En su tradicional mensaje de Navidad, Su Majestad el Rey ha instado a todos los españoles y a las Comunidades autónomas a «superar tensiones y divisiones», a reforzar la cohesión en los grandes temas de Estado, a defender la independencia de las instituciones que emanan de la Constitución y a redoblar los «esfuerzos para que España vuelva a crecer y a crear empleo». En un discurso optimista pero exigente, también ha pedido «mucho sentido de Estado» al Gobierno y a la oposición a la hora de moldear el porvenir e hizo un llamamiento a la honradez.
El mensaje de Nochebuena, que se ha emitido por primera vez en la televisión autonómica vasca, ha ofrecido algunas novedades. Entre ellas, la incorporación de una bandera de la UE junto a la enseña española. A continuación reproducimos el discurso íntegro de Don Juan Carlos:
Mensaje íntegro del Rey
«¡Buenas noches! Mis primeras palabras en esta Nochebuena me salen del corazón para expresar mi afecto y mi mayor felicitación a todos los españoles. Quiero compartir con vosotros ideas y sentimientos sobre España, sobre nuestro presente y nuestro futuro. Unas ideas que buscan el bien de nuestro país, como gran Nación europea de larga historia e inmenso patrimonio. Un país que no puede comprenderse sin esa rica diversidad consustancial al mismo ser de España.
Con este espíritu, mis reflexiones de esta noche se dirigen a pediros que, juntos, acometamos tres tareas fundamentales:
En primer lugar, superar tensiones y divisiones, sobre la base de los principios y valores que alimentan lo mejor de nuestra convivencia e inspiran nuestra Constitución. En segundo lugar, sumar voluntades en torno a los grandes temas de Estado, reforzando nuestra cohesión interna y nuestra proyección exterior. Y, finalmente, redoblar esfuerzos para que España vuelva a crecer y a crear empleo. Cuanto antes, y de forma sostenible.
Vivimos tiempos complejos y difíciles. El siglo XXI va a cumplir su primera década. El mundo es más global en sus posibilidades —gracias a las comunicaciones y a los avances tecnológicos—. Más global también en sus desafíos —que desbordan las fronteras nacionales—. Desafíos que van desde la lacra del terrorismo, la crisis económica o el cambio climático, hasta las pandemias o el narcotráfico. Todos ellos requieren de la acción conjunta de los Estados. Es mucho lo que nos jugamos en los próximos años. El futuro impone decisiones estratégicas de gran calado, tanto a nivel interno, como a escala europea e internacional.
Decisiones en materia económica y financiera, energética, medioambiental, educativa o tecnológica. Todas ellas esenciales para no perder el tren del progreso, defender el futuro de nuestro Planeta, y asegurar el mejor porvenir a las nuevas generaciones.
Decisiones que deben tener visión anticipatoria y estar a la altura de los retos planteados. Para afrontar estos retos, es preciso desplegar nuestras mayores capacidades, con una España sólida y cohesionada, en una Europa dinámica y solidaria.
Los tiempos actuales nos reclaman tesón y fortaleza. Fortaleza como país que a todos nos proporciona libertad, estabilidad y progreso. Fortaleza como ciudadanos más preparados y competentes, promoviendo la educación y la igualdad de oportunidades. Fortaleza en el plano económico y social, con un tejido productivo cada vez más innovador, competitivo y activo en el mundo, capaz de mantener y elevar nuestro bienestar social.
Esa mayor fortaleza requiere el más amplio entendimiento y solidaridad entre todos los españoles, entre todas y cada una de nuestras Comunidades Autónomas. No nos podemos permitir que las legítimas diferencias ideológicas resten energías al logro de los consensos que piden nuestros ciudadanos. Sabemos cuál es el camino a seguir. En las últimas décadas hemos sido capaces de resolver grandes problemas, contando con el esfuerzo de todos, la voluntad de acuerdo y el liderazgo responsable de nuestros dirigentes políticos, económicos y sociales. La experiencia nos demuestra que todos somos necesarios para culminar con éxito esa tarea.
Sirvamos al interés general. Para ello necesitamos actuar con inteligencia y generosidad, y aplicar la fuerza de la unidad, del diálogo y del compromiso, en el marco del respeto a nuestra Constitución.
La Constitución garantiza un amplio abanico de derechos y libertades, fundamenta una avanzada articulación de nuestra rica diversidad territorial, y nos dota de instituciones que son clave para la estabilidad y convivencia democráticas, y el buen funcionamiento del conjunto de España. Unas instituciones independientes para el mejor y más justo ejercicio de sus responsabilidades, por lo que todos debemos preservar esa independencia en aras de la confianza que los ciudadanos tienen depositada en ellas.
En 2009 la grave crisis económica ha llevado a que el desempleo sea la principal preocupación de las familias españolas. Afecta a varios millones de personas, angustiadas no sólo por la pérdida de ingresos, sino por la falta de horizontes en sus vidas laborales y personales. Las dificultades han afectado y afectan a muchos trabajadores y empresas en los diferentes sectores productivos, desde la agricultura y la pesca hasta la industria, pasando por la construcción y los servicios.
Poner fin al desempleoVolver a crecer es el reto más apremiante para poner fin al desempleo, garantizando la más alta protección social a quienes lo padecen. Debemos atender también las legítimas expectativas de nuestros jóvenes, apoyarles e ilusionarles, pues en ello nos va el futuro.
Se han tomado medidas a escala internacional, europea y nacional para detener la crisis y paliar sus efectos. Son muchos los esfuerzos y sacrificios desplegados a todos los niveles. Pero queda mucho por hacer, es preciso seguir adelante. Como ya dije el año pasado, la solución de la crisis exige trabajar juntos en la misma dirección.
Urge un pacto de EducaciónEs pues necesario seguir adoptando medidas, lograr acuerdos entre nuestras fuerzas políticas, económicas y sociales, que permitan, por un lado, asegurar la mayor solidaridad y, por otro, acometer las reformas precisas, a fin de lograr una pronta recuperación en un clima de seguridad y confianza. Urge asimismo —como vengo insistiendo desde hace tiempo— sellar —hoy mejor que mañana— un gran acuerdo nacional en materia de educación e incentivar aún más la innovación.
Se trata de dos factores fundamentales que, junto al trabajo sacrificado de todos, permitirán aumentar nuestra competitividad y productividad y, por ello mismo, nuestro progreso y bienestar.
Tampoco podemos escatimar esfuerzos a favor de la igualdad de oportunidades, de los más pobres, vulnerables y desfavorecidos, ni en la lucha contra la exclusión y la marginación social. A favor de quienes viven problemas que a todos nos incumben, como la discapacidad, las graves enfermedades, la drogadicción, o la inaceptable violencia de género.
En estas fechas tan entrañables, recuerdo con especial emoción —junto a mi Familia— a todas las víctimas del terrorismo y a sus familiares, que cuentan con nuestro apoyo, solidaridad y afecto, así como de toda la sociedad española.
Acabar con el terrorismo —desde el imperio de la Ley, la acción de la Justicia, la sacrificada entrega de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, y la cooperación internacional— es un objetivo de todos los demócratas en defensa de la libertad y de los más elementales derechos humanos. Los avances en la lucha contra el terrorismo nos animan a redoblar esfuerzos. Se trata de una prioridad irrenunciable.Una lucha que se extiende al terrorismo internacional, que tan inmenso dolor ya ha causado, y que ha secuestrado de forma intolerable a varios compatriotas —volcados en nuestra Cooperación al desarrollo—, cuya libertad exigimos.
La paz y la seguridad de España no pueden desligarse del resto del mundo. De ahí que quiera volver a subrayar el reconocimiento de la sociedad española a quienes sirven a nuestro país en el exterior. Especial mención merecen los miembros de nuestras Fuerzas Armadas que arriesgan sus vidas en misiones internacionales, incluida la vigilancia frente a acciones delictivas tan inaceptables como la piratería marítima. Y es que nuestra seguridad, nuestro progreso y bienestar, dependen cada vez más de una eficaz protección y promoción de nuestros intereses en el mundo. Lo palpamos a diario. Por ello, importa consensuar y coordinar al máximo el papel internacional de España.
En este marco, dentro de unos días España asumirá por cuarta vez la Presidencia de la Unión Europea, en un momento en que la Unión debe tomar medidas de vital importancia para su futuro. Tras la puesta en marcha del Tratado de Lisboa, resulta prioritario lograr una Europa más unida, dinámica y presente en el mundo.
Moldear el porvenirSon muchos los retos y también las esperanzas que marcan este fin de año. El porvenir al que aspiramos no llegará sólo. Tenemos que moldearlo juntos desde ahora, con profunda confianza en España y en los españoles, aplicando mucho sentido de Estado, tanto a la hora de gobernar, como de ejercer la oposición.
Como he dicho tantas veces, la España de hoy es capaz de grandes empresas. Con empeño y determinación, se puede ganar la batalla contra la crisis y conseguir cuantos objetivos nos fijemos. Sigamos trabajando para que prime la fraternidad sobre las desavenencias, la confianza sobre el recelo, el bien colectivo sobre los egoísmos particulares, y para que la honradez sea regla inexcusable de conducta.
La Corona tiene como norte el servicio a España y a todos los españoles. Éste es y seguirá siendo mi compromiso diario con todos vosotros. Una tarea con la que el Príncipe de Asturias también está plenamente comprometido.
Para concluir, quiero reiterar —junto a la Reina y toda mi Familia— nuestro afecto a todos los españoles y a cuantos extranjeros residen en nuestra tierra. Queremos expresaros los mejores deseos para el Año Nuevo que esperamos lleno de felicidad para cada uno de vosotros y para vuestras familias. ¡Que sea para todos un Año cargado de paz, concordia, recuperación económica y más empleo! ¡Os lo deseo de todo corazón! Buenas noches».
El mensaje de Nochebuena, que se ha emitido por primera vez en la televisión autonómica vasca, ha ofrecido algunas novedades. Entre ellas, la incorporación de una bandera de la UE junto a la enseña española. A continuación reproducimos el discurso íntegro de Don Juan Carlos:
Mensaje íntegro del Rey
«¡Buenas noches! Mis primeras palabras en esta Nochebuena me salen del corazón para expresar mi afecto y mi mayor felicitación a todos los españoles. Quiero compartir con vosotros ideas y sentimientos sobre España, sobre nuestro presente y nuestro futuro. Unas ideas que buscan el bien de nuestro país, como gran Nación europea de larga historia e inmenso patrimonio. Un país que no puede comprenderse sin esa rica diversidad consustancial al mismo ser de España.
Con este espíritu, mis reflexiones de esta noche se dirigen a pediros que, juntos, acometamos tres tareas fundamentales:
En primer lugar, superar tensiones y divisiones, sobre la base de los principios y valores que alimentan lo mejor de nuestra convivencia e inspiran nuestra Constitución. En segundo lugar, sumar voluntades en torno a los grandes temas de Estado, reforzando nuestra cohesión interna y nuestra proyección exterior. Y, finalmente, redoblar esfuerzos para que España vuelva a crecer y a crear empleo. Cuanto antes, y de forma sostenible.
Vivimos tiempos complejos y difíciles. El siglo XXI va a cumplir su primera década. El mundo es más global en sus posibilidades —gracias a las comunicaciones y a los avances tecnológicos—. Más global también en sus desafíos —que desbordan las fronteras nacionales—. Desafíos que van desde la lacra del terrorismo, la crisis económica o el cambio climático, hasta las pandemias o el narcotráfico. Todos ellos requieren de la acción conjunta de los Estados. Es mucho lo que nos jugamos en los próximos años. El futuro impone decisiones estratégicas de gran calado, tanto a nivel interno, como a escala europea e internacional.
Decisiones en materia económica y financiera, energética, medioambiental, educativa o tecnológica. Todas ellas esenciales para no perder el tren del progreso, defender el futuro de nuestro Planeta, y asegurar el mejor porvenir a las nuevas generaciones.
Decisiones que deben tener visión anticipatoria y estar a la altura de los retos planteados. Para afrontar estos retos, es preciso desplegar nuestras mayores capacidades, con una España sólida y cohesionada, en una Europa dinámica y solidaria.
Los tiempos actuales nos reclaman tesón y fortaleza. Fortaleza como país que a todos nos proporciona libertad, estabilidad y progreso. Fortaleza como ciudadanos más preparados y competentes, promoviendo la educación y la igualdad de oportunidades. Fortaleza en el plano económico y social, con un tejido productivo cada vez más innovador, competitivo y activo en el mundo, capaz de mantener y elevar nuestro bienestar social.
Esa mayor fortaleza requiere el más amplio entendimiento y solidaridad entre todos los españoles, entre todas y cada una de nuestras Comunidades Autónomas. No nos podemos permitir que las legítimas diferencias ideológicas resten energías al logro de los consensos que piden nuestros ciudadanos. Sabemos cuál es el camino a seguir. En las últimas décadas hemos sido capaces de resolver grandes problemas, contando con el esfuerzo de todos, la voluntad de acuerdo y el liderazgo responsable de nuestros dirigentes políticos, económicos y sociales. La experiencia nos demuestra que todos somos necesarios para culminar con éxito esa tarea.
Sirvamos al interés general. Para ello necesitamos actuar con inteligencia y generosidad, y aplicar la fuerza de la unidad, del diálogo y del compromiso, en el marco del respeto a nuestra Constitución.
La Constitución garantiza un amplio abanico de derechos y libertades, fundamenta una avanzada articulación de nuestra rica diversidad territorial, y nos dota de instituciones que son clave para la estabilidad y convivencia democráticas, y el buen funcionamiento del conjunto de España. Unas instituciones independientes para el mejor y más justo ejercicio de sus responsabilidades, por lo que todos debemos preservar esa independencia en aras de la confianza que los ciudadanos tienen depositada en ellas.
En 2009 la grave crisis económica ha llevado a que el desempleo sea la principal preocupación de las familias españolas. Afecta a varios millones de personas, angustiadas no sólo por la pérdida de ingresos, sino por la falta de horizontes en sus vidas laborales y personales. Las dificultades han afectado y afectan a muchos trabajadores y empresas en los diferentes sectores productivos, desde la agricultura y la pesca hasta la industria, pasando por la construcción y los servicios.
Poner fin al desempleoVolver a crecer es el reto más apremiante para poner fin al desempleo, garantizando la más alta protección social a quienes lo padecen. Debemos atender también las legítimas expectativas de nuestros jóvenes, apoyarles e ilusionarles, pues en ello nos va el futuro.
Se han tomado medidas a escala internacional, europea y nacional para detener la crisis y paliar sus efectos. Son muchos los esfuerzos y sacrificios desplegados a todos los niveles. Pero queda mucho por hacer, es preciso seguir adelante. Como ya dije el año pasado, la solución de la crisis exige trabajar juntos en la misma dirección.
Urge un pacto de EducaciónEs pues necesario seguir adoptando medidas, lograr acuerdos entre nuestras fuerzas políticas, económicas y sociales, que permitan, por un lado, asegurar la mayor solidaridad y, por otro, acometer las reformas precisas, a fin de lograr una pronta recuperación en un clima de seguridad y confianza.
El Príncipe, protagonista de la foto en un mensaje navideño del Rey con imagen actualizada
Una fotografía de 1985 del Príncipe Felipe acompaña al Rey en el escenario elegido para el tradicional mensaje que el monarca ofrece cada año antes de la cena de Nochebuena. La Casa Real ha propuesto esta vez una imagen más actualizada del discurso del monarca, con una iluminación más clara y planos que muestran de fondo los jardines de la Zarzuela.
El Rey aparece sentado, como es habitual, con los elementos decorativos tradicionales, como el árbol de Navidad y el Belén. A la bandera de España se suma en esta ocasión la de la Unión Europea puesto que nuestro país ocupará, desde el próximo 1 de enero, la presidencia de turno de los Veintisiete.
Una fotografía del príncipe vestido de cadete
En 2008, detrás el monarca aparecía un tapiz de Zarzuela mientras que en esta ocasión tras su imagen se aprecian los ventanales del Palacio de fondo, con las cortinas recogidas, lo que permite ver en algunos planos los jardines y concede a la imagen mayor sensación de profundidad.
En la 'postal' del mensaje navideño del Rey suelen incluirse una o varias fotografías en una mesita junto al asiento que ocupa el monarca. Este año, Don Juan Carlos ha elegido una imagen del Príncipe del año 1985. Se trata de una fotografía de Don Felipe con uniforme de cadete que data de la época en la que pasó por la Academia de Oficiales de Zaragoza.
La fotografía lleva la dedicatoria del Príncipe con el siguiente mensaje: "Para papá, en recuerdo de mi jura de bandera y para que te acuerdes de mi también como cadete. Un abrazo muy fuerte. Octubre de 1985".
En 2008, la foto fue de Luis Aragonés
No es la primera vez que el Príncipe protagoniza la instantánea que acompaña al Rey en su mensaje navideño. En 2001, el Rey ya seleccionó una imagen en solitario del heredero de la Corona. En 2008, el Rey eligió una fotografía de los Reyes con el ex seleccionador español de fútbol, Luis Aragonés, sujetando la Eurocopa. En la instantánea aparecían además el secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky. Fue un guiño de la Casa Real a la 'Roja', que este verano se proclamó campeona de Europa.
En 2007, Don Juan Carlos aparecía plantando un árbol en la cumbre iberoamericana de Chile, la famosa cumbre del "Por qué no te callas" y el año anterior, la instantánea mostraba al monarca saludando a un grupo de personas durante su visita oficial a las Islas Canarias el mes anterior.
En el mensaje navideño de 2005, el Rey aparecía en la fotografía junto al Príncipe Felipe y la recién nacida infanta Leonor y en 2004, los reyes posaban junto a los Príncipes de Asturias en el día de su boda.
Un año antes, la instantánea elegida mostraba a los Reyes ejerciendo de abuelos con cinco de sus nietos mientras que en 2002 aparecían ellos dos solos. En el mensaje de Navidad de 2001, el Rey seleccionó una imagen de un solitario Príncipe Felipe, heredero de la Corona.
Diques a la bronca cotidiana
Una fotografía de 1985 del Príncipe Felipe acompaña al Rey en el escenario elegido para el tradicional mensaje que el monarca ofrece cada año antes de la cena de Nochebuena. La Casa Real ha propuesto esta vez una imagen más actualizada del discurso del monarca, con una iluminación más clara y planos que muestran de fondo los jardines de la Zarzuela.
El Rey aparece sentado, como es habitual, con los elementos decorativos tradicionales, como el árbol de Navidad y el Belén. A la bandera de España se suma en esta ocasión la de la Unión Europea puesto que nuestro país ocupará, desde el próximo 1 de enero, la presidencia de turno de los Veintisiete.
Una fotografía del príncipe vestido de cadete
En 2008, detrás el monarca aparecía un tapiz de Zarzuela mientras que en esta ocasión tras su imagen se aprecian los ventanales del Palacio de fondo, con las cortinas recogidas, lo que permite ver en algunos planos los jardines y concede a la imagen mayor sensación de profundidad.
En la 'postal' del mensaje navideño del Rey suelen incluirse una o varias fotografías en una mesita junto al asiento que ocupa el monarca. Este año, Don Juan Carlos ha elegido una imagen del Príncipe del año 1985. Se trata de una fotografía de Don Felipe con uniforme de cadete que data de la época en la que pasó por la Academia de Oficiales de Zaragoza.
La fotografía lleva la dedicatoria del Príncipe con el siguiente mensaje: "Para papá, en recuerdo de mi jura de bandera y para que te acuerdes de mi también como cadete. Un abrazo muy fuerte. Octubre de 1985".
En 2008, la foto fue de Luis Aragonés
No es la primera vez que el Príncipe protagoniza la instantánea que acompaña al Rey en su mensaje navideño. En 2001, el Rey ya seleccionó una imagen en solitario del heredero de la Corona. En 2008, el Rey eligió una fotografía de los Reyes con el ex seleccionador español de fútbol, Luis Aragonés, sujetando la Eurocopa. En la instantánea aparecían además el secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky. Fue un guiño de la Casa Real a la 'Roja', que este verano se proclamó campeona de Europa.
En 2007, Don Juan Carlos aparecía plantando un árbol en la cumbre iberoamericana de Chile, la famosa cumbre del "Por qué no te callas" y el año anterior, la instantánea mostraba al monarca saludando a un grupo de personas durante su visita oficial a las Islas Canarias el mes anterior.
En el mensaje navideño de 2005, el Rey aparecía en la fotografía junto al Príncipe Felipe y la recién nacida infanta Leonor y en 2004, los reyes posaban junto a los Príncipes de Asturias en el día de su boda.
Un año antes, la instantánea elegida mostraba a los Reyes ejerciendo de abuelos con cinco de sus nietos mientras que en 2002 aparecían ellos dos solos. En el mensaje de Navidad de 2001, el Rey seleccionó una imagen de un solitario Príncipe Felipe, heredero de la Corona.
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