jueves, 2 de abril de 2009

Los Obama, recibidos por Isabel II


El más esperado fue el primero en llegar a Buckingham. La Reina Isabel II de Inglaterra ha tomado el té con el presidente estadounidense, Barack Obama, en Buckingham Palace. La monarca británica ha ofrecido en Palacio una recepción a los participantes en la cumbre del G-20, que se celebrará a partir de este jueves en la capital británica. Tras la cita, los líderes se han dirigido a Downing Street, donde el premier británico, Gordon Brown, ofrecía una cena 'precumbre'.

El primero en llegar a Buckingham fue Obama, que se encuentra desde este martes en Londres acompañado por su esposa, Michelle. El matrimonio fue recibido por la Reina y su esposo, el Duque de Edimburgo.

Unas horas antes, en una rueda de prensa con el 'premier', Obama no ocultó su admiración por la monarca: "Hay una última cosa que debo mencionar que amo al respecto de Reino Unido: la Reina". "Estoy impaciente por encontrarme por primera vez con ella esta tarde", dijo.

El lenguaje corporal de Obama no denotó nerviosismo al recibir el fuerte apretón de manos de la Reina, que parecía desaparecer junto a la importante presencia del mandatario estadounidense. La monarca se destacaba con su vestido color salmón y su collar de perlas junto al matrimonio presidencial, vestido en colores oscuros.

Tampoco Michelle Obama se mostró intimidada. Conversaba, gesticulaba y sonreía con simpatía. No se conocen detalles de lo que hablaron durante el encuentro, pero sobre todo el esposo de la reina, el príncipe Felipe, parecía divertido.

Isabel II y el presidente Obama charlaron de modo informal durante unos 20 minutos en los apartamentos privados de la Reina, sin otros testigos que sus consortes. Según la BBC, Obama ha regalado a Isabel II un iPod con un vídeo de la visita real a EEUU de 2007.

El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, llegó pasadas las 17.30 a Buckingham.

Tras la recepción, los líderes del G-20 celebran una cena de trabajo preparada por el famoso chef Jamie Oliver en Downing Street, la residencia de Brown.

En ella, los líderes de las potencias económicas y de los principales países emergentes discutirán el borrador del documento en el que trabajan todas las delegaciones y que deberá ser aprobado mañana, aunque todavía persisten las discrepancias en algunos de sus puntos.

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