domingo, 22 de enero de 2006

Bautizo de Christian, el hijo de los Príncipes de Dinamarca

El bautizado y sus padres, los príncipes
 
El hijo del príncipe Federico, heredero al trono de Dinamarca, y de la princesa Mary recibió ayer el bautismo en la capilla del castillo de Christianborg. El pequeño, que nació el pasado 15 de octubre, es el segundo en la línea sucesoria a la corona danesa, por detrás de su padre. La ceremonia fue oficiada por el obispo de Copenhague, Erik Norman Svendsen, por el rito protestante luterano. Como marca la tradición de la casa real danesa, fue en el momento del bautismo, justo antes de verter agua sobre la frente del bebé, cuando el obispo preguntó a Mary cuál sería el nombre del príncipe: Christian Valdemar Henri John.

El nombre de Christian no fue ninguna sorpresa ya que en la casa real danesa hay una tradición, que se remonta a cuatro siglos, de alternar los nombres de Christian y Federico para quien está llamado a ser rey. Por lo que respecta a Valdemar, hubo dos reyes daneses que llevaron ese nombre, mientras que el de Henri es el nombre de pila del padre de Federico y marido de la reina Margarita, nacido en Francia. La razón del cuarto nombre, John, es que así se llama el padre de Mary, John Donaldson.

La ceremonia de bautismo congregó a más de 300 invitados, entre amigos, realeza, representantes del Estado y cuerpo diplomático. Todos ellos fueron llegando a la plaza del Ayuntamiento de la capital danesa, cubierta de nieve. La mañana era fría y soplaba un gélido viento. Entre los primeros en hacer su entrada en la capilla del castillo de Christianborg estaban Alexandra Manley, ex esposa del príncipe Joaquín, y sus dos hijos, Nicolás y Félix. Por lo que respecta a representantes de casas reales, acudieron Pablo de Grecia y su esposa, Marie Chantal; Nicolás de Grecia, con su novia, Tatiana Blatnik; Victoria de Suecia, vestida con un dos piezas de falda color chocolate y chaqueta beige; las hermanas de Margarita, Benedicta y Ana María, a las que acompañaba el esposo de esta última, Constantino de Grecia, hermano de la reina Sofía; también estaba Alexia - hija de Constantino y Ana María- con su esposo, Carlos Morales. No faltaron Felipe de Bélgica y la princesa Matilde, con una vistosa capa roja, ni Constantino y Laurencia de Holanda. Entre los últimos en llegar estaban Haakon de Noruega y Mette-Marit, cuya hija mayor, Ingrid Alexandra, cumplió ayer dos años. Precisamente el próximo acto que congregará a la realeza será el bautizo de su hijo Sverre Magnus, cuya fecha aún no se conoce.

Con todos los invitados en el templo, hizo su entrada la familia real danesa. Los primeros fueron Margarita y su esposo, Henri. La reina vestía un traje chaqueta gris con un broche de diamantes. A continuación entró el príncipe Joaquín, y luego Federico, que aguardó la arribada del coche en que iba Mary con el pequeño Christian en brazos. La princesa lucía un traje de tonos azules con chaqueta ribeteada, una falda de gasa estampada y un tocado floral beige. Christian llevaba un vestido hecho en 1870 en encaje de Bruselas con el que se habían bautizado su padre y su abuela, la reina.

En lugar preferente se sentaron los padrinos de quien un día será Christian XI: Haakon de Noruega y su esposa, la princesa Mette-Marit; Victoria de Suecia; Jane Stephens - hermana mayor de Mary-; Joaquín de Dinamarca y Pablo de Grecia, y dos amigos de la familia. Delante de los padrinos y frente a la pila bautismal de plata maciza bañada en oro estaban Mary, con el pequeño Christian, y Federico.

Los príncipes en persona decidieron, con la colaboración de la reina Margarita, la decoración de la capilla: jacintos, anémonas, narcisos y flores aromáticas de color azul, para resaltar el sexo del bautizado. La interpretación de las piezas musicales que jalonaron la ceremonia fue a cargo del Coro de Niños de Copenhague y de la banda de música de la guardia real.

El príncipe Christian estuvo despierto durante la primera parte de la ceremonia, pero tras recibir el agua bautismal lloró un poco y se quedó apaciblemente dormido en los brazos de su madre.

Tras la cerenomia, la familia real, los padrinos y los familiares de la princesa Mary acudieron a la sala de albarderos de palacio, donde respondieron a preguntas de la prensa y posaron para los fotógrafos. Seguidamente, algo después del mediodía, los invitados fueron agasajados por la reina Margarita con una recepción en la sala de Caballeros de Christianborg.

A última hora de la tarde, Federico y Mary ofrecieron una cena a sus invitados que, a tenor de lo que ha publicado la prensa danesa, no podía ser más escandinava: salmón y caviar del Ártico como entrante, carne de ciervo y pescado del Báltico de plato fuerte, y soufflé de postre.
 
Fuente La Vanguardia

1 comentario:

Raúl Ramírez dijo...

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