Agencias
Ya hay fecha para la boda del año sólo una semana después del anuncio de compromiso. El próximo 29 de abril el príncipe Guillermo de Inglaterra y su prometida, Kate Middleton, contraerán matrimonio en la abadía de Westminster. Un día 29 (de julio de 1981), también se casaron los padres del príncipe, Carlos y Diana.
Los costes de la boda (la misa, el banquete, la música, las flores, la decoración y la luna de miel) correrán a cargo de la familia real y de la familia Middleton, mientras que los gastos de seguridad serán pagados por el contribuyente británico.
Por su parte, Downing Street, residencia oficial del primer ministro británico, David Cameron, ha anunciado que el día de la boda, que cae en viernes, será festivo en Inglaterra y Gales, mientras que el Gobierno escocés tendrá que decidir si hace lo mismo.
El lugar de sus abuelos
El secretario privado del príncipe Guillermo, Jamie Lowther-Pinkerton, ha señalado que la pareja ha elegido la Abadía de Westminster (donde se casaron la reina Isabel II y el duque de Edimburgo en 1947) por su "extraordinaria belleza" y su "intimidad", a pesar de su gran tamaño.
"En un emplazamiento vinculado históricamente a la Familia Real porque ha sido durante mucho años iglesia real", agregó Lowther-Pinkerton al dar detalles de la boda en St.James, palacio contiguo a Clarence House, residencia oficial del príncipe Carlos.
Según explicó el secretario privado, los responsables de preparar la boda han tenido en cuenta la difícil situación económica por la que atraviesa el Reino Unido. "Todas las partes que preparan la boda, no sólo el príncipe Guillermo y la señorita Middleton, quieren asegurar que hay un equilibrio entre una jornada de alegría y la actual situación económica", agregó el secretario privado. "Por eso, la Familia Real y la familia Middleton se harán cargo de la boda", añadió.
El hijo mayor de Carlos de Inglaterra y Lady Di, fallecida en 1997, afirmó hace algún tiempo que calculaba que se casaría cuando tuviese 28 o 29 años, aunque posteriormente aseguró que no sería tan pronto. Finalmente, acertó con la edad.
El primogénito de Carlos de Inglaterra y la fallecida Lady Di contó que aprovechó un viaje "romántico" a Kenia realizado el pasado mes para preguntar a la que ha sido su pareja durante los últimos ocho años si quería casarse con él.
El enlace se está convirtiendo ya en todo un acontecimiento de Estado. Se prevé, por ejemplo, que la boda reporte a la economía británica unos 620 millones de libras (unos 730 millones de euros).
Un obispo destituido
Por otro lado, el obispo de la Iglesia Anglicana Peter Broadbent ha sido destituido por sus "comentarios profundamente ofensivos" sobre el futuro matrimonio, al que auguró no más de siete años de duración.
Así lo ha anunciado el obispo de Londres, Richard Chartres, quien en un comunicado ha declarado además estar "horrorizado" por las afirmaciones vertidas por Broadbent hace unos días en su página de Facebook, donde expresó su contrariedad por la boda real. Broadbent, obispo de Willesden (en el noroeste de Londres), fue destituido de sus funciones públicas "hasta próximo aviso".
"Al igual que la mayor parte del país, comparto la alegría por la noticia del compromiso", subrayó el obispo de Londres, quien ha hablado con la familia real sobre el asunto. "He tenido la oportunidad de hablar con el obispo Peter sobre cómo fue que hizo esos comentarios y me ha hecho constar que se disculpa sin reservas".
Según publicó la prensa británica el pasado fin de semana, Broadbent calificó a los miembros de la monarquía británica de "mujeriegos". "Los Windsor y sus antecesores no tienen un buen historial de permanecer en matrimonios. No los conozco, y no me corresponde celebrarlo. Sólo desearía que no tuviéramos que pagarla", dijo al referirse a la boda.