La advocación de la Inmaculada Concepción tiene especial devoción en España, a la que está consagrada y de la que es patrona y protectora (la Virgen del Pilar es patrona de la Hispanidad).
Durante la celebración de dicha festividad, el día 8 de diciembre, los sacerdotes españoles tienen el privilegio de vestir casulla azul. Este privilegio fue otorgado por la Santa Sede en 1864, como agradecimiento a la defensa del dogma de la Inmaculada Concepción que hizo España.
La Corona de España ha encabezado desde primera hora esta defensa. Cito un fragmento del artículo de José Barros Guede en el que habla de esta vinculación española con la Inmaculada Concepción:
“La historia de España nos relata, que nuestros reyes, teólogos, artistas, literatos, ejércitos y pueblo creen, esperan y aman a María Inmaculada. Los reyes visigodos, Ervigio declaró su fiesta como ley de Estado y Wamba fue su gran defensor. El rey Fernando III, el Santo, llevaba pintada su imagen en su estandarte. Los reyes, Jaime I, el Conquistador, y Juan I de Aragón ordenaron se celebrase su fiesta en todos sus Reinos. Los Reyes Católicos enviaron nueve embajadas a Roma rogando al Papa definiese la Concepción Inmaculada de María como dogma de fe cristiana.
El rey Felipe II mandó grabar su imagen en su escudo real. A propuesta unánime de las Cortes Generales Españolas, el rey Carlos III solicita a la Santa Sede que María sea proclamada Patrona de España. A su petición, el papa, Clemente XIII, la proclama Patrona de España mediante la bula “Quantum Ornamenti”, de fecha 25 de diciembre de 1760. (…)
El 6 de diciembre de 1983, el papa Juan Pablo II pudo exclamar en su vista a Zaragoza: “el amor Mariano ha sido en vuestra historia fermento de catolicidad; y ha impulsado a las gentes de España a una devoción firme y a la defensa intrépida de la grandeza de María, sobre todo en su Inmaculada Concepción”.
Más tarde, el 10 de octubre de 1984, nos recuerda en su breve estancia, también, en Zaragoza de paso para América: “decir España, es decir María, porque es decir el Pilar, Covadonga, Aranzazu, Valvanera, Guadalupe, los Desamparados, Lluch, Fuentesanta, las Angustias, los Reyes, el Rocío, la Candelaria, el Pino…; y tantas y tantas otras, como los Milagros, los Remedios, el Rosario…”.
En este artículo, el Cardenal Arzobispo de Sevilla, Don Carlos Amigo, reflexiona sobre el siglo y medio del dogma de la Inmaculada Concepción.
Mensaje de Dios te traigo
Él te saluda, María,
pues Dios se prendó de ti,
y Dios es Dios de alegría.
Llena de gracia te llamo
porque la gracia te llena;
Si más te pudiera dar,
mucha más gracia te diera.
El Señor está contigo,
aún más que tú estás con Dios;
Tu carne ya es tu carne,
Tu sangre es para dos.
Y bendita vas a ser
entre todas las mujeres,
pues, si eres madre de todos
¿quién podría no quererte?
Federico García Lorca
lunes, 8 de diciembre de 2008
España Católica, Apostólica y Romana
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