domingo, 16 de marzo de 2008

Voto de castigo a los ataques a la Corona

ABC

Los partidos políticos que han criticado la Monarquía o la unidad de España que la Corona representa han sido los auténticos perdedores de las pasadas elecciones. Después de un año en el que se intensificaron los ataques contra la institución hasta un nivel desconocido en la democracia, cerca de 800.000 españoles han retirado su confianza a los partidos que han cuestionado la unidad de la Nación y la Monarquía.

Por el contrario, los votos han convalidado a las formaciones que han reconocido el papel del Rey en la transformación que ha experimentado España en los últimos treinta años y que ha propiciado el mayor periodo de progreso, libertad y estabilidad de la historia.

El partido que más votos ha perdido en las elecciones del pasado 9 de marzo ha sido Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), al que han abandonado más de la mitad de los electores (355.723 votos menos) que le votaron en 2004. En su campaña de asedio a la Corona, ERC llegó a presentar en el Congreso un centenar de preguntas sobre los gastos de la Casa Real.
Referéndum

El segundo partido que ha perdido más votos (321.041 menos) ha sido Izquierda Unida, el principal defensor de la República. El tercer gran perdedor ha sido el PNV (117.734 votos menos), un partido nacionalista que amenaza con un referéndum independentista y cuyas filas acogen al senador Iñaki Anasagasti, que la pasada legislatura descalificó de forma sistemática a la Corona, incluso en los programas rosas de televisión. Este candidato ha pasado de ser el más votado de Vizcaya en 2004 (253.769 votos) a ser el senador electo menos votado (193.976), tras perder el 23,5% de sus votos.

A algún otro partido también le ha pasado factura su ambigüedad en torno a la unidad de España o la indiferencia con la que ha respondido a las críticas a la Monarquía. Es el caso de CiU (61.154 votos menos), una formación nacionalista que tradicionalmente ha encajado con suavidad en el sistema constitucional, pero que en el último año no ha escatimado los guiños soberanistas.
En el otro extremo, la formación que más votos ha ganado (406.829 papeletas más que en 2004) ha sido el Partido Popular, cuyo apoyo a la Corona no admite la menor duda. La segunda fuerza es UPyD, de Rosa Díez (ha obtenido 303.535 votos en sus primeras elecciones), cuyo programa electoral se ha caracterizado por la defensa a ultranza de la unidad nacional. En plena ofensiva contra la Corona, uno de los promotores de UPyD, Fernando Sabater, afirmó que «cuando se queman imágenes del Rey se nos agrede a todos cuantos estamos dentro de este sistema. Quienes lo hacen son desde luego mucho peores que la peor de las Monarquías, incluida la de Gengis Khan».

Recuperar la palabra «España»

Las urnas también han beneficiado al PSOE (38.361 votos más), un partido que supo corregir a tiempo -hace apenas cinco meses- el lenguaje ambiguo y los coqueteos republicanos con los que irrumpió en el ecuador de la legislatura. Fue necesario, eso sí, que la ofensiva antimonárquica traspasara un peligroso límite y que los sondeos alertaran al Gobierno socialista de los riesgos que corría para que el Ejecutivo reaccionara, reafirmara su apoyo a la institución y recuperara la palabra «España».

Aunque Don Juan Carlos es un permanente ejemplo de neutralidad y está por encima de los partidos, es inevitable que en su fuero interno haya acogido con agrado esta lectura de los resultados electorales, pues demuestran que los españoles no respaldan la ofensiva contra la Monarquía propiciada el pasado verano por algunas formaciones.

La habitual prudencia y discreción de la Casa de Su Majestad el Rey impide que ninguno de sus responsables haga una valoración de los resultados electorales, ya que este tipo de opinión iría en contra de la esencia de la Monarquía Parlamentaria, que convierte a la Corona en el elemento de cohesión de todos los españoles, por encima de las diferencias políticas o de cualquier tipo. Un analista próximo al Palacio de La Zarzuela indicó que lo que ponen de manifiesto estos resultados electorales, meses después de la ofensiva antimonárquica más dura de la democracia, es que «los españoles tienen claro que con la Corona no se juega». Ese mismo analista recuerda que, después de la campaña contra la Corona, cuyo detonante fue la caricatura injuriosa de los Príncipes de Asturias publicada en julio por la revista «El Jueves» y que fue alimentada después con la quema de los retratos de los Reyes, llegó la oleada de adhesiones a la Familia Real y después el septuagésimo cumpleaños de Don Juan Carlos y el cuadragésimo de Don Felipe.

Con motivo de estos aniversarios, los medios de comunicación recuperaron la historia reciente de España y pusieron de manifiesto el papel que jugó el Rey en la Transición a la democracia y su aportación permanente al cambio democrático que ha experimentado nuestro país en las tres últimas décadas. A este reconocimiento se sumaron las instituciones, la mayoría de los partidos políticos, los sindicatos, las organizaciones empresariales y los representantes de los distintos sectores de la sociedad.

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