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El Rey asistió ayer en Roma al tradicional desfile militar del Día de la República, cuya celebración adquirió una relevancia especial al conmemorarse los 150 años de la unificación de Italia. Con la presencia de 80 delegaciones internacionales, 42 jefes de Estado y miles de personas llegadas de toda Italia, el desfile se desarrolló en la vía de los Foros Imperiales.
A Don Juan Carlos, nacido en Roma, se le acoge siempre en Italia con el afecto y simpatía de considerarlo uno de casa. El presidente de la República, Giorgio Napolitano, le concedió el lugar más destacado: el primer puesto de la delegación extranjera en el palco de honor, junto a la presidenta de Irlanda, Mary McAleese.
Críticas por tocarle
Además, el presidente italiano pidió al primer ministro, Silvio Berlusconi, que era el que estaba sentado más cerca de Don Juan Carlos, que le transmitiera a él y a la presidenta irlandesa que no era necesario que se levantaran al paso de cada bandera, pues eran muchas las enseñas que participaban en el desfile. El Monarca agradeció el gesto y bromeó con Berlusconi, pero se levantó las veces que consideró convenientes, igual que hicieron las demás autoridades asistentes al desfile. La anécdota se conoció después de que algunos medios italianos criticaran a Berlusconi porque al acercarse a hablar con el Rey le había cogido del brazo, lo que consideraron un error de protocolo.
Tanto Napolitano como el Gobierno italiano habían expresado el deseo de que Don Juan Carlos estuviera presente en este aniversario, como reflejo de las excelentes relaciones diplomáticas entre los dos países y la vinculación del Rey con Roma. Con el presidente Napolitano y el primer ministro Silvio Berlusconi, el Rey conversó con brevedad fundamentalmente de «asuntos militares», en concreto sobre «las misiones compartidas por Italia y España en el marco de Naciones Unidas, como Afganistán, Líbano y Libia», según fuentes diplomáticas. Hablaron también de las buenas relaciones culturales entre ambos países y del creciente interés por la cultura española en Italia, como se refleja en el espectacular aumento de estudiantes inscritos en los cuatro Institutos Cervantes en Italia.
Don Juan Carlos conversó y saludó a buena parte de la delegación extranjera. Entre los invitados se encontraban el presidente ruso, Dimitri Medvédev; el chileno, Sebastián Piñera; la argentina, Cristina Fernández Kirchner; el afgano, Karzai; el israelí, Simón Peres; el palestino, Mahmud Abás, y el vicepresidente norteamericano, Joe Biden. Tras el desfile, el Rey regresó a Madrid.
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