Madrid, 28 oct (EFE).- La Familia Real al completo ha rendido esta tarde un último homenaje al que fuera colaborador directo de Don Juan Carlos durante dieciséis años, Sabino Fernández Campo, con el funeral celebrado esta tarde por su alma en la capilla real del Palacio de El Pardo.
El arzobispo castrense emérito, José Manuel Estepa, ha oficiado la ceremonia religiosa, celebrada por deseo de Don Juan Carlos en la intimidad, con la asistencia de la familia del conde de Latores, el personal de la Casa del Rey y los colaboradores de Fernández Campo mientras trabajó en el palacio de la Zarzuela entre 1977 y 1993.
En la capilla del Pardo, los Reyes, los Príncipes de Asturias, las Infantas Elena y Cristina e Iñaki Urdangarín han seguido la ceremonia desde el lado del Evangelio, y detrás de ellos los altos cargos de la Casa del Rey: su jefe, Alberto Aza, su secretario general Ricardo Díaz Hochleitner, y el jefe del Cuarto Militar, teniente general Carlos victoria de Ayala.
María Teresa Álvarez, viuda de Fernández Campo, ha estado acompañada por los hijos del Conde, que perdió a otro llamado como él en un accidente de tráfico en 1994, sus nietos y otros familiares.
Nada más llegar a la capilla la Familia Real ha dado el pésame a la viuda y los hijos de Sabino Fernández Campo, en cuyo funeral ha estado también el anterior jefe de la Casa del Rey, Fernando de Almansa, entre otros.
Al finalizar el oficio religioso los Reyes han querido saludar a la familia de Fernández Campo y a las más de cien personas que han asistido al funeral.
Fernández Campo falleció en la madrugada del pasado lunes, a los 91 años en la clínica Ruber Internacional, donde fue ingresado el 12 de Octubre a consecuencia de una infección intestinal.
La Reina fue a visitarle y Don Juan Carlos llamó por teléfono en numerosas ocasiones para interesarse por su estado.
El mismo día del fallecimiento, el lunes 26 de octubre, los Reyes se acercaron por la tarde hasta el tanatorio de la Paz, donde se encontraba la capilla ardiente, para dar el pésame a la familia. Por la mañana estuvieron las Infantas y a última hora de la jornada los Príncipes de Asturias que ese día estuvieron en Barcelona por motivos de trabajo.
Ayer se celebró en la catedral de Oviedo, su ciudad natal, el funeral por su alma y después sus restos fueron trasladados hasta el cementerio de El Salvador, en San Esteban de las Cruces, acto que se desarrolló en la intimidad familiar y sin la presencia de autoridades.
El Rey le nombró consejero privado vitalicio cuando dejó la jefatura de la Casa del Rey en 1993.
Vivió junto al Monarca los momentos más importantes de la transición y se le recuerda especialmente por su papel el 23 de febrero de 1981, cuando el intento de golpe de Estado.
Tanto entonces como después, hasta su muerte, su vida se caracterizó por su fidelidad a la Corona y por su discreción.