jueves, 15 de mayo de 2008

Los Príncipes de Asturias presidieron el funeral por el guardia civil asesinado por ETA

 
Vitoria despide entre aplausos al guardia civil asesinado
 
El funeral por Juan Manuel Piñuel Villalón, asesinado ayer por ETA en un atentado con coche bomba contra la casa cuartel de la localidad alavesa de Legutiano, ha finalizado poco antes de las doce del mediodía en la Catedral Nueva de Vitoria. El féretro, portado por representantes del instituto armado, ha sido trasladado al Aeropuerto de Foronda, de donde ha partido en avión con destino a Málaga, en donde residía su familia y donde será enterrado esta tarde.
Los Príncipes de Asturias han presidido la ceremonia, que ha comenzado tras cerrarse la capilla ardiente, instalada en la Subdelegación del Gobierno en Vitoria, el féretro ha sido trasladado a la cercana catedral, escoltado por sus compañeros y seguido por una comitiva en la que iba su viuda, María Victoria.
Allí esperaban el féretro, en la escalinata del templo, los Príncipes de Asturias; el presidente de Senado, Javier Rojo; la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega; el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba; la titular de Defensa, Carme Chacón, y el lehendakari, Juan José Ibarretxe, entre otros políticos, así como altos cargos de la Policía y de la Guardia Civil.
A la llegada del féretro ha habido numerosos aplausos por parte de los varios cientos de personas congregadas. Al pie de las escaleras se le han realizado honores y se ha interpretado el himno nacional. Posteriormente el féretro ha sido introducido en el templo a hombros, seguido por las autoridades.

¿Así se sirve al bien del pueblo vasco?
 
Durante el funeral, que se ha celebrado a puerta cerrada por expreso deseo de la familia, el obispo de Vitoria, Miguel Asurmendi, ha condenado "a los autores materiales y a los colaboradores" del atentado y se ha preguntado si "¿así se sirve al bien del pueblo vasco?". Ha recordado el sufrimiento "atroz" de los familiares del agente muerto "tras haberles sido arrebatado de su lado injustamente a un ser querido e inocente".
También ha denunciado la sensación de "hartazgo" que, según ha dicho, "sienten millones de personas ante un nuevo atentado criminal que se une a cientos de actos similares a lo largo de cuarenta años".
El prelado ha mostrado su condolencia y reconocimiento a la Guardia Civil porque "sufren un dolor desgarrador" pero "mantienen la dignidad y su compromiso de servicio a España, a las personas y la convivencia pacífica".
 
La democracia vencerá a la barbarie
 
Ayer, toda la clase política española acudió a la capilla ardiente tras la condena unánime que había tenido lugar en el Congreso. Este nuevo ataque de la banda terrorista ha unido a las fuerzas políticas con un fin común, el final de ETA. Así, la sesión del control que se celebró en el Parlamento no fue tal. Loas intervinientes dejaron de lado los temas previstos para lanzar un mensaje a ETA: La democracia vencerá a la barbarie.
Una declaración conjunta en la que todos los partidos se comprometieron a "responder con unidad y firmeza" a ETA y a "combatir con coraje y fortaleza democrática" a la banda hasta "derrotarla definitivamente a través de la fuerza exclusiva del Estado de Derecho".
 
Cruz del mérito de la Guardia Civil
 
A media tarde, el féretro del guardia civil Juan Manuel Piñuel entraba a hombros en la capilla ardiente. Cubierto con la bandera de España y el tricornio y custodiado con un crucifijo y el pendón de la guardia civil, las banderas de Álava, Euskadi y España y varias coronas de flores, ha permanecido allí hasta el momento del funeral, 36 horas después de que ETA intentase la masacre.
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el líder de la oposición, Mariano Rajoy, y distintas autoridades como el lehendakari, Juan José Ibarretxe, visitaron la capilla ardiente y trasladaron sus condolencias a la familia.
El jefe del Ejecutivo, acompañado del presidente del Senado, Javier Rojo, impuso la cruz de oro al mérito de la Guardia Civil al agente asesinado. Zapatero coincidió en la capilla ardiente con el lehendakari y con el consejero de Interior del Gobierno Vasco, Javier Balza que aunaron sus voces en contra del terrorismo. El asesinato forzó otros encuentros como el de Rajoy y la presidenta del PP vasco, María San Gil.
 
ETA buscaba una masacre
 
La banda intentó de nuevo una masacre en un cuartel de la Guardia Civil. Una Citroen Berlingo, con "una cantidad sustantiva" de explosivo, instalada junto al muro del edificio hizo explosión a las 03:00 horas cuando una treintena de personas dormían. Piñuel hacía guardia en la garita cuando vio un vehículo sospechoso y llamaba para comprobar la matrícula. El vehículo fue sustraído en abril.
Cuatro personas resultaron heridas, todas están fuera de peligro. Una ha sido dado de alta, mientras las otras tres permanecen ingresados en distintos hospitales de Vitoria.
El atentado, el cuarto contra una casa cuartel desde el fin de la tregua, podría haberlo llevado a cabo el 'comando Vizcaya', el más activo desde el atentado de la T-4, en diciembre de 2006.
Los investigadores analizan la forma de actuar de los terroristas y la ruta seguida en su huida, así como la cantidad de explosivo utilizado.

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