Entre el alegre repiqueteo de campanas, en la casi milenaria iglesia de Møgeltørp, decorada con rosas amarillas y lirios blancos, y rodeados por un gran corazón de flores en el suelo, Joaquín y Marie se dijeron el «sí quiero».
Cuando la novia con encajes y tules, diadema y pendientes de brillantes, empezó a recorrer la alfombra que cubría el centro del templo del brazo de su padre, Joaquín acompañado por sus dos hijos y vestido con el uniforme de su regimiento, se secó entre sonrisas unas lágrimitas.
Asistieron al enlace, además de la Reina Margarita II y su esposo, el príncipe consorte Enrique, Ana María de Grecia, la princesa Benedicte, los herederos Victoria de Suecia y Haakon y Mette-Marit de Noruega, la princesa Marta Luisa y Ari Behn así como el príncipe Nicolás, entre otros. El gran ausente fue el Rey Harald de Noruega, padrino del novio. Entre los invitados también pudimos ver al agente 007 Roger Moore (gran amigo de la Soberana) con su esposa danesa.
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