BEATRIZ CORTÁZAR
ABC
Será el próximo número, en el del mes de marzo, cuando la revista «Vanity Fair» publique uno de los reportajes que más polémica va a traer en el resto de medios: un especial con los Príncipes de Asturias como protagonistas de su portada y páginas interiores.
Desde que esta cabecera internacional del grupo Conde Nast recaló en España uno de sus principales objetivos –al igual que el resto de cabeceras españolas – fue conseguir una entrevista con los Príncipes de Asturias y en particular con Doña Letizia, la novedad de la familia real y la más mediática en el «couché».
Su primer recurso fue situar a la Princesa entre las más elegantes. Encantada con su estilo y volcada en su cuidado físico (los retoques no sólo nasales han sido pasto de titulares y ahí están las hemerotecas y las fotografías actuales para ver cómo ha cambiado en estos años) Letizia es ya una portada clásica y recurrente no sólo para las revistas del corazón sino también para las femeninas y dominicales que saben del tirón que tiene.
Por eso que sea «Vanity fair» la que se lleve el gato al agua ha levantado ampollas que empiezan a escocer por lo que podría ser un trato privilegiado y que tiene como antecedente el posado que los Príncipes hicieron para «El País Semanal» dando una exclusiva periodística cuando su política de comunicación durante todos estos años ha sido la de no conceder ni una sola entrevista.
Sobra decir que desde el día que Letizia Ortiz se convirtió en la prometida del Príncipe no hay medio de comunicación en este país ni autor de biografías que no haya solicitado una entrevista o un encuentro con la Princesa. La respuesta siempre ha sido la misma: No. Por eso insisto en que el reportaje de «Vanity Fair» va a indignar a cuantos consideren que de nuevo se ha hecho un trato especial con un medio.
Ayer fuentes de Palacio me negaron que se tratara de una exclusiva y sí de un reportaje centrado en los Príncipes. A la espera de ver el resultado otras fuentes extraoficiales me aseguran que se iban a hacer unas fotos especiales al igual que una entrevista pero que después de la polémica mediática que estos días ha circulado por algunos foros con la posibilidad de que Letizia hubiera dado una entrevista para «Yo Donna» hubo llamada de Palacio exigiendo que en la portada de «Vanity Fair» no figurara la palabra exclusiva y que se usara una imagen de una recepción oficial de los Príncipes para evitar susceptibilidades. Tanto pique y tanto celo para evitarlo sólo es fruto de la falta de costumbre que en este país tenemos de ver a los Príncipes protagonizando reportajes en prensa o medios audiovisuales.
Mientras otros príncipes europeos abren sus dependencias o despachos para posar y hablar sobre los asuntos que preocupan de la actualidad en España o solamente para ofrecer una visión más humana de cómo viven con sus hijos aquí nos tenemos que conformar con los discursos y comunicados oficiales. Lo normal en pleno siglo XXI sería que tuvieran un calendario de apariciones en los medios y así a nadie le extrañaría que hablaran o pasaran para una cabecera internacional dedicada a las «celebrity».
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