sábado, 31 de mayo de 2008

La reina Fabiola: "Perdí cinco niños pero he aprendido a vivir con ello"

Siguiendo con las anécdotas relacionadas con los admirables reyes de los Belgas, Balduino y Fabiola, quisiera rememorar el capítulo que llevó a Balduino a suspender 24 horas sus funciones como Rey.


Es bien conocido que el rey Balduino tenía unas fuertes convicciones religiosas y que le llevaron a suspender sus obligaciones reales durante 24 horas para ser fiel a su conciencia.

El 29 de marzo de 1990 los diputados belgas aprobaron una ley que despenalizaba el aborto en Bélgica. Como jefe del Estado debía sancionar la ley pero Balduino se negó a firmar, anteponiendo su defensa a la vida a lo que podrían considerarse obligaciones constitucionales. Intentaron convencerle sin éxito y se estudiaron diversas formas jurídicas para salvar la situación sin precedentes. El primer ministro recurre a un artículo de la Constitución belga que contempla la contingencia de que, en casos extremos, el rey se vea en la imposibilidad de reinar. El 3 de abril, el Consejo de Ministros constata que se ha producido esa situación y el Gobierno actúa como si el Rey estuviera incapacitado, promulgando la ley del aborto. No obstante, para que el Rey pueda ser restablecido en sus funciones, se necesita el voto favorable del Parlamento, que se produce el 5 de abril y da un resultado de 245 votos a favor y 93 abstenciones, restableciéndose las funciones del Rey. Balduino escribió en su diario sobre aquellos días: "Me he embarcado sólo, con mi conciencia y Dios".

En unas recientes declaraciones, la reina Fabiola explicaba que el mayor deseo del matrimonio había sido tener hijos si bien Dios no les había concedido esa bendición. Hasta ahora la soberana no había hablado públicamente de los problemas que tuvieron para tener hijos. "Perdí cinco niños, pero he aprendido a vivir con ello", afirmaba la reina Fabiola. "Por el contrario, se aprende de esa experiencia. Tuve problemas con cada embarazo, pero al fin seguía pensando que la vida es hermosa".

Balduino y Fabiola se casaron enamorados en Bélgica en 1960. Con el paso de los años se demostró que estaban hechos el uno para el otro, aunque no se hubieran visto recompensados con la gracia de los hijos. Que la pareja deseaba ferviertemente tener descendencia no era ningún secreto. Se anunció en algunas ocasiones que la Reina estaba en estado -cada vez que esto ocurría cientos de flores y presentes llenaban el Palacio Real-, pero los niños no llegaron. Cuando se confirmó que Balduino y Fabiola no podrían tener hijos -un hecho doloroso al que el propio Rey hizo referencia diciendo: "Nos hemos preguntado por el sentido de este sufrimiento: poco a poco hemos ido comprendiendo que nuestro corazón estaba así más libre para amar a todos los niños, absolutamente a todos"-, se centraron en la educación de su sobrino, el príncipe Felipe, preparándolo para el trono. Aún hoy la Reina, viuda desde 1993, cuando ascendió al trono el rey Alberto, mantiene una estrecha relación con los Herederos.

Carta de la Abadía de San José de Clairval en reconocimiento a la vida del rey Balduino

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