Luis María Anson
El Mundo
Los cuatro grandes reinados de la Historia de España han sido los de Carlos I, Felipe II, Carlos III y Juan Carlos I. El trasvase desde una dictadura de 36 años, encarnada por el amigo de Hitler y Mussolini, a una democracia pluralista plena se debe a la decisión, al coraje y a la lucidez del hijo de Juan III. Negar eso significa negar la evidencia. La Transición es la obra de un Rey ejemplar y de un pueblo maduro y moderado.
Siento por Adolfo Suárez admiración y agradecimiento porque se portó muy bien conmigo, incluso en la época más difícil, antes de la muerte del dictador, cuando yo era un apestado y Franco me consideró en su diario como "el mayor enemigo del Régimen" (Franco Salgado-Araujo, Mis conversaciones privadas con Franco, pág. 478). La verdad histórica es que Suárez solo fue un peón del Rey, un colaborador que obedecía sin rechistar y supo engañar al franquismo con la ley de reforma política. Atribuir a Suárez lo que corresponde al Rey significa alentar la posverdad, es decir, la mayor de las mentiras.
Don Juan declaró decenas de veces en el exilio que el papel de la Monarquía consistía en devolver al pueblo español la soberanía nacional secuestrada en 1939 por el Ejército vencedor de la guerra incivil. Durante 39 años, y hasta su generosa abdicación, Don Juan Carlos ha servido al pueblo español en todo aquello que le encomendó la voluntad general libremente expresada. Árbitro y moderador de la vida nacional, imagen, junto a la Reina Sofía siempre, de España, a la que representó en todo el mundo, garante de la unidad nacional, trabajador incansable, Don Juan Carlos cumplió siempre con todas sus obligaciones y pronunció discursos lo mismo ante el Parlamento británico que ante la Duma de la Unión Soviética, ante el Congreso de los Estados Unidos de América que ante la Asamblea Nacional de la China comunista.
La mezquindad de algunos se ceba hoy en la figura de Don Juan Carlos que, sin embargo, y a pesar de tanta cicatería y tanta deleznable miseria, ocupa ya lugar en la Historia, destacado como uno de los cuatro grandes Monarcas que reinaron en España. El Rey padre, en fin, puede celebrar mañana con la satisfacción del deber cumplido su acceso al trono hace 43 años. Don Juan III murió en 1993, orgulloso de su hijo y de la ejemplaridad con que encarnaba la Monarquía parlamentaria, la Monarquía de todos.
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