Las diferencias de habla entre las clases sociales británicas se han reducido hasta el punto de que esta situación afecta a la misma Reina. A juicio de un experto en Fonética, su acento es ahora más común
Isabel II arrancó su reinado en 1952 hablando con la «e» y ahora lo hace con la «a». De decir «thet men in the bleck het», como pronunciaban las altas clases inglesas bien educadas, ha pasado al cabo de medio siglo de reinado al más común «that man in the black hat» (este hombre con el sombrero negro).
No es que la Reina de Inglaterra se haya vulgarizado, sino que las diferencias de habla entre las clases sociales se han reducido, lo que además permite una mayor cercanía personal de la Monarca a la inmensa mayoría de su pueblo. Así lo estima Jonathan Harrington, profesor de Fonética de la Universidad de Munich, que ha realizado un estudio sobre todos los mensajes navideños que Isabel II ha dirigido a sus súbditos.
«Escogimos esas emisiones porque es muy difícil encontrar grabaciones de alta calidad de la voz de una misma persona durante tan largo periodo de tiempo. Los cambios en el discurso de la Reina de Inglaterra son muy lentos, pero ahí están», dice Harrington, tras haber aplicado análisis acústicos a todos los mensajes de Navidad desde 1952 hasta el presente.
En su primera emisión, una joven muchacha de 26 años arrancó su intervención diciendo: «I em speaking to you from my own hame, where I em spending Christmas with my femly» (os estoy hablando desde mi propia casa, donde estoy pasando las Navidades con mi familia). Hoy, a sus ochenta años, la Reina diría «am», «home» y «famly» como corresponde, no ya a una pronunciación elitista —conocida incluso como «el inglés de la Reina»—, sino a la pronunciación estándar del inglés británico.
El estudio encuentra un paralelismo entre la variación que ha ido protagonizando la Reina y la evolución fonética estándar entre los habitantes del sureste de Inglaterra, región en la que Isabel II tiene sus principales residencias.
Según Harrington, «hace cien años las clases sociales estaban mucho más marcadas, pero esto cambió con la revolución social de los sesenta y setenta, y se han desdibujado las separaciones. No creo en absoluto que la Reina haya cambiado conscientemente. Lo que el estudio sugiere es que todos participamos en los cambios de sonidos, tanto si nos gusta como si no».
Por su parte, el biógrafo real Kenneth Rose declaraba ayer al periódico «The Daily Telegraph» que un día que tomaba té con Isabel II, ésta le comentó que algunos de sus nietos hablan «estuario» (dejadez en el lenguaje, el final de aluvión del río del habla). Pero Rose asegura que la Reina estuvo en su institucional papel de neutralidad y no se pronunció al respecto.
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