Las referencias a la solidaridad entre comunidades autónomas forman parte de un mensaje inequívoco por parte del Rey, en el sentido de destacar aquello que nos une
Cumpliendo con una tradición que se mantiene desde hace cuatro siglos, su Majestad el Rey dirigió ayer la ofrenda al Apóstol Santiago con motivo del Año Xacobeo. Don Juan Carlos y Doña Sofía acudieron una vez más a la capital compostelana para celebrar la fiesta del patrono de España. Rodeado del afecto popular y de muchos miles de peregrinos, el Monarca ha realizado su segundo desplazamiento fuera de Madrid desde que fue sometido, el pasado mes de mayo, a una delicada operación quirúrgica. Se trata, sin duda, de una ocasión significativa, puesto que la ofrenda al Apóstol es un acto especialmente solemne en el marco del Jubileo, al que acuden gentes procedentes del mundo entero. El Camino de Santiago es fiel reflejo de una fe religiosa con hondas raíces espirituales, así como de la vocación europea de España y de una cultura plasmada en manifestaciones artísticas del más alto nivel. En su intervención, el Rey pidió «amparo e intercesión» al Apóstol para todos los españoles y para la Familia Real, con una mención especial a los políticos, al solicitar a Santiago que ilumine su actitud al servicio del interés general. Las referencias a la cohesión, el entendimiento y la eficacia para afrontar los problemas de los ciudadanos, así como a la solidaridad entre comunidades autónomas, forman parte de un mensaje inequívoco por parte del Jefe del Estado en el sentido de destacar aquello que une a todos los españoles frente a las tendencias particularistas y disgregadoras.
Cumpliendo con una tradición que se mantiene desde hace cuatro siglos, su Majestad el Rey dirigió ayer la ofrenda al Apóstol Santiago con motivo del Año Xacobeo. Don Juan Carlos y Doña Sofía acudieron una vez más a la capital compostelana para celebrar la fiesta del patrono de España. Rodeado del afecto popular y de muchos miles de peregrinos, el Monarca ha realizado su segundo desplazamiento fuera de Madrid desde que fue sometido, el pasado mes de mayo, a una delicada operación quirúrgica. Se trata, sin duda, de una ocasión significativa, puesto que la ofrenda al Apóstol es un acto especialmente solemne en el marco del Jubileo, al que acuden gentes procedentes del mundo entero. El Camino de Santiago es fiel reflejo de una fe religiosa con hondas raíces espirituales, así como de la vocación europea de España y de una cultura plasmada en manifestaciones artísticas del más alto nivel. En su intervención, el Rey pidió «amparo e intercesión» al Apóstol para todos los españoles y para la Familia Real, con una mención especial a los políticos, al solicitar a Santiago que ilumine su actitud al servicio del interés general. Las referencias a la cohesión, el entendimiento y la eficacia para afrontar los problemas de los ciudadanos, así como a la solidaridad entre comunidades autónomas, forman parte de un mensaje inequívoco por parte del Jefe del Estado en el sentido de destacar aquello que une a todos los españoles frente a las tendencias particularistas y disgregadoras.
En el cumplimiento ejemplar de las funciones que le atribuye la Constitución, el Rey de todos los españoles ha sabido conectar una vez más con la sensibilidad de la gran mayoría social. En efecto, como se demuestra en los momentos importantes, España actúa como una «gran familia unida» al tiempo que «diversa y plural», y ello genera un sentimiento de legítimo orgullo en muchos millones de personas. Sin olvidar las referencias a quienes sufren la violencia terrorista, el mensaje real ante el Apóstol ha puesto énfasis especial en la vertebración social y territorial de una nación cuya trayectoria histórica queda simbolizada en el Pórtico de la Gloria, que constituye la meta para quienes recorren el Camino de Santiago. De nuevo, Don Juan Carlos ha cumplido con la letra y el espíritu de Constitución al expresar al Apóstol, en nombre de todos los españoles, a los que representa como Jefe del Estado, la preocupación colectiva de todo un pueblo en horas difíciles para todos.
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