ABC Llegó blanca, desencajada, derrumbada por la tragedia, sostenida por el brazo del Príncipe, desnuda de abalorios, solamente con su alianza de casada, tacones muy altos, pequeños brillantes como pendientes, y la melena más corta que de costumbre. Llegó con los ojos rojos de llorar, desencajados, tristes, cabizbajos en ocasiones, la mirada ora al suelo, ora al cielo, y a los ojos de Don Felipe. Doña Letizia se encuentra en su sexto mes de embarazo, y a pesar de las molestias propias de sus estado sacó fuerzas para despedir a su hermana pequeña. La Princesa estaba triste, muy triste, pero emocionó el abrazo en el que se fundió con las Infantas. Primero con Doña Elena, y con los ojos prendidos en lágrimas, Doña Letizia se aferró al cuello de Doña Cristina, que acababa de llegar de Barcelona, para enhebrar un abrazo eterno.
La princesa Letizia recibe el pésame de la Infanta Elena a su salida del Tanatorio de la Paz
La princesa de Asturias llora desconsolada abrazada a la infanta Cristina
viernes, 9 de febrero de 2007
Las lágrimas de la Princesa y los abrazos a las Infantas Doña Elena y Doña Cristina
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