Hasta ahora ha sido muy excepcional que Su Alteza Real el Príncipe de Asturias prescindiera de leer un discurso y optara por improvisarlo. Sin embargo, Don Felipe quiso que sus primeras palabras pronunciadas en público en Polonia, donde se encuentra de viaje oficial acompañado por Doña Letizia, no fueran leídas. Así, aprovechó la recepción a la colonia española residente en este país para transmitirles el apoyo de la Corona de esta forma mucho más directa, espontánea y próxima. «España no os olvida», les dijo. El Príncipe también les agradeció su contribución «a la imagen de España en el exterior», recordó a los que llegaron a este país «hace mucho tiempo en circunstancias difíciles» y celebró que Polonia ya se ha reintegrado «al lugar que la historia le arrebató injustamente».
Al contrario de lo que suele ocurrir, Don Felipe improvisa mucho mejor que lee y su mensaje gana frescura y espontaneidad cuando prescinde de los papeles. Sin embargo, la mayor parte de los discursos del Heredero de la Corona deben ser leídos, ya sea por su extensión o por el contenido, que igual que en el caso del Rey suele estar refrendado por el Gobierno.
Acompañados por el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, los Príncipes llegaron ayer a Polonia, donde fueron recibidos con todos los honores por el presidente de esta república, Lech Kaczynski, quien les ofreció anoche una cena de gala en su honor en el Palacio Presidencial. En el brindis, Don Felipe volvió a tomar la palabra -esta vez sí leyó- para transmitir a Polonia la solidaridad de España con un país que tanto ha sufrido como consecuencia de la guerra y el genocidio nazi y soviético. «Todos tenemos grabadas en lo más hondo de nuestras conciencias las imágenes de una Polonia que tanto ha luchado por mantener su espíritu de gran Nación, pagando por ello muchas veces un precio insoportable e inhumano».
A un país preocupado por su seguridad por razones históricas y muy próximo políticamente a Estados Unidos, pero que se ha convertido en el primer receptor de fondos europeos (63.700 millones de euros), Don Felipe le habló de la UE como el «proyecto más ambicioso de la historia de Europa». Un proyecto, dijo, que es «clave para entender el fuerte crecimiento y la modernización de España en las últimas décadas». Además, recordó las palabras del Papa Juan Pablo II: «No puede existir Europa sin Polonia».
La batalla de Somosierra
Los Príncipes también hicieron una ofrenda floral ante la tumba del soldado desconocido, en un monumento que recuerda las batallas en las que han luchado los polacos. Entre ellas, la de Somosierra, en la que estos soldados apoyaron a Napoleón cuando en 1808 intentó invadir España. Este es el único conflicto que han mantenido España y Polonia a lo largo de su historia.
Otro de los objetivos del viaje de los Príncipes es inaugurar esta tarde la nueva sede del Instituto Cervantes de Varsovia, que con más de 4.000 metros cuadrados, se ha convertido en el mayor del mundo, explicó la directora de esta institución, Carmen Caffarel. En este centro se han cuidado todos los detalles y hasta las sillas están decoradas con el rabillo tan español de la letra «eñe».
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