A. MARTÍNEZ-FORNÉS / M. DE LA FUENTE / OVIEDO
ABC
«España sabe superar los momentos más críticos... Podemos volver a ser ejemplo de superación... No tengáis ninguna duda. Yo no la tengo». Con este mensaje de esperanza y de confianza en lo que los españoles pueden llegar a hacer, Su Alteza Real el Príncipe de Asturias ha hecho un llamamiento a toda la sociedad y marca el camino que hay que seguir para afrontar la terrible crisis que nos afecta.
En uno de los discursos de mayor profundidad y calado de cuantos ha pronunciado hasta ahora, Don Felipe ha hablado con realismo de los tiempos difíciles que vivimos, pero también ha esbozado la receta para empezar a superarlos -«moderación donde haya habido excesos, ética donde haya habido abusos»- y, sobre todo, ha transmitido ilusión a los millones de españoles que han perdido su trabajo: «Sepan que su situación es transitoria, nunca una desesperanza sin final».
El Heredero de la Corona ha transmitido este mensaje en el Teatro Campoamor de Oviedo, durante la entrega de los premios Príncipe de Asturias. Después de dirigir unas palabras sobre los galardonados de cada año, Don Felipe añadió estas reflexiones en las que reivindicó el espíritu de la Transición, sin mencionarla expresamente, y puso como ejemplo «la gran lección de responsabilidad nacional» que nos dieron las generaciones pasadas.
Reivindicación de valores
Para transmitir este profundo mensaje, el Príncipe escogió la misma tribuna en la que, hace treinta años, cuando apenas tenía trece, pronunció sus primeras palabras en público. Curiosamente, Don Felipe ha reivindicado los mismos valores que su padre, el Rey, reivindicaba hace tres décadas, cuando España acababa de estrenar su recién nacida democracia y empezaban a construir los cimientos de lo que luego ha sido una de las épocas más pacíficas, estables y prósperas de nuestra historia. Porque «esas generaciones -dijo el Príncipe- nos enseñaron a los más jóvenes -y al mundo entero- cómo lograron hacerlo». Su ejemplo, agregó, debe servirnos de «acicate para el futuro».
Don Felipe ha hablado de talento, fortaleza, capacidad de superación, ilusión, coraje, integridad, altura de ideales, grandeza de ánimo, esfuerzo y cultura del trabajo bien hecho. Con toda sutileza, para no herir a nadie; pero con toda claridad, pidió a los políticos un cambio de actitud: «Renovemos comportamientos y cambiemos actitudes». Y como elemento de cohesión nacional, instó a generar proyectos que «nos integren y cohesionen cada día más». Y el camino, agregó, es «fortalecer las instituciones».
Minutos antes de que Don Felipe pronunciara su discurso, ya daba igual si toda la Selección Española estaba presente o no porque había llegado la hora de la fiesta. Había banderas españolas, emoción y ganas de festejar... que buena falta nos hace. No cabía ni un alfiler frente al teatro, en la plaza de la Escandalera. De hecho, había gente en ella desde las 11 de la mañana. Así es la pasión de los asturianos con sus Premios.
La ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde no es un canon de simpatía, precisamente, y pasaba en un suspiro del brazo de Cristina Garmendia, Ministra de Ciencia e Innovación, que se ha salvado de la quema. Pasaban apenas quince minutos de las 6. El primer coche. Luego otro, otro, otro. Iban llegando los premiados. El pueblo pone todos los acentos: «Parece Mr. Propper». «Que no, que no, que es Serra, el escultor (elegantísimo por cierto)». «¿Y estos ancianitos?» (Touraine y Bauman). «Pues no sé, chica, si estos abuelos cogen aviones, dan conferencias, entrevistas y se patean media Asturias en dos días, no sé por qué no puede venir toda la Selección».
Los más esperados
Tranquis, tranquis, que ya llegan. Pero antes lo harían también Amin Maalouf, todo distinción, delicias orientales, ya se sabe. Y el doctor Matesanz, y los simpatiquísimos chinos…. Y oe-oe-oé… que ya están aquí. El pueblo (adolescente en su mayoría en las primeras filas) enloquecía. Un coche: los príncipes del balompié descienden: Vicente del Bosque e Iker Casillas, toda una pareja de hecho y de campeonato. ¡Campeones, campeones, campeones!
Y llegaban en triplete Xavi, Capdevila y Navas, qué lujo. Y Mata y Javi Martínez en otro. Y luego Llorente (¡guapo, guapo, guapo!) y Marchena, no tan guapo pero igual de querido. Y Ramos y Reina…. Y oe-oe-oé… El pueblo, la gente, los asturianos, los españoles queremos seguir siendo campeones… y que la puta crisis no nos lleve a Segunda División…. Ondeaban las banderas de España, sonaban las gaitas, la plaza era un clamor… llegaron Don Felipe y Doña Letizia acompañados por la Reina Doña Sofía… la fiesta estaba completa.
Silencio sepulcral en medio de cientos de flashes hasta el momento en el que Don felipe ha declarado abierto el acto. Entraron en el salón todos los premiados y cientos de aplusos los recibieron con entusiasmo. Uno a uno se dirigieron de forma ordenada hasta sus respectivos lugares. No podía ser de otra manera, y los jugadores de la selección allí presentes coparon toda la atención, no sólo por ser el grupo de galardonados más numeroso, sino por aglutinar las ilusiones de todos los españoles, que vieron su sueño hecho realidad cuando Íker Casillas levantó la copa de Campeones del Mundo hace sólo unos meses.
Rodríguez Inciarte
Tomó la palabra el director de la Fundación Príncipe de Asturias, quien recurrió al poeta T. S. Eliot para comenzar. Calificó de «ejemplar» el cambio llevado a cabo en la Fundación, de manera que pueda «continuar su progreso hacia el futuro conservando los valores de siempre». El director ha querido destacar y agradecer la presencia de la Reina Sofía. Matías Rodríguez Inciarte ha afirmado que en momentos como los actuales, en un mundo complejo, «asediado por incertidumbres y dificultades económicas» es necesaria la cultura «representada en las personalidades e Instituciones a las que rendimos homenaje con motivo de la entrega de nuestros Premios».
Refiriéndose a Su Alteza Real Doña Sofía, el presidente de la Fundación ha agradecido su asistencia al acto de entrega de los Premios a lo largo de estos treinta años. «Con Vuestra presencia simbolizáis el apoyo que la Corona ha brindado siempre a nuestra Institución, dotando a este acto de mayor profundidad y relieve. Os ruego trasmitáis a Su Majestad el Rey el testimonio de nuestra lealtad y de nuestra gratitud». Así como palabras de gratitud hacia los Príncipes de Asturias: «Nada de lo sucedido hasta ahora ni la proyección futura de nuestro trabajo serían posibles sin la permanente inspiración y apoyo de sus Altezas Reales y sin la inestimable tutela de la Corona de España».
Inciarte ha finalizado su intervención con una cita del Premio Príncipe de Asturias de las Letras Amin Maalouf: «Si creemos en algo, si tenemos en nuestro interior suficiente energía, suficiente pasión y ganas de vivir, podemos encontrar en los recursos que nos ofrece el mundo actual los medios necesarios para hacer realidad nuestros sueños».
Amin Maalouf
El primer premiado en tomar la palabra ha sido Amin Maalouf, Premio Príncipe de Asturias de las Letras. «Debemos sentirnos libres de aportar a tenor de nuestro propios talentos e inseguridades», ha dicho Maalouf. «La misión de la cultura es pronunciar las preguntas esenciales de la existencia y civilización. Si nos descuidamos este siglo recien empezado será de retroceso ético, a pesar de los procesos científicos y tecnológicos». Según el Príncipe de Asturias de las Letras «no tenemos derecho a cederle el paso a la desesperación, sino que lo que honra a la literatura es el intento de entender las complejidades de nuestra época e imaginar complejidades para que sea posible seguir viviendo en nuestro mundo. No tenemos un planeta de recambio», ha terminado el escritor.
Vicente del Bosque
Pero el momento más emocionante y que ha provocado las primeras lágrimas de la ceremonia ha sido el que ha protagonizado Vicente del Bosque. El seleccionador rompió el protocolo y buscó a a Luis Aragonés para hacerse la foto oficial. Al tomar la palabra, Del Bosque ha atribuido la victoria en el Mundial de Sudáfrica a la «humildad» de ese grupo de futbolistas «que han hecho de la modestia un arma tan poderosa como su mismo y arrebatador juego». Del Bosque ha explicado que la selección española es depositaria de unos «valores» que van «más allá de los éxitos puntuales y de su materialidad». Se ha referido al «esfuerzo, el sacrificio, el talento, la disciplina, la solidaridad y la modestia», además de la «deportividad» y el «honor».
«La selección se siente orgullosa de haber podido responder a la confianza que millones de españoles depositaron en ella», ha dicho Del Bosque, quien ha terminado elogiando al grupo de jugadores y agradeciendo el apoyo prestado por toda la Familia Real durante el Campeonato del Mundo.
Palabras del Príncipe