miércoles, 28 de noviembre de 2012

El Rey, una vida al timón

Josep Cusí

La Vanguardia

El Rey me contó, al poco de conocerlo por nuestra común afición a la vela, de eso hace más de cuarenta años, que su padre le había enseñado cómo huele el mar cuando va a haber tormenta, cómo diferenciar las nubes para prever calmas y repuntes o anticipar las ráfagas de viento a partir del color del mar. Todo eso lo he recordado leyendo el libro El Rey y el mar (RBA) que ha escrito Ignacio Gómez-Zarzuela, con quien he podido charlar durante horas. La obra permite saber que la vela contribuyó a estrechar aún más la relación del entonces príncipe con Catalunya. De hecho, su ilusión era participar en los Juegos Olímpicos de Munich 1972 y el equipo español preparó su participación en Arenys de Mar.

Recuerdo que don Juan Carlos dormía a bordo de un barco de motor que pertenecía al empresario Pedro Mir. Luego, cuando empezamos a compartir regatas con el Bribón, la presencia del Rey fue muy continuada. Cuatro décadas más tarde el Monarca tiene aquí algunos de sus mejores amigos, sus médicos... e incluso su dentista, su peluquero o su sastre.

Es evidente que Catalunya ha sido para el Rey una prioridad. La primera visita como monarca la hizo precisamente a tierras catalanas y su discurso en el Saló del Tinell, donde habló en la lengua de Espriu, a quien por cierto citó y le permitió expresar la importancia que concedía a Catalunya para la gobernabilidad de España. El rey Juan Carlos desempeñó un papel decisivo en el retorno de Josep Tarradellas y en la recuperación de la Generalitat. Sus palabras a Jordi Pujol resultaron un bálsamo la noche del 23-F, así como resultó un cómplice imprescindible de los Juegos de Barcelona. Asimismo, habría que recordar su frase "hablando se entiende la gente", cuando el republicano Ernest Benach fue a comunicarle la formación del Gobierno tripartito; era una manera de significar que la monarquía acataba la voluntad popular y se mostraba dispuesta a colaborar por el bien del país.

Como persona que ha podido conocer bien al Rey, no sólo por nuestra común afición al mar, sino también por una relación de afecto, estoy convencido de que don Juan Carlos puede desempeñar un papel importante en el actual momento que nos toca vivir. Más que nunca se necesita el diálogo para resolver la actual situación. Como monárquico, como catalán que también se siente español, me consta la preocupación del Monarca y su voluntad de contribuir a acercar posturas para que la política se imponga a cualquier desencuentro, mediante el debate, la generosidad y la audacia. La Corona, que ha sido crucial para nuestra convivencia en tantos momentos de nuestra historia, puede volver a ser decisiva en esta hora, después de treinta y cinco años de democracia, para que Catalunya encuentre su mejor encaje. En 1976, el Rey proclamó que Catalunya sería lo que quisiera ser y eso era válido entonces como lo sigue siendo ahora. La Constitución le confiere a la monarquía el carácter moderador y de árbitro, lo que en la actual situación puede permitir abrir una nueva etapa sin romper amarres. Nadie sabe llevar el timón de barco como don Juan Carlos. Lo digo después de una vida navegando a su lado.

martes, 27 de noviembre de 2012

Audiencia abierta, capítulo VII

lunes, 26 de noviembre de 2012

Carlos de Inglaterra: “Se me está acabando el tiempo”



El País

"Se me está acabando el tiempo", ha dicho Carlos de Inglaterra. Lo ha confesado en un vídeo colgado en la página web de Clarence House, la residencia que fue de la reina madre, y ahora ocupa él y su esposa Camila. Es la primera vez que el príncipe de Gales habla de manera tan clara sobre su eterna condición de heredero. "El príncipe está expresando su angustia existencial e impaciencia", dicen expertos monárquicos al Daily Telegraph. Durante la charla se produce la siguiente confesión: "¿Impaciente, yo? ¡pero qué cosas dices! Por supuesto que lo estoy". Y añadió en tono de broma: "Pronto se me acabará el tiempo. Como me descuide, voy a estirar la pata".

A sus 64 años, Carlos sigue esperando su momento que por ahora se antoja lejano, dado que su madre a sus 86 años se encuentra perfectamente de salud, como ha demostrado en todos los actos organizados alrededor de su Jubileo. Tampoco parece que la reina esté dispuesta a abdicar. Es más, hace poco tiempo declaró su intención de seguir trabajando por su país. La longevidad también es una tónica de la mujeres de la familia. La reina madre murió con 101 años.

Esta reflexión en voz alta de Carlos llega además en un momento de máxima popularidad de su hijo Guillermo y de su nuera Kate, que han ganado mucho protagonismo dentro de la familia real, tanto que hay quien asegura que ellos son realmente el futuro de la Corona. Además a la edad de Carlos se une el que todavía hay muchos británicos que no olvidan a Diana y por tanto no perdonan al príncipe su infidelidad con Camila, ahora su esposa.

En una encuesta que Ipsos Mori realizó a principios de este mes, el duque de Cambridge fue elegido como el miembro más popular de la familia real con un índice de aprobación del 62% - la más alta desde Ipsos Mori comenzó encuesta es real en 1984-. El índice de aprobación de Carlos fue del 21%, por detrás de la reina, el príncipe Enrique y la duquesa de Cambridge.

En abril de 2011 Carlos se convirtió en el heredero al trono británico que más tiempo lleva esperando a acceder a él. El actual príncipe de Gales, que se convirtió en heredero aparente a los tres años, cuando su madre accedió al trono el 6 de febrero de 1952, batiendo el récord que hasta entonces ostentaba el que luego sería Eduardo VII.

En este tiempo el príncipe se ha creado su propio perfil profesional promoviendo proyectos medioambientalmente exigentes, cultivando en su fincas productos orgánicos, apostando por las energías renovables y luchando con arquitectos innovadores para que no rompan violentamente con la imagen de Londres. Prueba de ello es su polémica con los arquitectos Richard Rogers y Norman Foster.

domingo, 25 de noviembre de 2012

La Familia Real al completo, incluido Iñaki Urdangarin, visita al Rey

Urdangarin, la Reina y las infantas, tras la visita al Rey. | S. Barrenechea / Efe
La cadera del Rey ha conseguido lo que no veíamos desde hace más de un año: reunir al completo a la Familia Real.

En un furgón con los cristales tintados, poco después de las tres de la tarde, llegaba la Reina Sofía al Hospital Quirón-San José. Era la primera visita del entorno familiar al Rey Juan Carlos tras su operación de cadera del viernes.

La acompañaban las dos infantas, Elena y Cristina, y el marido de esta última, Iñaki Urdangarin, así como el hijo mayor de ambos, Juan Valentín.

Quince minutos después se sumaban los Príncipes de Asturias, que llegaban acompañados de sus hijas, Leonor y Sofía, en otro vehículo. La familia al completo coincidió en las dependencias reservadas para el monarca en el hospital por espacio de una hora. Al preguntarle al heredero sobre cómo había recibido el monarca esta reunión, el Príncipe Felipe respondió: "Le ha animado mucho".

Es la primera vez que el duque de Palma está públicamente con el monarca desde el 12 de octubre de 2011. Con este gesto, Zarzuela quiere diferenciar claramente entre Jefatura del Estado y familia.

Se trata también de la primera ocasión en que Urdangarín está públicamente con Don Juan Carlos desde que fuera apartado de la Familia Real hace prácticamente un año, tras ser imputado por el Caso Nóos, por el que el fiscal ha pedido recientemente una fianza conjunta con su socio de más de 8 millones de euros.

Con Rajoy, hablando de 'la vida misma'

Horas antes, el Rey recibía al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, sentado en una silla y con muchas ganas de hablar. Tanto, que la visita-despacho ha durado más de una hora, superando casi la duración de los encuentros semanales en La Zarzuela.

En plena jornada electoral catalana, a nadie se le escapa por qué. Rajoy, sin embargo, lo ha explicado así: "Hemos hablado de Medicina y de la vida misma". El presidente no ha querido referirse a Cataluña en ningún momento, aunque ya conocía cuando estaba con el Monarca la alta participación que se está registrando en la jornada electoral. Ha destacado simplemente la rápida recuperación que está teniendo el Rey.

Rajoy era la primera persona fuera del equipo de Zarzuela que veía en persona al soberano. El viernes por la noche, cuando fue operado de la cadera izquierda, acudieron al hospital 'Quirón San José' la Reina y el Príncipe de Asturias. No obstante, no pudieron verlo porque estaba bajo los efectos de la anestesia general.

Su segundo día en el hospital comenzó con actividad física. Después de desayunar un par de huevos fritos, el Rey caminó por la habitación con la ayuda de muletas. Está previsto que a lo largo de la jornada Don Juan Carlos continúe con los ejercicios de fisioterapia previstos en el protocolo de recuperación intensiva, que consisten en masajes de drenaje y movilizaciones activas y pasivas.

Según indica el parte médico leído a las 11.00 horas por el director del hospital, Javier de Joz, el rey presenta una evolución "muy positiva" y "se levanta y se mueve con naturalidad, con la ayuda de dos muletas".

Don Juan Carlos fue intervenido quirúrgicamente en la cadera el pasado viernes por la noche en una operación efectuada bajo anestesia general, que duró una hora y media y permitió resolver el deterioro de la articulación izquierda provocado por la artrosis con la implantación de una prótesis modular.

Ésta ha sido la décima operación del monarca desde los años 80 y ha tenido lugar apenas siete meses después de que le reconstruyeran con una prótesis la cadera derecha, desgastada por la artrosis y que se fracturó tras sufrir una caída en su polémico viaje de caza a Botsuana.

sábado, 24 de noviembre de 2012

El Rey evoluciona favorablemente de la operación de cadera

EFE

El doctor Ángel Villamor ha ofrecido en la mañana de este sábado
detalles sobre la operación de la cadera izquierda que se le practicó
anoche al Rey. «La cirugía fue perfecta», afirmó, y el paciente «está
muy animado». También aclaró que se había optado por la anestesia
general, en lugar de la epidural (en la que sólo se duerme al paciente
de cintura para abajo), porque Don Juan Carlos «no quería oír ruidos
de sierras y martillos».

El traumatólogo hizo público el parte médico, según el cual, la
evolución de Don Juan Carlos esta noche ha sido «muy positiva y ha
podido descansar sin analgesia». También dijo que se le había
practicado la primera cura y que iba a empezar la primera sesión de
fisioterapia intensiva. Por lo que la evolución era «plenamente
satisfactoria».

Villamor agregó que el Monarca había pasado a planta, que había
desayunado y que le había pedido que transmitiera un saludo a todos en
la rueda de prensa.

El especialista relató que Don Juan Carlos llevaba meses con dolores y
sufrimientos, pero que quería cumplir con sus compromisos antes de la
intervención, por lo que la fue retrasando: «Yo me hubiera operado
antes, pero él es muy duro», sentenció.

El médico confió en que le pueda dar el alta en tres o cuatro días y
en que en un mes esté recuperado. Dijo que Don Juan Carlos «recuperará
su ritmo sin problemas, sin lugar a dudas» y adelantó que esta vez
«vamos a tener más cuidado en las actividades postoperatorias», para
evitar luxaciones como la que se produjo tras la operación de la
cadera derecha.

La Reina y el Príncipe visitaron se acercaron ayer al hospital para
seguir la evolución de la operación y posteriormente dialogaron con el
doctor que dirigió la intervención. Esta es la décima operación del
Monarca desde los años 80 y ha tenido lugar apenas siete meses después
de que le reconstruyeran con una prótesis la cadera derecha,
desgastada por la artrosis y que se fracturó tras sufrir una caída.

viernes, 23 de noviembre de 2012

Claves de la operación del Rey

¿Qué le pasa al Rey para que tenga que volver a pasar por el quirófano?

ABC

El doctor Juan Ramón Valentí, especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología de la Clínica Universidad de Navarra, aclara todas las cuestiones relacionadas con la operación del Rey Juan Carlos, la quinta intervención a la que se somete en los últimos dos años y medio.

¿Por qué se sufre la artrosis?

Cualquier persona, con la edad y asociada a una serie de circunstancias, puede tener artrosis en algunas articulaciones, entre ellas, la cadera. A medida que vamos envejeciendo, se nos van desgastando las articulaciones. La mejor suela, el mejor dibujo, aunque esté hecho del mejor material, se acaba desgastando. Así, las articulaciones y los huesos también envejecen y la artrosis no es más que un desgaste de la superficie articular, es decir, del cartílago. El cartílago es el tejido que facilita los movimientos entre los huesos y evita que rocen directamente hueso con hueso. Con el paso de los años y como consecuencia del desgaste progresivo, el cartílago pierde su grosor y textura y llega incluso a desaparecer.

Evidentemente, hay muchas circunstancias que pueden favorecer este desgaste, pero también hay que tener en cuenta el factor genético. En este caso, parece que la Familia Real tiene una tendencia familiar a tener artrosis. Por otro lado, están los factores de sobrecarga, por ejemplo, sobrepeso, realizar una actividad deportiva excesiva… Vemos con cierta frecuencia a personas que han sido profesionales del fútbol y que padecen una artrosis de cadera importante.

¿Cuándo requiere intervención quirúrgica?

La cadera una de las articulaciones más importantes de las extremidades inferiores. Su buen funcionamiento es fundamental para que podamos realizar las actividades diarias como caminar, subir y bajar escaleras. La artrosis es una enfermedad degenerativa de la articulación bastante frecuente, especialmente en personas de más edad, aunque también puede aparecer en personas jóvenes si éstas han padecido algún tipo de enfermedad previa como luxación congénita o un traumatismo.

La articulación de la cadera está formada por la unión entre los huesos de la pelvis y el fémur. Tanto la cabeza del fémur como el hueco de la pelvis en el que se articula están recubiertos de cartílago, que es el tejido que facilita los movimientos entre los huesos y evita que rocen directamente hueso con hueso. La artrosis se produce por un desgaste del cartílago. Esto da origen a que se pierda el correcto engranaje entre el fémur y la pelvis, que es precisamente lo que produce los síntomas de la artrosis de cadera.

La intervención quirúrgica está indicada para aquellos pacientes que padecen una artrosis muy avanzada y no son capaces, por la incapacidad que les produce la enfermedad, de realizar sus actividades cotidianas.

¿En qué consiste la intervención?

En el caso de la operación de cadera, la cirugía se puede hacer con anestesia general o locoregional. Esta decisión depende del cirujano, del paciente y del anestesista. A no ser que el paciente tenga algún problema de tipo general que desaconseje un tipo de anestesia u otro.

La colocación y reemplazo por la prótesis dura entre hora y hora y cuarto. Como toda cirugía mayor, conlleva riesgos generales de infección, trombosis, embolia, luxación de prótesis, etc. Pero es una cirugía muy sistematizada y muy agradecida porque no es dolorosa y la recuperación es muy rápida: al día siguiente puedes levantarte y a los cuatro o cinco días te puedes marchar a casa, por tu propio pie, con muletas. Lo único molesto es la posición que hay que mantener los días posteriores a la intervención, boca arriba, para evitar que la prótesis haga un mal movimiento.

¿Cuánto cuesta la prótesis?

Depende del modelo. Por la edad del paciente, y por los huesos, posiblemente será una prótesis sin cementar, que son las prótesis que se adhieren directamente al hueso. Hay muchas prótesis y todas funcionan igual y su principal componente es el titanio. Lo importante es que esté bien colocada. El precio medio de una prótesis sin cementar podría estar en unos 3.000 euros o incluso menos.

¿Se trata de una operación habitual?

Sí, se trata de una operación muy habitual, con un porcentaje de complicaciones muy bajo, entre el 1% y el 3%. Todas las semanas realizamos intervenciones de prótesis de cadera y cada vez se opera a personas más mayores, de 85, 90 ó 95 años, porque es una cirugía que se hace bien reglada y el paciente lo agradece. En este tipo de intervenciones no importa tanto la edad, sino las condiciones del paciente con respecto a la edad que tiene.

En general, la artrosis de cadera es más frecuente en hombres que en mujeres, mientras que en mujeres es más habitual la de rodilla. En el caso de los hombres porque realizan deportes más violentos como fútbol, esquí, artes marciales… Pero especialmente el fútbol.

Casi el 90% de las personas que requieren un reemplazo de cadera han superado los 55 años. Aunque, gracias a los avances de los materiales de las prótesis, cada vez se operan pacientes más jóvenes.

El Rey ha sufrido varios accidentes deportivos importantes y ha podido sobrecargar las articulaciones debido a su actividad física. Teniendo en cuenta sus factores genéticos, no es extraño que tenga una artrosis de cadera. Una se le rompió y se le operó. También se le operó de una rodilla que tenía desgastada, y ahora tiene gastada la otra cadera. Con frecuencia, ocurre que cuando alguna articulación está operada, la que queda tiene que soportar la mayor parte del trabajo y, por tanto, se deteriora. Lo que le ocurre a Su Majestad es normal, es una artrosis de cadera normal como podría tenerla cualquier persona de su edad.

¿Se puede prevenir la dolencia?

Es difícil prevenirla. Si pesas 140 kg., la cadera y las articulaciones están sobrecargadas. Si una persona padece obesidad, una manera de prevenir la artrosis, no sólo de cadera, es perder peso, de esta manera no sobrecarga tanto la articulación. Después están las personas que realizan ejercicio violento, si fuerzas mucho las articulaciones las gastarás antes que si realizas una actividad moderada.

¿Por qué no se intervino al Rey en la anetrior operación?

No era recomendable porque lo que tenía era una fractura de cadera con un poco de artrosis, por eso se le puso la prótesis. Fue una cirugía de emergencia, complicada. De hecho, hubo que reintervenirle. En este caso, pareció prudente hacerlo unos meses después.

¿Se pueden intervenir al mismo tiempo las dos caderas?

Sí, es posible, pero no se hace habitualmente. Hay que tener en cuenta las necesidades del paciente y el postoperatorio es más delicado que si sólo se hubiera intervenido una. Se deben dar una serie de circunstancias, que la calidad del hueso sea buena, que el paciente acate las indicaciones del especialista, que sepa cómo tiene que moverse… Pero sí, es una intervención que puede realizarse y, de hecho, lo hacemos.

¿Es mejor operarse cuanto antes o puede esperarse?

Esa decisión la toma el paciente según el dolor que tenga y la incapacidad que padezca. A veces veo radiografías en la que la articulación está mal, pero como el paciente no sufre dolor ni le incapacita, no se le opera. En otras ocasiones ocurre lo contrario, la articulación no está mal pero el paciente sufre, y entonces se le opera.

En el caso de que se trate de una prótesis de cadera, la decisión, con la ayuda y recomendación del médico, la toma el paciente. Sin embargo, en el caso del recambio de prótesis es el médico el que lo decide porque el hueso pierde calidad y puede haber complicaciones y dificultades operatorias posteriores importantes.

¿Qué proceso de recuperación requiere?

En el caso del Rey, lo más recomendable es que durante el primer mes, mes y medio, no realice esfuerzos para evitar complicaciones. Ese primer mes es muy importante porque el material de la prótesis y el hueso se tienen que integrar. Pasado este periodo ya se puede comenzar a tener una actividad normal, pero también depende del tipo de actividad que realice, no es lo mismo viajar, adoptar posiciones incómodas o peligrosas que estar tras la mesa de un despacho que un trabajo. Los días de baja son muy relativos.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Sastres reales para la moda británica

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El Mundo

Antes de que el modisto Norman Hartnell (1901-1979) abriera su primera 'boutique' en barrio de Mayfair en 1923, Londres era una advenediza en el mundo de la alta costura. Pero los primeros vestidos de Hartnell inspirados en la moda francesa, empezaron a ser muy apreciados en los protocolos de palacio. Algunas estrellas de cine (como Gladys Cooper, Gertrude Lawrence, Jessie Matthews o Alice Delysia), popularizaron luego sus diseños en las presentaciones en sociedad. Hartnell pronto se convertiría en el favorito de la reina madre Isabel, y fue el encargado de vestirla en su boda en 1947 y el de coronación de 1953.

Con un estilo más ecléctico y polifacético, Hardy Amies asumió este testigo como sastre real décadas más tarde, convirtiéndose en el modisto de la reina Isabel II. Una de sus creaciones más conocidas es el vestido que diseñó para el retrato de la reina en el Jubileo de 1977, cuando se celebraron sus 25 años en el trono. También trabajó con Stanley Kubrik diseñando los trajes de '2001: Odisea en el Espacio' y vistió a la selección inglesa en el Mundial de Inglaterra de 1966.

Una exposición en el museo de moda y textil de Londres, reúne 50 conjuntos de ambos modistos, con trajes de noche, vestidos de cóctel y diseños prêt-à-porter usados por la alta sociedad británica, desde el periodo de entreguerras hasta la influencia de sus diseños en la actualidad.

La exhibición empieza con los vestidos de 1920 y 1930, cuando se acostumbraba a cambiar de ropa entre dos y cuatro veces, y las casas de costura remodelaban modelos existentes. El punto de referencia es la casa de arte moderno de 1935, pasando por el cambio radical en la moda durante la Segunda Guerra Mundial y las regulaciones a la industria textil en 1941.

Un traje de noche con lentejuelas doradas que la esposa de Jorge VI lució en 1935 recuerda la relación que la reina madre tuvo Hartnell, y el papel tan importante que jugó la casa real para la internacionalización de la moda británica.

Tras dejar atrás los años de austeridad, los modelos de Hardy Amies ganan notoriedad con atrevidos conceptos para la época, como la minifalda en los 60, y algunos vestidos de novia y trajes para puestas de largo. La historia de este diseñador se remonta a una pequeña tienda Savile Row, conocida como la calle de los sastres, durante las estrecheces de la posguerra. Sus revolucionarios estilos deslumbraron en los 50 y 60, cuando diseñó faldas con vuelo largo y estrechas de cintura.

Amies se convirtió en el segundo modisto más relevante de la casa real a partir de 1970, aunque empezó a confeccionando algunos trajes de protocolo para la entonces princesa Isabel en la década de los 50. Entre los modelos más modernos, destaca una réplica del recordado traje azul añil que Diana Spencer llevaba el día en que se comprometió con el príncipe de Gales, en 1981.

'De Hartnell a Amies', como se llama la muestra, también incluye algunos conjuntos del diseñador de origen australiano Frederick Fox, y explora la importancia de los sombreros en la moda británica. De la treintena de diseños, destaca una réplica del que realizó para la Reina en 1977. La exposición termina con una discusión sobre la influencia de estos modistos en la industria actual, y el resurgimiento de algunas marcas tradicionales británicas de sastrería y confección.

domingo, 18 de noviembre de 2012

El Rey afirma en la Cumbre de Cádiz que, ante la crisis, las miradas se vuelven hacia Iberoamérica

El Rey ve una confianza más fuerte entre países iberoamericanos

ABC

Su Majestad el Rey ha resaltado en la inauguración en el Gran Teatro Falla de Cádiz de la XXII Cumbre Iberoamericana el progreso que han experimentado en los últimos años los países del Nuevo Continente y ha aformado que, en estos momentos de crisis en Europa, las miradas se vuelven hacia el otro lado del Atlántico. Don Juan Carlos ha abogado por la concertación con Iberoamérica, buscando fórmulas de trabajo conjunto.

Junto a al Rey y la Reina se encontraban los Príncipes de Asturias y los mandatarios de los países que forman parte de la Conferencia Iberoamericana. Quince de ellos estaban representados por sus jefes de Estado y de Gobierno, ya que, como se anunció, nos asistieron los presidentes de Argentina, Venezuela, Cuba, Guatemala, Paraguay, Uruguay, ni tampoco el de Nicaragua, Daniel Ortega, que ayer mismo anunció que no viajaba a España «por razones de fuerza mayor».

Don Juan Carlos, que ha asistido a todas las cumbres desde su creación en 1991, ha recordado en su intervención que el mundo es hoy muy diferente al de hace más de dos decenios, y ha subrayado que en el continente iberoamericano «se reducen los índices de pobreza y hay una mayor cohesión social», pese a la persistencia de desigualdades.

El Rey aludió entonces a la crisis económica y financiera que se vive en Europa, antes de decir: «Nuestras miradas se vuelven hacia vosotros». «Necesitamos —enfatizó— más Iberoamérica. Debemos concertarnos y conocernos más y mejor, seguir explorando y poniendo en práctica nuevas formas de trabajo conjunto, profundizando en nuestra cooperación y escuchando a nuestros ciudadanos». El Monarca ha abogado por lograr que Iberoamérica hable «con una sola voz que sea reconocible por todos».

En la inauguración estaban también presentes los invitados especiales, entre ellos el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y el primer ministro marroquí, Abdelillah Benkiram. También asistieron los portavoces del Grupo Parlamentario, del PP, Alfonso Alonso, y del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, sentado muy cerca del ex presidente del Gobierno José María Aznar, con quien estuvo conversando antes del acto.

Con anterioridad a la inauguración, los mandatarios han visitado el Oratorio de San Felipe Neri, donde el 19 de marzo de 1812 se proclamó la primera constitución liberal de España, conocida como «La Pepa».

El Rey anuncia en Cádiz su segunda operación de cadera

 



El Rey ha anunciado en el brindis de la cena de gala ofrecida a los jefes de Estado y de Gobierno que participan en la Cumbre Iberoamericana de Cádiz que la próxima semana pasará de nuevo por el quirófano.

Don Juan Carlos ha dicho que, aunque los médicos le habían recomendado que se operara «ya», decidió posponerlo para la semana que viene con el fin de estar con los líderes iberoamericanos. «Aunque los médicos me recomendaban pasar por el quirófano ya, he querido posponerlo al menos hasta la semana que viene, para poder estar hoy aquí con todos vosotros, mis hermanos iberoamericanos, para fortalecer juntos este extraordinario espacio de afinidades y de afectos que es nuestra Iberoamérica», ha explicado.

«No he faltado a ninguna de nuestras citas en 21 años y tampoco estaba dispuesto a estar ausente en esta, en la que, además, España es el anfitrión», ha asegurado el Monarca.

A Don Juan Carlos le será implantada una prótesis en la cadera izquierda, tal y como le vienen recomendando los médicos desde hace meses. Esta será la quinta operación a la que se someterá el Rey en los últimos dos años y medio, tras la intervención de pulmón que le fue practicada en mayo de 2010, la artroplastia de rodilla derecha que se le hizo en junio de 2011, la reconstrucción del talón de Aquiles del pie izquierdo a la que se sometió en septiembre del año pasado y la operación de la cadera derecha que se le practicó el pasado abril.

Cuando Don Juan Carlos se fracturó el fémur durante una caída hace siete meses, los médicos ya sabían que la cadera izquierda presentaba un mayor grado de artrosis que la que se había fracturado, por lo que entonces le recomendaron que fuera pensando en someterse a una nueva operación que las obligaciones de su cargo le han impedido acometer.

En apenas siete meses el Monarca realizó seis viajes internacionales a Brasil, Chile, Arabia Saudí, Rusia, Estados Unidos e India y en España asistió a más de un centenar de actos oficiales. El pasado verano se quedó sin lo que todo el mundo entiende por vacaciones, pues sólo se desplazó una semana a Palma de Mallorca y casi todos los días tuvo actos oficiales en la isla.

A pesar de su esfuerzo por mantener el alto ritmo de trabajo, el Rey ya no pudo ocultar durante su viaje a la India las fuertes molestias que sentía en la cadera izquierda y, a su regreso, redujo considerablemente el ritmo de su actividad. Incluso, se vio obligado a recibir en su despacho -sin salir al Salón de Audiencias- a las pocas personas que le han visitado en las dos últimas semanas con carácter público, es decir, en presencia de los medios de comunicación.

Audiencia abierta, capítulo VI

viernes, 16 de noviembre de 2012

Ernesto Cardenal: «Sofía es la Sabiduría y la Poesía de Dios»


EFE Ernesto Cardenal, recibiendo el premio de manos de la Reina

El poeta nicaragüense homenajea a Doña Sofía al recibir el XXI premio Reina Sofía de poesía Iberoamericana de manos de Su Majestad en el Palacio Real


ABC

Ernesto Cardenal, el poeta nicaragüense de la revolución sandinista, el teólogo de la liberación, el científico, el místico, el monje trapense del monasterio de Gethsemani, ha recibido, profundamente emocionado, de manos de Su Majestad la Reina el XXI Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, en el PalacioReal. Honrado, con su impenitente boina negra y una capa blanca, el poeta revolucionario agradecía a Patrimonio Nacional y la Universidad de Salamanca «haber decidido otorgarme este honrosísimo premio sin que tenga mucho mérito (otros con más mérito podrían ahora estar aquí en vez mía), y a Su Majestad Reina Sofía, en cuyo nombre se me otorga este premio. Que la poesía sea promovida por una Reina es algo que debieran imitar los otros gobernantes».

Ernesto Cardenal ha glosado el significado especial que para él tiene este premio: «Sofía que en la lengua materna de Su Majestad significa Sabiduría y es una figura muy misteriosa y muy atractiva de la Biblia. Ella habla de sí misma en el libro de Los Proverbios diciendo que Dios la tenía ya antes de su creación. Y antes que existieran los grandes mares, antes que brotaran los ríos y los manantiales, antes que se formaran los cerros y los montes, ella jugueteaba con la creación y estaba feliz entre los hombres. La tradición cristiana ha interpretado esta figura de la Biblia como un atributo de Dios, como Dios en su creación y también como Cristo, Sabiduría de Dios, y Palabra creadora de Dios. En este caso yo creo que es como decir que Sofía es la Poesía de Dios».

Poesía, para el poeta que fue amonestado por el Papa Juan Pablo II en 1979, en el aeropuerto de Managua, por propagar doctrinas apóstatas, es la persona amada: «Poesía es el amor. Y poesía es la amada que uno ama, y todo lo que uno ama y que lo ama a uno. Poesía es todo, incluido el Creador de todo. Poesía es Dios». Prosigue el autor de «Hidrógeno enamorado», la antología con la que honra el Premio Reina Sofía: «La poesía, que también ha sido el lenguaje de Dios, fue el primer lenguaje de la humanidad, y aun hoy la poesía sigue siendo la más eficaz comunicación humana. En los pueblos cuya civilización es aún primitiva todos son poetas. "Todo indio es un poeta en potencia" dice Grave Day. Entre los tuareg de África todos hacen versos, y en muchas tribus indígenas de los Estados Unidos. En la antigua Grecia todo estaba escrito en verso, aun las leyes. Según una antigua tradición islámica Adán en el paraíso hablaba en verso. Hace pocos días, acompañada de un cariñoso saludo me escribió mi amigo el gran obispo del Brasil Pedro Casaldáliga: "¿Quién dijo miedo habiendo Pascua?". Esto también nos enseña Sofía, la Sabiduría y la Poesía de Dios».

En el acto de entrega, Su Majestad la Reina estuvo acompañada en el Palacio Real por el ministro de Educación Cultura y Deporte, José Ignacio Wert; el presidente del Consejo de Administración del Patrimonio Nacional, José Rodríguez-Spiteri Palazuelo y el rector magnífico de la Universidad de Salamanca, Daniel Hernández Ruipérez.

El Rey en Cádiz para participar en la Cumbre Iberoamericana

EFE

El Rey ha llegado a Cádiz para participar en la XXII Cumbre
Iberoamericana, que comenzará este viernes en la capital gaditana con
la asistencia de la Reina y los príncipes de Asturias.

Don Juan Carlos ha viajado en avión de Madrid a Jerez y, desde esta
ciudad, se ha desplazado en automóvil hasta el Parador Nacional de
Cádiz, residencia de la delegación española durante la cumbre, donde
permanecerá alojado durante su estancia en la capital gaditana y
mantendrá reuniones bilaterales con otros jefes de Estado.

Tras haber recibido este jueves en el palacio madrileño de la Zarzuela
al presidente dominicano, Danilo Medina, el Rey tiene previsto
entrevistarse mañana en el Parador de Cádiz, a partir de mediodía, con
los jefes de Estado de Colombia, Juan Manuel Santos, y el de Ecuador,
Rafael Correa.

También tenía concertado un encuentro bilateral con el presidente
uruguayo, José Alberto Mújica, pero este mandatario ha cancelado su
viaje a Cádiz y su posterior visita oficial a España por prescripción
médica, ya que, ante los dolores que sufría en la pierna derecha, se
le practicó una ecografía que detectó una pequeña obstrucción en una
vena.

La Reina y los príncipes, que tienen previsto llegar a Cádiz a primera
hora de la tarde, acompañarán al Rey en la visita de los participantes
en la cumbre al Oratorio de San Felipe Neri -sede de las Cortes
Constituyentes de 1812-, a la que don Juan Carlos llegará después del
tradicional almuerzo con el presidente de México, que celebrarán el
Rey y el jefe del Gobierno español, Mariano Rajoy.

El príncipe Felipe -que ya asistió a la anterior cita iberoamericana
en suelo español, la celebrada en Salamanca en 2005- y doña Letizia
también acudirán junto a la reina a la ceremonia inaugural de la
cumbre, organizada en el Teatro Manuel de Falla, donde el rey
pronunciará un primer discurso.

Los príncipes también estarán en la cena que ofrecerá a sus invitados
en el Parador Nacional, si bien doña Letizia, una vez concluidos los
actos institucionales del viernes, no permanecerá en Cádiz la jornada
del sábado, mientras que existe la posibilidad, aún no confirmada, de
que don Felipe asistiera ese día junto al monarca a las sesiones de la
cumbre.

La Reina

En paralelo a las reuniones de la cumbre, la reina Sofía seguirá el
programa organizado para las primeras damas, que incluye visitas a una
exposición de arte contemporáneo y a la catedral de Cádiz, así como un
desplazamiento a Jerez para conocer la Real Escuela de Arte Ecuestre y
acudir a unas célebres bodegas, donde almorzarán.

El Rey, que tiene previsto saludar personalmente uno a uno a todos los
invitados el sábado, antes del inicio de las sesiones de trabajo, ha
querido mantener una participación activa durante toda la cumbre, pese
a las molestias que sufre en la cadera.

Don Juan Carlos desea completar sus compromisos iberoamericanos el
lunes 19 en el Palacio Real, donde ofrecerá un almuerzo a la
presidenta brasileña, Dilma Rousseff, si bien ha aplazado una visita a
París que tenía previsto realizar la próxima semana por consejo de los
médicos, que le han recomendado bajar el ritmo de sus actividades para
no deteriorar sus articulaciones.

Tras su reciente viaje a la India, en el que desarrolló un intenso
programa de trabajo y actos protocolarios en Bombay y Nueva Delhi, los
facultativos le aconsejaron tomarse con más calma sus actividades
oficiales.

El Rey fue intervenido el pasado abril en el Hospital USP San José,
primero por una fractura en la cadera derecha como consecuencia de un
accidente en Botsuana y días más tarde por una luxación en el mismo
hueso producida por un mal movimiento tras una audiencia oficial, y el
16 de octubre acudió a este mismo centro sanitario para una revisión
médica de la cadera.

martes, 13 de noviembre de 2012

El Rey y la cuestión catalana

José Antonio Zarzalejos
La Vanguardia

Puede ser una casualidad histórica o no, pero tres de los cuatro grandes Estados occidentales con más tensiones secesionistas adoptan la forma de monarquía parlamentaria. Es el caso del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, cuya soberana, Isabel II, encarna la más alta magistratura de otros quince estados, entre ellos Canadá, de tal manera que, aunque con distinta intensidad, está concernida tanto por Escocia como por Quebec. Y es el caso de Bélgica, en el que reina Alberto II, árbitro eficaz y discreto de las aspiraciones de flamencos y valones. Y es caso de España, donde la denominada Monarquía prosaica -título de un ensayo de Miguel Ángel Aguilar Rancel y Óscar Hernández, un tanto academicista pero certero en señalar la vulgaridad con la que el sistema ha tratado y trata a don Juan Carlos, en parte por su propia forma de entender la Corona- tiene un reto con el proceso secesionista de Catalunya. No puede argüirse para descartar la intervención institucional del Rey el desgaste de su reputación y los avatares "no ejemplares" de miembros de su familia. Porque en todas partes cuecen habas.

La muy reconocida Isabel II ha tardado tres lustros en recuperarse de su annus horribilis (1992) y Alberto II, rey de los belgas, ha recompuesto la institución después de rehabilitar su matrimonio con Paola -la antes glamurosa princesa de Lieja- y pelea ahora para que no se hunda la credibilidad de su heredero, Felipe de Brabante, al que un libro -Cuestiones reales- ha atribuido con pelos y señales una relación homosexual de modo que su actual matrimonio sería una mera tapadera para dar continuidad a la dinastía. Por su parte, don Juan Carlos, tras pedir perdón el 18 de abril pasado por su desafortunada escapada cinegética a Botsuana -gota que colmó el vaso de un comportamiento ya errático en determinados aspectos- se está empleando a fondo en una remontada que, con suerte desigual pero propósito de sincero compromiso, demuestra su capacidad estadista. El error de manifestarse a través de una especie de post en la web de su casa con palabras impropias -"quimera", "galgos y podencos"- acerca de los acontecimientos de Catalunya, no deja de ser un accidente -aunque serio- en el conjunto de una trayectoria de fina sensibilidad hacia el binomio unidad-diversidad que ha distinguido sus pronunciamientos institucionales sobre España y los españoles.

Quienes suponen que don Juan Carlos sería un "Rey político" por intervenir en la cuestión catalana, se confunden. Lo hace -y ha de hacerlo con extremada discreción y las ideas muy claras- por razones constitucionales y desde una perspectiva institucional. La Constitución atribuye al Rey un simbolismo legitimador que consiste en representar la unidad y permanencia del Estado, que es justamente lo que está en juego. Don Juan Carlos sabe moverse en terreno difíciles, incluso más y mejor que en los sencillos. Frente a quienes se extasían con el saludo de Isabel II a Martin McGuinness, excomandante del IRA, habría que recordar que el Rey ha recibido sin pestañear en la Zarzuela a los representantes de la izquierda radical abertzale cuando la banda terrorista ETA estaba activa, como ocurrió en 1993 con un Jon Idigoras azorado. Por otra parte, el jefe del Estado se ha volcado personal e institucionalmente en presencias y afectos hacia los españoles más hostiles a su condición de tales. Don Felipe le está secundando con eficacia.

No es posible, como también se supone de manera infundada, construir sobre un denominado pacto con la Corona -de evocaciones medievales- una alternativa al actual sistema. Las monarquías o son parlamentarias, o se extinguen, carecen de sentido. El Estado, como con una maestría realmente extraordinaria y con una ponderación intelectual y científica digna del mayor encomio, describe el historiador vasco Juan Pablo Fusi Aizpurua en su Historia mínima de España, se encuentra en una fase histórica que es la de la postransición. El gran papel del Rey fue, pues, anterior y la continuidad de la monarquía en términos de funcionalidad, requiere que su papel se renueve ejerciendo la moderación y el arbitraje en los desafíos actuales. El catalán es el más importante y respecto del que el Rey dispone de la auctoritas que se le reconozca, la persuasión que sea capaz de transmitir, la transversalidad con la que sepa moverse, pero todo ello resignado al cumplimiento de la propia razón de ser de la Corona: símbolo de la unidad y permanencia del Estado, como concepto más allá de este u otro modelo. Sus pares -Isabel II, Alberto II- han desempeñado ese rol. Don Juan Carlos sabe que la historia le contempla y el futuro le amenaza. No cabe ni un error más.

lunes, 12 de noviembre de 2012

Documental sobre Don Juan



Televisión Española ha retransmitido un interesante documental sobre Don Juan de Borbón, padre del Rey, con interesantes imágenes y pasajes de su dilatada vida al servicio de España.

Documental

Audiencia abierta, capítulo V

domingo, 11 de noviembre de 2012

Paul Preston: «En un país de crispaciones como España, la Monarquía es una valiosa jefatura neutral»

Entrevista al prestigioso hispanista con motivo de la actualización de la biografía que escribió del Rey.

ABC

El prestigioso hispanista define a Juan Carlos I como «un caso único entre los reyes del siglo XXI por haber creado su propia legitimidad»

«Qué cabrón», exclamó Don Juan al leer la carta de Franco, llena de inquina y rencor, en la que le informaba de la elección de su hijo Juan Carlos como sucesor en la Jefatura del Estado. Lo cuenta el historiador e hispanista británico Paul Preston (Liverpool 1946), con su virtuosa capacidad de convertir la reconstrucción de los grandes momentos de la Historia de España en narraciones íntimas pegadas al factor humano. En la cocina de su casa al norte de Londres, el director del centro Cañada Blanch de estudios españoles de la London School of Economics se declara republicano «intelectualmente», pero defensor de la Monarquía en Gran Bretaña y en España por su «papel estabilizador». Una bandera tricolor y varias tazas de aniversarios de las Brigadas Internacionales dan cuenta de su corazón republicano. Pero su biografía sobre Juan Carlos I, «El Rey de un pueblo», publicada en 2003 y actualizada ahora en la editorial Debate, no deja dudas sobre su admiración por el Rey.

—Su libro muestra una gran empatía con esa infancia y juventud en la soledad del Rey. ¿Qué siente hacia Juan Carlos I y cómo ha evolucionado su visión de él?

—Una de las cosas que aprendí escribiendo la biografía de Franco [1994] fue descubrir que lo que más me gusta es escribir sobre personas. Pero además, aprendí que la buena biografía es la que transmite al lector la ilusión de haber conocido al personaje y, para ello, el propio autor debe crearse esa ilusión a sí mismo. Mi visión del Rey se centra en tres aspectos: el personaje, su papel histórico como «bombero de la democracia» entre los inicios Transición y 1982, y el papel del Rey después como Jefe de Estado en cuanto Rey «ceremonial» –lo que en inglés llamamos "the job" [el oficio]- y «super embajador» de España. Por mis estudios sobre la Transición ya tenía una visión muy positiva del Rey, pero lo que cambió profundamente mi punto de vista fue ir dándome cuenta, a medida que avanzaba en mi investigación, de lo horribles que habían sido su niñez y su adolescencia por la soledad, la falta de cariño y el sentimiento de ser un peón en un juego de otros. Yo, a pesar de las apariencias, también fui niño, tengo hijos, y fui criado, al ser huérfano, con mucho cariño por mis abuelos, y este contraste juega un papel.

—¿Cómo fue esa infancia?

—El momento emblemático para mí es aquel viaje horrible que hace en noviembre de 1948, con diez años, en el Lusitania Express, cuando entra en España por primera vez solo, rodeado de señores mayores vestidos de negro que debían de parecerle siniestros. Ni siquiera tuvieron el gesto de dejar pasar al niño a la locomotora a conducir los mandos, placer infantil que dejaron que monopolizara el duque de Zaragoza.

—¿Qué destaca de su juventud?

—Estuvo sometido a un doble lavado de cerebro. Por un lado, el de la familia, que es comprensible. Don Juan de Borbón piensa, porque es su deber pensarlo, que la misión más importante es recuperar el trono. El otro lo realiza Franco, que piensa en garantizar la continuidad del régimen. Y entre esos dos procesos de lavado está la tortura psicológica que le hace Franco de si le nombra o no sucesor, lo que genera inseguridades en el joven príncipe. En los últimos diez o quince años de franquismo, ya le está entrenando para ser sucesor de Franco. Cuando Franco dijo aquello, en referencia a su sucesión, de «todo está atado y bien atado», lo que quería decir es que Juan Carlos estaba atado. Un gran motivo de admiración es cómo el Rey se libra de todo esto, cómo reconoce que una Monarquía franquista solo podría sobrevivir vertiendo mucha sangre y opta por una vía democrática.

—¿Desarrolló Franco sentimientos de «abuelo» hacia Juan Carlos o todo era parte de su típico cinismo?

—Con Franco nunca hay un solo motivo para las cosas. Franco siempre añoró tener un niño y, a medida que le trataba, desarrolló un auténtico cariño hacia Juan Carlos. Pero trabaja siempre dentro de su visión franquista de un Rey nombrado a dedo para mantener la continuidad del régimen. Franco trató a la familia Borbón con una malicia muy pensada, pero mantuvo siempre una duplicidad porque una de las cosas que le garantizaba la lealtad de muchos altos oficiales del Ejército era la promesa de restaurar la Monarquía. Todo su juego con los diferentes candidatos al trono –Don Juan, su hermano sordomudo Jaime de Borbón y Battenberg, el hijo de éste Alfonso de Borbón y Dampierre, y los dos pretendientes carlistas, Carlos de Habsburgo-Lorena y Borbón y Carlos Hugo de Borbón-Parma- y su decisión final de nombrar a Juan Carlos y no al heredero natural, que era Don Juan, eran una manera de decir que estaba por encima de la Familia Real.

—¿Cuánto de la transición democrática tiene ya en la cabeza Juan Carlos cuando se convierte en Príncipe en 1969, a los 30 años?

—Creo que muy poco. El mérito del Rey es enorme en hacer de la Transición una transacción entre las fuerzas más moderadas de la izquierda con las fuerzas más progresistas del régimen. Asegurar que esa transacción fuera posible sin intervención militar es indudablemente mérito del Rey. Pero aquel gran montaje teatral que fue la Transición tuvo tres protagonistas: un empresario, el Rey; un guionista, Torcuato Fernández-Miranda; y un actor principal, Adolfo Suárez. En el 69, hasta entonces él había pensado que su misión era asegurar la vuelta de su padre al trono, hasta que asume que la familia está por encima y acepta que será el heredero. En ese momento, empieza a pensar en cómo va a conservar un trono que recibe de manos de Franco. En esa reflexión tuvo muchos «inputs», y entiendo que tuvo contactos con la Familia Real griega, la británica, con muchos diplomáticos, con su padre y con sus asesores y tutores, como Torcuato Fernández-Miranda o Carlos Ollero. El mérito del Rey es absorber todas esas opiniones y tomar la decisión que tomó de querer ser el Rey de todos en una monarquía democrática...

—Forzado por la Historia a llegar al trono dentro del franquismo...

—Sí, atraviesa un proceso de incremento de legitimidad: empieza siendo Rey por gracia de Franco, recupera la legitimidad dinástica de manos de su padre, y luego adquiere la legitimidad popular en la Transición, lo que le convierte en un caso único entre los reyes del siglo XXI. Es un hombre que crea su propia legitimidad. No sé si en su fuero interno era ya un demócrata convencido o un realista convencido de que tenía que ser demócrata, no lo puedo decir. Pero me da igual porque tomó la opción que tomó, ser Rey de todos.

—¿Es diferente la soledad de un joven Rey con el futuro por delante a la de un soberano al final de su reinado, con su familia sumida en problemas?

—La vida de Juan Carlos I, como mínimo hasta el 82, fue una vida de sacrificios y de entrega al servicio de su pueblo. Después del 23-F no empieza el «descanso del guerrero» sino que comienza el terrible oficio de ser Rey. ¡Yo no aceptaría el trabajo de la Reina de Inglaterra ni por diez veces su riqueza! Ver a cientos de personas cada día, saludar a gente que no te interesa, viajar y, en el caso de Juan Carlos, ser un «super embajador» de tu país, sin descanso. Después de una vida de entrega, ya cansado, debe de haber algún sentimiento del tipo «yo merezco alguna recompensa», aunque esto es solo mi interpretación.

—¿Ve algún paralelismo entre Isabel II y el Rey Juan Carlos?

—Veo diferencias muy importantes, que afectan al futuro de la monarquía en España. Primero, la Reina de Inglaterra es mujer, y creo que hay diferencias de género que explican muchas cosas. Segundo, hay fuertes diferencias de personalidad. Isabel II es una persona bastante fría, muy consciente de la dignidad de su posición, mientras que Don Juan Carlos es un hombre muy afable. Esto es una ventaja, pero acarrea también el riesgo de estar abierto a más personas, y a más tentaciones. Al ser el Príncipe Felipe una persona más fría, carece del don de gentes de su padre pero creo que lo que a primera vista parece una desventaja puede ser una ventaja que le sirva para mantener las distancias, como Isabel II. El gran teórico británico del siglo XIX, Walter Bagehot, hablaba siempre del «misterio en la distancia», lo que nos llevaría a monarquías más «profesionales» como en Dinamarca. Pero es indudable que ciertas anécdotas y rasgos del carácter de Don Juan Carlos le dan un enorme atractivo, por otro lado.

—¿Cómo analiza la operación de proyección de la dinastía Windsor que ha realizado la Familia Real británica con el Jubileo de Diamantes? ¿Recomendaría los expertos en marketing de Isabel II y el príncipe Carlos a la Familia Real española?

—No estaría mal. Si miramos hace diez o quince años, los medios de comunicación habían hecho de la monarquía aquí un hazmerreír. En Gran Bretaña teníamos una monarquía que cometía muchos errores y mucha transparencia de los medios. En España, no había errores, y tampoco había transparencia. Ahora se ha invertido. En Reino Unido hay pocos errores, como las «chuminadas» de Enrique en Las Vegas, y un montaje de comunicación y marketing en torno a la monarquía muy bien realizado. En cambio, en España encontramos una transparencia en los medios de comunicación que nunca hubo y errores graves en la Familia Real, como los cometidos en esos meses por el propio Rey y sus yernos. Pero quienes temen por el futuro deberían tranquilizarse. Franco mantenía dos montones de papeles: el de asuntos que el tiempo resolverá y el de asuntos que el tiempo ya ha resuelto.

—¿Cuál cree que es la mejor forma de Estado en una España que usted define como «país de crispaciones»?

—Intelectualmente, soy republicano. Pragmáticamente, no necesariamente. En Inglaterra tenemos el dicho de «si funciona, no intentes arreglarlo». La Monarquía británica aporta estabilidad, por lo que hasta que no haya una crisis es mejor no tocarla. En España, es conocido que tengo fuertes simpatías hacia la Segunda República porque, en general y a pesar de sus errores, fue un instrumento de progreso y democracia para los españoles. Pero pienso lo mismo del papel del Rey Juan Carlos. No veo contradicción. En un país cuyo sistema político es bastante tóxico -se notaba menos en épocas de prosperidad pero ahora se nota mucho-, la Monarquía ofrece una Jefatura de Estado neutral. Es un servicio muy importante que puede aportar la Monarquía a España. Es algo que ha hecho muy bien Don Juan Carlos, y que confío que haga el Rey Felipe.



Mi padre, el Rey, y el mar

Mi abuelo

XLSemanal publica extractos del libro 'El rey y el mar. Juan Carlos I, historia de una pasión', de Ignacio Gómez-Zarzuela Ros, en el que el Príncipe escribe el prólogo.

Aquí se pueden leer algunos fragmentos y ver fotografías de ámbito marinero del Rey y la Familia Real.

Remembrance Day

 Coincidiendo con el "Remembrance Day" que se celebra hoy en memoria de los británicos que han dado su vida por la Patria en todo tiempo y lugar, reproducimos el siguiente texto de Esperanza Aguirre publicado en su blog y nos unimos a la causa de promover una iniciativa similar en España, en recuerdo de aquellos que han dado su vida por el país, cualquiera que sea su ideología.



El segundo domingo de noviembre, que es el domingo que cae más cerca del día 11 (aniversario del armisticio que en 1918 puso fin a la I Guerra Mundial) los ingleses celebran su “Remembrance Sunday”. Y las semanas anteriores, y hasta ese mismo día, todos los ingleses del mundo, desde el Primer Ministro hasta los entrenadores de todos sus equipos de fútbol, llevan en la solapa de sus americanas una amapola (“poppy”, en inglés) de papel. Esa amapola que lucen durante esas semanas es la forma sencilla pero profundamente emotiva de recordar y honrar a todos los que, a lo largo de la Historia, han dado su vida por Inglaterra.

Es una tradición que empezó después de la I Guerra Mundial, esa guerra terrible en la que murieron tres millones de británicos (por cierto, el porcentaje más alto de caídos entre los ciudadanos del Reino Unido corresponde a Escocia). Después del armisticio, el 11 de noviembre de 1918, los ingleses pusieron en marcha toda una serie de actuaciones para que perdurara la memoria de los que habían muerto por su Nación. Construyeron un gran monumento, el “Cenotaph”, que está en el centro de Londres, en White Hall, en medio de los edificios que forman el corazón de toda la vida política y administrativa de Gran Bretaña. Y el Remembrance Sunday, para recordar a los caídos, desfilan ante el Cenotaph los veteranos de las Guerras y los miembros de las asociaciones de apoyo a esos veteranos. (Este año coincide que ese “Sunday” cae el mismo día 11).

En los años posteriores a la I Guerra Mundial también nació la costumbre, ideada por los veteranos, de vender una amapola de papel (como las banderitas que se venden en España para llevar en las solapas el Día de la Cruz Roja o del Cáncer) con el objetivo de recaudar fondos destinados a hospitales y centros asistenciales que se ocupaban de esos veteranos de la Guerra. Eligieron la amapola porque con su color rojo les recordaba la sangre de los caídos y porque los que volvieron de los campos de batalla de Flandes, donde más británicos se dejaron la vida en aquella tremenda carnicería, recordaban cómo en tierra de nadie, en ese terreno que separaba sus trincheras de las trincheras de los alemanes, a pesar de estar arrasado por los bombardeos, florecían impertérritas las amapolas, que son unas flores humildes pero muy duras y capaces de brotar en los terrenos más inhóspitos.

La tradición de la “poppy” en la solapa ha llegado con plena vitalidad a nuestros días y no hay un solo británico que no la compre (se siguen vendiendo para recaudar fondos destinados a los hospitales y centros asistenciales que se ocupan de las víctimas militares) y que no la luzca con emocionado orgullo.

Y todos los años, cuando llegan estas fechas y vuelvo a ver a los ingleses con sus “poppies”, siento envidia de ellos y pienso que sería magnífico que los españoles también supiéramos recordar y honrar de manera sencilla pero unánime a todos los que han muerto por España.

Es verdad que los ingleses muertos en las últimas guerras murieron combatiendo contra un enemigo exterior y no matándose entre ellos, como hicieron con demasiada frecuencia los españoles de los dos últimos siglos. Es verdad que la última guerra civil inglesa tuvo lugar en el siglo XVII y las nuestras están mucho más cercanas. Pero precisamente por eso, precisamente porque las guerras civiles dejan heridas que son más difíciles de cicatrizar, creo que sería magnífico que, de una manera sencilla y solemne, como hacen los ingleses con sus caídos, los españoles de hoy reconociéramos el sacrificio de todos los que, a lo largo de nuestra Historia, han muerto por una España mejor, fuera cual fuera el ideal de España que les movió a dar sus vidas.

lunes, 5 de noviembre de 2012

Los secretos de armario de Isabel II: del reciclaje al vestido de James Bond

Imágenes integradas 1

EFE

La reina Isabel II es "frugal y muy consciente de los costes" de su vestuario e incluso utiliza telas provenientes del almacén de Buckingham, algunas de la cuales datan de 1961, ha revelado Angela Kelly, modista oficial de la soberana en los últimos veinte años.

En el libro 'Dressing the Queen: The Jubilee Wardrobe' (Vistiendo a la Reina: el vestuario del Jubileo), Kelly desvela los gustos a la hora de vestir de la soberana británica, que prefiere diseños que estilizan pero no son demasiado ajustados, y describe el diseño del vestido que lució en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Londres, que se mantuvo en secreto hasta ese momento.

Tanto el vestido color melocotón que lució la Reina ese día como la réplica que vistió la muñeca lanzada desde un helicóptero durante la ceremonia, en un 'sketch' junto a James Bond, conllevaron meses de trabajo en secreto para que ambos trajes fueran idénticos.

La difícil elección del color

Ni siquiera los modistos del Palacio de Buckingham sabían por qué se estaban confeccionando dos vestidos exactamente iguales, aseguró al diario 'Daily Telegraph' Angela Kelly, quien trabajó codo con codo con el director de la ceremonia, Danny Boyle, en su diseño.

La elección del color era "fundamental", ya que no solo debía hacer destacar a la Reina durante la ceremonia, sino que no podía coincidir con ninguna tonalidad asociada a los países participantes en los Juegos.

Asimismo, el vestido debía ser fácilmente identificable cuando la muñeca de la soberana hiciera su aparición en el Estadio Olímpico de Stratford al saltar en paracaídas desde el helicóptero con James Bond.

Además de este encargo, la modista trabajó durante dos años en el diseño de los vestidos que ha lucido la soberana durante su Jubileo de Diamantes, la celebración de sus sesenta años en el trono.

Una Reina ahorrativa

Kelly asegura que Isabel II trata de reducir gastos reciclando telas del almacén de Buckingham, algunas de las cuales datan de hasta 1961.

La soberana tiene preferencia por los tacones de cinco centímetros así como los bolsos de mano con asas largas, y no suele cambiar de opinión a la hora de decidir los modelos, añade Kelly.

"Los instintos de su Majestad suelen ser correctos", afirmó la modista al diario británico 'The Daily Telegraph'.

"La Reina tiene un conocimiento fantástico de moda y es muy consciente de lo que le sienta bien y de lo que es apropiado para cada ocasión", aseguró Kelly.

sábado, 3 de noviembre de 2012

Audiencia abierta, capítulo IV

viernes, 2 de noviembre de 2012

Cumpleaños de la reina Sofía

Hoy cumple 74 años la Reina de España.



Álbum conmemorativo publicado en ABC

jueves, 1 de noviembre de 2012