viernes, 7 de agosto de 2020

Una Corona a prueba de balas: ¿qué pueden aprender los Borbones de los Windsor?

Celia Maza
El Confidencial

Cuando tuvo lugar la visita de Felipe VI y la reina Letizia al Reino Unido en julio de 2017, en los corrillos de prensa, una persona cercana a la Casa Real comentó: "aquí es que no hay ningún pudor en mostrar toda la pompa.. con sus carruajes y sus trajes… es más, se enorgullecen de ello". Se llegaba a percibir incluso cierto tono de envidia sana a la que es una de las monarquías más antiguas y sólidas de Europa.

Es como si, en algunos aspectos, los británicos se hubieran quedado encapsulados en el tiempo. La tradición se lleva a rajatabla. Para que se hagan una idea, la reina Isabel II sigue siendo la que protagoniza las sesiones de apertura del Parlamento en una ceremonia cargada de boato. Sale del Palacio de Buckingham en una carroza dorada tirada por seis caballos blancos y, una vez llega a Westminster con un traje de raso blanco, capa forrada de armiño y corona, presenta el programa legislativo del gobierno de turno. ¿Se imaginan semejante escena a día de hoy en España?

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