domingo, 7 de enero de 2007

El Rey insta a «redoblar esfuerzos» para proteger a nuestros soldados, dentro y fuera

En su tradicional discurso de la Pascua Militar, Su Majestad el Rey instó ayer a «redoblar esfuerzos para garantizar al máximo la protección y seguridad de nuestros soldados, dentro y fuera del territorio nacional». A continuación publicamos el texto íntegro del discurso:

«Queridos compañeros,

Me llena de especial satisfacción y alegría poder celebrar con todos vosotros, junto a la Reina y al Príncipe de Asturias, la Pascua Militar, que este año cumple el 225 Aniversario de su instauración en 1782 por el Rey Carlos III.
Al inicio del Año Nuevo, quiero expresar nuestros mejores deseos de paz, felicidad y prosperidad a todos los integrantes de nuestras Fuerzas Armadas y Guardia Civil, así como a sus respectivas familias.
En estas fechas, siempre tan entrañables, tampoco puede faltar mi más emotivo recuerdo, y el de toda la Familia Real, a todos aquellos compañeros que el año pasado dieron sus vidas en el cumplimiento del deber. Expresamos nuestro cariño, apoyo y solidaridad hacia sus seres más queridos.
Gratitud y reconocimiento
El Monumento a los Fallecidos en Operaciones de Misiones Internacionales, que el año pasado inauguramos, es fiel reflejo del deber de gratitud y reconocimiento que la sociedad española tiene contraída con todos ellos.
Por desgracia, una vez más, el afán cruel y despreciable de los terroristas ha causado nuevas víctimas. Durante la pasada Navidad, en un cobarde y vil atentado terrorista han perdido la vida dos jóvenes trabajadores ecuatorianos, que vivían en nuestro país con la ilusión de conseguir un futuro mejor para ellos y sus familias.
Quiero expresar nuestro pesar, afecto, apoyo y solidaridad a sus familiares y amigos en estos difíciles momentos. Y reiterar nuestro más respetuoso homenaje a todas las víctimas de la abominable lacra del terrorismo, así como nuestro decidido respaldo a sus familias.
Junto a la radical repulsa y firme condena de ese salvaje atentado, quiero también subrayar que la barbarie terrorista nunca quebrará nuestra fe en la democracia y nuestra determinación en la defensa de los valores y principios de nuestra Constitución, que garantiza el pleno ejercicio de nuestros derechos, el pluralismo, la diversidad y la convivencia en libertad de todos los españoles.
Unidos, acabaremos con el terrorismo. Con plena confianza en la fortaleza de nuestras instituciones democráticas, en todos los instrumentos que nos proporciona el Estado de Derecho, en la sólida acción de la Justicia, en la eficaz actuación de nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y en el reforzamiento de la cooperación internacional, conseguiremos poner fin definitivamente a la violencia terrorista.
Este solemne Acto de la Pascua Militar me permite, como Rey y como Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas, rendir un homenaje de sincera felicitación y honda gratitud a los miembros de la gran Familia Militar, cuya vocación de servicio a la Patria muestra su amor y dedicación a España y a los españoles.
Dirijo un muy especial saludo a cuantos miembros de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil se encuentran lejos de sus hogares en estas fechas tan señaladas, ya sea cumpliendo misiones en el extranjero, o bien salvaguardando -con su abnegado y silencioso quehacer diario- los intereses permanentes de nuestra Patria.
«Una España siempre mejor»
Estos primeros días del Año Nuevo son especialmente apropiados para hacer balance, reafirmar compromisos, renovar ilusiones y aquilatar objetivos, en nuestro común empeño por construir una España siempre mejor.
Mucho agradezco al Señor Ministro de Defensa sus afectuosas palabras de felicitación en nombre propio y de la Institución Militar, así como su detallada exposición que refleja el interés y esfuerzo de su Departamento por seguir mejorando día a día nuestras Fuerzas Armadas, para responder con mayor eficiencia a su misión al servicio de España.
A lo largo del año 2006 han sido múltiples las ocasiones en que he tenido la grata oportunidad, al igual que el Príncipe de Asturias, de asistir a diversos ejercicios tácticos y de visitar numerosas Unidades Militares, comprobando la elevada disciplina, profesionalidad y eficacia de nuestras Fuerzas Armadas, así como sus necesidades.
Ha sido un año en el que han sabido responder, con flexibilidad, eficacia y prontitud, a los requerimientos planteados a escala nacional e internacional, como bien lo reflejan los informes de situación diarios, emitidos por el Mando de Operaciones. La actividad desplegada ha sido, además, muy intensa y compleja. Merecen, por todo ello, la expresión de nuestro más sincero y profundo reconocimiento.
Escenarios tan diferentes y distantes como Haití, Congo, Etiopía, Sudán, Mauritania, Bosnia y Herzegovina, Kosovo, los Países Bálticos, Timor Oriental, Pakistán, Afganistán y Líbano se han beneficiado de la eficaz y experimentada labor de nuestros Ejércitos y de la Guardia Civil en apoyo a la Acción Exterior del Estado, ya sea en misiones de mantenimiento de la paz o de carácter humanitario. Unas actuaciones que han acreditado su prestigio a escala internacional.
También quiero subrayar y agradecer la muy valiosa labor profesional desarrollada dentro de nuestras fronteras. Una labor continua y permanente, siempre austera y generosa, que contribuye de forma decisiva a mantener la seguridad, a reforzar la estabilidad y a consolidar el bienestar de nuestra sociedad.
Al mismo tiempo, fenómenos tan dispares como la inmigración ilegal, los incendios forestales u otras calamidades, han requerido de la amplia, efectiva y coordinada capacidad de respuesta que poseen nuestras Fuerzas Armadas y Guardia Civil, que han colaborado eficazmente en apoyo de otras instituciones y organismos del Estado.
Con legítimo orgullo podemos decir que están plenamente cualificadas para atender a las necesidades cada vez más exigentes que reclama la sociedad española, así como de cooperación con las Organizaciones Internacionales a las que pertenece España, ya sea en el ámbito multilateral, o conforme a nuestra condición de socios o aliados.
Todo ello explica la altísima valoración y merecida confianza que nuestras Fuerzas Armadas y Guardia Civil suscitan en la opinión pública española.
Así se pone de manifiesto su plena sintonía con la sociedad a la que sirven, y la creciente identificación de los ciudadanos con los objetivos de la Seguridad y la Defensa Nacional.
La progresiva y continua modernización y adaptación de nuestros Ejércitos a las necesidades de la España de hoy y del futuro, son procesos que -desde hace años- conllevan el despliegue de importantes esfuerzos en materia de personal, organización, instalaciones, material y equipos.
Profesionalidad y disciplina
Pero tales esfuerzos resultarían baldíos de no contar con las preciadas virtudes de profesionalidad, disciplina y sacrificio de los hombres y mujeres que han elegido la milicia como un estilo de vida.
Hombres y mujeres que han sabido convertir su vocación de servicio en el norte de sus vidas, que están dispuestos a volcar lo mejor de sí mismos para llevar la paz y la seguridad allá donde se les requiera.
Esperamos, por ello, que el actual desarrollo normativo en asuntos relativos a la política de personal dé sus frutos y que, quienes escogen servir a España desde la Carrera Militar, vean recompensado su esfuerzo con una trayectoria profesional que reconozca su entrega y disponibilidad permanentes, así como unas condiciones económicas y de calidad de vida acordes a su función.
La cambiante situación del escenario estratégico mundial nos va exigiendo nuevas capacidades militares. Esto implica la adopción de nuevos procedimientos, nuevas estructuras y una profunda revisión de la preparación y formación de nuestros soldados y cuadros de mando. Con dicho proceso de transformación conseguiremos unas unidades mejor dotadas, interoperables en escenarios conjuntos y combinados, al tiempo que más eficientes y eficaces.
He sido informado de que el incremento presupuestario para este año está destinado a mejorar, entre otros aspectos, la operatividad de nuestras unidades con más recursos y mejores equipamientos, dándose los pasos necesarios para adecuarlas a las misiones requeridas y situarlas al nivel que les corresponde en el concierto internacional.
Por otro lado, el apoyo a la investigación, desarrollo e innovación en el ámbito de la Defensa, debe permitir fortalecer nuestro tejido industrial y contribuir, por ello, al progreso de España.
Dentro del riesgo intrínseco que implica el empleo de las capacidades militares, debemos redoblar esfuerzos para garantizar al máximo la protección y la seguridad de nuestros soldados, dentro y fuera del territorio nacional.
España cuenta hoy con unas Fuerzas Armadas y una Guardia Civil que se afanan por situarse a la altura de los tiempos y de nuestras necesidades.
Por ello, con motivo de la Pascua Militar, quiero manifestaros una vez más mi confianza, gratitud y orgullo por la profesionalidad, sentido de la responsabilidad y capacidad de sacrificio que os distingue en el cumplimiento de vuestras misiones al servicio de España. También, por el alto espíritu militar, la probada lealtad y el generoso compañerismo que caracterizan el desempeño de vuestros quehaceres cotidianos.
Vuestro sentido del deber, junto a vuestra eficaz y esforzada labor diaria, son la mejor respuesta que ofrecéis a la confianza que el conjunto de la sociedad española tiene depositada en todos vosotros.
Como Rey y Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas, contáis con mi permanente apoyo y mayor reconocimiento hacia vuestro firme compromiso de servicio a España, una España democrática, moderna y unida, cada vez más justa, próspera y solidaria. Un afán y unos ideales consustanciales a la Corona que encarno, y que tienen en el Príncipe de Asturias su mejor garantía de futuro.
En la celebración de esta Pascual Militar, os animo a que perseveremos en nuestro profundo amor y voluntad de servicio a España, trabajando todos juntos con orgullo, disciplina, lealtad, ilusión y entrega. ¡Viva España!»

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