Esta vez la lluvia no estropeó el momento, el Príncipe regresó a tiempo de su viaje relámpago a Colombia y la Familia Real pudo ser fotografiada al completo en los jardines de Marivent. Desde que nació la Infanta Leonor, la de ayer fue la cuarta ocasión en la que los quince miembros de la Familia se reunían ante la Prensa.
La primera fue con motivo del bautizo de la primogénita de los Príncipes, la segunda en la misa de Resurrección (también en Palma) y la tercera, durante el encuentro con el Papa en Valencia. Ayer, no había ningún motivo especial. Los Reyes, sus hijos y sus nietos recibieron a la Prensa en un ambiente informal y relajado, en plenas vacaciones, aunque no todos disfruten al cien por cien de éstas, ya que sobre todo Don Juan Carlos, pero también Doña Sofía y Don Felipe, compaginan su trabajo con el descanso y el mar.
Aunque las previsiones meteorológicas amenazaban con chubascos, al final las nubes descargaron antes de la cita, justo cuando la Familia Real almorzaba al aire libre y tuvo que ponerse a cubierto. «Nos hemos librado de la lluvia», dijo después el Rey a los periodistas. Y es que, como los interiores de la residencia de los Reyes son reducidos, se había previsto un plan alternativo en los salones del Palacio de La Almudaina.
Pero no hizo falta. Los primeros en salir fueron los Reyes con Felipe (Froilán) y les siguieron los demás. Don Felipe y Doña Letizia, con su hija, la Infanta Leonor, en brazos, que no paró de hacer carantoñas a su abuelo, ni de recibirlas de todos los demás. Doña Elena y Jaime de Marichalar, con su hija, Victoria. Y los Duques de Palma, con sus tres hijos varones y la pequeña Irene en brazos, a la que hasta entonces no se había visto en todo el verano, y sus ojos profundamente azules acapararon la atención.
El milagro de que los siete niños aguantaran en su sitio para la foto de familia apenas duró unos segundos y, enseguida, los más mayores empezaron a corretear y jugar mientras Doña Cristina pedía a su hijo Juan que no se hiciera una segunda brecha y la Reina trataba de convencer a Miguel de que se reincorporara al grupo familiar, que abandonó para sentarse en otro parterre. «¿Estás cómodo?», le preguntó el Rey.