La Reina ha inaugurado los nuevos edificios de ampliación del Museo Reina Sofía, acompañada de la ministra de Cultura, Carmen Calvo, y del arquitecto responsable de las obras, Jean Nouvel, quien le ha explicado cómo ha conjugado un edificio del siglo XVIII, obra de Sabatini, con la arquitectura más vanguardista. Doña Sofía ha contemplado la espectacular vista desde las terrazas de los tres nuevos módulos, unidos entre sí por una singular marquesina, en cuyo techos en rojo metálico se reflejan los antiguos edificios de Madrid, entre ellos la estación de Atocha. A su llegada, ha descubierto una placa conmemorativa de esta inauguración oficial, en el patio del museo que sirve de punto de unión del antiguo hospital en el que comenzó la pinacoteca y las modernas instalaciones. Los nuevos edificios albergan una gran biblioteca, dos singulares auditorios, un restaurante y dos nuevas salas de exposiciones temporales. Nouvel ha explicado que entre los tres nuevos volúmenes se establece una complementariedad y un diálogo constante con el resto del Museo. "Cada uno de los volúmenes tiene un programa dominante. Al sur, el primero es el de la biblioteca; el segundo, al oeste, es el de los encuentros: auditorio, sala de protocolo, bar y restaurante; y el tercero al norte, es el de las exposiciones temporales, el único que está conectado directamente con la matriz del museo". Todos ellos terminan en unas terrazas, que serán una "invitación a crear acontecimientos", ha asegurado el arquitecto. La biblioteca, el primero de los edificios que ha recorrido la Reina y que se encuentra en el lugar más cercano a la glorieta del Emperador Carlos V, es capaz de albergar hasta 250.000 volúmenes y está considerada como una de las mejores de Europa en lo que se refiere a arte moderno. Una original lámpara de vidrio se encuentra sobre la sala de lectura de la Biblioteca, que cuenta ya con 65.000 volúmenes, más de mil revistas de arte contemporáneo, nueve mil diapositivas y numerosos catálogos de artistas. Ese espacio se complementa con una librería especializada. Funcionalidad y autonomía La directora del Museo ha destacado la gran "elegancia" de la arquitectura empleada por Nouvel, que aspira a "transformar la complejidad urbanística de la zona". Asimismo, ha subrayado la funcionalidad y la gran "autonomía física" de la Biblioteca y Centro de Documentación, que favorecerá el estudio y la investigación. Doña Sofía ha recorrido también una exposición de Saura y después ha visitado uno de los dos auditorios de los que dispone el centro, con capacidad para 500 personas, y la cafetería restaurante, con acceso directo desde la calle, y de la que se encargará el restaurador Sergi Arola, considerado uno de los más innovadores de España. Los auditorios -el otro tiene 200 butacas- se abrirán a actividades multidisciplinares. Los nuevos espacios permitirán desarrollar un amplio y ambicioso programa educativo, dirigido al gran público y a los especialistas. Las nuevas salas para exposiciones temporales que incluye la ampliación del museo, y que se abrieron al público el año pasado, posibilitan la presentación de obras de gran complejidad. La torre dedicada al auditorio sostiene una gran cubierta laqueada en rojo que imprime al conjunto un aire de posmodernidad, y otras dos, sobre la biblioteca y las salas de exposiciones, son de acero y vidrio de opacidad variable, para crear un juego de intensidades y contrastes de luz y sombra en los interiores. El ministerio de Cultura convocó el concurso para la ampliación en 1999 y, dos años después, Nouvel dio a conocer su proyecto. Los nuevos edificios han aumentado el museo en casi 30.000 metros cuadrados, un 55 por ciento más de su superficie anterior, y su costo ha superado los 90 millones de euros. Las modernas superficies permitirán aligerar los espacios del edifico Sabatini -el original- para poder desplegar y ampliar la colección permanente. En su recorrido por los nuevos y singulares espacios, ha acompañado a la Reina, además de la ministra y el arquitecto, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, la directora del museo, Ana Martínez de Aguilar, y algunos de sus antecesores en el cargo, así como miembros del Patronato de la Fundación de la pinacoteca.
lunes, 26 de septiembre de 2005
La Reina Inaugurada "su" Museo
El curso del embarazo real
Según cuentan los que se saben las cuentas del embarazo real, el feliz acontecimiento no tendrá lugar antes del 5 ni después del 12 de noviembre
El pasado lunes, los Reyes inauguraron el curso escolar en un colegio de Fuerteventura; pero puestos a hablar de nuevas temporadas, ninguna como la que le espera a familia real que, en algo más de un mes, ampliará su nónima con el nacimiento de la "criatura", denominación que utiliza el Rey cuando se refiere al bebé que espera la princesa Letizia, llamado a ser en su día el sucesor de su sucesor. Si, como decía don Juan, la monarquía es una cadena y cada uno de sus titulares un eslabón, está claro que el primer hijo de los príncipes de Asturias no será un nieto real más, sino el nieto real por excelencia. Porque excelencias de tratamiento son los niños Marichalar y Urdangarin, pero la criatura Borbón Ortiz será infante/ a y cuando se produzca el relevo en el trono será príncipe o princesa de Asturias.
Doña Letizia, en ese viaje estratosférico que inició tras empezar su relación con don Felipe, está a punto de llegar a la luna. Su alumbramiento es digno de récord: la primera mujer en la historia de España nacida fuera de una familia real que dará a a luz a un futuro rey y la primera princesa de Asturias que será madre en España y lo hará en vida y ejercicio de un rey. Doña Sofía dio a luz a don Felipe con Franco como jefe de Estado; doña María fue madre de don Juan Carlos en el exilio y doña Victoria Eugenia era reina cuando fue madre por primera vez. La importancia histórica y hasta la anecdótica del acontecimiento es de las que darían para escribir un libro.
Mientras llega el momento, los Príncipes siguen cumpliendo con sus actividades oficiales y mostrando cuál es el criterio con el que las afrontan. La imagen de la princesa Letizia, junto a don Felipe, sentada en una mesa de trabajo en un hotel de Milán con empresarios españoles del sector del calzado es demostrativa de la decidida voluntad de doña Letizia de no ser pura consorte, aunque esté allí precisamente por su condición de esposa de. Contradicciones de las que no se puede escapar cuando se pertenece a una institución que se ve obligada a bascular entre tradición y modernidad sin que el fiel de la balanza se mueva un milímetro.
Según cuentan los que se saben las cuentas del embarazo real, el feliz acontecimiento no tendrá lugar antes del 5 ni después del 12 de noviembre, a menos que el futuro infante/ a (si hay que apostar, se apuesta por el varoncito) decida por sí mismo el día en el que llena de gozo a sus padres, abuelos y de paso entra en la historia.
Fuente: MARIÁNGEL ALCÁZAR
La Vanguardia
viernes, 23 de septiembre de 2005
Embarazo en Luxemburgo
El príncipe Luis de Luxemburgo, tercer hijo de los grandes duques, será padre. Tal como confirmó ayer oficialmente la casa real de Luxemburgo, la novia del muchacho, una joven luxemburguesa llamada Tessy Anthony, está embarazada y dará a luz el próximo mes de marzo.
Luis estudia en un internado de Suiza y tiene 19 años; Tessy Anthony, 20. La pareja se conoció hace un año y por ahora no está previsto que se casen, dada su juventud. La pareja afrontan el nacimiento del bebé con ilusión y su decisión ha sido respaldada por las familias de ambos.
El padre de Luis, el gran duque Enrique de Luxemburgo, es quien reina en este minúsculo pero poderoso ducado en el que predominan las personas de origen belga, francés o alemán. Luxemburgo se convirtió en Estado independiente en 1890, año en que se separó de la co-rona holandesa. El príncipe Enrique, de 45 años, pasó a ser sexto gran duque de Luxemburgo cuando en el año 2000 su padre, el príncipe Juan, le cedió los derechos al trono después de abdicar tras 36 años de reinado.
El príncipe Enrique está casado con la gran duquesa María Teresa Merstre, nacida en La Habana en 1956, pero que, a los tres años, fue llevada a Nueva York con toda su familia tras la revolución castrista. Enrique y María Teresa contrajeron matrimonio un día de San Valentín de 1981. Fruto de su unión son sus cinco hijos: Guillermo, Félix, Luis, Alejandra y Sebastián. Enrique y María Teresa ya han asumido que esta primavera van a convertirse en abuelos.
martes, 20 de septiembre de 2005
Reyes también de los nuevos españoles
Pero el centro elegido estaba en esta ocasión cargado de simbolismo. Reflejo de la nueva sociedad española, tan distinta a aquélla de hace tres décadas, uno de cada tres niños que se sientan en los pupitres del colegio visitado por Don Juan Carlos y Doña Sofía son hijos de inmigrantes. Igual que desde hace treinta años, ellos son los Reyes de «todos los españoles», aunque España cambie. Quizá por ello tengan más eco las palabras de Don Juan Carlos cuando instó a los centros escolares a aportar no sólo conocimientos, sino también «principios y valores» y hacer de los alumnos «personas plenamente realizadas y ciudadanos comprometidos con el bien común y el futuro de España».
El Rey pide a los escolares que cultiven la amistad, la lealtad y el afán de superación
En su discurso, Don Juan Carlos invitó a 'la sociedad en su conjunto' a cooperar 'estrechamente' con la educación. Don Juan Carlos y Doña Sofía estuvieron acompañados por el presidente del Gobierno canario, Adán Martín; la ministra de Educación y Ciencia, María Jesús San Segundo; la presidenta del Consejo Escolar del Estado, Marta Mata; el secretario general de Educación, Alejandro Tiana, y el presidente del Cabildo de Fuerteventura, Mario Cabrera, entre otros.
Los Reyes, que fueron aclamados por cientos de personas a las puertas del centro, recorrieron las aulas y las distintas salas del centro. En la clase de música fueron agasajados por los niños con una canción y en la de informática charlaron con los pequeños, e incluso una niña les pidió información sobre el sexo de próximo nieto. La Reina saludó con un 'Good Morning' a un grupo que estaba en clase de inglés.
El Monarca se refirió a las especiales características del colegio. 'Este centro, con un treinta por ciento de alumnos hijos de inmigrantes de muy diversas culturas y nacionalidades, constituye un ejemplo del sentido de convivencia'. Don Juan Carlos aprovechó también para reiterar a los profesores 'el reconocimiento de todos los españoles, así como nuestra más alta estima por el empeño, rigor y sacrificio con que cumplen tan importante y delicada tarea'. Más adelante, advirtió de la necesidad de que en el ámbito educativo 'coopere estrechamente la sociedad en su conjunto, desde las distintas Administraciones Públicas y autoridades académicas, hasta el mundo de la empresa y del trabajo, y cada día con mayor incidencia, los medios de comunicación para sumar en la difícil tarea de la educación ciudadana'. Y se refirió a que Canarias 'sea una de las principales demandantes de servicios educativos', debido a 'la necesidad de contar con la mejor formación de sus recursos humanos, unido a su fuerte crecimiento demográfico'.
'Me dirijo- concluyó el Rey- a los alumnos y alumnas que empezáis este curso. Os pido que mantengáis viva la ilusión propia de vuestra edad, que os apliquéis con esfuerzo, dedicación e interés a vuestros estudios, atendiendo siempre a vuestros padres y profesores. Que cultivéis el valor de la amistad y de la lealtad, el afán de superación y un buen sentido de la deportividad'.
Fuente: Vocento/VMT
La novia del príncipe Guillermo de Inglaterra se prepara para unirse a la Familia Real
Kate Middleton, novia del príncipe Guillermo de Inglaterra, se ha reunido varias veces en privado con la reina Isabel II, lo que aumenta las conjeturas de se prepara para unirse a la Familia Real, señala hoy el diario "Daily Mail".
Según ese periódico británico, las dos han cenado en dos ocasiones en los últimos meses, una de ellas parece que tuvo lugar en el castillo de Windsor, a las afueras de Londres.
La Reina, muy cercana a su nieto, segundo en la línea de sucesión a la Corona británica, tiene una relación muy buena con Kate, de 23 años, quien estudió con el príncipe en la Universidad de St. Andrews, en Escocia, según el "Daily Mail". "Kate tiene una manera de ser muy relajada y estar tan relajada en compañía de la Reina es algo bueno. Dice mucho de lo que piensa la Reina de ella", subrayó una fuente real al periódico.
Al parecer, Kate presentó a sus padres, Carole y Michael Middleton, a la soberana británica cuando las dos familias asistieron a la ceremonia de graduación de Guillermo, licenciado en Geografía, en St. Andrews el pasado mes de junio, agrega el matutino.
viernes, 16 de septiembre de 2005
Masako. Princesa a su pesar
Un libro de inminente aparición relata el calvario de la heredera consorte de Japón, sufrida víctima de la rigidez de la Corte del Crisantemo.
No hay duda de que las princesas herederas de todo el mundo están dando que hablar en los últimos años. El que éstas no pertenezcan ya a la realeza, así como las nuevas formas de vida han suscitado una serie de problemas con los que las casas reales van lidiando como pueden. El caso de Lady Di fue paradigmático.
Mette-Marit -quién iba a decir una cosa así, hace unos años- incorporó al matrimonio el hijo que tuvo de soltera. En España hemos tenido más suerte, aunque no hayamos dejado de mirar a doña Letizia con lupa. Entre todos esos casos, el de la princesa Masako de Japón tiene unas connotaciones especiales. Porque la propia monarquía japonesa es especial, y por las consecuencias que está teniendo para la propia Masako, que ha sufrido graves crisis psicológicas.
El caso de Masako ha llevado a que se la vea como una "mariposa atrapada", según el libro de Martin Fritz y Yoko Kobayashi, que Aguilar saca a la calle esta semana. La historia de Masako desborda con mucho el ámbito de lo personal. Está poniendo sobre el tapete las posibilidades de modernización de una monarquía especialmente tradicionalista como es la japonesa.
Nacida en 1963, Masako Owada (apellido de soltera que perdió al entrar en la familia imperial) pertenece, evidentemente, a una familia de clase alta. Su padre, Hisashi Owada, era un alto funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores que estuvo destinado en la URSS y Estados Unidos.
En este segundo país Masako pasó su adolescencia y primera juventud. Estudió Ciencias Económicas en Harvard y, luego, en la prestigiosa Universidad de Tokio, la cantera de la que sale la élite del Estado japonés. Hizo un curso de posgrado en Oxford y trabajó -con brillantez y gran dedicación, según todos los testimonios- como diplomática en el Ministerio de Asuntos Exteriores de su país. Una joven brillante con un futuro brillante.
Tenía 22 años cuando los funcionarios de la casa imperial se fijaron en ella para incluirla en el paquete de candidatas a esposa del príncipe. Porque, sí, en Japón existen funcionarios dedicados a esa tarea.
El asunto no se entiende bien si no se tienen en cuenta otras características de la monarquía japonesa, como el que hayan existido las concubinas oficiales hasta entrado el siglo XX. La explicación está en la absoluta necesidad de que el emperador engendre un hijo varón, el único que puede sucederle. Las concubinas ya no existen, pero la esposa del emperador tiene, antes que cualquier otra, la misión de traer al mundo ese hijo varón. Algo que, hasta ahora (y ya ha rebasado los 40) no ha conseguido Masako, lo que está en la base de su tragedia personal.
El hecho de que los funcionarios casamenteros pusieran los ojos sobre ella no era algo tan halagüeño como pueda suponerse a primera vista. Tanto o más que en Madrid, en Japón las niñas ya no quieren ser princesas. Las jóvenes de buena familia, con un prometedor futuro profesional, libertad personal y holgada situación económica, encuentran preferible esa dorada perspectiva de yuppies que el encierro en el palacio imperial, agobiadas de obligaciones y normas restrictivas.
Al parecer, ha habido casos de alguna de estas yuppies en ciernes que, al saberse investigada por los celestinos imperiales, hizo las maletas y se fue del país.
Masako no llegó a tanto, pero se lo pensó mucho. Si cedió finalmente fue por el precedente que habían sentado quienes iban a ser sus suegros, los emperadores actuales, Akihito y Michiko, que ya habían dado algunos pasos hacia la modernidad, y por el sincero amor que el bueno de Naruhito, su pretendiente, supo despertar en ella.
Una vez detectada por los buscadores de princesas, Masako tenía que ser presentada al príncipe Naruhito. Nada íntimo, por supuesto. Una recepción con más de cien invitados era una buena ocasión. Ésta se presentó cuando la infanta Elena de Borbón visitó Japón en octubre del 86. Allí estuvo Masako, con su pelo corto, sus mejillas regordetas, vestida con un traje azul oscuro y confundida entre otras 40 veinteañeras solteras.
Se trataba no sólo de que Naruhito conociera candidatas, sino de que éstas fueran evaluadas por los funcionarios de turno. De las otras no sabemos nada (¿quién se acuerda de los eliminados en Operación Triunfo?), pero Masako pasó la prueba con nota.
Un asesor de palacio, Shigemitsu Dando, nada menos que antiguo juez constitucional, escribió en su diario: "La señorita Masako estuvo encantadora, divertida y jovial. Otro observador dijo que 'era como si llevara una luz en el corazón'. Y, lo más importante, el propio Naruhito quedó igualmente impresionado. Masako le pareció "una mujer casi celestial".
Por Ángel Vivas.
Más información en la edición impresa de la revista Época.
jueves, 15 de septiembre de 2005
EL Rey interviene en la ONU
El Rey de España aboga ante la Asamblea General por el diálogo multilateral como camino para asentar el orden en el mundo «en paz y seguridad» El saludo de Bush El presidente Bush, agradeció en la noche del martes a Su Majestad el Rey y al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, la ayuda prestada por España para tratar de paliar las consecuencias del huracán «Katrina». Don Juan Carlos y Doña Sofía, acompañados por Zapatero y su esposa, acudieron a la recepción ofrecida por Bush en el hotel Wardolf Astoria a los mandatarios de los países participantes en la 60 sesión de la Asamblea General de la ONU. Dado que Bush tenía que recibir a unos 170 líderes de todo el mundo, el saludo a la llegada de cada uno de ellos tenía que ser necesariamente muy corto. Ese fue el tiempo que aprovechó Bush para expresar al Rey un agradecimiento que ya había transmitido días atrás el embajador estadounidense en Madrid.
NACIONES UNIDAS. Su Majestad el Rey expresó ayer en su intervención ante la Asamblea General de la ONU la satisfacción del Gobierno español por el impulso dado por el secretario general, Kofi Annan, a la propuesta española de crear una Alianza de las Civilizaciones.
A pesar de todo, la idea promovida por José Luis Rodríguez Zapatero y copatrocinada por Turquía no suscitó grandes entusiasmos ayer en las reuniones de la 60 sesión de la Asamblea. Annan, que siempre la ha apoyado, no consideró necesario hacer referencia alguna y prefirió acordarse de otra propuesta hecha casi al mismo tiempo, hace un año, por el presidente de Estados Unidos, George Bush, de crear un Fondo para la Democracia. La declaración final de la Asamblea, consensuada el martes, sí recoge una mención expresa a la Alianza de las Civilizaciones.
Don Juan Carlos, al final de su discurso, dijo textualmente: «Quiero manifestar que el Gobierno de España celebra que el secretario general, al asumir el pasado mes de julio una iniciativa española que cuenta con el copatrocinio turco, haya designado un Grupo de Alto Nivel que deberá presentar antes de fines de 2006 un informe para un Plan de Acción sobre la propuesta de Alianza de las Civilizaciones».
El Rey había comenzado su discurso expresando las condolencias de España a Estados Unidos por la catástrofe del «Katrina», e hizo especial hincapié en la necesidad de «reforzar el multilateralismo», para convertirlo en instrumento «capaz de asentar el orden internacional en los tres pilares básicos -interdependientes e indivisibles- de la paz y la seguridad, el respeto de los derechos humanos y el desarrollo sostenible». Añadió que las Naciones Unidas son hoy «el más poderoso instrumento de multilateralismo con el que cuenta la sociedad internacional».
En cuanto a los objetivos del Milenio para luchar contra el hambre y la pobreza, el Monarca, tras reconocer que se está lejos de alcanzarlos, expresó la voluntad de España de aumentar su ayuda a los países más desfavorecidos y también a los de renta media, sobre todo en Iberoamérica.
El Rey recordó también la contribución de las Fuerzas Armadas y de los Cuerpos de Seguridad españoles en distas partes del mundo, entre ellas Afganistán, con una especial mención a los militares recientemente fallecidos. Asimismo, advirtió don Juan Carlos de que hoy «ningún Estado puede pretender resolver por sí solo los retos y peligros comunes que amenazan la convivencia y el bienestar de los pueblos», entre los que citó el terrorismo o las violaciones de los derechos humanos.
El Monarca habló de la necesidad de reformar los órganos de las Naciones Unidas, incluido el Consejo de Seguridad, para hacerlo «más democrático y representativo», de la creación de un Consejo de Derechos Humanos, y de la constitución de una Comisión de Consolidación de la Paz para la gestión posterior a los conflictos.
miércoles, 14 de septiembre de 2005
Bush agradece al Rey la solidaridad de España
Bush expresó su agradecimiento al Rey, en presencia de la Reina Sofía y del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, al saludarles durante la recepción que ofreció en el hotel Waldorf Astoria de Nueva York a los jefes de Estado y de Gobierno que asisten a la Cumbre con que se inicia la 60 Asamblea General de la ONU. El Rey intervendrá hoy en la cumbre como representante de España. Don Juan Carlos defenderá el multilateralismo y la Alianza de Civilizaciones como instrumento primordial en la aproximación a los grandes problemas mundiales.
Fuentes de las delegación española calificaron de "muy cariñoso" el saludo de George Bush a los Reyes, a quienes invitó el año pasado en su rancho de Crawford, en Texas. George Bush, según las mismas fuentes, agradeció al Rey el ofrecimiento que hizo el Gobierno español de enviar ayuda a la zona devastada por el Katrina, poco después de conocerse la magnitud de la tragedia. La semana pasada, el Gobierno español envió a los estados afectados por el huracán quince toneladas de cargamento de ayuda de emergencia, que incluía seis mil raciones de comida.
En la conversación, el presidente estadounidense recordó los sentimientos de sincera amistad que le unen a él y a su familia con los Reyes de España, a quienes preguntó por los Príncipes de Asturias. Durante la recepción, indicaron las fuentes de la delegación española, los Reyes de España saludaron al secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, y conversaron con los Reyes de Jordania, entre otros altos mandatarios presentes. El presidente de Guinea, Teodoro Obiang, agregaron las fuentes, se acercó a saludar a los Reyes nada más percatarse de su presencia en el salón en el que se celebró la recepción.
Tras la recepción, el presidente del Gobierno español y el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, asistieron a una cena ofrecida por el presidente de México, Vicente Fox, a los jefes de Estado y de Gobierno del Grupo de Amigos para la reforma de las Naciones Unidas.
Desde ayer y hasta el viernes más de 170 jefes de Estado y de Gobierno se dan cita en Nueva York para participar en esta Cumbre Mundial, convocada cuando se cumplen 60 años de la creación de Naciones Unidas.
Doña Letizia cumple mañana 33 años
Letizia tiene previsto asistir mañana por la tarde, junto al Príncipe de Asturias, a la presentación del Diccionario del Estudiante, de la Real Academia de la Lengua, en un acto que tendrá lugar en la Fundación Rafael del Pino.
Se desconoce de momento si habrá algún tipo de celebración especial, aunque lo habitual es que los miembros de la Familia Real vivan esta clase de acontecimientos en privado.
El año pasado, el primero que celebró en su nueva casa del recinto de la Zarzuela como princesa de Asturias, Letizia y Felipe pasaron la jornada en su residencia, como era el deseo de la princesa.
La princesa de Asturias nació el 15 de septiembre de 1972 en Oviedo, capital del Principado de Asturias, donde pasó su niñez y parte de su adolescencia.
martes, 13 de septiembre de 2005
El Rey preside la apertura del Año Judicial
El Rey, al ser preguntado por ese asunto, respondió: "Yo no opino, para eso está el Gobierno, yo estoy por encima". Y añadió: "Lo que sea, para el bien de España". La conversación se produjo en el Salón de los Pasos Perdidos del Tribunal Supremo, durante la recepción que anualmente se ofrece a los asistentes al acto solemne con el que da comienzo la apertura del Año Judicial.
En un ambiente distendido, cuando conversaba con algunos periodistas sobre el futuro nacimiento del hijo de los Príncipes de Asturias, una de las informadoras se interesó por la opinión del monarca sobre el "ambiente" que existe en los últimos días en relación con una posible negociación con la banda terrorista.
En el mismo acto y en su discurso ante el Rey, el fiscal general del Estado, Cándido Conde Pumpido, dijo que el "extraordinario nivel" de la eficacia policial y judicial, así como la acción legislativa de los últimos años ha "debilitado extraordinariamente" a ETA y permite "contemplar esperanzados un próximo final de esta modalidad terrorista".
La que sí se han pronunciado ha sido la asociación Jueces para la Democracia (JpD), que expresó su respaldo a la posibilidad de que a la hora de decidir las condenas a terroristas de ETA o miembros de su entramado se pueda tener en cuenta las "circunstancias" históricas y sociales y un eventual escenario de tregua o alto el fuego de la banda terrorista.
Edmundo Rodríguez Achutegui, portavoz de la asociación a la que también pertenecieron la vicepresidenta Fernández de la Vega, el ministro Alonso y el fiscal Conde Pumpido, dijo que los jueces siempre han interpretado las leyes, al igual que la Constitución, de acuerdo con las "circunstancias" sociales e históricas, si bien abogó por que esta flexibilización en el cumplimiento de condenas se realice por medio de decisiones del Gobierno o el poder legislativo y no por parte de los magistrados.
Rodríguez Achutegui dijo que, ante una tregua, el Gobierno tendría la posibilidad de flexibilizar la aplicación de la legislación vigente con la adopción de medidas de gracia o con otras medidas, en lugar de que fueran los jueces quienes asumieran esta tarea acogiéndose al artículo 3 del Código Civil –que establece que las normas deben interpretarse en relación con "el contexto, los antecedentes históricos y legislativos y la realidad social" del tiempo en que se aplican. En opinión del portavoz de esta asociación, en una eventual alto el fuego, sería "perfectamente posible" que el Gobierno procediera con diferentes medidas como, por ejemplo, la reducción del cumplimiento de penas o con otras decisiones relacionadas con la situación los terroristas. Rodríguez Achutegui resaltó que todas estas posibilidades sólo podrían tener lugar una vez que la banda terrorista ETA hubiera decretado el cese de sus actividades y su disposición a abandonar definitivamente la violencia.
La nueva función del Rey
Por Manuel Ramíres El País El primero de los anunciados nubarrones no me preocupa en demasía. De momento, claro. Se autoanuncia como la necesidad de una "segunda transición". La imprecisión de su enunciado y la ausencia de rigor científico permiten cierta espera en su juicio. Se insinúa como "hacer ahora lo que no se pudo hacer cuando se transitaba a la democracia o se elaboraba la Constitución". Pero la falta de concreciones y, sobre todo, la hasta el momento ausencia de acuerdos en fines y métodos, deja la empresa en enunciado. Peligroso, por supuesto. Pero no cercano. Transitar de nuevo ¿a qué? ¿Dónde están los sectores que lo demandan? ¿Con qué apoyos se cuenta? ¿En qué consenso se fundamenta? Este país ya se jugó mucho en el paso de un régimen autoritario a otro democrático. Con sacrificios de muchos, pero con la ilusión de casi todos. Y, en nuestros días, ¿a qué sinsentidos se nos quiere llevar? Mucho más preocupante resulta el segundo nubarrón. El de revisar y eliminar lo no democrático de nuestro pasado. Se anuncia genéricamente, pero la mente está puesta, en realidad, en "el inmediato pasado". Ya estamos de nuevo, otra vez en nuestra andadura histórica, en la incapacidad de asumir el pasado. En la torpeza de jugar con el mismo y utilizarlo como arma en la contienda política. ¡Qué sagaces afirmaciones hizo el maestro Murillo sobre el tema y qué poco se equivocaba! Así ocurre, nada más y nada menos, que desde el Decreto de Fernando VII obligando a olvidar los acuerdos y decretos de las Cortes de Cádiz nada más volver a España. Y, por cierto, ¿cuántas calles, monolitos y recuerdos se siguen conservando en nuestro país para recordar a tan pérfido dictador? Ahí están. Léase la excelente obra La Fontana de Oro como adecuado complemento de lo que afirmo. Un país camina en la historia como puede. Con símbolos democráticos y con otros que no lo son. Con guerras civiles y sin ellas. Con violencia y desastres derivados precisamente de dichas guerras civiles. Con poderes constituyentes nacidos en los campos de batalla, en los pronunciamientos, en etapas en que la soberanía descansaba en los hombros de una persona y en aquellas otras en que tan fundamental atributo era rescatado por las juntas revolucionarias. Con cirujanos de hierro, con borboneos y con Cortes Republicanas que todo lo querían cambiar. Todo eso es nuestro pasado. Con zonas de luz y zonas de sombra. Con libertades más o menos reales o con manifiesto caciquismo. Con el Imperio o con la Decadencia. Y todo eso hay que asumirlo como propio. Como legado de nuestra historia. ¿Revisar, remover, hurgar en nuestro inmediato pasado? ¿Condenar y hacer desaparecer sus símbolos? ¿De un año, de diez, de cuarenta? Eso no lleva nada más que a resucitar lo que en nuestra gran transición quedamos y acordamos enviar al baúl de los recuerdos. Con el generalizado y grandioso gesto de olvidar, perdonar y no repetir. Es bueno, muy bueno, estudiar seriamente lo que fuimos y lo que pasó. Pero no estoy muy seguro de que haya transcurrido el tiempo suficiente como para que reine la objetividad. Todavía andan vivos los de un bando y los del contrario. Las guerras civiles tardan varias generaciones en desaparecer en el recuerdo. Y seamos valientes. El símbolo más patente de ese inmediato pasado está en la instauración de una Monarquía. La puso quien quiso ponerla y en la forma y condiciones de todos conocidas. Pudo no hacerlo y la realidad actual sería muy otra. Porque la nueva Monarquía se convirtió en garantía de cambio. En motor hacia la democracia. ¿Llegarían hasta ella los insensatos y prematuros juzgadores de un ayer que es casi hoy? ¿La pondrían también en el banquillo de los acusados junto a otros miles que creyeron en una verdad no democrática? ¿Proclamamos tres o cuatro Repúblicas cosoberanas o lo que sea? El repaso constitucional de las funciones del Rey arroja un bien limitado catálogo. Creo que es algo de todos conocido. Pero nunca se pudieron establecer con precisión algunas otras no específicamente incluidas en la figura de una Monarquía Parlamentaria. El Rey reina, pero no gobierna. Correcto. ¿Pero no lo será también aquel otro sagaz giro que a la frase diera el maestro Ollero: El Rey no gobierna, pero reina? Del actual Monarca no se ha oído un solo reproche hacia su antecesor. Ni uno. Ni una condena revisionista de unos o de otros. Todo lo contrario. Desde el principio anunció y quiso ser Rey de todos. Y así lo ha demostrado cien veces. Sin temor a manifestarlo. Leo en una de sus biografías más conocidas que cuando se le transmite cierta inquietud de la familia de Franco por lo que pudiera pasarles, contesta sin vacilar: "¿Miedo? ¿Miedo de qué? Los Franco sabían, porque yo se lo había repetido hasta la saciedad, que mi primera preocupación en cuanto estuviera a la cabeza del Estado sería impedir por cualquier medio que se hiciera un memorial de agravios cometidos por el régimen franquista. Porque, sabes, en mi opinión no había que empantanarse en revanchas y venganzas personales que hubieran supuesto un retorno de los tiempos de la posguerra civil". ¿Se puede decir de forma más clara y comprometida? No creo que esta tarea sea de símbolo o de moderador. Es algo que presumo bastante diferente. Me atrevería a llamarla de prevenir, de admonición, de advertir. Y dejo a mis ilustres colegas la precisión de lo que intento decir y sugerir. Sí. Hoy, la Monarquía, ante este citado peligroso nubarrón tiene y debe ejercer esta nueva función. Y exactamente en la forma anunciada por quien ostenta la Corona. Por sí mismo. A mi entender algo tan meritorio como aquello de "motor del cambio" que en ningún texto constitucional puede estar anunciado de esa forma. Y presumo que no le faltarán muchos apoyos en la empresa.
lunes, 12 de septiembre de 2005
El ritmo de vida del Príncipe Carlos
En una entrevista con el programa Songs of Praise que emitía anoche la cadena BBC, el príncipe de Gales decía que parece que el objetivo de la sociedad es ir cada vez más rápido, pero se preguntaba "¿Cuán rápido podemos ir?".
Según señaló el príncipe, la vida moderna no tiene equilibrio y hay que volver al ritmo de la naturaleza. "Creo que necesitamos recordar que somos parte de la naturaleza y no tenemos que estar apartados de ella, algo que ha sido uno de los grandes problemas del siglo XX", subrayó. "Es muy importante para cualquier ser humano tener un momento de silencio y disminuir el ritmo. Es un equilibrio, me parece, que tenemos que tratar de encontrar", agregó.
El tren de vida del Rey Harald de Noruega
Aunque no hace mucho sufrió dos operaciones a corazón abierto y otra de cáncer de próstata, el Rey Harald ha vuelto a incorporarse tras pasar sus vacaciones en Mallorca a sus obligaciones constitucionales con una vitalidad que ha dejado asombrado a todo el Reino. Sin tomarse un respiro, este enérgico monarca impulsado por su sentido del deber cumple con un programa oficial intenso que implica presidir los Consejos del Reino, celebrar audiencias y realizar todos los trabajos de regente ante los aspavientos de sus médicos, que le aconsejan tomar las cosas con calma.
Hace unos días, este Rey de su tiempo, quien a pesar de que a sus 68 años lleva un tren de vida de chico joven, visitaba Suecia. El motivo era celebrar el «Centenario de la Unión», cuando Noruega recobró su soberanía y dejó de pertenecer al Reino sueco. Acompañado por su esposa Sonja y su hijo Haakon (Mette-Marit no pudo asistir por problemas de salud), el Monarca navegó en su barco «Norge» rumbo a Estocolmo para asistir a varios eventos incluidos en el programa.
El Rey Harald tampoco faltó a las citas importantes del viaje. Asistió a la cena de gala en Palacio, la inauguración de una exposición en el Castillo de Mälså donde se entrenó la Policía noruega durante la II Guerra Mundial, acción de gracias en la Iglesia de la Princesa Marta y a una recepción a la colonia noruega que vive en este país. Quizá demasiados actos para un monarca con mala salud de hierro.
La revolución del amor
Harald de Noruega, uno de los personajes, sin duda, más rebeldes de las Casas reales europeas, fue el primer Heredero que impulsó con éxito la revolución del amor en la Corona.
Tras once años de noviazgo con una burguesa sin una sola gota de sangre azul, huelgas de hambre y la firme decisión de anteponer su amor ante los derechos de Estado, el entonces Kronprins fue capaz de convencer a su real progenitor, al Parlamento y al pueblo de que para ser feliz, necesitaba esposar a la dulce Sonia. Así, tras protagonizar un escándalo en toda regla que puso en jaque a la Monarquía y llenó de estupor al mundo entero, el 29 de agosto de 1968 consumó en Oslo el primer matrimonio monargático en una casa real nórdica.
Con buen humor
Desde entonces, Harald V, que en 1991 ciñó la Corona, siempre amado por su pueblo, vuelve a ocupar el número uno de la lista de populares del país. Con el buen humor que le caracteriza, asegura al referirse a su salud que está «en buena forma», que su único problema es «dejar de fumar» y que sus anteriores operaciones de cáncer y de corazón «ya son historia».
El monarca, tras sus vacaciones en Mallorca, sigue desoyendo a sus médicos, que le han aconsejado una vida tranquila.
domingo, 11 de septiembre de 2005
El Príncipe Enrique se sincera por su cumpleaños
Los televidentes británicos tendrán la oportunidad el próximo jueves de conocer más de cerca a Enrique de Inglaterra, el hijo díscolo del príncipe de Gales cuyas juergas y desmanes han sido famosos en el reino. El menor de los Windsor concederá ese día, con motivo de su 21. º cumpleaños, una entrevista a la cadena Sky en la que previsiblemente será interrogado sobre la desgraciada elección de un disfraz de nazi para acudir a una fiesta - una foto que irritó al país- y sobre sus dificultades para adaptarse a la férrea disciplina militar a la que vive sometido desde su ingreso en la academia de Sanhurst el pasado mayo.
Los asesores de Clarence House, la residencia oficial del heredero, han dejado claro que la cadena no facilitará a Enrique un cuestionario previo, por lo que el entrevistado está abierto a que la emisión aborde cuestiones delicadas, como el recuerdo de su madre, Diana de Gales, fallecida en un accidente automovilístico cuando el príncipe sólo tenía 12 años. Uno de los puntos más calientes de la entrevista puede ser la relación que Enrique mantiene desde hace dos años con la rubia Chelsy Davy, una joven zimbabua cuyo padre mantiene estrechos lazos comerciales con el denostado régimen de Robert Mugabe. Precisa-mente la pareja acaba de concluir unas idílicas vacaciones en el delta del Okavango (Botsuana), en compañía de catorce amigos sudafricanos, jóvenes ricos y ociosos cuya influencia no es contemplada con buenos ojos desde palacio. El príncipe está a punto de heredar 8 millones de euros, el legado de su bisabuela, la reina madre, y fuentes de la familia real han dejado translucir su temor a que Enrique, mal asesorado, se lance al despilfarro de su fortuna, estimada en total en unos 40 millones de euros. Algunos de sus amigos han confirmado que el cadete Windsor no es aficionado a los entrenamientos en Sanhurst y ha depositado sus sueños en la adquisión del local favorito de su novia en Ciudad del Cabo, el All Bar Bone.
Especulaciones al margen, Buckingham celebra el ingreso de Enrique en la edad adulta con la emisión de una edición limitada de monedas de 5 libras que ya son motivo de persecución de los coleccionistas. El aludido, entre tanto, se prepara la emisión que ha despertado cierta controversia por el descarte de la BBC. Quizá una venganza de Carlos de Inglaterra, que no soporta al corresponsal real de la cadena pública - "ese hombre horroroso"-, ni le perdona que insinuara en televisión que el matrimonio con Camila podía ser ilegal.
Fuente: La Vanguardia
Alberto de Mónaco cree que la madre de su hijo le engañó
El príncipe Alberto II de Mónaco afirma haber haber sido "engañado", sin nombrarla, por la madre su hijo natural, sobre su paternidad involuntaria, en una entrevista que ayer publicaba el diario International Herald Tribune.
Tras suceder en el trono a su padre, el finado príncipe Rainiero, el nuevo soberano monegasco reconoció públicamente, el 6 de julio, que era el padre de Alexandre, un niño de dos años, fruto de su relación con Nicole Coste, una ex azafata francesa oriunda de Togo.
"Fue un periodo muy difícil para mí", dice el príncipe, y ante la pregunta de si lo engañaron para hacerlo padre, responde: "Sí, creo que me engañaron". Alberto II precisa que sólo ha visto a su hijo una sola vez, tras las revelaciones de Nicole Coste a la prensa, "debido a la actitud hacia mí" de la madre.
Sobre otras demandas de reconocimiento de paternidad que le incumban, el príncipe afirma que no conoce "ninguna que pueda ser verdad". Y sobre su largo celibato, Alberto II, de 47 años, confiesa que hallar una esposa que será comparada a su madre, la princesa Grace le ha dado "miedo", a él "y a numerosas mujeres" que él ha conocido, "lo que las ha alejado".
sábado, 10 de septiembre de 2005
Recepción Real a los presidentes autonómicos
Los Reyes, acompañados de los Príncipes de Asturias, almorzaron hoy en el Palacio Real con los presidentes de las comunidades autónomas, que han participado esta mañana en el Senado en la II Conferencia de Presidentes.
La mayoría de los invitados llegó al Palacio Real pasadas las 16.30 horas, con más de dos horas de retraso sobre el horario previsto para el almuerzo (14.15 horas) debido a que la cumbre autonómica se prolongó más tiempo del previsto inicialmente, como ya ocurrió en la primera celebrada en octubre del año pasado.
En primer lugar, pasadas las 16.00 horas llegó el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, seguido poco después por todos los presidentes de Autonomías y Ciudades Autónomas, quienes ofrecieron ruedas de prensa en el Senado al término de la reunión.
Al almuerzo también asistieron el vicepresidente segundo y ministro de Economía, Pedro Solbes, y el ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla.
Los Reyes y los Príncipes recibieron a los invitados en el salón Gasparini.
El presidente del Gobierno inició la línea de saludos seguido de Solbes y Sevilla, y de los presidentes autonómicos en el orden que marca el protocolo, por antig~edad de constitución de la Autonomía.
Tanto el presidente del Gobierno, como los mandatarios autonómicos aprovecharon este momento para expresar sus disculpas por el retraso.
En un ambiente relajado, los Reyes y los Príncipes aceptaron entre bromas y risas las disculpas ofrecidas por sus invitados con quienes pasaron a la saleta oficial Tenniers, donde se tomó la foto oficial con los Reyes en el centro.
A la derecha de Don Juan Carlos estaba el Príncipe de Asturias y, a continuación, el presidente del Gobierno; mientras que a la izquierda de la Reina y de la princesa de Asturias se situó el lehendakari, Juan José Ibarretxe.
Antes de pasar al almuerzo, los Reyes y los Príncipes conversaron animadamente con sus invitados, momento que aprovecharon los presidentes del País Vasco, Murcia y Valencia para despedirse de la Familia Real ya que, por motivos de agenda, no se quedaron al almuerzo.
Una vez en el comedor de diario del Palacio Real, que preside un cuadro de Isabel II, obra de Winter Halten, se sirvió un almuerzo compuesto por menestra de verduras, lubina al horno y gratinado de chocolate con helado de pistacho.
El Rey presidió el almuerzo con el presidente del Gobierno a su derecha y el de la Generalitat, Pascual Maragall, a su izquierda. En frente de don Juan Carlos se encontraba la Reina, flanqueada por el presidente de Galicia, Emilio Pérez Touriño, y el de Andalucía, Manuel Chaves.
El presidente de Cantabria, Miguel Angel Revilla, de situó a la derecha de Don Felipe; mientras que el del Principado de Asturias, Vicente Alvarez Areces, lo hizo a su izquierda.
La Princesa de Asturias almorzó entre el vicepresidente Solbes y el presidente de La Rioja, Pedro Sanz.
viernes, 9 de septiembre de 2005
Moneda conmemorativa del Príncipe Harry
Una moneda de cinco libras puesta en circulación por la Real Casa de la Moneda Británica para conmemorar el 21 cumpleaños del príncipe Harry, el menor de los hijos del príncipe Carlos de Inglaterra. La reina Isabel II autorizó la acuñación de la moneda para celebrar el aniversario de su nieto, el próximo 15 de septiembre. Unas monedas similares se crearon en 2003 con motivo del 21 cumpleaños de su hermano mayor, el príncipe Guillermo.
martes, 6 de septiembre de 2005
Visita de los Reyes al Papa
Los Reyes reiteran al Papa en Castelgandolfo la invitación para que visite España
El Pontífice «no se mostró contrario a asistir» al Encuentro Mundial de la Familia que se celebrará en Valencia el próximo verano, afirmó Don Juan Carlos
JESÚS BASTANTE
ABC
MADRID. Sus Majestades los Reyes fueron recibidos ayer por Benedicto XVI en su residencia veraniega de Castelgandolfo. El encuentro, el primero que el Pontífice celebra con representantes de casas reales, fue definido como «muy cordial» por Don Juan Carlos, quien permaneció durante media hora a solas con el Santo Padre. Durante la visita, el Rey le transmitió oficialmente la invitación a visitar nuestro país realizada por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, concretándola en el Encuentro Mundial de la Familia que tendrá lugar en Valencia el próximo verano. Benedicto XVI «no se mostró contrario a asistir», señalaron los Reyes a la prensa tras el encuentro, aunque tampoco confirmó que vaya a hacerlo.
Don Juan Carlos y Doña Sofía fueron recibidos en el patio de ingreso al palacio por el prefecto de la Casa Pontificia, monseñor James Harvey, y después conducidos hasta el despacho donde les esperaba el Papa. La audiencia se celebró en italiano, aunque la Reina comentó que Benedicto XVI y ella habían intercambiado algunas palabras en castellano y en alemán -lengua materna del Pontífice-. A la salida, Doña Sofía comentó que el Papa «es algo más reservado que Juan Pablo II», pero «muy cariñoso, simpático y con un gran sentido del humor».
Relaciones inmejorables
Aunque la relación entre la Corona española y la Santa Sede es inmejorable, la de ayer fue la primera ocasión en que los Reyes visitaban el palacio de Castelgandolfo, a 30 kilómetros de la Ciudad Eterna. Tras el encuentro, el Papa llevó a Sus Majestades a uno de los balcones de la residencia veraniega, donde pudieron disfrutar de las vistas del lago de Albano. Si bien Don Juan Carlos y Doña Sofía ya habían saludado al Pontífice el 24 de abril, con motivo de la misa de entronización de Benedicto XVI, ésta era la primera visita oficial de los monarcas al nuevo Papa.
La Casa Real confirmó ayer a este diario que los Reyes «salieron muy satisfechos», e informó de que, al concluir la recepción, hicieron entrega al Pontífice de un facsímil del Beato de San Millán de la Cogolla, escrito en el siglo X en mozárabe y románico. El Papa entregó a los monarcas un rosario y una medalla conmemorativa del período de Sede Vacante, de edición limitada, en la que aparece la figura del camarlengo, el cardenal español Eduardo Martínez Somalo, quien llevó las riendas de la Santa Sede entre el fallecimiento de Juan Pablo II y la proclamación de Benedicto XVI.
La «criatura» de los Príncipes de Asturias
Además de la posible visita del Papa a España, los Reyes comentaron que también dialogaron con Benedicto XVI del presente «y el futuro» de la Familia Real, en especial en lo referente al hijo de los Príncipes de Asturias, a quien el Pontífice llamó cariñosamente «la criatura».
Asimismo hablaron sobre la vista del Pontífice a Colonia para las Jornadas Mundiales de la Juventud. Benedicto XVI comentó, según explicó el Rey, que durante el viaje «los españoles se reconocían fácilmente» entre los cientos de miles de jóvenes debido a las explosiones de júbilo cada vez que se hablaba en español o se hacía referencia a ellos. No se hizo ninguna alusión a temas relacionados con la política interna del país o cuestiones internacionales.
El Papa no dijo que no...
NO dijo que sí, pero tampoco dijo que no. Las puertas de España siempre estarán abiertas al Papa, aseguraron ayer Sus Majestades los Reyes tras ser recibidos en audiencia privada por Benedicto XVI en su residencia veraniega de Castelgandolfo. Aunque es difícil, podría suceder que el Papa recogiera el guante e hiciese un hueco en su agenda para participar en el Encuentro Mundial de Familias que el Vaticano ha organizado en Valencia el próximo verano. La especial relación de nuestros Monarcas con el sucesor de Pedro, desde Pablo VI a Juan Pablo II (amigo personal de Don Juan Carlos), se vio de nuevo reflejada en los gestos amistosos de Benedicto XVI a los Reyes durante el encuentro, que se desarrolló en la más absoluta cordialidad. Pese a los crecientes conflictos Iglesia-Gobierno en nuestro país (que oficialmente no se abordaron durante la audiencia), las relaciones entre la Corona y la Santa Sede continuarán siendo inmejorables. Prueba de ello fue el inusitado gesto que muestra la imagen: el Pontífice hizo entrar a los Reyes en sus habitaciones personales, y les mostró las impresionantes vistas del lago Albano desde la terraza papal del palacio.
La hora del Heredero (y 2)
Los méritos para ser rey
Desde una discreta posición institucional, el Príncipe se prepara para la sucesión. EL PAÍS ha indagado en su pensamiento y en los obstáculos que tendrá que sortear.
Por Antonio Caño – El País
Don Felipe va asumiendo poco a poco responsabilidades institucionales, aunque todavía de escasa visibilidad. La mayoría de los españoles no conocen aún qué estilo y qué ideas puede aportar el Príncipe. Él siempre ha sabido que la herencia se la tendrá que ganar a pulso, así como la simpatía y el respeto de sus compatriotas, en un momento lleno de dificultades.
Apunto de acabar ya su formación académica, en la primavera de 1995, el Príncipe se reunió con la prensa española en Washington para conversar sobre sus planes de futuro y algunos problemas de la actualidad de entonces. Don Felipe habló con una espontaneidad que sorprendió a los periodistas, y las declaraciones resultaron polémicas porque algunas referencias suyas a la corrupción política, tema de gran impacto en aquel momento en España, fueron interpretadas por algunos columnistas como exculpatorias de la conducta de los gobernantes de la época. El Príncipe vinculó el clima de escándalo político con el efecto multiplicador de los medios de comunicación. Sus palabras fueron recibidas con críticas violentas en algunos sectores -se llegó a decir que no estaba a la altura del país en el que iba a reinar y que llevaba demasiado tiempo fuera de España- y don Felipe comprendió de repente que el trabajo que tenía por delante como Príncipe heredero no sería el apacible paseo del que disfrutaban los miembros de otras casas reales al abandonar la Universidad de Georgetown.
En esa misma charla en la capital de Estados Unidos el Príncipe ya dijo que era consciente de que debería ganarse el trono día a día, adaptarse a las necesidades de los ciudadanos de su tiempo; y éste ha sido, probablemente, desde entonces, el principio básico de su pensamiento.
¿Qué otras ideas han influido en el Príncipe en estos años? ¿Cuáles son sus puntos de vista sobre los problemas que preocupan a la sociedad? ¿Qué tipo de Rey podemos esperar? Oficialmente, el Príncipe no tiene ninguna ideología. Conoce los límites constitucionales y se ha manifestado siempre como un gran admirador de la comunión entre Corona y sociedad alcanzada durante el reinado de don Juan Carlos. Su oficio le exige respetar las ideas de todos y mantener en secreto las suyas, pero es innegable que el Príncipe tiene sus propias ideas.
La agenda de trabajo
Dicen sus colaboradores que las ideas del Príncipe se reflejan en su agenda de trabajo. Bajo ese prisma, la agenda de don Felipe desde el final de su periodo de formación ha consistido en recorrer todas las comunidades autónomas españolas con mensajes de integración y representar a España en numerosos actos institucionales en el extranjero, principalmente en América Latina.
El Príncipe, por supuesto, tiene ideas; ideas que debate discretamente con su círculo íntimo de amistades y, a veces, con su familia y algunos dirigentes políticos de mayor confianza. Pero ha sido educado y ha terminado por asumir que su idea más valiosa es, como lo expresa una fuente de la Casa Real, la de "mantener un panel amplio de pensamiento, abierto, una posición de debate constante, sin comprometerse con opciones concretas". Don Felipe ha sido educado en la tolerancia, y basta compartir cinco minutos de conversación con él para apreciar que sabe comprender todos los puntos de vista y ponerse en el papel de su interlocutor.
Del conjunto de conversaciones mantenidas para la elaboración de este reportaje podría, no obstante, extraerse una serie de principios, "casi genéticamente heredados", en palabras de uno de sus colaboradores, que conforman la base del pensamiento del Príncipe:
- La Monarquía será lo que los españoles decidan que sea.
- Su obligación es mantener con vida la Corona y entregar a su hijo el trono que reciba de su padre. Pero sabe que la institución monárquica está registrando una profunda evolución. Son tiempos de cambio para todos y la institución que no lo entienda está condenada a desaparecer.
- Su papel será el que la Constitución del momento defina.
- España es una nación, la nación española se llama España.
- Posee un sentido familiar arraigado, un concepto tradicional de la importancia del núcleo familiar.
- Ha sido educado, en parte con formación militar, sobre la base de la disciplina personal y el sentido del deber.
Un sistema consolidado
Con este armazón de valores y principios, el Príncipe tendrá en algún momento que conquistar, no sólo el afecto de los ciudadanos, sino su voluntad de mantener vigente al Rey como jefe de Estado. En el pasado, se ha especulado a veces con el relevo en el trono como un posible momento en el que replantear la forma de Estado. Con el transcurso del tiempo esa posibilidad prácticamente ha desaparecido. La opción republicana sólo figura entre los objetivos de algunos partidos políticos minoritarios, e incluso en estos casos se trata más bien de un propósito casi retórico o a muy largo plazo.
Ésta es la impresión al respecto de algunas personas consultadas para este reportaje. "La Monarquía es un modelo muy asentado en España. Fuera de España la Corona es una institución reconocida de la España moderna": Rodrigo Rato, director gerente del Fondo Monetario Internacional. "La Monarquía española es la más sólida y la más respetada de Europa": Miquel Roca, ponente constitucional, ex diputado y ex secretario general de Convergencia Democrática de Cataluña. "En un país con muy poca pasión por los símbolos de unidad, la Monarquía es un valor de referencia determinante": Manuel Marín, presidente del Congreso de los Diputados. "La Monarquía no es un episodio que empieza y acaba con Juan Carlos. No detecto ni un atisbo de pulsión republicana, nunca lo he visto en mi organización": Cándido Méndez, secretario general de la Unión General de Trabajadores. "Es la institución que representa por excelencia lo que hoy es España": Jaume Matas, presidente de la Comunidad de Baleares.
El presidente de Portugal, Jorge Sampaio, explica su visión sobre el papel de la Monarquía desde los intereses de un vecino de España: "Nosotros queremos la estabilidad institucional en España. La unidad de España es un sentimiento que nosotros tenemos. La Monarquía es un garante de la unidad de España. No digo que sea el único, pero sí un garante de la unidad. A nosotros nos importa mucho que España funcione muy bien".
La vinculación del papel institucional de la Monarquía con la unidad de España aparece de forma reiterada cada vez que se contempla el futuro de la Corona. Éste va a ser, sin duda, uno de los grandes desafíos de don Felipe. La Casa Real no se siente muy cómoda en el papel que algunos, acuciados por las tensiones territoriales actuales, quieren atribuirle como custodio de la integridad nacional. No es que no crea en ese valor, sino que no quiere la exclusividad en su defensa. En términos generales, el estilo de esta Casa Real es el de evitar el protagonismo, mucho más cuando se refiere a cuestiones de Estado de gran relevancia y muchísimo más cuando se refiere a asuntos que corresponden al ámbito de decisión de los políticos.
En palabras de Rato, "no hay una sola institución que represente en solitario la unidad de España, por suerte para los que creemos en España". "Entre las representaciones de la unidad de España, la Corona está incluida de forma muy especial, pero también los están las Cortes Generales y otras muchas instituciones públicas y también privadas".
Roca advierte que "sería un gran error intentar darle a la Corona un papel especial en el futuro sólo porque España profundice más en el Estado autonómico". "Sería contraproducente intentar que en el futuro la Monarquía asuma ningún tipo de papel mediador, conciliador o cosas de ese tipo. Frente a cualquier tipo de inestabilidad política", añade Roca, "lo que hay que ofrecer es la estabilidad de la institución".
Desde su perspectiva de nacionalista catalán, Roca cree, además, que "para Cataluña es mucho más conveniente una Monarquía que un presidente de República que tuviera que responder a mayorías coyunturales y estuviera interesado en captar el voto de las mayorías".
Un difícil papel para el futuro
Estabilidad es también la gran aportación que le reconoce a la Monarquía un destacado líder financiero que prefiere no ser mencionado. Estabilidad necesaria para el progreso y difícil de conseguir con un presidente de República, desde ese punto de vista, en un país poco proclive a generar figuras de amplio consenso. "Para el establishment económico, la democracia ha sido una fuente de estabilidad y confianza, gracias a la Constitución y a la Monarquía. Nuestro sistema político, de mayorías relativas, no está diseñado para la estabilidad. La Monarquía le aporta un plus de estabilidad que resulta imprescindible para la actividad económica. Esto es todavía más importante en un momento en que los dos grandes partidos se están separando, en el que la sociedad se está dividiendo". Garantizada la estabilidad, de acuerdo a este criterio, "la Monarquía podría sobrevivir en un sistema confederal dentro de su papel de equilibrio de poderes".
El príncipe de Asturias no concibe, desde luego, su papel futuro circunscrito a la función institucional de equilibrio de poderes. Cuando don Felipe piensa en los desafíos futuros de un monarca piensa también en qué papel podría tener en asuntos como la inmigración, el choque cultural, la adaptación social al desarrollo científico o los riesgos ecológicos.
Efectivamente, en un tiempo de cambio como el actual es difícil anticiparse a saber qué servicio puede prestar a España el futuro Rey, máxime cuando ni siquiera se vislumbra el tiempo de la sucesión. Pero el Príncipe se va preparando mientras tanto para responder, básicamente, a lo que se le pida que haga. "Hoy el papel de la Corona", opina Rato, "está más vinculado al respaldo de la imagen de España en el mundo, a impulsar la creación en todos los ámbitos la imagen de una España creativa y dinámica". Miquel Roca cree que "al futuro Rey se le pide calor, apoyo, pero nada más". "Tiene que no entorpecer", añade, "no tiene que jugar un papel a favor de nadie, pero nadie tiene que interpretar tampoco que está en contra".
Una larga espera
Hasta que ese momento llegue pueden transcurrir años durante los que el Príncipe corre el riesgo de deteriorar su imagen en el desarrollo de una función poco clara y poco útil a los ojos de los ciudadanos. Por eso la principal obsesión en estos momentos en el palacio de la Zarzuela es mantenerle ocupado, irle transfiriendo poco a poco competencias y responsabilidades sin mermar, al mismo tiempo, la autoridad del Rey. "Es un empleado de esta casa, un trabajador al que hay que dar empleos adecuados", dice un funcionario de la Casa Real. Lo cierto es que el Príncipe está ocupado: pasa horas en su oficina, despacha con su padre, discute los problemas actuales con personas de distinto signo y realiza numerosos viajes de representación. El problema es conseguir darle visibilidad y sentido de utilidad a esa actividad. Y para ello se han sugerido muchas ideas, como buscarle algún tipo de función en áreas sociales o de respaldo a la familia. Pero casi todas las sugerencias se estrellan con el riesgo de cruzar el delicado margen de la polémica política.
Manuel Marín está estudiando con la Casa Real buscarle al Príncipe alguna misión vinculada al Congreso como depositario de la soberanía popular. "Es bueno que la Corona y el Parlamento colaboren más frecuentemente", afirma. Y Enrique Iglesias, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo y futuro secretario de las Cumbres Iberoamericanas, sugiere una mayor responsabilidad del Príncipe en la relación con América Latina. "Conoce muy bien lo que pasa en América Latina. Es una persona informada que conoce los desequilibrios sociales en América Latina y que, por supuesto, defiende los intereses de España en esa región". "Yo creo", añade Iglesias, "que estaría muy feliz en ampliar un poco más el área de presencia de la Corona en todo lo que sean puentes de comunicación entre España y América Latina".
En el campo internacional, Jorge Sampaio invita también al Príncipe a desarrollar un área de especiales relaciones con Portugal, un ámbito que, aunque corresponde lógicamente al Gobierno, requiere una atención distinta a otros asuntos diplomáticos por razones geográficas e históricas.
Lo más importante, a juicio de los responsables de su agenda, es evitar dar la impresión de que el Príncipe se está paseando. El futuro de la Monarquía se ve, probablemente, más amenazado por los errores que puedan cometerse en la imagen de los miembros de la familia real que por los desafíos rupturistas o republicanos.
"Las amenazas contra el Príncipe pueden venir más de su propio comportamiento que de fuerzas externas", considera Cándido Méndez. Manuel Marín coincide con ese criterio: "El mayor riesgo para la Monarquía en el futuro sería que la familia real se comportara como otras familias reales menos modélicas. ¿Alguien ha visto alguna vez a la reina Isabel de Inglaterra expresar una emoción?". Jaume Matas no descarta que, a medida que se acerque al trono, la prensa sensacionalista aumente su interés por la vida privada del Príncipe. "Pero eso no es lo importante", añade, "los problemas que tenga en los periódicos dan igual, lo importante es que no los tenga en la calle. La respuesta popular es lo que cuenta y eso es lo que hay que cuidar".
Ganar el corazón de los españoles
Los escándalos, las ausencias en los momentos en que se le requiera, la frialdad y la distancia pueden tener un efecto mucho más letal para el futuro Rey que las manifestaciones en contra de la Monarquía. El ámbito de aceptación está muy bien marcado. "Al aprobarse la Constitución, el Rey cedió la mayoría de sus poderes a la soberanía popular", explica Roca. "Como contraprestación, la soberanía popular optó por la Monarquía parlamentaria como forma de gobierno. Por tanto, sería injusto decir que la Monarquía es sólo hereditaria; tiene mucho de un acuerdo contractual".
El resto, la simpatía y el reconocimiento de los españoles, es algo que, como él ha dicho muchas veces, tiene que ganarse. Cándido Méndez cuenta que su padre, un viejo republicano y sindicalista, exhibió siempre en lugar preferente de su casa su foto con el Rey. Estaba orgulloso de esa foto porque simpatizaba con el Rey, a pesar de sus propias ideas políticas. Durante muchos años ésa ha sido, obviamente, la clave de la convivencia entre la Corona y los ciudadanos, tal vez la clave de la convivencia entre los españoles.
Cuando don Felipe nació, el 30 de enero de 1968, su padre era un desconocido a las órdenes de Franco a quien muy pocos querían ver como Rey. Muchos menos hubieran apostado a que el nuevo vástago llegaría a reinar. Casi 38 años después nacerá otro heredero que, tanto sea hombre o mujer, tendrá de momento despejado el camino hacia el trono.
Requiem para un monárquico ilustre
lunes, 5 de septiembre de 2005
Audiencia del Papa a los Reyes de España
Los Reyes invitan al Papa a venir a Valencia para el Encuentro de la Familia
SSMM los Reyes transmitieron hoy a Para Benedicto XVI la invitación a España del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y del presidente de la Comunidad Valenciana, Gerardo Camps, para que asista al Encuentro Internacional de la Familia que se celebrará en Valencia en agosto de 2006, y el Pontífice no descartó su asistencia, según señaló el Rey Juan Carlos al término de la audiencia que, acompañado por la Reina Sofía, le concedió el Santo Padre en su residencia veraniega de Castelgandolfo.
Por su parte, La Reina comentó que el Papa "es algo más reservado que Juan Pablo II" pero "es muy cariñoso, simpático y con un gran sentido del humor".
El encuentro duró unos 30 minutos y se realizó en italiano, aunque la Reina comentó que había intentado hablar con el Santo Padre algunas palabras en alemán --lengua materna de Joseph Ratzinger-- y el Papa también dijo alguna palabra en español a los Reyes.
Esta ha sido la primera visita oficial de los Reyes al nuevo Papa, si bien Don Juan Carlos y Doña Sofía ya tuvieron ocasión de intercambiar un primer saludo con el Pontífice el pasado 24 de abril, con motivo de la ceremonia de inicio de su pontificado.
En la historia de los encuentros entre los Reyes y los Pontífices, destaca la relación con Juan Pablo II, con quien se encontraron en 15 ocasiones, siendo la última durante el viaje de dos días de Juan Pablo II a Madrid el 3 y 4 de mayo de 2003. También los Reyes fueron recibidos en Roma por Pablo VI en 1977 y el 3 de septiembre de 1978 en la ceremonia de inicio de Pontificado de Juan Pablo I. El 21 de octubre de ese mismo año asistieron a las ceremonias de proclamación de Juan Pablo II.
Fuente: ABC
La hora del Heredero (1)
Al cumplirse 30 años de la restauración monárquica y a pocas semanas del nacimiento del próximo heredero, EL PAÍS traza un perfil político de la figura que representa el futuro de la Corona. Don Felipe se presenta como un hombre listo para ejercer la responsabilidad que le espera. De carácter distinto a su padre, pero bien preparado, paciente y prudente.
Don Felipe es todavía una figura enigmática para la mayoría de los españoles. Distintas personalidades contribuyen aquí a desvelar algunos aspectos esenciales de su carácter
Casi nadie reparó en la escena transcurrida a mediados del pasado mes de mayo en Ciudadela, en la isla de Menorca. Una veintena de jóvenes identificados por cierta simbología anarquista esperaba en una esquina el paso del príncipe Felipe, de visita en algún edificio próximo, mientras gritaban insultos contra él. Al verlos, don Felipe se detuvo y les extendió la mano. El primero de ellos, seguramente sorprendido, la estrechó casi instintivamente. El segundo, más preparado ya para su reacción, rechazó el saludo al tiempo que repetía eslóganes contra el Príncipe y contra la Monarquía. Los servicios de seguridad se habían encontrado ya un día antes, en la universidad de Palma de Mallorca, con un incidente similar, que, como éste, atribuyeron a un pequeño grupo radical y al que también restaron toda importancia. Lo cierto es que, al menos desde una perspectiva política, no la tenía. Mucho menos si se compara con las multitudes que aclamaron al Príncipe y a su esposa, doña Letizia Ortiz, en esa gira oficial de comienzos de primavera por la Islas Baleares, ocurrida sólo unos días después del anuncio oficial del próximo nacimiento del primer hijo de la pareja, y como tal, heredero directo al trono de España. Esa noticia había hecho crecer enormemente la expectación en torno al Príncipe. Decenas de periodistas se habían sumado a cubrir los actos institucionales del viaje. Cientos de personas se concentraban en los puntos de paso del feliz matrimonio en busca de las primeras huellas de embarazo en ella y de los primeros gestos de orgullosa paternidad en él. Era lógico. Al fin y al cabo, el nacimiento del heredero será el hecho más importante anunciado por don Felipe desde que él mismo, siendo todavía un niño de 10 años, se convirtiera formalmente en el heredero constitucional de la Corona. Con su descendencia, el Príncipe cumple con la primera obligación del más alto representante de una monarquía: prolongarla. Un ciclo decisivo para la estabilidad Tampoco los jóvenes radicales que se distinguían de la satisfacción general serían, probablemente, conscientes de toda la profundidad y simbología que encerraba el gesto del Príncipe de dirigirse, también a ellos, en búsqueda, no de respaldo, sino de mutua aceptación. Pero unos y otros, los entusiastas que aclamaban a la pareja, casi exclusivamente por el hecho de ser simpáticos, sencillos y felices, y los jóvenes críticos, que trataban al Príncipe como un reflejo del establecimiento político, estaban siendo el reflejo de la compleja realidad en la que don Felipe se tiene que ganar el aprecio como futuro rey de España. Seguramente ninguno de los que le apoyaban en Baleares era un activista monárquico en defensa de sus ideas. Tampoco esos pequeños grupos que se pronunciaban en su contra estaban expresando un rechazo preciso a la Monarquía como forma de gobierno. La Monarquía no es hoy motivo de debate en España. Podría decirse que ni siquiera es objeto frecuente de reflexión. Pero, cuando aproximadamente en dos meses nazca el que será el próximo príncipe heredero y el próximo Rey, se estará dando continuidad a un ciclo del que dependen aspectos determinantes para la estabilidad de España. Es, por tanto, una buena oportunidad para preguntarse sobre el papel de la Corona y sobre las condiciones de quien ocupará el trono tras la muerte o abdicación del rey Juan Carlos, que cumplirá en enero 68 años. EL PAÍS ha trasladado esas preguntas a distintas personas en posiciones de liderazgo en diferentes ámbitos con el propósito de obtener un reflejo, al menos aproximado, del estado de opinión dominante. Los miembros de la Casa Real española están educados en el convencimiento de que tienen que ganarse su puesto cada día con el reconocimiento mayoritario de la población. Pero también son conscientes de lo importante que es la visión de los líderes políticos, económicos y sociales. El tema, de entrada, no resulta cómodo para la mayoría de los personajes que cada día aparecen en los telediarios y en los titulares de los periódicos. Algunos de ellos han rechazado participar en este reportaje, otros lo han hecho protegidos en el anonimato y todos han medido sus palabras hasta límites infrecuentes en su actividad. Justificado, quizá, por la precariedad y controversia de su reinstitución tras la muerte de Franco, los asuntos de la Corona siempre han sido considerados en España como delicados, mucho más de lo que lo considera la propia Casa Real. Es más fácil hablar sobre el papel de la Monarquía con el propio Príncipe que con cualquier político español. Lo explica en parte Miquel Roca, uno de los padres de la España constitucional: "El mejor servicio que se puede hacer a la Monarquía es hablar poco de ella. La Monarquía nació como solución a un problema en la medida en que no generara otros problemas; ésa es la condición tácita". "El gran compromiso del Príncipe", añade, "es que como rey siga y aplique el ejemplo de su padre". Condiciones de un hombre tranquilo Todas las personas que han tenido contacto personal o profesional con él lo describen como un hombre ordenado, detallista, meticuloso, reflexivo y prudente. Analiza los hechos desde tantos puntos de vista que puede llegar a parecer aburrido o dubitativo, pero prefiere correr ese riesgo que el de resultar tajante o autoritario. Siempre está dispuesto a sacrificar la brillantez en aras del rigor. Antes que cautivar con gestos, opta por convencer con argumentos y con razones. "Muestra un gran interés por los temas que se le presentan, aunque sean complicados asuntos comerciales. Enseguida se nota que se ha leído los papeles que le han pasado", recuerda Rodrigo Rato, ex vicepresidente del Gobierno y actual director gerente del Fondo Monetario Internacional. "Al verle trabajar con empresarios o con miembros de Gobiernos extranjeros", añade, "he ido viendo cómo ha ido madurando. Ha adquirido mucha experiencia, se le nota que ha ido ganando seguridad en sí mismo". Enrique Iglesias, ex ministro de Uruguay, ex presidente del Banco Interamericano de Desarrollo y flamante secretario general de las cumbres iberoamericanas, ha coincidido en numerosas ocasiones con el Príncipe en tomas de posesión de presidentes latinoamericanos y otros actos oficiales. En su opinión, el Príncipe es "una persona que sabe oír, sabe preguntar y tiene una gran discreción sobre sus propias opiniones, una persona muy equilibrada, con mucho sentido común, muy cerebral al expresar sus opiniones y con mucho respeto a la opinión de los demás". En el ámbito de su trabajo común, Iglesias ha descubierto en el Príncipe "una inquietud por interrogarse permanentemente por los grandes temas de América Latina, una gran vocación por todo los latinoamericano". Cándido Méndez, el secretario general de la Unión General de Trabajadores, destaca la sensación que transmite don Felipe de ser un hombre que "puede entender mis problemas". Y lo hace, según Méndez, "porque cree en lo que hace, no es un actor, es un gran profesional de la Monarquía". Otro líder extranjero, el presidente de Portugal, Jorge Sampaio, muy próximo a la familia real, afirma que el Príncipe "muestra en privado una formación significativa, adecuada para su tiempo". En comparación con su padre, Sampaio estima que "son dos generaciones diferentes". "Como amigo de ellos", añade el presidente de Portugal, "puedo decir que el Príncipe combina muy bien las mejores cualidades de su padre y de su madre". La comparación con el Rey es uno de los asuntos que condicionan la percepción que se pueda tener del Príncipe. ¿Es mejor o peor que don Juan Carlos? ¿Mejor formado intelectualmente? ¿Menos espontáneo y comunicativo? ¿Pueden llegar a competir? De las conversaciones mantenidas para elaborar este reportaje puede deducirse que el Rey y el Príncipe tienen diferentes condiciones personales y que, aunque don Felipe valora y pretende prolongar el ejemplo de su padre en cuanto a la capacidad de adaptar la Corona a los valores de la sociedad española actual, lo peor que podría hacer es tratar de imitar sin más el estilo de don Juan Carlos. "No tiene por qué parecerse al Rey", asumen en la Casa Real. Jaume Matas, presidente de Baleares, cuenta que, por supuesto, antes de invitar al Príncipe a la visita oficial a su comunidad autónoma pidió permiso al Rey, que lo aceptó de inmediato. "Es una comparación odiosa, como todas, pero no lo tiene fácil el Príncipe", dice Matas. "El Rey tiene una personalidad que arrolla. El Príncipe es distinto, es como es. Existe una diferencia de preparación entre ambos. Por ejemplo, las preguntas que hace el Príncipe no las haría el Rey, las del Rey serían quizás más prácticas". Responsable, como su madre No es el único que destaca la cercanía del Príncipe al carácter tímido y reflexivo de su madre, en cierta contraposición el más extrovertido e intuitivo de su padre. Un psicoanalista pagaría por indagar en la personalidad de un individuo educado desde niño para ser rey por un padre y una madre poderosos, influyentes, pero de estilos distintos. ¿Quién ha influido más? ¿Hacia quién manifiesta mayor lealtad? Obviamente, éste es uno de esos asuntos delicados que rodean a la Casa Real y sobre los que nadie quiere hablar. Pero, en todo caso, tampoco es el más importante. "La gente lo va a valorar como jefe de Estado y como rey de España, nada más", creen en el palacio de la Zarzuela. Por encima de disquisiciones sobre diferencias de carácter y cuestiones de personalidad, lo importante es si don Felipe será capaz de heredar el respaldo conquistado personalmente por su padre. Manuel Marín responde a esta inquietud: "Siempre se ha dicho que los españoles no son monárquicos, sino juancarlistas. Yo estoy seguro de que la gente va a ser felipista en el futuro. Porque los españoles han aprendido que hay referencias que nos interesa conservar y una de ellas es la Monarquía y la familia real. Esta familia real es un valor de referencia social, una familia agradable, reconocida, que ha sabido integrarse en los grandes problemas del país, una familia que ha sido capaz de emocionarse en las desgracias y felicitarse en las alegrías, una familia que no ha provocado escándalos. Como sucesor de esa familia, la gente se va a hacer felipista". Un elemento importante para que la gente se haga felipista es el carácter del futuro Rey. La Casa Real ha tardado mucho en lanzar, desde el punto de vista del marketing social, la imagen del Príncipe. En su día se desechó la idea de crear una casa del príncipe y se demoró demasiado lo que un funcionario de Zarzuela llama "la puesta en valor" de don Felipe. La consecuencia fue que, a los 30 años, cuando la mayoría de las personas tienen ya independencia y trabajo, don Felipe era todavía un muchacho en formación. Abundaron en esos años rumores sobre romances y se perfiló una imagen de frivolidad que duró hasta su boda. Dos peligros: frialdad y frivolidad En palabras que algunos de los consultados utilizan en privado, doña Letizia lo sacó del pijerío. Con argumentos más elaborados, Miguel Roca dice: "Tengo confianza en el Príncipe por varias razones: ha recibido la formación correcta, ha sabido mantener un área de privacidad con dignidad y, desde mi punto de vista, además, con su boda demostró un gran coraje personal". Manuel Marín opina lo siguiente: "Su vocación de adaptarse a la sociedad quedó demostrada con la elección de quien ahora es su mujer". Un representante del mundo de las altas finanzas que prefiere no ser mencionado asegura que, en el campo en el que él personalmente se mueve, la elección de doña Letizia sólo fue discutida por un sector de la derecha que nunca ha aceptado la Monarquía y por los nobles, molestos por el hecho de que el Rey no haya creado una corte. En el polo social opuesto, Cándido Méndez, al que no sería exagerado reconocer como uno de los mejores observadores de las emociones nacionales por disponer de una organización con 600 sedes y miles de secciones sindicales repartidas por toda España, recuerda que no recibió ni un solo reproche por acudir a la boda del Príncipe. "Al contrario, fue visto como un gesto de reconocimiento de la Monarquía a nuestra organización", afirma Méndez. La boda, vienen a decir las personas interrogadas, humanizó al Príncipe. "Lo puso a mi nivel", exclama, entre risas, Marín. "El futuro rey de España está casado con una divorciada y el presidente del Congreso de los Diputados está casado con una divorciada". La humanización del Príncipe, en el sentido del acceso a su vida personal, resulta, en todo caso, para algunos de los responsables de su imagen, un arma de doble filo. El papel de doña Letizia es estudiado, desde ese punto de vista, con el máximo cuidado. Doña Letizia es considerada en la Casa Real como una mujer con grandes condiciones para ejercer sus responsabilidades -"una profesional, en el sentido de que sabe lo que cuesta triunfar en tu profesión"-, aunque inexperta aún. Es difícil conocer con precisión el grado de influencia que ejerce sobre el Príncipe, fuera del lógico y, a veces, trascendental, que se produce entre los miembros de cualquier pareja. Pero, viéndoles actuar juntos, resulta evidente que la antigua periodista es una referencia constante en la mirada del Príncipe, con quien ha desarrollado esa complicidad que revela un mundo compartido. "La Princesa le ha dado seguridad personal y conexión con la gente", cree Jaume Matas, seguramente el presidente autonómico que más tiempo los ha visto juntos. De la sintonía de ese tándem dependerá en buena medida la capacidad del futuro rey Felipe VI de sintonizar con los ciudadanos. |