julio.
Leonor de Plantagenet (1156-1214). Reina de Castilla (1170-1214). Hija de Enrique II, rey de Inglaterra, y de la duquesa Leonor de Aquitania, contrajo matrimonio en 1170 con Alfonso VIII, quien fue coronado a los doce años. La pareja tuvo once hijos. Leonor de Castilla murió el 25 de octubre de 1214, tres semanas después de que lo hiciera su marido Alfonso VIII.
Leonor (1202-1244). Infanta de Castilla y Reina de Aragón. Séptima hija de Alfonso VIII y Leonor de Plantagenet. Contrajo matrimonio en 1221 con Jaime I el Conquistador, rey de Aragón, con quien tuvo un hijo. El matrimonio fue disuelto en 1229 por el parentesco demasiado próximo entre los cónyuges.
Leonor de Castilla (1241-1290). Reina de Inglaterra (1272-1290). Nacida en 1241 del segundo matrimonio del rey Fernando III de Castilla con la condesa Juana de Ponthieu, contrajo matrimonio en Burgos el 1 noviembre de 1254 con el heredero inglés, el futuro Eduardo I. En 1255 llegó a Londres y en 1272 su marido accedió al trono.
Leonor, Princesa de Inglaterra. Hija de Eduardo I y Leonor de Castilla, contrajo matrimonio por poderes con Alfonso III de Aragón, aunque el matrimonio nunca llegó a consumarse.
Leonor de Castilla (1307-1359). Reina de Aragón (1329-1336). Hija de Fernando IV de Castilla y de Constanza de Portugal, fue la segunda esposa de Alfonso IV el Benigno, quien había enviudado de Teresa de Enteza.
Leonor de Portugal (1328-1348). Reina de Aragón (1347-1348). Hija del rey de Portugal Alfonso IV, fue la segunda esposa de Pedro IV el Ceremonioso, con quien contrajo matrimonio en 1347.
Leonor de Trastámara (1350-1415). Reina de Navarra (1403-1416). Hija de Enrique II de Castilla, contrajo matrimonio el 27 de mayo de 1375 con el futuro rey Carlos III el Noble de Navarra. En febrero de 1388 obtuvo permiso de su marido para regresar a la corte castellana. En marzo de 1395 volvió a Pamplona a consecuencia del tratado de amistad entre Castilla y Navarra, y en 1403 fue coronada reina de Navarra.
Leonor de Sicilia. Reina de Aragón (1349-1375). Hija de Pedro II de Sicilia y tercera esposa de Pedro IV el Ceremonioso. Se casó en Valencia tras renunciar al trono de Sicilia y tuvo cuatro hijos con el monarca aragonés. Murió en 1375.
Leonor de Aragón (1358-1382). Reina de Castilla (1379-1382). Hija de Pedro IV el Ceremonioso de Aragón y de Leonor de Sicilia. En 1375 contrajo matrimonio con Juan, hijo del futuro rey de Castilla Enrique II. Tuvieron dos hijos y Leonor murió después del parto del tercero, en 1382.
Leonor de Alburquerque (1374-1435). Reina de Aragón (1412-1416). Fue Reina de Aragón tras su matrimonio con su sobrino, Fernando I de Aragón. Era hija de Sancho de Castilla y de Beatriz de Portugal. Fueron coronados Reyes de Aragón en 1412 y, tras la muerte en 1416 de Fernando I, Leonor de Alburquerque regresó a Castilla.
Leonor de Aragón (1405-1445). Reina de Portugal (1433-1438). Hija menor de Fernando I y Leonor de Alburquerque, se casó en 1428 con el futuro rey Eduardo de Portugal y fueron coronados en 1433. El Rey murió en 1438 y, aunque había designado regente a Leonor, las Cortes portuguesas rechazaron la voluntad del Monarca fallecido y nombraron regente a Pedro I de Coimbra. Leonor afrontó una insurrección popular y tuvo que refugiarse en Castilla.
Leonor, Infanta de Castilla (1423-1425). Hija de Juan II y María de Aragón, murió a los dos años de edad.
Leonor de Portugal. Emperatriz de Alemania (1434-1467). Hija de Eduardo de Portugal y de Leonor de Aragón, se casó por poderes en Lisboa con el emperador de Alemania, Federico III, en 1451.
Leonor de Aragón (1420-1479). Reina de Navarra. Hija menor de Juan II de Aragón y Blanca I de Navarra. En 1436 contrajo matrimonio con el noble Gastón de Foix. En 1455 el rey Juan II proclamó a Leonor su heredera en Navarra, tras desposeer a sus hijos Carlos de Viana y Blanca de Ervreux, y en 1464 la nombró gobernadora de Navarra. El 28 de enero de 1479, tras la muerte de Juan II, Leonor fue proclamada reina en Tudela y quince días después falleció.
Doña Leonor de Austria (1498-1558). Reina de Portugal (1519-1521) y de Francia (1530-1547). Nacida en Lovaina en 1498 era nieta de los Reyes Católicos y primogénita de Juana I de Castilla y Felipe el Hermoso (hermana mayor de Carlos). El 7 de marzo de 1519 contrajo matrimonio con Manuel I el Grande de Portugal. Tras su muerte, en 1521, abandonó Portugal y en 1530 se casó con Francisco I de Francia. Después de la muerte del rey francés en 1547 Leonor regresó a España y murió en Talavera de la Reina en 1558.
Curiosidades alrededor del nacimiento de Leonor
Un total de 40 niños nacieron este domingo por la noche en Madrid, de los cuales 25 fueron hombres y 15 mujeres. Además, entres las curiosidades que siempre rodean a este tipo de acontecimientos figura que la Administración número 3 de Barcelona ha vendido en tan sólo hora y media el décimo de Lotería de Navidad 31.105, número que coincide con la fecha del nacimiento de la Infanta Leonor, primogénita de los Príncipes de Asturias. L D (Europa Press) "Esperemos que les toque para que así pueden celebrar estas navidades con un buen pellizco", bromeó Santiago, quien aprovechó la ocasión para dar la enhorabuena a don Felipe y doña Letizia por su paternidad. Santiago comentó que, en un principio, no cayó en la cuenta de que la administración tenía entre sus décimos éste que coincide con la fecha de hoy, y que fue el sonido incesante del teléfono sin parar de sonar desde que se acercó a abrir por la mañana lo que le hizo pensar que podía tener el codiciado número Asimismo, no se mostró sorprendido por la premura con la que se han vendido los décimos, porque, según explicó, es "muy normal" que la gente en fechas emblemáticas "se las ingenie" para dar con la administración de lotería que vende ese número tan significativo, como ha ocurrido esta vez con el nacimiento de la Infanta Leonor. 40 niños nacieron esta noche en Madrid Coincidiendo con el nacimiento la noche de este domingo de la Infanta Leonor, hija de los Príncipes de Asturias, un total de 40 niños nacieron entre las 24.00 y las 8.00 horas en hospitales públicos de la Comunidad de Madrid. De ellos, 25 son varones y 15 son mujeres. Según informó la Consejería de Sanidad, entre la 1.00 y las 2.00 horas, hora en que la Princesa de Asturias dio a luz a Leonor, nacieron nueve de esos 40 niños. Los nacimientos se produjeron de la siguiente manera: --En el Hospital Gregorio Marañón nacieron cinco niños, incluyendo un parto gemelar de varones, y dos niñas entre las 12.00 y las 8.00 horas. Entre la 1.00 y las 2.00 horas nacieron un niño y una niña. --En el Príncipe de Asturias nacieron tres niños y una niña entre las 12.00 y las 8.00 horas. De ellos, tres (una niña y dos niños) entre la 1.00 y las 2.00 horas. --En el Hospital de La Paz, nueve mujeres dieron a luz a seis niños y tres niñas. Una de las niñas vino al mundo entre la 1.00 y las 2.00 horas. --En el Clínico San Carlos nacieron dos niñas y un niño entre las 12.00 y las 8.00 horas, aunque ninguno en el tramo horario en que nació la Infanta Leonor. --En el Hospital Severo Ochoa de Leganés, una mujer dio a luz a una niña entre las 12.00 y las 8.00 horas. -En el Hospital de Fuenlabrada nació una niña entre las 12.00 y las 8.00 horas --En el Hospital Universitario de Getafe nacieron cuatro niños y una niña entre las 12.00 y las 8.00 horas. Ésta última vino al mundo entre la 1.00 y las 2.00 horas. -Por último, en el Hospital 12 de Octubre diez mujeres dieron a luz a seis niños y cuatro niñas, de los cuales un niño y una niña nacieron entre la 1.00 y las 2.00 horas. 77 niñas se llamaron Leonor el pasado año Un total de 77 niñas fueron inscritas en el Registro Civil el año pasado con el nombre Leonor, elegido por los Príncipes de Asturias para su primogénita. Se trata de un nombre muy poco común que no aparece ni aproximada entre los 150 nombres más comunes, informaron a Europa Press fuentes del Instituto Nacional de Estadística. Asi, el nombre femenino más común el año pasado fue Lucía, con 10.370 registros. La etimología remite a una derivación de Eleonor, y también está considerado como la forma femenina de León. Además, se le atribuye también raigambre árabe, con el significado 'Dios es mi luz'.
El minuto a minuto del parto de la Princesa
12.02.-
09.05.-
Hasta las puertas de la clínica Ruber llegaban durante toda la mañana decenas de centros de flores y de canastilla con ropa para la Infanta Leonor. Uno de los primeros regalos que ha recibido ha sido una princesa de trapo, con una tarjeta en la que se podía leer "Bienvenida, Leonor", y portada por seis globos de helio, también rosas, uno de ellos con forma de chupete.06.05.-
El Príncipe, algo nervioso con aspecto cansado, ha tenido palabras de agradecimiento a los medios de comunicación y sobre todo, al equipo médico dirigido por el ginecólogo Recasens. Don Felipe ha dado a entender que el parto ha entrañado mayor dificultad de la que se esperaba, pero tanto la niña como doña Letizia se encuentran bien. Además, el Príncipe no ha podido evitar responder a las preguntas sobre la sucesión, afirmando que el nacimiento de la infanta "materializa esa sucesión" y que la "lógica de los tiempos" indica que así será.05.55.-
Don Felipe y los médicos que asistieron al parto comparecen ante la prensa. El príncipe, visiblemente emocionado, informa en persona de que Doña Letizia y Leonor se encuentran perfectamente. La Infanta, cuyo parto fue inducido por cesarea, pesó al nacer tres kilos y 540 gramos y midió 47 centímetros.05.10.-
Todos los medios se mantienen a la espera de la comparecencia del príncipe de Asturias, que se retrasa más de lo previsto. Don Felipe tiene previsto acudir a la carpa habilitada en la clínica junto al ginecólogo que ha asistido a doña Letizia.04.30.-
La infanta Leonor ha nacido un día antes de que se cumpla el segundo aniversario del anuncio del compromiso de la pareja.04:19.-
Un portavoz de la Casa Real anuncia que el Príncipe de Asturias y el ginecólogo que ha atendido a Doña Letizia en el embarazo y el parto, Luis Ignacio Recasens, comparecerán ante los medios de comunicación a las cinco de la madrugada.04:16.-
Sus Altezas Reales, los Príncipes de Asturias, manifiestan su "satisfacción" por el anuncio del nacimiento en Madrid de su primera hija, según un comunicado oficial a través del Palacio de la Zarzuela.04:05.-
La niña se llamará Leonor, según confirman fuentes de Zarzuela. La primogénita de los Príncipes de Asturias será la Infanta Leonor, primer dato que se conoce de la recién nacida, que al parecer,como su madre, se encuentra bien.03:50.-
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, llama personalmente al Rey Juan Carlos para "expresarle su más entrañable enhorabuena" por el nacimiento de su nieta.02:50.-
Según informa la Casa Real, don Felipe comparecerá esta misma madrugada ante los periodistas que hacen guardia en las cercanías de la Clínica Ruber Internacional, para compartir con ellos sus primeras impresiones tras el nacimiento de su primogénita.02:40.-
La niña será Infanta de España y recibirá el tratamiento de Alteza Real. La pequeña será bautizada, como lo fue su padre, con agua del río Jordán y en la histórica pila de Santo Domingo de Guzmán.02:35.-
La Zarzuela anuncia que la Princesa de Asturias ha dado a luz una niña. El anuncio del nacimiento es efectuado por la Zarzuela pasadas mediante un mensaje telefónico que distribuye a los periodistas acreditados ante la Casa del Rey. El texto del mensaje dice: "La Princesa de Asturias acaba de dar a luz a una niña".02:15.-
La madre de doña Letizia, Paloma Rocasolano, llega al Hospital Ruber Internacional en el que se encuentra su hija para dar a luz. Viste un traje pantalón color marfil.01:25.-
La Casa Real confirma que Doña Letizia Ortiz está ingresada en la Clínica Ruber Internacional de Madrid para dar a luz. En un SMS enviado a los medios de comunicación, la Casa Real puntualizaba de esta forma, de manera oficial, que en esta ocasión no se trata de una falsa alarma.23:00.-
Personal de la Clínica Ruber Internacional de Madrid comienza a repartir bocadillos de chorizo y de salchichón, además de botellas de agua, al centenar de periodistas que se encuentran congregados ante la puerta del centro sanitario.20:16.-
Un grupo de periodistas, uno por medio, recibe un SMS en su teléfono móvil: "Prensa Zarzuela. La princesa de Asturias, ingresada en la Clínica Ruber Internacional por recomendación médica".19:55.-
La Princesa de Asturias, Doña Letizia Ortiz, ingresa en la clínica madrileña Ruber, acompañada de su marido, el Príncipe Felipe.La Corona y la descendencia femenina: El cambio puede esperar
Como es notorio, el nacimiento de una infanta sitúa en primer plano el debate acerca de la eventual reforma de la Constitución para eliminar la preferencia del varón sobre la mujer en el orden sucesorio, establecida por el artículo 57.1 de acuerdo con la tradición de nuestro Derecho histórico. La Corona ha sabido adaptarse -con prudencia, pero con determinación- a las exigencias de una sociedad democrática avanzada. Una sociedad en la que se percibe un alto grado de consenso (con la excepción de círculos muy minoritarios) acerca de la aplicación del principio de igualdad entre ambos sexos al único supuesto excluido específicamente por la propia norma fundamental. La singularidad, basada en las fuentes tradicionales, tiene también su reflejo en el artículo 58, que otorga títulos diferentes al cónyuge del monarca: Reina consorte o consorte de la Reina, según los casos. No debe haber lugar para la nostalgia de viejas fórmulas, ni tampoco para una posible desnaturalización de los rasgos que definen a una institución que conjuga diversas formas de legitimidad: histórica, sociológica y, sobre todo, la que deriva de la voluntad constituyente de la nación española. En definitiva, todos los argumentos razonables conducen a promover una reforma del citado precepto de la Constitución de cara a un futuro a medio plazo.
A día de hoy, en cambio, existen fundadas razones de orden práctico para que sea recomendable evitar cualquier precipitación innecesaria. Ante todo, se impone un respeto escrupuloso hacia los procedimientos: a pesar de algunas interpretaciones ingeniosas, es claro que para modificar el título II hace falta poner en marcha el mecanismo de máxima rigidez establecido por el artículo 168. Este procedimiento supone, en primer lugar, la aprobación por mayoría de dos tercios del Congreso y del Senado, seguida de la disolución «inmediata» de las Cortes. Las Cámaras elegidas deben ratificar la decisión anterior y aprobar el nuevo texto constitucional otra vez por mayoría cualificada de dos tercios en cada una de ellas. Por ultimo, la reforma debe ser sometida a referéndum para su ratificación. No se trata sólo -con ser ello importante- de respetar el tenor literal de la Constitución, sino también de atender a su espíritu, que pretende impedir que la Monarquía se sitúe bajo la influencia inaceptable de mayorías coyunturales. El momento político, sometido a un intenso debate sobre el modelo territorial, no es el más apropiado para poner en marcha un mecanismo tan complejo.
Si se tramita de forma independiente de cualquier otra reforma, como así debe hacerse, cabe el peligro de provocar un debate artificial, otorgando a las voces discrepantes una relevancia que no merecen en términos cuantitativos e invitando a una lectura sesgada de los resultados. Se trata, en fin, de evitar la tentación que puedan tener los expertos pescadores en río revuelto de elaborar interpretaciones plebiscitarias alejadas del interés general. Tampoco es aceptable que esta reforma (objetivamente justificada, hay que insistir) quede vinculada con otras propuestas mucho más discutibles que generan serias discrepancias en la medida en que hacen referencia al debate sobre nuestra vertebración territorial.
La sucesión está regulada con toda precisión de acuerdo con la normativa vigente, sin que exista duda alguna de hecho o de derecho. Don Felipe ocupa el primer lugar en el orden sucesorio y su hija recién nacida se sitúa en el segundo lugar. Aunque no hay problema a día de hoy, es evidente que el nacimiento de una niña introduce elementos de mayor complejidad jurídica en caso de reforma constitucional. Sin embargo, ello no debería modificar el criterio más relevante de la oportunidad política, en virtud del cual la reforma debe plantearse y sustanciarse en el contexto adecuado. El cambio singular de la Constitución para adaptar a la conciencia social el régimen jurídico de la sucesión a la Corona no es ahora mismo una cuestión prioritaria. En su día, será preciso analizar con la máxima prudencia y sentido del interés general de España los problemas de naturaleza técnico-jurídica, escuchando al respecto el parecer de los expertos de mayor prestigio. Debe hacerse una referencia expresa a la prioridad indiscutible de Don Felipe y aclarar con precisión los extremos concernientes a la retroactividad o irretroactividad en la aplicación del nuevo régimen jurídico a la siguiente generación. Es importante tener en cuenta la condición específica de la sucesión regia, que no está sujeta a las reglas generales propias del Derecho privado. Resulta en este caso plenamente aplicable la famosa expresión del jurista G. Jellinek: «No es el Rey el que hereda la Corona, sino la Corona la que hereda al Rey» (o a la Reina, habría que añadir en los tiempos actuales). En definitiva, sería cuestión de afinar la técnica jurídica.
Lo importante, hoy, es reiterar que el sentido de la responsabilidad política aconseja aplazar «sine die» la reforma, aunque se mantenga el compromiso de ponerla en marcha cuando las circunstancias sean oportunas. La decisión compete a quienes están legitimados para iniciar el procedimiento, sobre el cual está pendiente aún el dictamen del Consejo de Estado. Mientras, el sentido común aconseja prudencia y un estudio sereno, alejado de impulsos inmeditados, de los pasos a emprender y de su alcance. Como dijo en una célebre ocasión Pío Cabanillas, ahora lo urgente es esperar.
Un proyecto de futuro
Por Ignacio Camacho. Director de ABC
DESDE que, hace dos años justos, hiciera público su compromiso matrimonial con la periodista Letizia Ortiz, el Príncipe Felipe ha dado un impulso acelerado al proceso de continuidad dinástica, que cumplió ayer su condición más esencial al producirse el nacimiento del primer bebé, una hija, de la pareja. Perfectamente consciente del salto cualitativo que representaba su singular elección de una esposa burguesa -un auténtico salto al vacío en la tradición de la Corona española-, Don Felipe ha consumido a intenso ritmo las etapas necesarias para dotar de la necesaria normalidad a la dinámica sucesoria. La Monarquía Constitucional restaurada tras la muerte de Franco se proyecta ya en una nueva generación que garantiza la permanencia y estabilidad de la institución que ha asegurado en el último cuarto de siglo el proyecto de convivencia nacional construido en torno a las pautas democráticas de la Constitución del año 1978.
No resulta de ningún modo casual el protagonismo asumido por el Príncipe en las últimas semanas en torno a la defensa de ese proyecto constitucional, cuestionado por las veleidades nacionalistas hasta provocar un auténtico estado de alarma colectiva. La formulación explícita de su compromiso como Heredero del Trono, efectuada en el solemne y simbólico ámbito de los premios Príncipe de Asturias, representa un estadio más de la estrategia institucional con que la Corona ha querido en estos momentos dar relieve a la importancia de su papel de arbitraje en el escenario de la vida pública española. Al reclamar bajo los focos de la opinión pública su condición de heredero comprometido con los valores democráticos e igualitarios nacidos en la transición, Don Felipe establecía una conexión lineal entre ese señero paso al frente y el inmediato alumbramiento de su descendencia, reforzando así de manera nítida los lazos de la continuidad dinástica con el marco político que la hace posible.
Mucho más allá del inevitable debate que originará a buen seguro el sexo de la primogénita, importa sobre todo esta dimensión trascendente del acontecimiento. Con notable sentido de la oportunidad histórica, el Príncipe ha sabido vincular este evento familiar con el sentido más profundo de la garantía de unidad nacional que cobra en la Corona su plenitud simbólica. El interés del Rey y de su Heredero en manifestar públicamente su preocupación por el rumbo de los hechos políticos de los últimos tiempos es una nueva vuelta de tuerca en el proceso de una legitimidad de ejercicio que tanto Don Juan Carlos como Don Felipe han sabido encontrar con tino y constancia, sabedores de que en la contemporaneidad el hecho monárquico no se reduce tan sólo a le gitimidades dinásticas o jurídicas. Es este contexto de responsabilidad el que dota de pleno sentido al nacimiento de la primera hija de los Príncipes de Asturias, incardinada desde el mismo instante de su alumbramiento en el compromiso de la Monarquía con los destinos de su pueblo.
El natalicio culmina, además, un proceso dinástico que el Príncipe ha manejado con pleno dominio de su papel histórico. Nadie ha sido más consciente que el Heredero de las zozobras latentes que la cuestión de su matrimonio generó en la opinión pública durante los años en que su vida sentimental discurría en la lógica búsqueda de una pareja que, además de satisfacer sus aspiraciones personales, debía encarnar en el futuro la representatividad del Estado en su máxima expresión institucional. Los episodios de esa etapa son de todos conocidos, y se proyectaron con palpable intensidad en el momento en que se dio a conocer la personalidad de la elegida, generando un inevitable debate que la Corona zanjó con enorme aplomo.
A partir del anuncio de su compromiso con Doña Letizia, el Príncipe asumió con rigor y responsabilidad el curso de los acontecimientos, empuñando con firmeza las riendas de su futuro como sucesor en el Trono, e incrementando su presencia pública y privada en el entramado de las instituciones y de la sociedad civil española. Quienes esperaban que la Princesa de Asturias cometiese algún error que justificase los recelos sobre la elección de Don Felipe han sufrido un fuerte desengaño. La pareja ha cumplido con entera perfección las exigencias de su papel, desmontando uno tras otro los presuntos motivos de inquietud o desconfianza suscitados por el perfil de la futura Reina. El último y más importante de esos requisitos quedó ayer formalizado en la Clínica Ruber, despejando la incógnita sobre la continuidad dinástica y extendiendo sobre un país crispado por los sucesos políticos un velo de alborozo sentimental bordado con ribetes de acontecimiento histórico.
Será, sin embargo, inevitable la apertura de un debate anunciado en torno al sexo femenino del bebé, derivado de la preferencia constitucional del varón sobre la mujer en el orden sucesorio. El consenso sociológico sobre una reforma de la Carta Magna que actualice esa prevalencia según el moderno principio de igualdad de sexos parece tan evidente como manifiesta es la inoportunidad de emprender en estos momentos un proceso sometido a diversos albures poco previsibles. Nada sería, en efecto, menos aconsejable que abrir ahora el cofre blindado del artículo 57, cuya rigidez de procedimiento exige -precisamente por afectar al núcleo duro del sistema institucional- unas condiciones que hoy por hoy supondrían una convulsión de la ya precaria estabilidad política nacional. Sin duda la actual sensibilidad social exige la equiparación de los derechos del hombre y la mujer también en lo más alto de la cúpula del edificio del Estado, pero un mínimo atisbo de sensibilidad política aconseja aplazar hasta mejor ocasión un debate que, no de suyo sino por sus posibles consecuencias colaterales, podría conducir a escenarios indeseados de inestabilidad y zozobra, introducir polémicas artificiales o abrir la puerta a discrepancias en torno al modelo de Estado.
Por su propia dimensión de proyecto de futuro, las urgencias resultan inconvenientes, prescindibles y accesorias. Conviene recordar, al respecto, que la sucesión de la Corona está asegurada en la persona del Príncipe, lo que ofrece un mullido colchón temporal para diferir la cuestión hasta una coyuntura más propicia y un horizonte más remansado.
Por todo ello no cabe, pues, sino congratularse del feliz desenlace del alumbramiento, que por encima de debates circunstanciales atornilla el futuro de la monarquía constitucional, consolida el papel de la Corona como referencia de unidad democrática y proporciona el necesario factor de continuidad que proyecta en el tiempo el marco de estabilidad que ha hecho posible la etapa más próspera de la nación española en los últimos siglos. El llanto del bebé de la Ruber ha roto con su gozosa naturalidad la densa, eléctrica, acalambrada atmósfera política de un país razonablemente inquieto ante los experimentos desquiciados de ciertos aprendices de brujo, y viene a poner una imprescindible nota de ternura en el paisaje moral de una nación atribulada.
Preguntas y respuestas
MADRID.- El nacimiento de Leonor no es sólo un feliz acontecimiento para la Familia Real sino que tiene una importante trascendencia constitucional , ya que hace más necesaria la reforma constitucional planteada por Rodríguez Zapatero para igualar a hombre y mujer en la línea sucesoria a la Corona. Éstas son las claves para entender el proceso:
Porque el artículo 57.1 de la Constitución establece la prevalencia del varón sobre la mujer en los derechos de sucesión a la Corona en una clara discriminación por razones de sexo.
Sin embargo, en otro artículo de la Carta Magna, el 14, se deja claro que "los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión , opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social".
No, pero sí imprescindible, ya que si los Príncipes de Asturias tuviesen un hijo varón antes de realizarla, le quitaría el derecho a Leonor a acceder al trono. Nada pasaría en el supuesto de que sus hermanas fueran todas mujeres.
Para reformar la Carta Magna en su Título II -sobre la Corona- es necesario un complicado procedimiento. La reforma, de las llamadas "agravadas", necesitaría el apoyo de dos tercios del Congreso y del Senado y después se deberían disolver inmediatamente las Cortes. A continuación hay que convocar elecciones para que el nuevo Parlamento apruebe un texto que, en última instancia, deberá ser sometido a referéndum.
En principio no, pero si la reforma tuviera carácter retroactivo, algo que provoca un profundo debate entre los expertos, y se realizara antes de que el Príncipe de Asturias accediera al trono, sería necesario salvaguardar sus derechos sucesorios ante su hermana Elena , primogénita de Don Juan Carlos y Doña Sofía.
El Ejecutivo de Zapatero tiene prevista una modificación de la Constitución en cuatro apartados, y uno de ellos es el relativo al artículo 57.1. El Consejo de Estado está realizando el estudio correspondiente y el Ejecutivo prevé que al final de la legislatura pueda abordarse esa reforma.
Las otras tres modificaciones anunciadas por el Gobierno son profundizar en el carácter de cámara territorial del Senado, incluir en la Carta Magna la denominación de las 17 Comunidades Autónomas y añadir una referencia a la Constitución europea.
Con el objetivo de evitar la disolución de las Cortes, el experto en Derecho Constitucional Jorge de Esteban ofrece una alternativa: reformar el artículo 167, que modificaría a su vez el 168, que es el que prevé las condiciones anteriores (dos tercios de las Cámaras, referéndum,...). Si así se hiciera, la reforma de la Carta Magna sólo necesitaría una mayoría de los tres quintos de las Cámaras y no sería necesario el referéndum.
Además, para no perjudicar los derechos de un hermano varón de la Infanta Leonor, en caso de que naciera, Jorge de Esteban propone una declaración conjunta del Congreso y del Senado. Las dos Cámaras se comprometerían a reformar la Constitución antes de acabar la presente legislatura, y si el hermano varón en ese periodo no vería perjudicados sus derechos.
Los Reyes, encantados con su nieta: «Es gordita y bastante llorona»
Los dominios de Leonor
El equipo informático de la Casa Real reserva de madrugada casi todas las 'combinaciones normales' de dominios con el nombre de la hija de los Príncipes de Asturias, incluso 'reinaleonor'
SERGIO RODRÍGUEZ | PABLO ROMERO
MADRID.- ' Princesaleonor.com', 'infantaleonor.com', y hasta 'reinaleonor.com'. La Casa Real se ha dado mucha prisa en registrar los principales dominios de Internet correspondientes al nombre de la primogénita de los Príncipes de Asturias. Tanta, que dicho registro se produjo casi simultáneamente al nacimiento de la infanta Leonor. Mientras, el humor también ha hecho su aparición al calor de este nacimiento, en forma de 'blog'.
La Casa Real da mucho juego en la Red, tanto que el registro de dominios para evitar incómodos 'secuestros' de identidad en Internet parece una de sus prioridades. ¿Quién no se acuerda del revuelo organizado en la Red cuando se anunció el compromiso de los Príncipes de Asturias?
De esta manera, 'reinaleonor', 'princesaleonor', 'infantaleonor' 'infanta-leonor', leonorreina', 'leonorprincesa', y 'leonordeborbon' ( en todas sus extensiones comerciales, '.com', '.net', '.org', '.biz', y '.info') fueron adquiridos por la Casa Real en la noche del domingo 30 al lunes 31 de noviembre.
No obstante, ' princesa-leonor.com' fue comprado a última hora del domingo por el grupo Siscomred, dedicados al diseño 'web', alojamiento y gestión de dominios, entre otras actividades, según su propia página 'web'.
'Justo después del comunicado oficial'
Isaías Peral Puebla, Jefe del Centro de Comunicaciones e Informática de la Casa Real, afirmó al Navegante que el departamento técnico comenzó a registrar los nombres "justo después de que saliese publicado el comunicado oficial del nacimiento, cuando se supo que era niña y que se llamaba Leonor". La Princesa Letizia fue ingresada el domingo a las ocho de la tarde, y dio a luz a las 1:42 horas del lunes.
"Hemos intentado cubrir las combinaciones más normales con el nombre de Leonor", comentó.
De momento, el nombre de Leonor no está recogido en la lista de nombres de dominios reservados en la entidad pública registradora ESNIC, responsable de los '.es'. De hecho, la página 'leonor.es' existe y está dedicada, por un lado, a una cantante folclórica del mismo nombre y, por otra, a una tienda de material escolar e informática.
En cualquier caso, parece que la Casa Real ha hecho un esfuerzo para adaptarse a las nuevas tecnologías de la información. Así, por ejemplo, el departamento de prensa de La Zarzuela ha realizado los anuncios del ingreso de la Princesa Letizia y el posterior parto a través de mesajes SMS a los móviles de los periodistas.
· Ante todo, mucho humor
El fenómeno de los 'blogs', cada vez más populares, también se ha fijado en el nacimiento de la esperada primogénita. Ya existe un blog nacido especialmente para la nueva infanta, 'leonordeborbon.blogspot.com', en el que un anónimo relata en primera persona las vivencias de la recién nacida.
Zapatero elogia el 'digno' papel de la monarquía
Declaración del Presidente del Gobierno con motivo del nacimiento de la Infanta Doña Leonor, hija de SS.AA.RR. los Príncipes de Asturias
Palacio de La Moncloa, lunes, 31 de octubre de 2005
Buenos días.
Quiero expresar, en nombre del Gobierno de España, mi más calurosa felicitación a SS.AA.RR. el Príncipe y la Princesa de Asturias por el nacimiento de su hija, la Infanta Leonor, y extender la felicitación a SS.MM. los Reyes y a toda la Familia Real. Compartimos con ellos y con los demás ciudadanos la alegría por tan feliz evento.
Es un acontecimiento que, además de su dimensión personal y familiar, posee un profundo significado institucional, en cuanto que con él se afianza la línea de la sucesión en la Corona. Nuestra Monarquía, la Monarquía, parlamentaria, la Monarquía constitucional, viene desempeñando desde la transición política una inestimable función de integración política, social y territorial al servicio de todos los españoles.
Ésta es una excelente ocasión para reconocer, en nombre de todos los españoles, dicha tarea y manifestar nuestra convicción de que tan digna y valiosa función se seguirá realizando en el futuro. De ahí la especial satisfacción que personalmente hoy siento, al igual que todos los miembros del Gobierno de España y de la que les hacemos partícipes a ustedes y a todos los españoles.
Muchas gracias.
Orden Sucesorio actualizado
El orden de acceso a la Corona actualmente es:
1.- S.A.R. El Príncipe Felipe
2.- S.A.R. La Infanta Leonor
3.- S.A.R. La Infanta Elena
4.- Excmo. Sr. Felipe Juan Froilán Marichalar de Borbón
5.- Excma. Sra. Victoria Federica Marichalar de Borbón
6.- S.A.R. La Infanta Cristina
7.- Excmo. Sr. Juan Valentín Urdangarín de Borbón
8.- Excmo. Sr. Pablo Nicolás Urdangarín de Borbón
9.- Excmo. Sr. Miguel Urdangarín de Borbón
10.- Excma. Sra. Irene Urdangarín de Borbón
11.- S.A.R El Infante Don Carlos, Duque de Calabria (iniciando una nueva rama)
Los nacimientos de los nietos de los Reyes
Froilán fue el que más se hizo esperar. El primer nieto de los Reyes nació 16 horas después de que su madre, la infanta Elena, ingresara en la clínica madrileña Ruber Internacional. Aquello sucedió en 1998. A partir de entonces, la cigüeña no ha parado de llamar a la puerta de la Casa del Rey. Eso sí, los otros retoños vinieron al mundo sin hacerse de rogar tanto como Froilán.
Felipe Juan Froilán de Todos los Santos salió del vientre de su madre el 17 de julio de hace cinco años. A las 2.16 horas, los médicos practicaron una cesárea a Elena, que ingresó a las 9.45 horas del día anterior. A las 4.30 horas, el padre de la criatura, Jaime de Marichalar, compareció ante la prensa. "Se parece a ella, el pobre", dijo el duque de Lugo en un desliz para añadir segundos más tarde: "Es idéntico a la madre, gracias a Dios para él".
El 29 de septiembre de 1999, la infanta Cristina siguió los pasos de su hermana y dio a luz a su primer hijo, el primer nieto catalán de Juan Carlos y Sofía. Juan Valentín fue también madrugador. El pequeño nació a las dos de la madrugada, cinco horas después de que su mamá ingresa en la clínica Teknon.
Suma y sigue. Un año más tarde, el 9 de septiembre del 2000, Elena y su marido cantaron Victoria, el nombre elegido para su segundo retoño. La primera nieta de los Reyes dio mucha menos guerra que su hermano. Victoria Federica también nació mediante cesárea, pero lo hizo a la una de la tarde, sólo tres horas después de que la duquesa de Lugo ingresara en la Ruber. En aquella ocasión, Marichalar no dejó lugar a dudas: "De nuevo y gracias a Dios, se parece a su madre".
Ese mismo año, el 6 de diciembre, Día de la Constitución, Cristina ingresó en la Teknon a las seis de la tarde y, cuatro horas después, volvió a ser madre de un niño. Pablo Nicolás nació minutos antes de las once de la noche. El comunicado de Zarzuela, en castellano y catalán, se emitió a las 0.30 horas.
Muñecas y balones
"Miguel, Miguel a secas" --según explicó su padre-- nació el 30 de abril del 2002 a primera hora de la mañana. En el brindis con los periodistas, el marido de la infanta Cristina bromeó con el sexo de su tercer vástago y explicó: "En casa no entrarán muñecas, pero habrá balones por todas partes".
El duque de Palma, como en las anteriores ocasiones, quiso estar al lado de su mujer en el momento del parto, bajo las indicaciones del doctor Manuel García-Valdecasas. Según recordaba Iñaki Urdangarín, colocar al bebé sobre el vientre de la madre fue una experiencia "maravillosa".
Y finalmente, el pasado 5 de junio la cigüeña trajo una niña a la casa barcelonesa de los Borbón Urdangarín. Su nombre Irene. ¿Por qué Irene? Según explicó el padre entones, "por el significado --paz, en griego-- y por la belleza del nombre".
Dos años intensos
Antecedentes históricos del nombre Leonor
En 1130 murió su único hermano varón, Guillermo, lo que la convierte en la heredera de su padre. El 9 de abril de 1137, Guillermo X muere en un peregrinaje a Santiago de Campostela, en Galicia, y Leonor toma posesión del inmenso ducado de Aquitania (que se extendía desde el Loira hasta los Pirineos y era más extenso que los dominios directos del rey de Francia). El 4 de julio de 1137, a los 15 años de edad, contrajo matrimonio, en Bordeaux, con Luis, futuro rey Luis VII de Francia, un año mayor que ella. Ese mismo año ascendieron al trono francés, a la muerte del rey Luis VI. Solo 8 años más tarde, en 1145, nace su primera hija, María, futura condesa de Champaña.
Las disensiones entre la pareja empezaron muy pronto, cuando la reina apoya el ilegal matrimonio de su hermana Petronila con el conde Raul I de Vermandois, mientras que el rey enviaba a su hermano Roberto a invadir Vermandois en castigo por la bigamia del conde. Además, su comportamiento emancipado y liberal fue duramente criticado por la curia eclesiastica -especialmente por Bernardo de Claraval y el abad Suger- y, al parecer, por su propia suegra, Adelaida de Saboya; pero nada de esto le importaba al soberano francés, que estaba locamente enamorado de su esposa.
En 1141, movidos por la predicación de Bernardo de Claraval, la joven pareja marchó a la Segunda Cruzada; el rey no permitio de buen grado que su esposa lo acompañara, pero Leonor, en su calidad de duquesa de Aquitania, y por tanto, la mayor feudataria de Francia, insiste en partir como los demás señores feudales.
Durante su estancia en Antioquía, la relación de la reina con su tío Raimundo de Poitiers, príncipe de la ciudad, dió lugar a toda clase de murmuraciones, que provocaron el alejamiento entre el rey y la reina. Luis obliga a su mujer a volver con él a la fuerza, aunque parten separadamente. En su camino a Francia, de detienen en Roma, donde el Papa trata de reconciliar a la pareja real -el resultado de la gestión papal fue su segunda hija, Alix, futura condesa de Blois, nacida en 1151-. Pero la pareja estaba irremediablemente distanciada: El 21 de marzo de 1152, consiguieron la anulación de su boda, basandose en el parentesco entre ambos. El precio que puso Leonor a esta separación fue la conservación de sus dominios.
Seis semanas después de su divorcio, el 18 de mayo de 1152, Leonor contrajo matrimonio, en la catedral de Saint Pierre de Bordeaux, con el que pronto sería Enrique II de Inglaterra, uniendo sus vastos dominios en Francia a los que ya poseía el heredero al trono inglés (dueño de Anjou, Maine y Normandía, aparte de Inglaterra y Gales). De este modo se formaba el llamado Imperio Angevino, en el cual los reyes de Inglaterra, aun siendo vasallos del rey de Francia, controlaban un territorio ocho veces superior al dominado por Luis VII. De este nacieron 8 hijos, 5 varones y 3 hijas. Establecida principalmente en Poitiers, en su corte tuvo gran auge la lírica caballeresca, siendo mecenas de numerosos trovadores.
La existencia de una amante de Enrique II, provocó el enfrentamiento de Leonor y el rey, y a partir de 1173 Leonor promovió la rebelión de tres hijos del rey contra su padre. Tras reprimir la rebelión, el rey encarceló a Leonor, primero en Chinon y luego en Salisbury, donde permaneció bajo arresto hasta la muerte del rey Enrique en 1189.
Recuperada la libertad, Leonor se convirtió en regente de los dominios angevinos durante las asusencias de su hijo Ricardo. Tras la vuelta de este rey de la Tercera Cruzada, Leonor se retiró a la abadía de Fontevrault. La muerte de Ricardo, el 6 de abril de 1199 provocó que Leonor abandonara de nuevo su retiro hasta conseguir la coronación de otro hijo, Juan, relegando a su nieto, el duque Arturo I de Bretaña, al que prácticamente no conocía.
En 1200, y siendo casi octogenaria, da muestras de una fortaleza impresionante cuando decide viajar hasta Castilla, cruzando los Pirineos, para escoger entre sus nietas, las infantas de Castilla -hijas de su hija Leonor y de Alfonso VIII- a la que se convertiría en la esposa del hijo de Felipe II Augusto, el futuro Luis VIII. La escogida sería Blanca, una de las reinas de Francia más celebres, regente del reino en tres ocasiones y modelo de virtud y habilidad política.
Murió el 31 de marzo de 1204 en la abadía de Fontevrault, a los 82 años de edad, siendo sepultada alli mismo junto a su esposo Enrique y su hijo Ricardo.
Leonor de Navarra
(c. 1420-Tudela 1479)
Reina de Navarra.
Era hija de Juan II de Aragón y de Blanca de Navarra.
Poco después de ser designada heredera de Navarra (1457) estalló la lucha entre sus partidarios, los beaumonteses, y los de Juan II, agramonteses.
En 1479, a la muerte de Juan II, fue coronada con el apoyo de Fernando II el Católico.
El Bautizo será después de Navidad
La nueva Infanta de España y Alteza Real, primogénita de los Príncipes de Asturias, que nació hoy en Madrid, será bautizada, como lo fue su padre, con agua del río Jordán y en la histórica pila de Santo Domingo de Guzmán.
Desde tiempos de Felipe IV, antes de que llegara a España la dinastía Borbón, esta joya del románico es utilizada exclusivamente en los bautizos Reales de Príncipes e Infantes.
Así ocurrió con el padre del recién nacido, don Felipe, que recibió en ella las aguas bautismales el 5 de febrero de 1968, en el Palacio de La Zarzuela. Fueron sus padrinos la Reina Victoria Eugenia, su bisabuela, y su abuelo el Conde de Barcelona.
En la misma pila de Santo Domingo de Guzmán fueron bautizadas, también en La Zarzuela, las hermanas del Príncipe, las Infantas Elena y Cristina.
De piedra blanca y con adornos dorados, la pila de Santo Domingo de Guzmán fue utilizada por vez primera en el bautizo de Felipe IV, heredero de Felipe III, que se celebró en Valladolid, donde en esos momentos se encontraba la Corte.
En ella, y de ahí su nombre, fue bautizado en 1170 Domingo de Guzmán, fundador de la orden de los Dominicos, elevado a los altares por el Papa Gregorio IX en 1234.
A partir de ese año, la pila pasó desde la iglesia parroquial de la localidad burgalesa de Caleruega, donde fue bautizado Santo Domingo, hasta el castillo de los Guzmanes, en la misma población, donde era venerada como reliquia.
Felipe III ordenó su traslado a Valladolid para el bautizo de su hijo y de allí viajó a Madrid, al Monasterio de Santo Domingo el Real, donde actualmente se custodia y del que sale exclusivamente, previo registro de su salida en un libro especial, para su uso en un bautizo Real.
Don Juan Carlos, que nació el 5 de enero de 1938 en Roma, en plena contienda civil española, con la Familia Real en el exilio, no recibió las aguas bautismales en esta pila histórica. Su bautismo tuvo lugar en la iglesia del Palacio de la Soberana Orden de Malta de la capital italiana.
Los otros seis nietos de los Reyes, los hijos de las Infantas Elena y Cristina -Felipe Juan Froilán, Victoria Federica, Juan Valentín, Pablo Nicolás, Miguel e Irene-, no han sido bautizados en ella, ya que no tienen la condición de Infantes ni el tratamiento de Alteza Real. Todos ellos son Excelentísimo señor o señora.
Para estos seis bautizos, celebrados todos ellos en el Palacio de La Zarzuela, se usó una pila del Palacio Real de principios del siglo XIX, en concreto una palangana de plata sobredorada realizada por la Real Fábrica de Platería.
Con toda probabilidad, la recién nacida vestirá ese día, cuya fecha concreta todavía se desconoce, el mismo faldón de cristianar que llevó su abuelo el Rey, su padre el Príncipe de Asturias, sus tías las Infantas Elena y Cristina y sus seis primos.
Sobre su cabeza será derramada agua del río Jordán
Como es tradición en la Familia Real española, sobre la cabeza de la primogénita de los Príncipes de Asturias será derramada agua del río Jordán, traída a España desde Tierra Santa para tan histórica ocasión.
El pasado 17 de octubre, el fraile franciscano Ovidio Dueñas entregó varios envases con agua del Jordán al Cónsul General de España en Jerusalén y en los territorios palestinos, José María Ferré, quien los remitió inmediatamente a España, a la Casa Real.
Todos los años, el último jueves de octubre, los frailes franciscanos, custodiados por el Ejército israelí, acuden en peregrinación a las orillas del río Jordán, al lugar donde, según las Santas Escrituras, fue bautizado Jesús.
Allí, frente a Jericó, el hermano franciscano Ovidio Dueñas se encarga de recoger el agua, que hierve, filtra e introduce en unos recipientes de cristal con la inscripción de Tierra Santa, y que luego lacra para su conservación en el almacén de objetos religiosos del convento de Jerusalén.
Otra tradición de la Familia Real cuando nace un heredero o un Infante es la presentación del recién nacido ante la Virgen de Atocha, en su templo madrileño, el mismo que visitaron don Felipe y doña Letizia el día de su boda, el 22 de mayo de 2004.
Esa mañana, tras la ceremonia en la catedral de La Almudena, los recién casados acudieron a la basílica de Nuestra Señora de Atocha para orar ante la Virgen y depositar el ramo de la novia a los pies de esta imagen tan venerada por la Familia Real.
El Príncipe, emocionado, afirma que «es lo más bonito que le puede pasar a uno en la vida»
En una comparecencia de prensa en la clínica Ruber de la capital de España, Don Felipe añadió que acompañó a la Princesa Letizia en el alumbramiento y que ésta permaneció consciente en todo momento y recibió sus explicaciones de lo que iba sucediendo.
La pequeña "es grande y parece que fuerte", a pesar de que faltaban tres semanas para que el embarazo llegara a término, explicó el Príncipe de Asturias.