El Papa efectuará una visita de Estado al Reino Unido en el mes de septiembre. El extremo se había adelantado en otoño pero esta mañana los obispos y el Gobierno británico han confirmado las fechas del viaje papal, que se extenderá entre el 16 y el 19 de septiembre y combinará una dimensión de Estado con otra pastoral.
La visita prevé citas en Inglaterra y en Escocia e incluirá un encuentro con líderes de la sociedad civil británica, un encuentro ecuménico en la Abadía de Westminster y una misa multitudinaria en una explanada de Glasgow.
El Papa será agasajado por la reina Isabel II con una recepción oficial. Pero no en el Palacio de Buckingham sino en el Palacio de Holyrood: la residencia oficial de la monarca católica María Estuardo, situada frente al Parlamento escocés.
El acto central del viaje será la beatificación del cardenal John Henry Newman: un intelectual y sacerdote anglicano que se convirtió al catolicismo en el siglo XIX y que terminó sus días como prelado de la jerarquía católica. El acto se celebrará en el aeropuerto de Coventry y será la primera beatificación de Benedicto XVI, cuya decisión de celebrar el acto da idea de su admiración por la figura de Newman y por su talla intelectual.
Los primeros detalles del viaje papal los han presentado esta mañana en el Foreign Office los prelados responsables de las conferencias episcopales inglesa y escocesa -Vincent Nichols y Keith O'Brien- y el ministro encargado de la visita, el católico laborista Jim Murphy. Nichols ha saludado la visita como una ocasión "histórica", y ha dicho: "Esperamos que la presencia y el mensaje del Papa animen a todo el mundo a aspirar a una visión de la vida marcada por la verdad, la compasión y la confianza mutua".
Unas palabras recogidas por su colega escocés, Keith O'Brien, que ha dicho que el viaje debe fortalecer la cooperación entre el Reino Unido y la Santa Sede "en la lucha contra la pobreza y el cambio climático".
La visita estará marcada por las relaciones cada vez más tensas entre el Iglesia de Inglaterra y la Iglesia católica, que ha anunciado su intención de facilitar la conversión a aquellos sacerdotes anglicanos que quieran abrazar la religión de Roma. Un movimiento pensado para atraer a los descontentos con las políticas liberales del actual arzobispo de Canterbury, Rowan Williams.
En este sentido, Benedicto XVI se reunirá con Williams en su residencia oficial y le presidirá con él una velada en la Abadía de Westminster a la que asistirán líderes de distintas confesiones religiosas.
La visita prevé citas en Inglaterra y en Escocia e incluirá un encuentro con líderes de la sociedad civil británica, un encuentro ecuménico en la Abadía de Westminster y una misa multitudinaria en una explanada de Glasgow.
El Papa será agasajado por la reina Isabel II con una recepción oficial. Pero no en el Palacio de Buckingham sino en el Palacio de Holyrood: la residencia oficial de la monarca católica María Estuardo, situada frente al Parlamento escocés.
El acto central del viaje será la beatificación del cardenal John Henry Newman: un intelectual y sacerdote anglicano que se convirtió al catolicismo en el siglo XIX y que terminó sus días como prelado de la jerarquía católica. El acto se celebrará en el aeropuerto de Coventry y será la primera beatificación de Benedicto XVI, cuya decisión de celebrar el acto da idea de su admiración por la figura de Newman y por su talla intelectual.
Los primeros detalles del viaje papal los han presentado esta mañana en el Foreign Office los prelados responsables de las conferencias episcopales inglesa y escocesa -Vincent Nichols y Keith O'Brien- y el ministro encargado de la visita, el católico laborista Jim Murphy. Nichols ha saludado la visita como una ocasión "histórica", y ha dicho: "Esperamos que la presencia y el mensaje del Papa animen a todo el mundo a aspirar a una visión de la vida marcada por la verdad, la compasión y la confianza mutua".
Unas palabras recogidas por su colega escocés, Keith O'Brien, que ha dicho que el viaje debe fortalecer la cooperación entre el Reino Unido y la Santa Sede "en la lucha contra la pobreza y el cambio climático".
La visita estará marcada por las relaciones cada vez más tensas entre el Iglesia de Inglaterra y la Iglesia católica, que ha anunciado su intención de facilitar la conversión a aquellos sacerdotes anglicanos que quieran abrazar la religión de Roma. Un movimiento pensado para atraer a los descontentos con las políticas liberales del actual arzobispo de Canterbury, Rowan Williams.
En este sentido, Benedicto XVI se reunirá con Williams en su residencia oficial y le presidirá con él una velada en la Abadía de Westminster a la que asistirán líderes de distintas confesiones religiosas.
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