La estrecha vinculación que Doña Esperanza y su familia mantuvieron con Santa Ángela y las Hermanas de la Cruz se hizo patente ayer al ser amortajado su cuerpo con el sencillo hábito de estameña parda del Instituto de la Cruz.
A media mañana de ayer, dos hermanas llegaron al Palacio en el coche del duque de Segorbe, esposo de María Gloria de Orleáns, procedentes del convento de Sevilla. Ellas fueron las encargadas de amortajar el cadáver de Doña Esperanza.
La vinculación de la familia de Borbón y Orleáns con las Hermanas de la Cruz es muy antigua. Se inició con la amistad de Santa Ángela con la Infanta Doña Luis Fernanda, duquesa de Montpensier, bisabuela de Doña Esperanza. Su madre, la Infanta Doña Luisa, hija de los Condes de París, conoció a Santa Ángela en el Palacio de San Telmo y con sus hijas las Infantas Isabel Alfonsa de Borbón y Borbón y Doña Dolores, Doña María de las Mercedes y Doña Esperanza de Borbón Orleans visitaba frecuentemente la Casa Madre.
El cronista oficial de Villamanrique de la Condesa, José Zurita Chacón, relataba ayer una entrañable anécdota: «Tras fundarse el Asilo de San Felipe de las Hermanas de la Cruz en tiempos de Sor Ángela, ésta visitó el palacio, donde Doña Luisa le dijo «rece usted y bendiga a Esperanza, que está enfermita», y la Santa le contestó: «no se preocupe usted, porque esta niña va a ser fuerte, robusta y de mucha salud»».
Fuente: ABC
miércoles, 10 de agosto de 2005
Anécdotas de Doña Esperanza y Villamanrique
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