ÁNGEL MARÍN. BARCELONA
ABC
Los máximos representantes de la sociedad civil catalana recibieron ayer, con un cálido aplauso que sonó a modo de desagravio, a Su Majestad el Rey Don Juan Carlos después del sonado incidente con el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, pero, sobre todo, por la quema de fotografías de los Reyes en Cataluña. La flor y nata de la economía, cultura y política catalana, excepto los líderes de ERC e ICV, arropó al Monarca en la entrega del III premio internacional Conde de Barcelona al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.
Don Juan Carlos entró al Monasterio de Pedralbes acompañado por el propio galardonado, el presidente de la Generalitat, José Montilla, la ministra de Vivienda, Carmen Chacón y el arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach.
El Rey abogó, en su intervención, por «una Europa fuerte y con sólidas políticas comunes» porque es «la mejor respuesta que podemos dar a la globalización, que supone un reto, pero también una oportunidad».
Sobre la figura del laureado, Don Juan Carlos resaltó que Durao Barroso «ha conducido con acierto la nave» de la Comisión Europea, que es una institución «clave» en el entramado comunitario. «Ha sabido gestionar con una sabia mezcla de habilidad y realismo, de liderazgo y sana ambición europeísta», apuntó el Rey tras mostrar su esperanza por la «nueva etapa» de la UE que se abre con el Tratado de Lisboa, que se firmará el próximo día 13 de diciembre en la capital portuguesa.
En cuanto al premio otorgado por la Fundación Conde de Barcelona, creada en honor a su padre, Don Juan Carlos resalto «el acierto» del jurado en la elección del presidente de la Comisón Europea con motivo del 50 aniversario de Tratado de Roma. Para el Monarca, el premio a Durao Barroso es un reconocimiento a la institución europea que preside y, por ello, recoge «el sentir mayoritario de la sociedad catalana y del resto de España» y su «anhelo compartido por una Europa cada vez más unida, que actúe como factor de desarrollo, de igualdad y de solidaridad». Después de recibir el galardón de manos de Don Juan Carlos, el presidente de la Comisión Europea alabó la vocación europeísta del Rey de España y recordó que su «empeño personal en el proyecto europeo, lo convirtió en un proyecto nacional». Tras reiterar su admiración por «la apuesta inequívoca de la Monarquía española por Europa», Durao Barroso explicó que el Tratado de Lisboa aportará «más eficacia en a la hora de tomar decisiones, más coherencia en términos de política exterior y más democracia» a la UE.
Unas horas antes de recibir el III premio internacional Conde de Barcelona, el dirigente portugués dijo que entendía la actitud del Rey y del presidente del Gobierno, José Luis Rodriguez Zapatero, ante el presidente de Venezuela, aunque mostró su esperanza en que el incidente «no contamine las relaciones» con Amércia Latina. «Si hugo Chávez quiere respeto, tiene que respetar a los otros y no tiene por qué descalificar a los otros. Eso no es correcto», dijo Durao Barroso.
Maragall y Rato, entre otros
Al acto, organizado por el patronato de la Fundación Conde de Barcelona, acudieron numerosas personalidades, como el ex presidente catalán Pasqual Maragall, el dirigente del PP y ex presidente del FMI Rodrigo Rato, el ex presidente del COI Juan Antonio Samaranch, el histórico dirigente de CiU e ilustre abogado Miquel Roca o el ex presidente del PPC y recién nombrado presidente de Vueling, Josep Piqué.
Artur Mas y Josep Duran Lleida encabezaron la nutrida representación de CiU, mientras que Rafael Luna y Alberto Fernández lo hicieron en nombre del PP catalán. Entre el público destacaba también la presencia de financieros y empresarios como Ricard Fornesa, Josep Oliu, José Manuel Lara o Leopoldo Rodés, el arquitecto Ricard Bofill, el escritor Baltasar Porcel o el periodista Luis del Olmo, entre otros.
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