Como es tradición en el Reino Unido, Isabel II envía una tarjeta de cumpleaños firmada por ella a todos los británicos que cumplen cien años o más. Y entre ellos estaba Catherine Masters, una británica de 109 años que le escribió a la reina para quejarse de que cada año le enviaba la misma. Ante esta reivindicación, el príncipe Guillermo en persona se presentó para pedirle disculpas.
La clave estaba en el atuendo. Catherine Masters, que vive en un hogar de ancianos en Oxfordshire (sur de Inglaterra), escribió a la reina para decirle que en todas las tarjetas de felicitación que recibió en los últimos cinco años la soberana llevaba el mismo vestido amarillo.
Según revelan los medios, el príncipe —segundo en la línea de sucesión al trono británico— se presentó la semana pasada en el hogar de ancianos en la localidad de Stanford in the Vale, en el condado de Oxfordshire, y le aseguró a Masters que este año su abuela "se cambiaría de ropa".
"Le dije que me gustaría que la reina pudiera llevar otra ropa. Creo que el azul o el blanco estarían bien", dijo Masters, que se llevó la sorpresa de su vida al ver entrar al príncipe.
La responsable del hogar, Wendy Mead, dijo que no esperaban la visita del príncipe Guillermo. "Recibimos una llamada y en cinco minutos el príncipe estaba aquí", dijo Mead. "Fue una gran sorpresa, y Catherine se quedó sin palabras. El príncipe Guillermo entró y ella le preguntó si era de verdad. Ella le apretó la mano para asegurarse de que era él", agregó.
Ahora, Catherine Masters ha sido invitada a tomar el té en los jardines del Palacio de Buckingham el próximo 7 de julio.
Cada mes de julio, la soberana y otros miembros de la Familia Real abren las puertas del palacio para tomar el té al aire libre con cientos de ciudadanos especialmente seleccionados e invitados.
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