El Rey Juan Carlos no se ha limitado a abrir las puertas de la Zarzuela a miembros del Gobierno, empresarios y sindicatos para hablar de un eventual Pacto entre todas las fuerzas políticas destinado a sacar al país cuanto antes de la crisis, sino que se ha movilizado personalmente viajando lejos de Palacio para pulsar otras opiniones. El Monarca, en efecto, mantuvo el pasado sábado 13 de febrero, en plena fiebre pactista, un almuerzo reservado con un grupo de notables empresarios catalanes, al objeto de pulsar su estado de ánimo respecto a ese gran acuerdo político para superar la crisis.
Jesús Cacho
El Confidencial
El anfitrión y catalizador del encuentro fue el empresario Josep Cusí (76 años, cuatro más que el Rey), íntimo amigo del Monarca desde hace décadas, cuando ambos comenzaron compitiendo juntos en las regatas de vela en Palma de Mallorca, para terminar convirtiéndose en armador del Bribón. Junto al Rey y Cusí se sentaron Artur Carulla, presidente de Agrolimen; Javier Godó, fundador del grupo editorial del mismo nombre; Marian Puig, ex presidente del grupo Puig; Luis Conde, fundador y socio de Seeliger & Conde, y Pedro Mir, amigo del Rey de toda la vida y compañero de aficiones náuticas.
El almuerzo se celebró en el restaurante L'Indret de Semon, en la plaza San Gregorio Taumaturgo esquina con Ganduxer, parte elegante de Barcelona. Se trata de un pequeño local de apenas una decena de mesas muy del gusto del Monarca (su padre, el Conde de Barcelona, era muy amigo de los dueños de Semon), que fue cerrado para la ocasión. Al evento había sido invitado algún otro empresario más, caso de Isaac Andic, fundador y principal accionista del grupo de moda Mango, que no pudo acudir por hallarse en la nieve. Ni asistieron ni estaban invitados representantes del mundo financiero catalán, tal que La Caixa o el Banco de Sabadell.
"Se trata de personas muy ligadas a la empresa familiar y por tanto responsables en primer grado de sus respectivos negocios, un perfil que interesaba al Rey para su intercambio de opiniones", ha manifestado a este diario una persona perfecta conocedora del encuentro. "Don Juan Carlos quería escuchar lo que conviene hacer en un momento como el actual, y tras un intercambio franco y cordial de puntos de vista, todos sin excepción le felicitaron por su acierto a la hora de involucrarse en la idea de un gran pacto político para acometer las reformas pertinentes y le pidieron que no cejara y siguiera impulsando el acuerdo entre Gobierno y oposición".
Sorprende, hasta llamar poderosamente la atención, que en medio del tráfago desplegado por el Monarca a favor del Pacto no haya encontrado ocasión para sentarse o al menos hablar por teléfono con el líder del Partido Popular, partido que, como ocurre con el PSOE en la izquierda, contabiliza gran parte del voto de la derecha española. A menos que en los últimos días se haya producido esa llamada o encuentro entre el Rey y Mariano Rajoy, la situación de ninguneo a que Zarzuela ha sometido al primer partido de la oposición ha causado algo más que malestar en la calle Génova.
El anfitrión del almuerzo, Josep Cusí Ferret, nació en Barcelona en 1934, estudió Ingeniería Electrónica en la Escuela de Ingenieros de Tarrasa e hizo un máster en Toulouse. Se trata de un deportista nato, un hombre extrovertido y alegre de excelente carácter, muy al gusto de los amigos del Monarca. Empezó a participar en regatas en el año 72, compitiendo con Don Juan Carlos en barcos rivales, para pasar pronto a aunar esfuerzos compitiendo en el mismo barco: el Rey como patrón y Cusí de armador y tripulante. Desde hace más de 30 años es la sombra del Rey. Su mejor amigo. Está a su lado en regatas, viajes privados, cacerías, eventos sociales, e incluso cuando acude a Barcelona de incógnito para pasar sus revisiones médicas.
lunes, 22 de febrero de 2010
El Rey almuerza en Barcelona con notorios empresarios catalanes para hablar del Pacto
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