sábado, 20 de julio de 2013

Alberto II pide a los belgas que mantengan la cohesión del Estado y apoyen a Felipe

Emoción de los Reyes de los Belgas en su último acto oficial

ABC / El Periódico

Después veinte años de reinado y dedicación al pueblo Belga, los Reyes de los Belgas se han despedido en un multitudinario baño de masas con más de ocho mil personas por las calles del centro de la ciudad de Lieja. Después se trasladaron al balcón de la casa consistorial, donde saludaron a sus conciudadanos. Allí se produjo un momento muy especial, cuando la Reina Paola de Bélgica dió un beso a su arido el Rey Alberto II, rompiendo a llorar y sin poder contener la emoción del momento, ya que cierran una etapa muy importante de su vida que llegará a su fin cuando el hijo de los Reyes, el Príncipe Felipe y su esposa, la Princesa Matilde se conviertan en Reyes de los Belgas este domingo.

El anuncio de la abdicación del Rey Alberto II fue realizado el pasado 3 de julio, siendo su hijo, el Príncipe Felipe quien se convierta en nuevo Rey el día nacional de Bélgica, el 21 de julio. El Rey Alberto II accedió al trono después de la muerte sin descendencia de su hermano Balduino en el año 1993.


Alberto II, en la víspera de su abdicación, ha pedido a los belgas que guarden la cohesión del Estado federal, mantengan la vocación europeísta y apoyen a su primogénito Felipe, que este domingo asumirá la corona de Bélgica y la jefatura del Estado.

Tras hacer un balance político de sus 20 años de reinado, el rey Alberto ha subrayado en un discurso televisado al país que para los próximos años desea que "Bélgica guarde su cohesión".

"El país se ha transformado desde hace mas de 40 años de forma pacífica y democrática desde un Estado unitario a un Estado federal, con instituciones con mucha autonomía", ha destacado el monarca, de 79 años, en un discurso que fue grabado hace unos días en el despacho de su residencia oficial del palacio de Laeken.

"Tengo también un deseo que me es muy querido, como rey y como padre: rodead al futuro rey Felipe y a la reina Matilde de vuestra colaboración activa y apoyo. Son una pareja excelente al servicio de Bélgica y tienen toda mi confianza", ha afirmado.

Agradecimientos y homenajes

El último discurso de Alberto II como rey de los belgas ha estado lleno de agradecimientos y homenajes. En primer lugar, el monarca ha querido "honrar la memoria" de su hermano mayor, el rey Balduino, tras cuyo fallecimiento en 1993 él le sucedió en el trono, y de quien ha destacado especialmente su "gran sentido del Estado" y su "preocupación por los más débiles" de la sociedad.

Alberto II, que se ha declarado emocionado, ha agradecido a continuación a los belgas sus muestras de afecto y apoyo a lo largo de los 20 años de su reinado.

El monarca ha tenido igualmente palabras de elogio para los políticos y los agentes sociales, y ha valorado los difíciles acuerdos logrados en materia presupuestaria y de reforma del Estado, así como los esfuerzos por "preservar la dimensión social" de su "desarrollo económico" en un mundo globalizado y en un periodo de crisis económica.

Reforzar las instituciones

Cara al futuro, que el monarca ha dicho vislumbrar "con confianza", ha pedido que Bélgica conserve su cohesión y se ha mostrado seguro de que la sexta reforma del Estado reforzará la autonomía de sus instituciones.

"Estoy convencido de que el mantenimiento de la cohesión de nuestro Estado federal es vital, no sólo por la calidad de nuestra vida juntos, que necesita del diálogo, sino también por la preservación del bienestar de todos", ha enfatizado.

El proyecto europeo

Además, ha instado a "seguir creyendo firmemente en Europa", y ha señalado: "En nuestro mundo esta construcción europea es, más que nunca, necesaria".

"En muchos ámbitos los desafíos no se pueden afrontar nada más que a nivel europeo, y es a ese nivel que ciertos valores pueden defenderse mejor", ha manifestado en referencia especialmente a la riqueza de la diversidad, el pluralismo democrático, la tolerancia, la solidaridad y la protección de los más débiles.

Alberto II considera "esencial" que el proyecto europeo sea "más que un proyecto presupuestario" y que ponga el acento igualmente en el crecimiento duradero, el empleo, las perspectivas de futuro para los jóvenes, la justicia social y la cultura.

El rey de Bélgica se ha referido igualmente a la necesidad de mirar a los países en desarrollo y, en particular, a África, en referencia al pasado belga del Congo.

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