Arriba, Isabel II se dirige al plenario de la Asamblea de la ONU este martes 6 de julio de 2010. Abajo, la reina en el mismo lugar el 21 de octubre de 1957.- AP
SANDRO POZZIEl País
Medio siglo después, Isabel II ha subido al estrado de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Y no para intervenir como reina de Inglaterra, sino en calidad de jefe de Estado de las 16 naciones (de las 52 que integran la Commonwealth). La última vez que se dirigió al plenario tenía 31 años. Entonces, y ahora, lanzó un mensaje de paz. Pero hay algo más.
Isabel II es la continuidad entre el pasado y el futuro. Y aunque la búsqueda de la paz mundial suele ser el pilar sobre el que se sustentan estos solemnes discursos, ha introducido un giro para actualizarlo a la nueva realidad global. Hace 53 años, en octubre de 1957, se apoyó en las dificultades que atravesaba el mundo tras la Segunda Guerra Mundial. Ahora se ha concentrado en el papel que debe despeñar la ONU ante los restos que afronta la humanidad.
Entonces llevaba cuatro años al frente de la corona británica, con muy poca experiencia. La ONU, por su parte, llevaba poco más de una década funcionando y definiendo su papel en el mundo. Ese liderazgo que su majestad reclama al organismo es clave para avanzar sobre la base de los progresos logrados en su existencia, pero especialmente para encarar tareas pendientes, como la pobreza, y nuevas amenazas, como el cambio climático o el terrorismo.
Por la experiencia que ha vivido hasta la fecha como monarca, cualquiera de sus discursos es relevante. Y su presencia en la escena global ha sido constante. Pero como dice el corresponsal de la BBC para la Casa Real británica, Nicholas Witchell, ha revelado muy poco, por no decir casi nada, de su visión del mundo que ha recorrido en sus viajes. Un mundo en el que la Commonwealth representa un tercio de la población mundial (si se cuenta a los otros 36 países donde no se le considera jefa de Estado).
Entonces, era David Eisenhower el que presidía los Estados Unidos de América, con la tensión de la Guerra Fría tomando cuerpo con la extinguida Unión Soviética. Ahora es el joven Barack Obama el que está al frente de la mayor potencia del planeta, en una realidad más global que nunca, en las que economías emergentes, como China, Brasil o India, reclaman un papel más relevante en el mundo y en pie de igualdad frente a las antiguas potencias colonizados, como Reino Unido y Francia.
Es esta amalgama de circunstancias y experiencias lo que, según los analistas en el ámbito de la política internacional, hace la intervención de la reina Isabel II ante la Asamblea General de la ONU especialmente interesante. Hasta en Buckingham Palace dicen que se trata del discurso más importante pronunciado por la monarca británica, que ahora tiene 84 años de edad, en los últimos años. "Una ocasión histórica", destacan desde el entorno del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
Antes de regresar a Londres, se acercó a la zona cero para, junto al duque de Edimburgo, rendir respeto a las víctimas de los atentados suicidas del 11-S. La última vez que visitó Nueva York fue en 1976. La ciudad de los rascacielos, como los restos frente a los que debe lidiar las Naciones Unidas del siglo XXI, es hoy muy diferente. Entonces, fue de compras a Bloomingdales. Ahora visitó el centro de Resarch In Motion (fabricante de la Blackberry) e incorporó en su atuendo unas gafas 3D.
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