domingo, 31 de marzo de 2013

20 años de la muerte de Don Juan

20 años de la muerte de Don Juan

Almudena Martínez-Fornes

ABC

Mañana se cumplen veinte años desde que España asistiera a la muerte del padre del Rey, el hombre que soñaba desde el exilio con restaurar la Monarquía y la democracia en una España sin vencedores ni vencidos. Su corazón dejó de latir a las tres y media de la tarde del 1 de abril de 1993 en una habitación de la Clínica Universitaria de Navarra, rodeado por sus tres hijos: Don Juan Carlos, Doña Pilar y Doña Margarita, así como por la Reina y el doctor Zurita. Don Juan murió con casi ochenta años, tras haber pasado más de la mitad de su vida en el destierro, pero con la dicha de haber visto encarnada en su hijo la Institución a la que había dedicado su vida.

"La muerte que yo quisiera"

El doctor Rafael García-Tapia, responsable del equipo médico que le atendió, afirmó que la muerte de Don Juan había sido "tan dulce y rodeada de tanto cariño, que es la muerte que quisiera para mí y mis seres queridos". "No ha tenido respirador automático, ni ayuda cardiológica ni medicación para prolongar su vida ni un minuto más de lo que la Divina Providencia designara", agregó. También dijo que había muerto "con la grandeza de un Rey" y que el último abrazo que se dieron Don Juan Carlos y su padre, el 9 de marzo, "fue estremecedor". Después de aquel día Don Juan ya nunca recuperó la consciencia.

En cuanto corrió la noticia de su muerte, las banderas que ondeaban en los edificios oficiales se colocaron a media asta, el Congreso y el Senado interrumpieron sus actividades y el Gobierno se reunió en un Consejo de Ministros extraordinario en el que acordó siete días de luto nacional y rendir a Don Juan los honores fúnebres que corresponden a los Reyes de España. Hijo y padre de Rey, el Conde de Barcelona nunca llegó a reinar, pero durante más de treinta años fue el jefe de la Casa Real española, desde que su padre, Alfonso XIII, abdicó en él y hasta que su hijo fue proclamado Rey. Y durante el tiempo que vivió en el exilio logró unir en torno a la Institución monárquica a la gran mayoría de los grupos de la oposición que compartían el objetivo de restaurar la democracia.

Reacción popular

Sin embargo, lo más emotivo fue la reacción espontánea que su muerte provocó en la sociedad española, consciente de que ese día se cerraba una página de la historia. Censurado y calumniado durante el franquismo y silenciado en la Transición, el Conde de Barcelona nunca fue suficientemente conocido por los españoles y, aunque desempeñó un papel fundamental en el exilio, era difícil prever una respuesta tan numerosa como la que se produjo tras su muerte.

Incluso, el Rey sigue creyendo hoy en día que los españoles no conocen a su padre. En la última entrevista que concedió a TVE, con motivo de su 75 cumpleaños, Don Juan Carlos lamentó que "a pesar de los libros que se han escrito", la faceta humana de Don Juan sigue sin ser "reconocida o conocida por la gente".

Colas de cuatro kilómetros

Lo cierto es que aquel día miles de ciudadanos quisieron despedirse del Conde de Barcelona. Las colas ante el Palacio Real, donde se instaló la capilla ardiente, llegaron a alcanzar los cuatro kilómetros, y el tiempo de espera, cuatro o cinco horas. La gran afluencia de ciudadanos obligó a retrasar el cierre de la capilla ardiente, que estaba previsto para las diez de la noche. Finalmente, las puertas se cerraron a las seis de la mañana, la hora límite para que diera tiempo a preparar los actos del día: la misa "corpore insepulto" en la Capilla Real y el traslado al Monasterio de El Escorial.

Al tercer día de su muerte, Don Juan fue enterrado como un Rey. Bajo los acordes de la Marcha Fúnebre de Chopin, seis caballos negros tiraron del armón de artillería que transportó los restos mortales por el Patio de la Armería, desde el Palacio Real hasta el coche fúnebre. Don Juan Carlos seguía a pie el armón, y unos pasos detrás caminaba el Príncipe de Asturias. El saludo a la bandera fue respondido con un fuerte aplauso del público y seguido por las veintiuna salvas de artillería que las ordenanzas reservan a los Reyes.

En el último entierro de un Rey en España, el de Alfonso XII, acontecido en 1885, la ceremonia terminó con esas honras. En aquella ocasión, los restos mortales fueron trasladados a la Estación del Norte y de allí a El Escorial, sin que los acompañase ningún miembro de la Familia Real. Sin embargo, Don Juan Carlos quiso acompañar a su padre hasta el último momento y estar presente en la entrega del féretro a los agustinos del Monasterio de El Escorial. Estaba previsto que estos últimos actos -el traslado al monasterio, la ceremonia en la basílica y la entrega de los restos a los monjes- fueran íntimos y privados. Sin embargo, como la ceremonia fúnebre estaba siendo transmitida en directo, las cámaras de televisión llevaron a los hogares la imagen de cuanto ocurría en El Escorial.

El Rey que sabe llorar

Cuando acabó el responso, Don Juan Carlos y Doña Sofía no pudieron contener las lágrimas, y España vio por primera y única vez llorar a su Rey, con un nudo en la garganta. ABC tomó prestados aquel día unos versos de Quevedo para acompañar aquella imagen única: "Dichoso Reino cuyo Rey sabe llorar y enternecerse y nos hizo venturosos en sus lágrimas y dolores".

Hace apenas dos meses, en la última entrevista que ha concedido el Rey, Don Juan Carlos recordaba ese emotivo momento y corregía al periodista, Jesús Hermida, que se había quedado corto con la descripción: "Yo primero te diría que no fue al borde de las lágrimas, fueron lagrimones de verdad". Y, veinte años después, el Monarca describió lo que sintió en aquel momento: "Te dabas cuenta, primero, de que se te había ido el padre: el que te ha enseñado, el que te ha llevado, el que te ha guiado de pequeño, el que te ha dicho por dónde ir en la vida... Una persona que no pensaba más que en España y a mí me trasladó este amor, este afecto y esa lealtad a España. Y me dijo siempre: "Tienes que acordarte de ser Rey de todos los españoles"".

Álbum de fotos

Aniversario de un gran español

ABC

Hace ahora veinte años que falleció Don Juan de Borbón, una figura
determinante en la España del siglo XX. Depositario de la legitimidad
histórica en los tiempos más difíciles del régimen de Franco, el padre
de Don Juan Carlos mostró su enorme talla institucional con la
renuncia a los derechos dinásticos, que supuso un paso decisivo para
la transición democrática. Al mismo tiempo, fue capaz de encarnar la
imagen de una Monarquía de todos y para todos, lejos de sectarismos y
partidismos. Con medios muy limitados y el apoyo de unos cuantos
leales a la causa monárquica y española, Don Juan mantuvo en Estoril
la idea de una democracia sin exclusiones, posible gracias a la
Constitución de 1978, que abrió un periodo sin precedentes de
estabilidad política y desarrollo socioeconómico. La historia queda ya
en manos de los historiadores, aunque algunos hayan pretendido
magnificar la época convulsa de la Segunda República en nombre de una
sedicente «memoria histórica». Por eso, un análisis imparcial y
objetivo refleja el mérito inmenso del Rey que no llegó a reinar, pero
que alcanzó un protagonismo excepcional gracias a su patriotismo y
sentido del deber. Hay que ser conscientes de las graves dificultades
que entrañaba en aquella etapa la relación con los elementos más
radicales del régimen anterior al tiempo que se mantenía el diálogo
con los núcleos democráticos del interior y con algunas personalidades
relevantes del exilio.

Hijo y padre de Reyes, Jefe de la Casa Real española durante treinta
años, Don Juan soñó con una nación sin vencedores ni vencidos,
superando las calumnias de los sectores más duros del franquismo y la
incomprensión de buena parte de la izquierda. Con unas pocas palabras
(«Majestad: por España, todo por España») supo transmitir un mensaje
del máximo significado político para despejar cualquier duda
interesada y hacer posible que la Constitución calificara a Don Juan
Carlos de «legítimo heredero de la dinastía histórica». ABC dedica hoy
su Primer Plano a la vida y obra de Don Juan de Borbón, como merecido
homenaje a una personalidad que debe ser conocida y reconocida por
todos los españoles. La democracia y las libertades hubieran sido
imposibles sin ese foco de continuidad histórica. Por mucho que se
empeñen algunos sectores minoritarios, la Corona goza del máximo
respeto y afecto por parte de los ciudadanos, plenamente conscientes
de lo que ha supuesto y supone como elemento de continuidad y
permanencia del Estado y de la Nación. En este contexto, Don Juan, el
Rey que no llegó a reinar, ocupa un lugar excepcional.

La Reina, los Príncipes y la Infanta Elena asisten a la Misa de Resurreción en Palma

Pulse para ver el video

ABC

La Reina, los Príncipes de Asturias con sus hijas, Leonor y Sofía, y la Infanta Elena han asistido este domingo en la catedral de Palma a la Misa de Pascua, que oficia por primera vez el nuevo obispo de Mallorca, Javier Salinas.

Doña Sofía, Don Felipe, Doña Letizia, Doña Elena y las Infantas han llegado minutos antes de las 12.00 horas al portal principal del templo gótico, donde les esperaban el presidente del Govern balear, José Ramón Bauzá, la presidenta del Consell de Mallorca, María Salom, y el prelado Salinas acompañado del cabildo catedralicio.

Tras ser recibidos por las autoridades civiles, los miembros de la Familia Real han saludado al obispo y al resto de dignatarios eclesiásticos antes de posar durante un par de minutos para las decenas de fotógrafos y cámaras de televisión que cubrían este acto ya tradicional.

En los alrededores del templo, medio millar de personas, entre residentes y turistas, se han concentrado para contemplar la llegada a la Misa de Pascua de la Reina, los Príncipes, sus hijas y la Infanta Elena.

Algunos de los curiosos han vitoreado a la Reina, los Príncipes y Doña Elena tanto a la entrada como cuando han salido de la catedral tras el solemne oficio religioso, que se ha prolongado durante 50 minutos. Algunos de los feligreses que han asistido a la misa en la abarrotada seo mallorquina también les han aplaudido y vitoreado dentro del templo cuando salían, particularmente a la Reina.

El gran ausente del oficio religioso del Domingo de Resurrección en Palma ha sido el Rey Juan Carlos, que se recupera en Madrid de la operación de columna a la que fue sometido a principios de mes. El pasado 9 de marzo, el Monarca recibió el alta hospitalaria, seis días después de su ingreso en la clínica La Milagrosa de Madrid para la intervención de dos hernias discales.

Entonces, su equipo médico informó de que comenzaba un periodo de dos a seis meses para completar su total recuperación, durante el que no realizará ningún viaje, aunque sí reemprenderá sus actividades en la Zarzuela.

Más habitual en los últimos años es la ausencia de la misa de Pascua en la capital balear de los duques de Palma y sus hijos, que asistieron por última vez en 2008. Las últimas ocasiones en que Iñaki Urdangarin ha estado en Mallorca han sido en febrero de 2012 y 2013 con ocasión de sus comparecencias ante el juez por el caso Nóos.

La Reina llegó a Palma el pasado lunes para pasar unos días de vacaciones y el martes, acompañada por su hermana, Irene de Grecia, asistió en la catedral a un concierto benéfico en favor de Proyecto Hombre.

El modelo prosaico de la monarquía española

POR GUILLERMO GORTÁZAR
ABC

La Transición democrática fue un gran éxito pero, como toda obra
humana, no fue perfecta y ahora observamos muchos excesos y quizás
numerosos defectos, incluido algunos elementos conceptuales de la
monarquía reinstaurada en 1975. Dos jóvenes historiadores, Miguel
Ángel Aguilar Rancel y Óscar Hernández Guadalupe, han publicado
recientemente un importante libro, Juan Carlos Rex. La Monarquía
prosaica, cuya lectura es sin duda muy recomendable. Se trata de un
trabajo académico riguroso, pensado y redactado en el mejor y leal
servicio a la Monarquía. Este libro se propone ayudar a entender las
dificultades y limitaciones que tiene la Corona española para ejercer
adecuadamente sus funciones de moderación, simbólicas y
representativas que son el activo principal de una monarquía al
servicio de la estabilidad política y por tanto de España y de los
españoles.

A lo largo de casi ochocientas páginas, los autores desgranan multitud
de argumentos conceptuales, históricos, constitucionales, de derecho
comparado, políticos, estéticos y simbólicos al servicio de una tesis
principal: la materialización de una monarquía prosaica, de convertir
a la Familia Real en una «familia normal» próxima y campechana, lejos
de facilitar la estabilidad y majestad de la Corona, ha tenido el
efecto contrario de pérdida de respeto y lejanía. Sería mucho más
conveniente un concepto algo más tributario de las tradiciones
históricas de la Monarquía, en las que España es tan rica, para hacer
frente a tiempos de crisis y facilitar el ejercicio de sus funciones
constitucionales de moderación y representación.

Resulta apabullante la multitud de ejemplos, anécdotas y situaciones
cotidianas en los que los autores apoyan su argumentación de modo que
la tesis mencionada queda absolutamente justificada a lo largo del
texto. Para ello, los autores parten de un primer capítulo de
Precedentes en el que analizan la salida de España de Don Alfonso XIII
y la difícil y solitaria infancia de D. Juan Carlos. El espacio de
cuarenta y cuatro años, alejado de las prácticas monárquicas, fue
letal para el mantenimiento de las sólidas tradiciones simbólicas y de
representación vigentes durante siglos en la cúspide del poder
político español. Además, el franquismo no contribuyó a ese
mantenimiento, sino a su eliminación al considerar a la monarquía de
Don Alfonso XIII (y en parte al mismo Don Juan, su hijo, legítimo
heredero) tributaria del demoliberalismo y algo a evitar como
peligroso para la misma esencia del régimen. De ahí que las bases
conceptuales y protocolarias de la nueva monarquía «reinstaurada»
adoleciera de referentes del pasado e hiciera especial hincapié en una
Corona despojada del oropel consustancial a la Institución.

Si a todo ello le añadimos la invasión representacional de los
políticos españoles, singularmente los presidentes de Gobierno, se
entiende el bajo perfil resultante de la majestad atribuida y aparente
de los Reyes de España. Y es que a lo largo de estos treinta y seis
años se ha ido produciendo una cierta diarquía ante el enorme poder y
aparato del presidente del Gobierno en prejuicio de la representación
del Rey. El presidente del Gobierno es por propia definición líder de
un partido y el Rey lo es de todos los españoles. La superioridad de
la representación del Rey, fundada en la Constitución y en la dinastía
histórica, en muchas ocasiones ha sido expresamente tapada,
suplantada, por el presidente de turno en menoscabo de la dignidad del
Monarca. Por no hablar de algunas esposas de los presidentes de
Gobierno con ínfulas de «Primeras Damas».

El libro se completa con un repaso de ejemplos muy concretos de
limitación del nivel ceremonial de actos presididos por S. M. el Rey
en los que el Monarca ve reducida la dimensión simbólica e histórica
que es la esencia de la Corona. Sin esos atributos, la figura Real
queda aminorada en un papel funcionarial mucho más fácil de cuestionar
y remover en tiempos de turbulencia políticas. Y ya se sabe, algunos
dirigentes políticos con serios problemas de corrupción o con
problemas internos de partido pueden estar tentados en desviar la
atención y responsabilidad propia hacia la más alta magistratura.
Afortunadamente, aún no es el caso, pero alguna patita ya ha enseñado
un político profesional inmerso en un mar de contradicciones de
encargos de espionaje político y líos de autodeterminación como el
dirigente del PSC en Cataluña, un tal sr. Navarro.

En definitiva, estamos ante un libro de lectura muy recomendable para
los lectores que deseen ilustrarse en elementos muy importantes de la
política actual y de la Historia reciente de España. Y, finalmente, un
libro estupendo para aquellos que tienen alguna responsabilidad en
contribuir a evitar caer en algunos errores de bulto, sobre todo el
que se refiere a disminuir la majestad de los Reyes en aras de un
limitado beneficio (a veces, claramente contraproducente) de una
imagen de «familia normal», de Monarquía prosaica.

lunes, 25 de marzo de 2013

Los Príncipes visitan Almagro por sorpresa

Los Príncipes visitaron el Corral de Comedias y almorzaron en el Parador

ABC

Los Príncipes de Asturias visitaron ayer por sorpresa la artística ciudad de Almagro (Ciudad Real), donde recorrieron la Plaza Mayor, se tomaron un mosto en un bar -cuyo dueño no les dejó pagar-, disfrutaron de una función del Corral de Comedias y almorzaron en el Parador Nacional, situado en el antiguo Convento de San Francisco, construido por la familia Dávila de la Cueva en 1596.

La presencia de Don Felipe y Doña Letizia con sus hijas, las Infantas Leonor y Sofía, ocasionó un gran revuelo en la histórica ciudad, cuyos vecinos y visitantes se quedaron muy sorprendidos y muchos de ellos se acercaron para saludarles.

Como hacen tantas familias, Don Felipe y Doña Letizia aprovecharon este sábado de Semana Santa para hacer una excursión y eligieron como destino la artística e histórica ciudad de Almagro. En su Corral de Comedias disfrutaron de una función que cuenta el origen de este teatro, que ya acogía representaciones durante el Siglo de Oro español, según informa la agencia Efe. Durante los 40 minutos que duró la recreación de los avatares y picarescas de los cómicos del Siglo de Oro, los miembros de la Familia Real estuvieron con el resto del público que a esa hora accedía a la función.

Antes de pasar al Corral de Comedias, los Príncipes y las Infantas estuvieron en el bar «El Gordo», uno de lo más conocidos de Almagro, donde Don Felipe y Doña Letizia tomaron un mosto. El dueño del bar, Domingo Serrano, se quedó «sorprendido» al ver entrar a la familia y, aunque Don Felipe intentó pagar las consumiciones, él no les quiso cobrar «porque no siempre uno tiene a la realeza en su casa», afirmó. El alcalde de la localidad, Luis Maldonado, afirmó que la visita ha sido «un privilegio y un espaldarazo para Almagro».


sábado, 23 de marzo de 2013

Audiencia Abierta - 23/03/13

lunes, 18 de marzo de 2013

Ni Joan ni Borbó

Alfonso Ussía

La Razón

Como Rey de derecho y Jefe de la Casa Real Española, Don Juan eligió para su uso el título soberano de Conde de Barcelona. Por la singularidad del título, que sólo puede llevar el Rey de España, Don Juan expresó su deseo, en el texto de su renuncia ante el Rey, de seguir siendo el Conde de Barcelona hasta su muerte, aceptando el Rey su petición. Fue Tarradellas el que tuvo la idea de que Don Juan y Doña María descansaran para siempre en el Panteón de los Condes de Barcelona de Poblet. La posterior decisión del Rey de que sus padres lo hicieran en el Panteón de los Reyes del Monasterio del Escorial truncó el proyecto inicial. Don Juan visitó Barcelona en múltiples ocasiones, porque era una ciudad a la que quería apasionadamente y en la que siempre fue bien recibido. Posteriormente vivió allí largas estancias como consecuencia de sus diferentes operaciones de retina y córneas, todas ellas practicadas por los doctores Muiños y Barraquer en la prestigiosa clínica de este último. Cuando Don Juan, invitado por Tarradellas al Palacio de la Generalidad, entró en el despacho del Presidente, ahí estaba el Muy Honorable Josep Tarradellas de rodillas aguardando la llegada del Conde de Barcelona. Tarradellas, aunque parezca mentira, era del mismo partido que Oriol Junqueras. «Saludo y beso la mano a mi señor natural el Conde de Barcelona». Y después de hacerlo, se incorporó con la ayuda de su señor natural. Siendo Presidente Jordi Pujol, Don Juan fue invitado en numerosas ocasiones a la sede de la Generalidad, y tratado con muy especial cortesía. Y del puerto de Barcelona, después de cenar en «Semon», iniciamos en diferentes años las singladuras en el «Giralda», que mientras permanecía atracado en el puerto recibía a cuantos ciudadanos quisieran visitarlo y conocerlo. Don Juan y Barcelona estaban mucho más unidos anímicamente que por el uso de su título soberano.

Cuando falleció, el PSC, CiU y el PP, con el alcalde Pascual Maragall a la cabeza, dieron a una avenida de Barcelona el nombre del Rey exiliado. Avenida de «Joan de Borbó». Escribí que resulta absurdo traducir nombres y apellidos. Don Juan nunca consideró que su apellido era «Borbó», pero tampoco estaba la situación como para poner trabas a lo que era un acto municipal de estricta justicia, histórica, institucional y humana. Me entero ahora de que, por iniciativa de ERC y la complacencia de CIU, con el alcalde Trías a la cabeza, a Don Juan le van a quitar su avenida. Es una agresión más a España, y se hace humillando la memoria de un español ejemplar que amó a Barcelona y Cataluña de manera constante, creciente y apasionada. Parece que les molesta la sombra magnífica del Rey marino. Tan sólo un consuelo a la grosería municipal de Barcelona, esa ciudad grandiosa cada día más habitada por aldeanos de horizontes inmediatos. El nombre que van a quitar de una avenida barcelonesa no pertenece a nadie, porque «Joan de Borbó», a mi modesto entender, no era una persona conocida. Equivale a que retiren de cualquier calle de Bilbao, Vitoria o San Sebastián las placas de la avenida de «Jon de Borbotegui», que nadie sabe quién era, a ciencia cierta.

Los apellidos son intocables. Windsor, Borbón, Orleans, o Schleswing-Holstein. Me gustaría, por curiosidad, saber cómo se dice Schleswing-Holstein –el primer apellido alemán de la Reina–, en catalán. Tiene que resultar tan azaroso como divertido. Pero con independencia de que la avenida que le quitan a Don Juan en Barcelona pertenece a otro señor de muy limitado conocimiento público, la mala intención se advierte. Mala intención de los incultos, los perversos, los groseros y los paletos de ERC y CiU.

sábado, 16 de marzo de 2013

Audiencia abierta - 16/03/13

sábado, 9 de marzo de 2013

Audiencia abierta - 09/03/13

viernes, 8 de marzo de 2013

Doña Letizia, junto a los afectados por enfermedades raras

Europa Press

Europa Press 

Una vez más la Princesa de Asturias ha vuelto a demostrar su apoyo en la lucha contra las enfermedades raras. Esta vez lo ha hecho presidiendo un acto conmemorativo en el Senado por el Día Mundial de este tipo de trastorno.

   Junto al Presidente de la Cámara Alta, Pío García Escudero, Doña Letizia se ha mostrado una vez más muy comprometida con este asunto y ha reclamado que se impulse la investigación científica "desde todas las instituciones y todos los ámbitos" y que se conozca mejor este problema sanitario y humano.

   En el Año Nacional de las Enfermedades Raras, la Princesa ha hecho hincapié en el "trabajo fundamental" que hacen las asociaciones de apoyo a enfermos y familiares, porque asumen un trabajo "cada vez más difícil" en la crisis actual.

   "El mérito de seguir ahí para ayudar a tantas familias angustiadas que no saben qué hacer cuando les diagnostican una enfermedad poco frecuente, es enorme", ha enfatizado.

   Durante el acto se ha leído una Declaración por el Día Mundial de las Enfermedades Raras y se ha podido escuchar el tema Si se quiere se puede del grupo El Desván del Duende.

   Posteriormente, se ha procedido a la entrega de premios en donde hemos podido ver entre algunos de los galardonados al seleccionador español Vicente del Bosque y a Isabel Gemio.

   Uno de los momentos más emotivos ha sido protagonizado por Rubén, un niño de nueve años aquejado de neurofribromatosis, que entre otros efectos le ocasiona una importante hinchazón en la cara. Rubén ha pedido ayuda para buscar cura, después de que su madre hubiera expuesto la estremecedora experiencia que están sufriendo sus progenitores.

   Desde los brazos de su padre, el pequeño ha lanzado un beso a la "princesita Letizia" que le seguía desde la Presidencia, y todo el salón, conmovido, ha estallado en fortísimos aplausos, con la emoción palpable en el rostro de la Princesa.

lunes, 4 de marzo de 2013

La reina Isabel II recibe el alta hospitalaria



ABC

Tras un breve ingreso de 24 horas en un hospital del centro de Londres, la Reina de Inglaterra Isabel ha salido algo antes de las tres de la tarde (las cuatro en la península) caminando y con buen aspecto hasta el Bentley real que le esperaba en la puerta del centro, seguido de un solo Range Rover del servicio de seguridad. Hacía diez años que la Reina de Inglaterra, que el mes que viene cumple 87 años, no era ingresada en un centro hospitalario. El sábado canceló a última hora su visita a Gales para celebrar el día nacional, y el domingo los médicos recomendaron su ingreso ante los «síntomas de gastroenteritis».

Isabel II acudió en coche, y no en ambulancia, al hospital Eduardo VII, donde entró caminando por sus propios medios. Se trata del mismo centro en el que convaleció la Duquesa de Cambridge al principio de su embarazo. Quizás por eso, la octogenaria soberana ha querido una estancia «de perfil bajo», según han explicado fuentes de la Casa Real.

Su estado es bueno y se encuentra «de buen humor». «Es solo una medida de precaución», explicaba esta mañana un portavoz de la Reina. «No fue llevada al hospital de forma inmediata una vez aparecieron los síntomas, esto [el ingreso] es simplemente para que los médicos puedan evaluarle mejor», ha añadido. La soberana ha recibido el alta mucho antes de lo previsto.

Isabel II había señalado que no quiere ser un «inconveniente» para el funcionamiento del hospital, y habría por ello solicitado a sus familiares que se abstengan de visitarle, para no entorpecer la normalidad del centro con las idas y venidas de personalidades VIP y sus equipos de seguridad. La breve estancia en diciembre de la Duquesa de Cambridge en el hospital que trata tradicionalmente a los miembros de la Familia Real terminó en tragedia después de que una enfermera se quitara la vida tras ser víctima de una broma radiofónica.

Viaje a Roma en el aire

La soberana había cancelado todos sus compromisos para esta semana, y está en el aire su viaje a Roma el fin de semana en compañía del Duque de Edimburgo, invitados por el presidente italiano, Giorgio Napolitano. Pero su agenda oficial mantiene por ahora los actos previstos la semana que viene. Esta tarde, su marido acatará las instrucciones de Isabel II y participará, como tenía previsto, en un acto en un club de yates. Tanto el Príncipe Carlos y su mujer, la Duquesa de Cornualles, que han pasado el fin de semana en Gales, como los Duques de Cambridge, que han participado en la boda de un amigo en Suiza junto al príncipe Enrique, mantienen su agenda mientras son informados regularmente del estado de la Reina.

Hacía diez años que Isabel II no era ingresada en un hospital. Entonces, fue operada de la rodilla también en el Eduardo VII, intervención que fue aprovechada para quitarle una mancha benigna en la cara. La buena salud de la monarca explica la tranquilidad con que discurre este nuevo ingreso, después de un año intenso en el que la Reina de Inglaterra mantuvo 425 actos oficiales, según el informe relativo a 2012, para conmemorar sus 60 años en el trono y los Juegos Olímpicos de Londres.

domingo, 3 de marzo de 2013

Audiencia abierta, capítulo XXI

Audiencia abierta, capítulo XX


Audiencia abierta, capítulo XIX




Audiencia abierta, capítulo XVIII



Emitido en TVE1 el 9 de febrero de 2013

Audiencia abierta, capítulo XVII




El Rey necesitará entre dos y seis meses de rehabilitación

El Rey necesitará entre dos y seis meses de rehabilitación

La Vanguardia

Tras la exitosa operación de hernia discal a la que el Rey ha sido sometido esta tarde, el neurocirujano que le ha operado, Manuel de la Torre, confirmó que Don Juan Carlos permanecerá aproximadamente una semana ingresado y necesitará entre tres y seis meses de rehabilitación para una rehabilitación completa.  

Sobre si Don Juan carlos necesitará utilizar una silla de ruedas al abandonar el hospital y durante un tiempo, el cirujano ha explicado que eso dependerá de cómo evolucione en la rehabilitación. "Cuanto más fuerza tenga, menos necesitará de medios de apoyo o movilización, pero eso lo vamos a ir viendo con los días", manifestó.

En estos momentos, el Monarca está despierto y colabora de manera consciente "como siempre", ha indicado De la Torre. La operación, en la que se observó que el Rey tenía dos tramos de la columna afectados, no ha presentado ninguna complicación.

Respecto al trabajo de rehabilitación que el Rey deberá seguir, la primera fase se centrará en la zona lumbar y, más tarde, continuará con ejercicios de piernas.

El Príncipe confirma el éxito de la operación del Rey

El Príncipe ha confirmado el éxito de la operacion de hernia discal a la que el Rey ha sido sometido esta tarde. Minutos antes de las 6 de la tarde, don Felipe acompañado por doña Letizia ha abandonado la clinica La Milagrosa y antes de coger el coche se ha parado unos minutos ante los numerosos medios de comunicación que le esperaban.

Don Felipe ha señalado que, en las últimas semanas, el Rey ha pasado una época "muy pesada" a causa de los dolores que sufria por su lesion en la espalda y que ahora "le espera una época de trabajo duro y esfuerzo para recuperarse". El Principe ha dicho que el Rey ya estaba despierto pero, debido a que está en la UVI, únicamente habia podido intercambiar unas palabras, "para que supiera que estábamos allí". Antes de abandonar el recinto, los Principes han saludado al numeroso grupo de personas que desde primeras horas de la mañana ocupa los accesos al centro médico.

Media hora antes que los Príncipes, abandonaban el hospital la Reina y sus hijas, las infantas Elena y Cristina. La Reina se montó en un coche y las Infantas en otro que iba conducido por su secretario, Carlos García Revenga.

El final de una amistad incómoda

A.MARTÍNEZ-FORNÉS
ABC

La operación del Rey coincide con un momento especialmente delicado
por el protagonismo que ha alcanzado la hasta ahora discreta Corinna
Larsen (Fráncfort, 1964), una peculiar empresaria alemana de origen
danés que conoció al Rey hace nueve años en la finca «La Garganta», de
Ciudad Real, propiedad del duque de Westminster, y que ha acabado
convertida en una amistad incómoda.

El nombre de esta mujer de 49 años, que sigue utilizando el apellido y
el título de su segundo exmarido, el aristócrata alemán Casimir zu
SaynWittgenstein-Sayn (Koblenz, 1976) –doce años más joven que ella–,
empezó a circular en los medios de comunicación cuando se supo que
acompañaba a Don Juan Carlos en el inoportuno viaje a Botsuana de
abril del año pasado en el que el Monarca se fracturó la cadera.

Ese fue el principio del fin de una amistad que ella define como
«entrañable», pero que las personas que más afecto tienen al Rey y a
la Institución estaban deseando que terminara. Y así se entendió
cuando Don Juan Carlos, al salir del hospital, afirmó: «Lo siento
mucho, me he equivocado y no volverá a ocurrir».

Casi un año después, el nombre –y el teléfono personal– de Corinna
Larsen volvió a aparecer en los correos electrónicos difundidos por
Diego Torres, el exsocio de Iñaki Urdangarín en el Instituto Nóos, ya
que la empresaria alemana había tratado de encontrar un trabajo al
marido de Doña Cristina en la Fundación Laureus, que después este
rechazó.

Aunque nadie la implicó en el caso Nóos, Corinna Larsen consideró que
debió ser defendida, pero no lo consiguió y la semana pasada utilizó
esta circunstancia como pretexto para emprender una estudiada
operación de imagen, con abogados y asesores, a través de varios
medios de comunicación («El Mundo», «¡Hola!» y «Paris Match»), que
reprodujeron sus reportajes con llamativas declaraciones llenas de
dardos aparentemente ocultos y sofisticadas fotos en las que posa como
una modelo.

Sin embargo, sus declaraciones no se limitaron a su supuesta defensa
personal. Corinna Larsen llegó a relatar que había intervenido en
«asuntos clasificados» por encargo del Gobierno de España y, aunque
estas afirmaciones fueron desmentidas por el actual Ejecutivo y por el
anterior, a través de Soraya Sáenz de Santamaría y de Alfredo Pérez
Rubalcaba, ocasionaron cierta extrañeza. También afirmó que nunca ha
cobrado «un solo euro» de los contribuyentes españoles, pero «sí me
han pagado algunas empresas privadas que querían expandirse
globalmente». Curiosamente, medios de comunicación que, hasta ahora,
la criticaban por utilizar el título de princesa de su segundo
exmarido, han empezado a cultivarla –a darle el tratamiento de Su
Alteza Serenísima– para explotar su potencial periodístico, porque, al
margen de la veracidad de lo que pueda contar, consideran que es
noticia cualquier cosa que diga Corinna Larsen.

La Reina de Inglaterra hospitalizada por primera vez en diez años

La Vanguardia

La reina Isabel II de Inglaterra, de 86 años, fue ingresada hoy en un
hospital de Londres como medida de precaución a causa de una
gastroenteritis, anunció el Palacio de Buckingham.

La visita oficial que la soberana iba a realizar la próxima semana a
Roma ha sido pospuesta, así como otros actos previstos para los
próximos días.

La Reina sufre síntomas de gastroenteritis desde el viernes pasado,
cuando se anunció que suspendía una visita a Gales prevista para el
sábado, si bien sus portavoces señalaron hoy que su estado "no es
grave" y que está de "buen humor".

Isabel II está ingresada en el hospital King Edward VII de Londres, el
que suele utilizar la familia real inglesa, donde permaneció una
semana la duquesa de Cambridge, la mujer de su nieto Guillermo, por
molestias relacionadas con su embarazo.

Un portavoz del Palacio de Buckingham indicó que "la Reina está siendo
examinada en el hospital King Edward VII de Londres, después de
experimentar síntomas de gastroenteritis".

"Como precaución, todos sus compromisos oficiales para la próxima
semana serán, lamentablemente, pospuestos o cancelados", agregó.

La cadena británica BBC señaló que la soberana previsiblemente
permanecerá ingresada 48 horas por precaución por una enfermedad
estomacal que sufren una de cada cinco personas en el mundo.

Isabel II fue trasladada en un vehículo privado al hospital de Londres
después de que, esta misma mañana, participase en la presentación de
una medalla en el Palacio de Buckingham.

El último acto oficial público de la Reina de Inglaterra, que ha
cumplido 61 años en el trono, fue el jueves, cuando entregó las
condecoraciones del Imperio británico a atletas británicos que
obtuvieron medallas de oro en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

Finaliza con éxito la operación de hernia discal del Rey

ABC

La operación de hernia discal con estenosis del canal a la que ha sido
sometido el Rey en la clínica La Milagrosa, de Madrid, ha finalizado
con éxito a las cuatro y cuarto de la tarde de este domingo, según ha
informado el Palacio de La Zarzuela.

Está previsto que el doctor Manuel de la Torre, neurocirujano que ha
operado a Don Juan Carlos, comparezca ante los medios de comunicación
a las seis de la tarde para informar del resultado de la intervención
y de la evolución del Monarca.

En el interior de la clínica se encuentran la Reina, los Príncipes de
Asturias y las Infantas Doña Elena y Doña Cristina. Los últimos en
llegar al centro sanitario han sido Don Felipe y Doña Letizia, que
acudieron al hospital a las tres y veinte de la tarde.

También se encuentran en la clínica el jefe de la Casa del Rey, Rafael
Spottorno; el jefe del Servicio Médico del Palacio de La Zarzuela,
Miguel Fernández Tapia-Ruano, y el secretario de las Infantas, Carlos
García Revenga, entre otros.

El Rey ingresó a las 11.45 horas de esta mañana en un monovolumen de
color verde. Don Juan Carlos bajó la ventanilla y afirmó «otra vez»
aquí ante los periodistas que aguardaban su llegada.

La Reina y las Infantas llegaron a las dos menos cuarto de la tarde,
momento en el que Doña Sofía fue recibida con aplausos en la puerta
del centro sanitario.

En esta ocasión Don Juan Carlos se ha puesto en manos del doctor
Manuel de la Torre, un médico militar de reconocido prestigio en el
campo de la Neurocirugía que estuvo trabajando con anterioridad en la
Casa del Rey.

Comunicado sobre la intervención quirúrgica a Su Majestad el Rey

Su Majestad el Rey ha sido intervenido quirúrgicamente hoy de
discopatías y de estenosis de canal lumbar, en la Clínica La Milagrosa
de Madrid, por el Dr. Manuel de la Torre Gutiérrez.
La intervención, que ha durado aproximadamente 3 horas, se ha
realizado bajo anestesia general y ha resultado plenamente
satisfactoria.
La intervención se ha realizado mediante cirugía discal,
descomprensión neurológica de canal lumbar y estabilización raquídea
con uso de neuronavegador y TAC intraoperatorio.
Su Majestad permanecerá toda la noche en observación postoperatoria.
Don Juan Carlos ha ingresado a las 11,30 horas de hoy. El equipo
médico determinará el tiempo de hospitalización, durante el cual se
informará con un parte médico diario.
Esta misma tarde a las 18,00 horas, el Dr. de la Torre informará en
conferencia de prensa sobre la cirugía realizada y la evolución médica
de Don Juan Carlos una vez concluida la intervención.

sábado, 2 de marzo de 2013

Don Felipe y Doña Letizia se reúnen en Holanda con los otros Príncipes Herederos

Don Felipe y Doña Letizia se reúnen en Holanda con los otros Príncipes Herederos

ABC

Los Príncipes de Asturias han asistido este sábado a un encuentro privado en los Países Bajos (Apeldoorn) con otros Príncipes y Princesas herederos europeos, invitados por los Príncipes de Orange, Guillermo y Máxima, según ha informado el Palacio de La Zarzuela.

El encuentro de los Príncipes Herederos europeos se ha celebrado dos meses antes de que la Reina Beatriz de los Países Bajos abdique en su hijo Guillermo, relevo que se celebrará el próximo 30 de abril.

A la reunión informal, que se ha celebrado en «Het Oude Loo», un antiguo pabellón de caza en los Países Bajos (Apeldoorn), han asistido, además de los Príncipes de Asturias, el Príncipe Felipe y la Princesa Matilde de Bélgica, el Príncipe Haakon y la Princesa Mette-Marit de Noruega, la Princesa Victoria y el Príncipe Daniel de Suecia, la Princesa Mary de Dinamarca y los Grandes Duques Herederos de Luxemburgo.

Aunque el encuentro se prolongará hasta el domingo, Don Felipe y Doña Letizia regresaron en la tarde de este sábado a Madrid con el fin de poder acompañar mañana, domingo, a Don Juan Carlos, que se someterá a una operación de hernia discal.

El pueblo aclama a la Reina






Aurora G. Mateache

Miles de personas guardaban fila ayer desde primera hora de la mañana, desde hacía un día, o incluso una semana esperando en la calle. Una fila que arrancaba de la Basílica madrileña de Jesús de Medinaceli y que llegaba hasta la plaza de Atocha, con un único fin: besar el pie del Cristo y pedirle un trabajo para un hijo en paro o salud para una madre enferma. Una fila de personas, algunas mayores, que representaba a una generación que no ha crecido con las centésimas del déficit pegadas a su pie, ni priorizan un fugaz «trending topic» del último dictado de Bruselas como la noticia más importante del día, y que sin embargo no duda al contestar quién es en este momento la persona que mejor representa a España. Algo que se evidenció cuando un coche oficial, alrededor de las 12:00 del mediodía, dobló la esquina de la calle del Jesús. Los carteles que pedían por un «despido digno» quedaron silenciados con el aplauso cerrado que se dedicó a la persona que llegaba: la Reina.

Su asistencia no ha figurado en las previsiones de la agenda de la Familia Real pero, como adelantó este periódico, ha sido la Reina la encargada de visitar este año la imagen del Cristo, una tradición que pesa en la institución desde hace 300 años. Lo que sí consta es que, en estos momentos en que la imagen de la institución está debilitada, la agenda de Doña Sofía no lo estará. Según informan desde Zarzuela, las actividades conjuntas que Doña Sofía mantiene con el Rey estarán supeditada a la evolución de la operación del Monarca este domingo de una hernia discal. Los actos en los que, como Reina consorte, pueda asumir la representación de la Jefatura del Estado no serán suspendidos, mientras que aquéllos en los que sea necesaria la presencia del Jefe de Estado serán aplazados hasta su recuperación. Pero, dentro de su agenda independiente, mantendrá el mismo volumen de actividades que realizó el año pasado, que alcanzaron 187, además de 47 audiencias y los inamovibles viajes de cooperación, que en 2012 fueron Filipinas y Bolivia.

Concretamente, según ha podido saber este periódico, el lunes de la semana que viene Doña Sofía participará en el homenaje al profesor Juan Antonio Carrillo Salcedo en la Academia de las Ciencias Morales y Políticas y, a partir de ahí, su compromiso institucional se irá programando. No obstante, aunque aún estén pendientes de fechas, fuentes cercanas a la Casa Real informan sobre las actividades futuras más destacadas que tendrá, como los Premios Reina Sofía, que este año irán destinados a los municipios que hayan incluido programas de accesibilidad y reinserción laboral a personas con discapacidad. Por otro lado, la Reina mantendrá la reunión del patronato de Unicef de la que es presidenta, al igual que participará en la clausura del Curso Superior de Música Reina Sofía, donde hará la entrega de becas de juventudes musicales. Una de las ocupaciones prioritarias de Doña Sofía es la fundación Reina Sofía, que se dedica a la ayuda a los más desfavorecidos y a la investigación contra el alzhéimer, y en julio, declarado el mes del cerebro por la Comisión Europea, lanzará una campaña para conseguir fondos de ayuda contra la enfermedad. Este es uno de los planes de la fundación, que en 2013 destinará 3,4 millones de euros a los más desfavorecidos.

El acto de ayer es especialmente significativo para la Familia Real, ya que representa una tradición que se mantiene desde que la imagen del Cristo, en manos de los musulmanes, fuera recuperada por los cristianos el primer viernes de Cuaresma en 1682. Hacía seis años que Doña Sofía no visitaba el templo en representación de la Casa; el año pasado fue la Infanta Elena, y en 2011, Don Juan Carlos. Antes de bajarse del coche, Doña Sofía bajó la ventanilla para saludar a los asistentes, con la sonrisa y la serenidad que siempre la han caracterizado, llueva o nieve sobre la Casa Real. Fue recibida por los representantes de la orden de los frailes capuchinos, y se detuvo antes de entrar en la iglesia para posar junto a ellos y saludar de nuevo a los asistentes que no descansaban su «¡Viva la Reina!».

Tras besar la imagen, Doña Sofía guardó el recogimiento para realizar sus peticiones y después conversó con los cofrades y los frailes capuchinos. Uno de ellos, Manuel Torrijos, se detuvo un momento con la Prensa. «Es un honor que venga la Reina de España», aseguró. «Nos ha felicitado por cómo hemos organizado todo».

Veinte minutos después de su llegada, Doña Sofía abandonó el lugar entre vítores y alguna lágrima de una devota y no sólo por la visita al Cristo.

Testigo directo: «La Reina es un ejemplo para que los españoles nos superemos»

Una se esperaba que se le pusiera la piel de gallina por el frío, pero no por ver a una señora gritando «¡Sofía, por favor, ven!», detrás de una valla que obstaculizaba la urgencia. O por la imagen de una devota llorando, mezcla de cansancio por las horas acumuladas de cola y de turbación al ver bajarse a la Reina. Quizá la explosión de emociones la haya dejado a una en el mismo estado, pero Doña Sofía parecía ayer parte del ritual del templo. «Donde está Dios no falta nada, y nos manda a la Reina porque es la más querida y un ejemplo para que los españoles nos superemos», dijo la extremeña Juani Isla. Ayer, los asistentes la sintieron uno más. Se identificaron, a pesar de la evidente distancia de «la valla». Pilar Lucas, de Cuenca, con miembros de su familia en paro, lo explicó: «A la Reina la queremos por lo que ha sido y por lo que es. Y porque este año lo tiene muy difícil». Nieves Castaño, ama de casa, enfatizó ufana con el dedo, después de que su marido, Armando Guerra, condicionara sus palabras a un ingreso de 200.000 euros en cuenta. «Habrá pedido por el bien de España. Es lo mejor que tenemos, sin duda». Y, en resumidas cuentas: «Porque es una señora, una gran dama, y por todo lo que lleva».

viernes, 1 de marzo de 2013

Doña Sofía visita al Cristo de Medinaceli junto a miles de devotos en Madrid

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ABC

Todos los viernes del año los devotos del Cristo de Medinaceli acuden a su iglesia para visitar una de las imágenes más emblemáticas de la capital. Pero el primer viernes de marzo es especial, se celebra el ritual del besapiés y la Casa Real envía a uno de sus miembros para participar en la tradición.

Este año, la Reina Doña Sofía ha sido la encargada de saludar a los miles de devotos que se encontraban a las puertas del templo; algunos de ellos llevan más de una semana guardando el sitio, la mayoría han pasado esta última noche al raso, haciendo cola desde la madrugada.

La alcaldesa, Ana Botella, también se ha acercado hasta la Plaza de Jesús para saludar a los fieles y rendir culto a una imagen emblemática de la capital. Ha tenido que atravesar la calle entre empujones, a pesar de que este año, los habituales del evento comentan que la cola está mejor organizada y avanza más rápido.

Son muchos los que se acercan hasta el Cristo con peticiones; nada extraordinario para 2013, la salud, por encima de todo.