BEGOÑA ARCE
EL PERIÓDICO
Hay quien sueña con llegar a ser una estrella de Hollywood y hay quien querría convertirse en la princesa de un cuento de hadas. Grace Kelly consiguió ambas cosas. La rubia más fascinante en la historia del cine solo hizo 11 películas, a lo largo de seis años. Eso le bastó para ganar un Oscar y consagrarse entre los grandes del celuloide.
Si el gran público admiraba su belleza y estilo, los cinéfilos aún miran hipnotizados los trabajos de la actriz con Alfred Hitchcock. El director británico captó perfectamente la ambigüedad de Kelly y la sensualidad que escondía su aparente frialdad. «Si el sexo es demasiado evidente no hay suspense», le contó el realizador a François Truffaut.
Hitchcock y Kelly colaboraron en La ventana indiscreta, Crimen perfecto y Atrapa a un ladrón. Cuando le propuso un cuarto filme, Marnie, la ladrona, no pudo ser. La carrera cinematográfica de su musa acabó abruptamente cuando, en 1956, se casó con el príncipe Rainiero. Tenía 26 años. El nuevo papel como Su Alteza Serenísima, la Princesa Gracia de Mónaco, también requería grandes dotes interpretativas. La americana de Filadelfia lo cumplió a la perfección.
La historia, como sabemos, no tuvo un final feliz. Si un accidente de coche no hubiera acabado con su vida en 1982, Kelly podría tener hoy 80 años. El Victoria and Albert Museum de Londres dedicará esta primavera una gran exposición al estilo de una mujer que sedujo las pantallas y desbordó las páginas de la prensa del corazón. La muestra Grace Kelly: Style Icon analizará la relación de la actriz con el mundo de la moda. «El suyo fue un estilo clásico, elegante, sensato y práctico, pero al mismo tiempo muy glamuroso», afirma Jenny Lister, organizadora de la exposición, que permanecerá abierta desde el 17 de abril hasta finales del verano.
Dior, Balenciaga, Yves Saint Laurent y Givenchy encontraron en esta mujer alta, delgada y de finos rasgos, herencia de antepasados alemanes e irlandeses, a la embajadora perfecta. Algunos trajes de la exposición los lució en el cine, como el que llevaba en Alta sociedad, el último filme que rodó. También está el que eligió para recibir el Oscar en 1955 por La angustia de vivir. La estatuilla también formará parte de la muestra.
FILMES PROHIBIDOS EN MÓNACO / De la etapa monegasca se han seleccionado 35 prendas de alta costura, incluido el dos piezas con el que contrajo matrimonio civil. Habrá además lujosos complementos, como sombreros, joyas, guantes (fueron el toque distintivo de su estilo) y, por supuesto, el bolso que lleva su nombre, creado por Hermès. La exposición incluye carteles, fotografías y escenas de sus películas.
Desde el momento de su boda, Grace Kelly prohibió la proyección de sus filmes en Mónaco. El Principado quiso dar de su hermosa prisionera católica la imagen angelical de madre y esposa perfecta. Una férrea censura se impuso sobre su pasado. Algunos biógrafos han descubierto, sin embargo, a una Kelly apasionada, envuelta en varios romances tórridos. El director Fred Zinnemann, Clark Gable, con quien rodó Mogambo, William Holden y el diseñador Oleg Cassini, con quien estuvo a punto de casarse, formaron parte de la lista de sus fogosas aventuras.
Si el gran público admiraba su belleza y estilo, los cinéfilos aún miran hipnotizados los trabajos de la actriz con Alfred Hitchcock. El director británico captó perfectamente la ambigüedad de Kelly y la sensualidad que escondía su aparente frialdad. «Si el sexo es demasiado evidente no hay suspense», le contó el realizador a François Truffaut.
Hitchcock y Kelly colaboraron en La ventana indiscreta, Crimen perfecto y Atrapa a un ladrón. Cuando le propuso un cuarto filme, Marnie, la ladrona, no pudo ser. La carrera cinematográfica de su musa acabó abruptamente cuando, en 1956, se casó con el príncipe Rainiero. Tenía 26 años. El nuevo papel como Su Alteza Serenísima, la Princesa Gracia de Mónaco, también requería grandes dotes interpretativas. La americana de Filadelfia lo cumplió a la perfección.
La historia, como sabemos, no tuvo un final feliz. Si un accidente de coche no hubiera acabado con su vida en 1982, Kelly podría tener hoy 80 años. El Victoria and Albert Museum de Londres dedicará esta primavera una gran exposición al estilo de una mujer que sedujo las pantallas y desbordó las páginas de la prensa del corazón. La muestra Grace Kelly: Style Icon analizará la relación de la actriz con el mundo de la moda. «El suyo fue un estilo clásico, elegante, sensato y práctico, pero al mismo tiempo muy glamuroso», afirma Jenny Lister, organizadora de la exposición, que permanecerá abierta desde el 17 de abril hasta finales del verano.
Dior, Balenciaga, Yves Saint Laurent y Givenchy encontraron en esta mujer alta, delgada y de finos rasgos, herencia de antepasados alemanes e irlandeses, a la embajadora perfecta. Algunos trajes de la exposición los lució en el cine, como el que llevaba en Alta sociedad, el último filme que rodó. También está el que eligió para recibir el Oscar en 1955 por La angustia de vivir. La estatuilla también formará parte de la muestra.
FILMES PROHIBIDOS EN MÓNACO / De la etapa monegasca se han seleccionado 35 prendas de alta costura, incluido el dos piezas con el que contrajo matrimonio civil. Habrá además lujosos complementos, como sombreros, joyas, guantes (fueron el toque distintivo de su estilo) y, por supuesto, el bolso que lleva su nombre, creado por Hermès. La exposición incluye carteles, fotografías y escenas de sus películas.
Desde el momento de su boda, Grace Kelly prohibió la proyección de sus filmes en Mónaco. El Principado quiso dar de su hermosa prisionera católica la imagen angelical de madre y esposa perfecta. Una férrea censura se impuso sobre su pasado. Algunos biógrafos han descubierto, sin embargo, a una Kelly apasionada, envuelta en varios romances tórridos. El director Fred Zinnemann, Clark Gable, con quien rodó Mogambo, William Holden y el diseñador Oleg Cassini, con quien estuvo a punto de casarse, formaron parte de la lista de sus fogosas aventuras.