lunes, 20 de enero de 2014

Un guardia civil que protegió al Rey de niño: «Cuídese porque le necesitamos»

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ABC

El Rey ha recibido este lunes en el Palacio de La Zarzuela una audiencia muy especial, que le recordó sus primeras vivencias en España. En concreto, recibió a dos guardias civiles retirados, José Velasco García y Antonio Jodrá, que prestaron servicio en la finca de Las Jarillas hace más de 60 años, durante la etapa escolar de Don Juan Carlos, según ha informado la Casa del Rey.

Los dos agentes retirados habían solicitado esta audiencia al Rey, a quien conocieron cuando apenas era un niño. De hecho, Don Juan Carlos, que nació en Roma en el exilio y después se trasladó con su familia a Lausana (Suiza), pisó por primera vez España el 9 de noviembre de 1948, cuando tenía diez años, y se le instaló en Las Jarillas, una finca situada en los alrededores de Madrid (carretera de Colmenar Viejo) que Alfonso Urquijo, un amigo de Don Juan de Borbón, puso a disposición del entonces Príncipe.

El reencuentro del Rey con los guardias civiles, según explicó el propio Monarca, se produjo después de que uno de los agentes, José Velasco, de 94 años, enviara una carta a Don Juan Carlos. En la misiva, que encantó al Monarca, le deseaba una pronta recuperación tras la última operación de cadera y le pedía que hiciera caso a los médicos porque «le necesitamos». «Su Majestad era un niño sano y fuerte y yo era un joven guardia civil orgulloso de la misión encomendada», comentaba Velasco en la carta, según informa la agencia Efe.

Esta mañana, justo antes de estrechar a Velasco en un abrazo, el Rey comentó a los periodistas: «Era cabo primero en Las Jarillas cuando yo estuve aquí por vez primera». Velasco pasó al despacho acompañado por su esposa y con un bastón. «Tú estás con bastón, yo todavía no he llegado», le dijo Don Juan Carlos. Tras Velasco, pasó Jodrá, que fue «componente de la escolta primitiva», también acompañado por su esposa. «¡Qué gusto verles!», exclamó el Rey y les invitó a sentarse para conversar con ellos. Jodrá le preguntó «¿qué tal la pierna?», y Don Juan Carlos respondió: «Mucho mejor, mucho mejor».

Ya en privado, el Monarca estuvo conversando con los dos matrimonios y recordando, previsiblemente, aquellos primeros años de Don Juan Carlos en España. Don Juanito, como le llamaban sus compañeros, se adaptó rápidamente a su nuevo hogar de Las Jarillas, pues en el internado de Friburgo (Suiza), al que le enviaron con ocho años, se había acostumbrado a vivir alejado de su familia.

En la finca de Las Jarillas se improvisó también un colegio en el que Don Juan Carlos compartió aula con otros alumnos escogidos. Entre ellos, su primo el Infante Don Carlos de Borbón-Dos Sicilias -con el que compartía habitación-, Alonso Álvarez del Toledo, Jaime Carvajal y Urquijo, Fernando Falcó, Agustín Carvajal Fernández de Córdoba, Alfredo Gómez Torres, Juan José Macaya y José Luis Leal Maldonado.

Años después, el Rey recordaría así su paso por Las Jarillas: «No creas que nos trataban a cuerpo de rey. De hecho, nos hacían estudiar mucho más que en un colegio ordinario pues «dado quienes éramos teníamos que dar ejemplo», según relata Paul Preston en su biografía «Juan Carlos».

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