El Rey ha exigido a todas las instituciones, en sutil alusión a los tres poderes del Estado -Gobierno, Parlamento y poder judicial-, aunque también se incluyó a sí mismo, que estén «siempre, y ahora más que nunca, al lado y al servicio de los ciudadanos» y ha reclamado «un gran esfuerzo nacional de entendimiento y concordia» para afrontar la pandemia y la situación económica. Además, ha hecho una defensa de la «España democrática» y de la Constitución, como garantía de convivencia, dignidad y libertad. Y ha rendido homenaje a los muertos y, especialmente, a los sanitarios muertos por el Covid.
Don Felipe ha hecho este llamamiento este viernes, durante la entrega de los premios Princesa de Asturias, que se ha celebrado en el Salón Covadonga del Hotel La Reconquista de Oviedo. A la ceremonia casi íntima apenas han asistido cuarenta personas, frente a las 1.300 que acudían en las anteriores ediciones al Teatro Campoamor, antes de que la pandemia del Covid obligara a trastocar todo. De esas cuarenta personas, cinco eran miembros de la Familia Real -los Reyes, la Heredera de la Corona, la Infanta Sofía y la Reina Sofía-, veinte eran premiados y el resto, autoridades y responsables de la Fundación Princesa de Asturias. Entre ellos, los presidentes del Congreso, Senado y CGPJ y Tribunal Supremo, la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, y el líder de la oposición, Pablo Casado.
Esta vez no hubo público, ni invitados ni saludos ni recepciones ni fabada compartida ni arroz con leche, para prevenir contagios de Covid. Y las bandas de gaitas, que normalmente inundan la ciudad con su música, se restringieron al mínimo durante la ceremonia. Pero el Rey pudo utilizar la tribuna de los premios Princesa de Asturias para hacer un llamamiento a todas las instituciones y exigirlas «sentido del deber», «rectitud» y «responsabilidad», en lugar de batallar destructivamente entre ellas.
Esfuerzo de entendimiento
«Ahora, cuando tantas personas se han enfrentado y se siguen enfrentando a situaciones tan graves y complejas por la pandemia; cuando muchos ciudadanos sienten una gran incertidumbre y preocupación por su situación económica, es necesario que todos hagamos un gran esfuerzo colectivo, un gran esfuerzo nacional, de entendimiento y de concordia», advirtió el Rey.
Es más, Don Felipe elogió la actitud del pueblo español al que puso como ejemplo ante las instituciones. «Durante esta crisis la inmensa mayoría del pueblo español está dando pruebas inequívocas de resistencia y entereza -manifestó-. Su ejemplo no puede ser un esfuerzo estéril ni caer en el olvido. Y ese ejemplo nos exige a todas las instituciones estar siempre -y ahora más que nunca- al lado y al servicio de los ciudadanos; requiere conducirnos con sentido del deber, con la mayor responsabilidad, y con la máxima integridad y rectitud, para que el interés nacional prevalezca y los intereses generales de los españoles sean nuestro norte y guía».
La «España democrática»
Don Felipe también defendió los principios y valores de la Constitución de 1978: «La España democrática fue lo que dio sentido a la razón de ser de nuestra Fundación -relató-. Desde su nacimiento, hace ahora 40 años, nuestra Fundación ha trabajado sin descanso, cultivando siempre sus profundas raíces en el saber, el pensamiento, en el amor a la ciencia y la cultura, en la solidaridad; y ha ido creciendo gracias a la permanente savia que, al igual que nuestra sociedad, ha recibido de nuestra Constitución: un compromiso histórico que garantiza día a día nuestra convivencia democrática, la dignidad del ser humano, y sus derechos y deberes como ciudadano en libertad. Un compromiso permanente, en suma, con nuestros principios y valores constitucionales».
Los tacones de la Heredera
Antes de que el Rey tomara la palabra, lo hizo la Princesa de Asturias. Afortunadamente, la Heredera de la Corona pudo debutar el año pasado en el Teatro Campoamor, con una ceremonia en pleno esplendor, aunque esta edición mantuvo la solemnidad habitual. La Princesa, que el próximo 31 cumplirá quince años, lució, por primera vez en público, unos zapatos de tacón alto y fino y un vestido con más aire juvenil que infantil, un claro símbolo de que la Heredera se va haciendo mayor.
La primogénita de los Reyes leyó con perfección, haciendo pausas y sin equivocarse, y aprovechó su intervención para hacer un llamamiento a la responsabilidad de los jóvenes en plena pandemia para que eviten contagiar el virus a los mayores. «Si hay algo que mi hermana, Sofía, y yo hemos aprendido es el sentido de la responsabilidad. Nuestros padres nos lo han enseñado siempre», afirmó. «Y creo que los jóvenes de mi generación también son conscientes de ello. Un sentido de la responsabilidad que pasa por no olvidarnos nunca de las personas que nos rodean, que nos quieren y a quienes queremos (y, en ese momento, miró hacia la tribuna en la que estaba sentada su abuela, Doña Sofía)».
Y a los galardonados con el premio que lleva su nombre, les dijo: «Hemos comprobado la importancia de la solidaridad gracias a personas que, como las premiadas, son un ejemplo de cómo enfrentarse a las dificultades. Con vuestro extraordinario trabajo y talento, nos marcáis el camino».
Aunque este año había disculpa para nos asistir, por la pandemia, al final veinte premiados se desplazaron a Oviedo para recoger personalmente los galardones. Ellos fueron Carlos Sainz (premio de los Deportes), Andrea Morricone, en representación de su padre, Ennio (premio de las Artes) fallecido el pasado julio; Emmanuel Candès (premio Investigación Científica y Técnica); Cristina Fuentes La Roche y María Sheila Cremaschi, directoras de Hay Festival of Literature & Arts (premio de Comunicación y Humanidades), y los quince profesionales que representaron a los sanitarios españoles que luchan contra el Covid.
En nombre de todos ellos, intervinieron Carlos Sainz y el doctor José Eugenio Guerrero Sanz, jefe de la UCI del Hospital Gregorio Marañón y del Grupo Hospitalario Privado HM. Además, Andrea Morricone dirigió un conjunto de cuerda que, en honor de su padre, interpretó «Deborah`s Theme», uno de los temas principales de «Érase una vez América». Y los premiados que no pudieron desplazarse a Oviedo enviaron vídeos con mensajes que se emitieron durante la ceremonia.
«Nunca fuimos héroes»
Sainz agradeció el compromiso «esencial» de la Familia Real con el deporte en España, y el doctor Guerrero arrancó las lágrimas de emoción de algunos de los presentes -entre ellos, la madre y la hija de sendos profesionales fallecidos por la pandemia-, mientras intentaba convencer, sin éxito, de que los sanitarios no fueron héroes. «Nunca fuimos héroes, pero hicimos nuestro trabajo lo mejor que supimos y pudimos, conscientes de que compartíamos un destino común con toda la sociedad y que en la lucha contra el virus no era posible esperar milagros, solo valía el trabajo, la dedicación y el esfuerzo». «No fuimos héroes. O quizá lo fuimos todos -añadió-. Porque frente a una pandemia que nos obligaba al distanciamiento, supimos romper la barrera y hallar un punto de encuentro y a las ocho de la tarde, cada día, salíamos a aplaudir a la vida». Pero después el Rey zanjó la cuestión: «Nosotros sabemos que están yendo mucho más allá: que curan, investigan, ayudan, acompañan, consuelan... Sí creemos que tienen una actitud heroica... y con ella nos devuelven la esperanza».
Don Felipe ha hecho este llamamiento este viernes, durante la entrega de los premios Princesa de Asturias, que se ha celebrado en el Salón Covadonga del Hotel La Reconquista de Oviedo. A la ceremonia casi íntima apenas han asistido cuarenta personas, frente a las 1.300 que acudían en las anteriores ediciones al Teatro Campoamor, antes de que la pandemia del Covid obligara a trastocar todo. De esas cuarenta personas, cinco eran miembros de la Familia Real -los Reyes, la Heredera de la Corona, la Infanta Sofía y la Reina Sofía-, veinte eran premiados y el resto, autoridades y responsables de la Fundación Princesa de Asturias. Entre ellos, los presidentes del Congreso, Senado y CGPJ y Tribunal Supremo, la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, y el líder de la oposición, Pablo Casado.
Esta vez no hubo público, ni invitados ni saludos ni recepciones ni fabada compartida ni arroz con leche, para prevenir contagios de Covid. Y las bandas de gaitas, que normalmente inundan la ciudad con su música, se restringieron al mínimo durante la ceremonia. Pero el Rey pudo utilizar la tribuna de los premios Princesa de Asturias para hacer un llamamiento a todas las instituciones y exigirlas «sentido del deber», «rectitud» y «responsabilidad», en lugar de batallar destructivamente entre ellas.
Esfuerzo de entendimiento
«Ahora, cuando tantas personas se han enfrentado y se siguen enfrentando a situaciones tan graves y complejas por la pandemia; cuando muchos ciudadanos sienten una gran incertidumbre y preocupación por su situación económica, es necesario que todos hagamos un gran esfuerzo colectivo, un gran esfuerzo nacional, de entendimiento y de concordia», advirtió el Rey.
Es más, Don Felipe elogió la actitud del pueblo español al que puso como ejemplo ante las instituciones. «Durante esta crisis la inmensa mayoría del pueblo español está dando pruebas inequívocas de resistencia y entereza -manifestó-. Su ejemplo no puede ser un esfuerzo estéril ni caer en el olvido. Y ese ejemplo nos exige a todas las instituciones estar siempre -y ahora más que nunca- al lado y al servicio de los ciudadanos; requiere conducirnos con sentido del deber, con la mayor responsabilidad, y con la máxima integridad y rectitud, para que el interés nacional prevalezca y los intereses generales de los españoles sean nuestro norte y guía».
La «España democrática»
Don Felipe también defendió los principios y valores de la Constitución de 1978: «La España democrática fue lo que dio sentido a la razón de ser de nuestra Fundación -relató-. Desde su nacimiento, hace ahora 40 años, nuestra Fundación ha trabajado sin descanso, cultivando siempre sus profundas raíces en el saber, el pensamiento, en el amor a la ciencia y la cultura, en la solidaridad; y ha ido creciendo gracias a la permanente savia que, al igual que nuestra sociedad, ha recibido de nuestra Constitución: un compromiso histórico que garantiza día a día nuestra convivencia democrática, la dignidad del ser humano, y sus derechos y deberes como ciudadano en libertad. Un compromiso permanente, en suma, con nuestros principios y valores constitucionales».
Los tacones de la Heredera
Antes de que el Rey tomara la palabra, lo hizo la Princesa de Asturias. Afortunadamente, la Heredera de la Corona pudo debutar el año pasado en el Teatro Campoamor, con una ceremonia en pleno esplendor, aunque esta edición mantuvo la solemnidad habitual. La Princesa, que el próximo 31 cumplirá quince años, lució, por primera vez en público, unos zapatos de tacón alto y fino y un vestido con más aire juvenil que infantil, un claro símbolo de que la Heredera se va haciendo mayor.
La primogénita de los Reyes leyó con perfección, haciendo pausas y sin equivocarse, y aprovechó su intervención para hacer un llamamiento a la responsabilidad de los jóvenes en plena pandemia para que eviten contagiar el virus a los mayores. «Si hay algo que mi hermana, Sofía, y yo hemos aprendido es el sentido de la responsabilidad. Nuestros padres nos lo han enseñado siempre», afirmó. «Y creo que los jóvenes de mi generación también son conscientes de ello. Un sentido de la responsabilidad que pasa por no olvidarnos nunca de las personas que nos rodean, que nos quieren y a quienes queremos (y, en ese momento, miró hacia la tribuna en la que estaba sentada su abuela, Doña Sofía)».
Y a los galardonados con el premio que lleva su nombre, les dijo: «Hemos comprobado la importancia de la solidaridad gracias a personas que, como las premiadas, son un ejemplo de cómo enfrentarse a las dificultades. Con vuestro extraordinario trabajo y talento, nos marcáis el camino».
Aunque este año había disculpa para nos asistir, por la pandemia, al final veinte premiados se desplazaron a Oviedo para recoger personalmente los galardones. Ellos fueron Carlos Sainz (premio de los Deportes), Andrea Morricone, en representación de su padre, Ennio (premio de las Artes) fallecido el pasado julio; Emmanuel Candès (premio Investigación Científica y Técnica); Cristina Fuentes La Roche y María Sheila Cremaschi, directoras de Hay Festival of Literature & Arts (premio de Comunicación y Humanidades), y los quince profesionales que representaron a los sanitarios españoles que luchan contra el Covid.
En nombre de todos ellos, intervinieron Carlos Sainz y el doctor José Eugenio Guerrero Sanz, jefe de la UCI del Hospital Gregorio Marañón y del Grupo Hospitalario Privado HM. Además, Andrea Morricone dirigió un conjunto de cuerda que, en honor de su padre, interpretó «Deborah`s Theme», uno de los temas principales de «Érase una vez América». Y los premiados que no pudieron desplazarse a Oviedo enviaron vídeos con mensajes que se emitieron durante la ceremonia.
«Nunca fuimos héroes»
Sainz agradeció el compromiso «esencial» de la Familia Real con el deporte en España, y el doctor Guerrero arrancó las lágrimas de emoción de algunos de los presentes -entre ellos, la madre y la hija de sendos profesionales fallecidos por la pandemia-, mientras intentaba convencer, sin éxito, de que los sanitarios no fueron héroes. «Nunca fuimos héroes, pero hicimos nuestro trabajo lo mejor que supimos y pudimos, conscientes de que compartíamos un destino común con toda la sociedad y que en la lucha contra el virus no era posible esperar milagros, solo valía el trabajo, la dedicación y el esfuerzo». «No fuimos héroes. O quizá lo fuimos todos -añadió-. Porque frente a una pandemia que nos obligaba al distanciamiento, supimos romper la barrera y hallar un punto de encuentro y a las ocho de la tarde, cada día, salíamos a aplaudir a la vida». Pero después el Rey zanjó la cuestión: «Nosotros sabemos que están yendo mucho más allá: que curan, investigan, ayudan, acompañan, consuelan... Sí creemos que tienen una actitud heroica... y con ella nos devuelven la esperanza».
No hay comentarios:
Publicar un comentario