domingo, 18 de abril de 2021

Funeral del Príncipe Felipe



Mariángel Alcazar
La Vanguardia

La imagen de Isabel II, de luto, con mascarilla, encogida y sola, sentada en la capilla de San Jorge, resume el espíritu de la despedida del príncipe Felipe, duque de Edimburgo. Un funeral en el que se han cumplido los deseos del difunto: intimidad familiar y reconocimiento a su condición de militar, aunque sus obligaciones como esposo de la reina de Inglaterra le apartaron de su vocación como miembro de la Armada.  Una ceremonia marcada por el sentido y la sensibilidad.

El féretro con los restos de Felipe de Edimburgo, cubiertos con su estandarte que incluía los escudos de armas de sus orígenes danés, griego y británico, más su condición ducal, su gorra de lord del almirantazgo y su bastón de mando, ha entrado en la nave central y vacía de la capilla de San Jorge, mientras sonaban las  cuatro voces de un coro. En los asientos, situados a un lado y otro del altar, sus familiares y, en medio, su catafalco junto al que se ha situado un cojín de terciopelo rojo con sus condecoraciones.

Las distancias impuestas por la pandemia, aún han hecho más evidente la soledad de sus deudos. La Reina, la más próxima al altar, no tenía a nadie a su lado; sus hijos y nietos, casados, han podido estar junto a sus parejas e hijos, en el caso de los duques de Wessex. También ha estado solo el príncipe Enrique, llegado desde Estados Unidos, a donde huyó abandonado sus obligaciones reales hace poco más de un año.  El príncipe Andrés, también solo, ha sido quien se ha sentado en el lado de su madre, separados por varios asientos. El príncipe de Gales y la duquesa de Cornualles lo han hecho enfrente de la Reina.

Durante el cortejo fúnebre desde el acceso principal de la residencia real en el castillo de Windsor hasta la capilla de San Jorge, el príncipe Enrique ha caminado junto a su hermano Guillermo, separados por su primo Peter Phillips, hijo de la princesa Ana, quien durante el recorrido se ha situado un paso por detrás de sus primos. Quizá esa ha sido la solución salomónica para que los dos hermanos estuvieran al mismo nivel, aunque no ha habido miradas entre ellos.

Tras el funeral, los dos hermanos han salido juntos de la capilla y, en las imágenes, ofrecidas por la BBC, se les ha visto hablar, primero junto a la duquesa de Cambridge y, después, solos cuando Catalina ha adelantado el paso.

El recuerdo del cortejo fúnebre de Diana Spencer ha vuelto a muchas memorias, cuando con solo 15 y 13 años, Guillermo y Enrique caminaron, junto a su padre, Carlos, su tío Charles Spencer y su abuelo, el duque de Edimburgo, tras el féretro de su madre.  

Caminando detrás del Land Rover donde reposaban los restos del duque de Edimburgo han estado sus hijos, sus nietos varones, el  marido de la princesa Ana y el hijo de la fallecida princesa Margarita. El príncipe Carlos, que despidió a su padre con un "querido papá", no podía ocultar la emoción, quizá el que menos  de todos los familiares, más contenidos. Durante el recorrido, los hijos, nietos, familiares y otros participantes han caminado sin mascarilla, pero los que han entrado en la capilla han estado toda la ceremonia con ella puesta.

Para evitar un desaire al príncipe Andrés y al príncipe Enrique, apartados de sus puestos honorarios en el ejército, el primero por su relación con el Jeffery Epstein, condenado por corrupción y abusos sexuales, y el segundo tras haberse apartado voluntariamente de la familia real. Con todo, todos los hijos del duque de Edimburgo, incluida la princesa Ana, han lucido sus condecoraciones, al igual que el príncipe Guillermo.

El arzobispo de Canterbury y el dean de Windsor  han oficiado la ceremonia recordando los valores del difunto, su servicio al país y a la reina, así como su papel como padre, abuelo y bisabuelo. Una ceremonia emotiva, salpicada con las voces de un coro compuesto por cuatro cantantes, dirigido por James Vivian y con Luke Bond al órgano, cantaba Schmücke dich, o liebe Seele, de Johann Sebastian Bach; Adagio espressivo, de Sir William Harris; Salix, de Percy Whitlock; Berceuse, de Louis Vierne y Rhosymedre, de Ralph Vaughan Williams, los temas que el duque de Edimburgo escogió para que sonaran en su funeral. No ha habido elegías, ni sermón.

El regimiento real de Escocia ha acompañado a los sones de las gaitas el último tramo del camino de Felipe de Edimburgo desde el altar de la capilla de San Jorge hasta la bóveda real. La última persona que fue inhumada en esa lugar fue precisamente la madre del príncipe, Alicia de Battenberg, en 1969. Su cuerpo ya  no está allí, en 1988 fue trasladada a la iglesia del monte de los Olivos, en Jerusalen como reconocimiento a su ayuda a cientos de judíos durante el nazismo. Mientras los restos del duque de Edimburgo bajaban hacia la sepultura también ha intervenido una banda militar que ha interpretado el himno que acompaña a los soldados en su última batalla.

Una vez concluida la ceremonia, los miembros de la familia real han abandonado la capilla mientras el coro entonaba "God save the Queen". La esposa, hijos y nietos del duque de Edimburgo puestos en pie han honrado su memoria y, también, la vida de servicio a Isabel II y al Reino Unido.

viernes, 9 de abril de 2021

Especial revista Hola



Siempre en un segundo plano, Felipe de Edimburgo ha sido un gran desconocido en la Familia Real británica a pesar de acompañar a la reina Isabel desde hace casi 70 años. Nacido en Corfú en 1921, fue príncipe de Grecia y Dinamarca y vivió una difícil infancia acogido por diferentes parientes de toda Europa. Encontró su lugar en la Royal Navy donde llegó a ser uno de los tenientes más jóvenes en la historia de la institución hasta su retirada tras el ascenso de Isabel II al trono. Valiente, atractivo, con un peculiar humor y siempre dos pasos por detrás de su esposa: esta es la verdadera la historia del marido de la Reina, fallecido hoy a los 99 años de edad.

La revista Hola publica en su web artículos y reportajes especiales con motivo del fallecimiento del Príncipe Felipe y un interesante documental biográfico.

El pararrayos de la Reina

Rosa Massagué
El Periódico

Seguramente al príncipe consorte no le disgustaba que le calificaran de bufón de la reina. Bufón, no en el sentido de entretener a su esposa o a la corte, sino en el de desviar con sus gracietas y salidas de tono la excesiva atención hacia ella. Dando munición a los escasos republicanos, pero sobre todo a los británicos más izquierdistas con sus comentarios siempre al límite de la corrección política y muchas veces traspasándolo, se convertía en un pararrayos que absorbía las críticas a la institución monárquica poniendo en valor a la reina y a su papel al frente del Estado y de la casa de Windsor. Desde unos pasos atrás era el escudo protector de Isabel II. Al igual que su esposa, era un gran profesional.

Lazos de sangre y amistad con la Familia Real española

Almudena Martínez-Fornés
ABC

Felipe de Edimburgo no solo tenía lazos familiares con Doña Sofía; también los tenía con Don Juan Carlos, dos vínculos que se reforzaban en Don Felipe. Y es que la madre del Duque de Edimburgo era la Princesa Alicia de Battenberg, nieta de la Reina Victoria de Inglaterra, que era, además, abuela de la bisabuela de Don Felipe, la Reina Victoria Eugenia. No obstante, las circunstancias históricas hicieron que Felipe de Edimburgo tuviese que cambiar su apellido Battenberg (montaña de Batten) por su traducción al inglés, Mountbatten, en unos momentos en los que estaba viva aún la hostilidad entre británicos y alemanes tras la II Guerra Mundial.

Telegrama de los Reyes de España

«Querida tía Lilibet, hemos sentido una profunda tristeza al recibir la noticia del fallecimiento de nuestro querido tío Philip.

En estos momentos dolorosos, queremos trasladaros nuestras más sentidas condolencias en nombre del Gobierno y del pueblo español, así como también toda nuestra cercanía y apoyo. Nunca olvidaremos las ocasiones que pudimos compartir con él ni el legado de servicio y dedicación a la Corona y al Reino Unido que siempre desempeñó a vuestro lado.

Nuestros pensamientos y oraciones están con Vuestra Majestad y con toda la Familia.

Con todo nuestro cariño y afecto.

Felipe Letizia».

Prince Philip: Tributes after Duke of Edinburgh dies aged 99

BBC


Political leaders, members of the public and well-wishers around the world have paid tribute to Prince Philip, Queen Elizabeth II's husband, after his death at the age of 99.



Luto en la familia Windsor

Mariángel Alcazar
La Vanguardia

lo9 LONDRES (REINO UNIDO), 12/07/2017.- El duque Felipe de Edimburgo (d) y la reina Letizia de España, son trasladados en carruaje durante la recepción de bienvenida que la reina Isabel II de Inglaterra ofreció a los reyes de España, en Londres, Reino Unido, hoy, 12 de julio de 2017. El rey Felipe VI y la reina Letizia llegaron a Londres para iniciar su primera visita de Estado al Reino Unido, que promoverá la cooperación económica, educativa y científica entre los dos países en un momento marcado por las negociaciones sobre el

El duque Felipe de Edimburgo y la reina Letizia son trasladados en carruaje durante la recepción de bienvenida que Isabel II de Inglaterra ofreció a los reyes de España, en el 2017

 EFE


A punto de cumplir 100 años, ha muerto Felipe de Edimburgo, esposo de la reina Isabel II de Inglaterra durante 72 años y príncipe consorte desde hace 69, según ha informado el palacio de Buckingham. Su figura, elegante y siempre dos pasos por detrás de la soberana británica, ha marcado la reciente historia de Inglaterra y su personalidad, no siempre políticamente correcta, aunque le granjeó algunas críticas nunca opacó su papel público. Padre de cuatro hijos, abuelo de ocho nietos y bisabuelo de nueve biznietos, Felipe de Edimburgo era el decano de la realeza europea.

El duque de Edimburgo: un perfil

Ignacio Peiró
El Objetivo

«En la percepción de los ingleses han pesado para bien su implicación germánica en algunos trabajos y su espíritu deportivo. Para mal, han pesado esos familiares que coquetearon con los nazis»

Artículo publicado en el libro "Pompa y circunstancia

Muere el Príncipe Felipe, Duque de Edimburgo, a los 99 años



ABC

Felipe de Edimburgo, marido de la Reina Isabell II, falleció este viernes a los 99 años, según informó el Palacio de Buckingham en un comunicado. «Es con profundo pesar -lamenta el anuncio- que Su Majestad la Reina anuncia la muerte de su amado esposo, Su Alteza Real el Príncipe Felipe, Duque de Edimburgo. Su Alteza Real falleció pacíficamente esta mañana en el Castillo de Windsor».

El Duque de Edimburgo fue ingresado en el hospital el martes 16 de febrero por la noche después de encontrarse indispuesto durante varios días, aunque su estado no revestía gravedad y de hecho entró por su propio pie al centro hospitalario tras desplazarse hasta él en coche. «Su Alteza Real el Duque de Edimburgo fue admitido en el hospital King Edward VII en Londres, el martes por la noche», rezaba la comunicación oficial, que añadía que «la admisión del Duque es una medida de precaución, por consejo del médico de Su Alteza Real, después de sentirse mal». Posteriormente, fue sometido a una cirugía cardíaca y dado de alta el 16 de marzo.

Sin funeral de Estado

El plan de acción relativo a las exequias del consorte de la Reina, con quien estuvo casado 73 años, está detalladamente planificado. Las banderas ya ondean a media asta y a partir del anuncio inicia un período de duelo nacional que durará hasta el funeral. Y aunque como esposo de la Soberana tiene derecho a un funeral de Estado, él mismo pidió tener uno privado de estilo militar en la Capilla de San Jorge (Castillo de Windsor) y ser enterrado en Frogmore Gardens, donde yacen los restos de la reina Victoria y el príncipe Alberto.

Nacido en la isla griega de Corfú como príncipe Felipe de Grecia y Dinamarca tras la unión de sus padres, el príncipe Andrés de Grecia y Dinamarca y de la Princesa Alicia de Battenberg, pasó revista por última vez a las tropas de la Real Marina británica -en la que sirvió durante la Segunda Guerra Mundial- en agosto del 2017, en el que fuera el acto que puso fin a sus compromisos oficiales, tras haber tomado la decisión de retirarse en mayo de ese mismo año. La primera vez que representó a la Monarquía fue el 2 de marzo de 1948, cuando asistió a un combate de boxeo en el Royal Albert Hall de Londres.