sábado, 15 de mayo de 2010

El Hospital Clínic certifica que el Rey se operó en la sanidad pública

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EL PERIÓDICO

Hoy hace una semana que el Rey ingresó en el Hospital Clínic de Barcelona para que le extirparan un nódulo en el pulmón derecho. Le dieron de alta el martes, antes de lo que estaba previsto, gracias a su rápida recuperación. Al salir, cantó las excelencias de la sanidad pública, de la que dijo que la sociedad debería estar orgullosa. Tras ser operado, no obstante, el Monarca estuvo ingresado en una habitación del área privada del centro.
Esa área se llama Barnaclínic y está en la séptima planta. Es una entidad del Hospital Clínic en la que se ofrece un servicio de medicina privada. Más de 200 facultativos del Clínic pasan consulta u operan en estas instalaciones fuera de su horario como médicos de la red pública. La permanencia de Juan Carlos en una habitación del centro que no era estrictamente pública ha generado cierta controversia en los últimos días en los medios de comunicación. Precisamente ayer, en las páginas de opinión de este diario, el columnista Xavier Bosch se hacía eco de esta circunstancia y aseguraba que en Barnaclínic se usan servicios y material de la sanidad pública para beneficio privado. Esta afirmación fue negada tajante y categóricamente ayer mismo por el director médico del Clínic, Josep Brugada.

SOBRECOSTE ASUMIDO / «Absolutamente todos los beneficios que logra Barnaclínic con su actividad revierten en el Hospital Clínic, que posee el 100% de las acciones. No hay ningún inversor privado que gane dinero», explicó Brugada. Agregó que los rendimientos económicos de esa área sirven, entre otros fines, para mejorar equipamientos e investigar.
El director indicó que los médicos, enfermeras, anestesistas, celadores y demás sanitarios que atendieron a Juan Carlos durante los cuatro días que estuvo en el recinto hospitalario lo hicieron en su condición de personal del sector público. Y añadió que la Casa del Rey era consciente de que, si había algún sobrecoste por el hecho de permanecer ingresado en las habitaciones de Barnaclínic, tendría que asumirlo.

TRASTORNO MÍNIMO / Brugada subrayó que el hecho de elegir Barnaclínic respondía a la necesidad de resolver un problema «de seguridad y protocolo», además de «no interferir» en la actividad habitual del hospital. Por eso también se optó por realizar la intervención en sábado, día en que no suele haber programadas otras operaciones. La Zarzuela pidió expresamente que ningún paciente dejara de obtener la atención adecuada por la presencia del Rey.
Brugada admitió que las habitaciones individuales de Barnaclínic tienen una decoración «más sofisticada». «Pero –aclaró– el Rey no tuvo una suite de 200 metros cuadrados, sencillamente porque aquí no hay». Los cuartos de la zona pública y los de la privada son de medidas similares, apuntó. Los privados y el 20% de los públicos son de uso individual, y el resto de los públicos son compartidos por dos pacientes.

Entrevista al Doctor Molins

La Vanguardia

"Yo no sabía quién era el paciente", explica el cirujano Laureano Molins. "El doctor Oliveró me había dejado un mensaje en el móvil diciendo si podía ayudarle a valorar un caso. Es algo que hacemos a menudo, médicos de disciplinas distintas valoramos juntos un caso para decidir el mejor tratamiento. Era un hombre de 72 años, con antecedentes de tabaquismo, con un nódulo en el pulmón que había crecido en el último año. El nódulo tenía una actividad metabólica importante, lo cual no era buena señal. Estos casos se analizan sin mirar el nombre de los pacientes porque el nombre es irrelevante a la hora de decidir qué hay que hacer. Los datos que teníamos hacían sospechar un cáncer de pulmón. Todos coincidimos en que había que operar".

La escena ocurrió el lunes 3 de mayo. El paciente, ahora ya lo sabe toda España, era el Rey. Y el nódulo resultó ser benigno.

¿Qué le pasó por la cabeza cuando le dijeron que el paciente era el Rey?
Pues una cierta sensación de responsabilidad, algo más acusada de lo que es habitual. Pero tampoco nada desorbitado. Todos los pacientes son importantes, con todos hay responsabilidad.

¿Nervios?
No, he operado a personas de mi familia, a amigos, ahora al Rey, y nunca me ha ocurrido que me sienta distinto que con otros pacientes. Nunca me ha temblado el pulso en el quirófano.

¿Cómo se prepara para una intervención?
Procuro tener muy bien pensada la cirugía antes de hacerla. La repaso mentalmente como una película. Estudio la posibilidad de encontrar venas o arterias en situaciones atípicas y pienso qué haré si encuentro algo inesperado. Nada más.

¿Alguna preparación especial para estar física y mentalmente bien?
Hay que dormir las horas necesarias, lógicamente. Pero me gusta aprovechar el día y tengo la suerte de que con seis horas tengo suficiente.

¿Alguna técnica de relajación?
No se puede generalizar, cada cirujano sabe lo que le va bien. Yo personalmente no hago nada particular. Hago deporte cuatro veces por semana, eso sí, y en general ya me siento relajado.

Cuando operan a una persona pensando que tiene cáncer y después no lo tiene, como en el caso del Rey, ¿le queda la sensación de que se han precipitado al operar?
No. Hay entre un 10% y un 15% de pacientes que llegan al quirófano antes de tener un diagnóstico. En estos casos, lo correcto es operar, no esperar. La intervención sirve tanto para diagnosticar como para tratar.

¿Puede ocurrir que el resultado del primer análisis que hacen en el quirófano sea negativo y después el paciente tenga cáncer?
Ocurre en alrededor de un 2% de los casos, es lo que llamamos falsos negativos. Pero con el Rey los análisis que se han realizado después ya han confirmado que el nódulo era benigno.

Viniendo de la familia que viene usted [su padre está vinculado a Cementos Molins y su madre era hermana de Laureano López-Rodó, que fue ministro durante el franquismo], ¿qué le llevó a hacerse médico?
Es cierto, soy un caso raro en mi familia, donde hay economistas, abogados, políticos y empresarios, pero no médicos. Mi padre pensaba que no era lo mejor para mí. Cuando estudiaba COU, me dijo: "Así, ¿lo tienes decidido, esto de ser médico? Piensa que si estudias Derecho o Economía te podremos ayudar, pero si estudias medicina te las tendrás que apañar tú solo". Pero estaba decidido y nunca me he arrepentido.

¿Cómo le nació la vocación?
De niño estuve enfermo con fiebre reumática y pasé un año rodeado de médicos. Desde entonces quise ser médico. Al principio quería ser pediatra. Pero cuando estudiaba tercero empecé a ir al hospital de la Cruz Roja. Allí descubrí la cirugía y comprendí que era mi camino.

¿Y por qué cirugía torácica? ¿Es más interesante abrir un pulmón que un abdomen?
Para mí, desde luego. El abdomen se abre enseguida. En cambio, los pulmones están bien protegidos. El tórax es apasionante, es una caja escondida en la que te encuentras sorpresas. Es una cirugía muy completa, muy enriquecedora.

¿Nunca sintió la tentación de dedicarse a los negocios o a la política como gran parte de su familia?
Tal vez con otra profesión hubiera ganado más dinero, pero ser médico es la mejor profesión del mundo. Cuando unos padres te traen a su hijo y te dicen "por favor, doctor, haga lo que pueda", o cuando una persona tiene un problema de salud grave y después de haberle operado te da la mano, o te mira de esa manera que te está dando las gracias sin llegar a decir gracias, esto es algo que no tiene precio. Vale más que el dinero.

¿El Rey también le dio las gracias de esta manera?
Sí, es una persona muy espontánea. Al despedirse me dio un gran abrazo. Un abrazo en el que había agradecimiento.

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