miércoles, 26 de octubre de 2005

De Isabel la Católica a Letizia Ortiz: partos reales


El periódico 20minutos publica hoy un reportaje especial sobre los partos de los futuros Reyes de España.

Isabel la Católica, la reina de la Inquisición

Sara Olivo. 26.10.2005


Fuerte, enérgica y voluntariosa , y fría como el hielo en cuestiones de estado, Isabel I de Castilla, artífice junto con Fernando el Católico de la unidad de España, el descubrimiento de América y la Reconquista de Granada, era, en el ámbito privado, un dechado de ternura con los cinco hijos que tuvo.

Isabel la Católica , nacida en 1451 y fallecida en 1504, se preocupó personalmente de la educación de sus pequeños, y como cuenta Manuel Ríos Mazcarelle en su libro "Reinas de España": "Siempre hubo un cuarto, un espacio, unas veces más grande o más pequeño, contiguo a la cámara de la Reina, en el que jugaban o estudiaban sus hijos"

Esta mujer, a quien no le tembló el pulso a la hora de expulsar a los judíos y moriscos de España e instaurar la Inquisición, enseñó personalmente a sus hijas a hilar la lana y manejar la rueca, y supervisó los estudios de sus pequeños, con quienes jugaba frecuentemente a la pelota. Las relaciones sexuales con su marido fueron muy fogosas, aunque el carácter mujeriego de Fernando ocasionó serios disgustos a la Reina, una mujer casi tan celosa como su hija, Juana la Loca

Como el nacimiento de los bebés reales tenía que producirse ante la Corte, Isabel, celosa de su dignidad real, cubría su rostro con un paño para que nadie pudiera ver sus gestos de dolor, según relata Enrique Junceda Avelló en su libro "Ginecología y vida íntima de las Reinas de España".

Afortunadamente para los Príncipes de Asturias, los tiempos han cambiado. Si el parto se produce normalmente, Letizia dará a luz junto a su esposo, la comadrona y el equipo médico del doctor Recasens. Y podrá desahogarse como le venga en gana. Incluso acordándose de Isabel la Católica, la ilustre antepasada del Príncipe.



Juana la Loca y sus partos

S.Olivo 25.10.2005

Un parto fácil que sin embargo, no quisiera Doña Letizia y cualquier mujer para sí, fue el de Doña Juana la Loca. La hija de Isabel y Fernando el Católico parió a Carlos I de España y V de Alemania en un retrete del palacio de Gante.
La noche en la que se produjo el nacimiento, Juana la Loca sospechaba que su marido, Felipe el Hermoso, por quien ya penaba de celos, pretendía dormir con una dama rival.

Al sentir las primeras contracciones, la hija de los reyes de Castilla y Aragón se retiró a las letrinas y allí parió al futuro Emperador de Alemania.

Juana la Loca nació en Toledo, en el año 1470. Tras la muerte de sus dos hermanos mayores, Isabel y Juan, se convirtió en la heredera al trono. Su educación fue esmerada e intensa. Salvando las distancias históricas, no tuvo nada que envidiar a la que recibieron nuestras Infantas.

De hecho, Beatriz Galindo, la Latina, fue una de sus preceptoras. Bailaba , tocaba el clavicordio y hablaba muy bien el francés y el latín. . Guapa hasta decir basta, Juana, amaba a su madre con locura, quiem la llamaba "mi suegra" por su extraordinario parecido por Doña Juana Enríquez, la madre de Fernando.

El lazo tan estrecho que unió a madre e hija sólo se rompió cuando contrajo matrimonio con Felipe el Hermoso. El archiduque, según describe el historiador Manuel Ríos Mazcarelle en su libro "Reinas de España", era de "mediana estatura, de piel blanca y sonrosada, facciones simétricas, labio belfo, mofletudo, gran nariz, cabello, largo y cuerpo bien proporcionado" .

Tan prendada se quedó Juana ante semejante Adonis, que aunque la boda estaba prevista para cuatro días después, Felipe hizo buscar a un cura cualquiera y contrajeron matrimonio de inmediato para retirarse de inmediato a consumar el débito conyugal.

El resto de la historia es sobradamente conocido. Se han hecho grandes películas y se han escrito muchos libros sobre la vida de Juana, que enloqueció de celos ante las continuas infidelidades matrimoniales de su esposo.

Algunos psiquiatras interpretan que los trastornos de Juana eran anteriores a su matrimonio, y la adicción sexual hacia su marido, con quien tuvo seis hijos, no hizo sino agudizarlos.

Viuda y embarazada

A la muerte de Isabel , Juana es proclamada reina propietaria de Castilla y León. Su padre ejerció de regente, y se abrió un violento litigio entre Fernando y Felipe el Hermoso , que quería hacerse cargo de la corona utilizando como argumento el comportamiento esquizoide de su esposa.

La repentina muerte de su marido terminó de rematarla. Juana se decidió a seguir el féretro de Felipe hasta Granada, e hizo la mayor parte del camino a pie. Embarazada como estaba , dio a luz a su sexta hija, Catalina, en Tordesillas. Allí fue encerrada en enero de 1509, y permaneció durante 46 años, hasta su muerte, acaecida el 12 de abril de 1955. El hijo al que parió en un retrete, Carlos I la visitó muy poco.

María Luisa Gabriela de Saboya, la reina-niña

Clara Hernández. 25.10.2005


"Una muchacha de talla pequeña, con cabellos castaños y ojos llenos de vivacidad. (…)Inteligente". ( La Corona vacilante, de Juan Balansó)
"Caprichosa, antojadiza, impertinente y obstinada" (Crónica íntima de las reinas de España , de José-Antonio Vidal Sales).

María Luisa Gabriela de Saboya tenía sólo trece años cuando abandona su Turín natal para desposarse con Felipe V y cumplir así los deseos de Luis XIV, quien pretende acabar con la dinastía de los Austrias en España.

Debido a su corta edad , a su terror ante la idea de compartir el lecho por primera vez con un desconocido y porque el banquete de boda no transcurre todo lo bien que espera, una vez llegado el momento de retirarse a la alcoba nupcial rompe a llorar, lanza juramentos contra los "salvajes españoles", grita que quiere volver a casa y se refugia en su cuarto, cuyas puertas no vuelve a abrir hasta pasados tres días.

El flechazo
Sorprendentemente, el primer encuentro entre los dos jóvenes, días después, resulta un éxito ya que según relata Beatriz Cortázar en el libro Un año de amor, el rey disfruta retozando y jugando "al cucú y al escondite con su amada", una clase de juego erótico que se convertiría en el cotilleo de toda Europa y que constituye una señal inequívoca de "la buena salud de la pareja".

Incluso la de los Ursinos, que haría las veces de su dama de compañía, escribe a París informando de que "no hay manera alguna de que el Rey abandone la alcoba y por su gusto estaría todo el día en la cama con la Reina".

A partir de ese momento, la joven soberana impondrá su voluntad en palacio y fuera de éste.

Madre de dos herederos fugaces

Apenas comienzan a saborear su luna de miel, Felipe debe viajar a Nápoles, que se había sublevado. La vida de María Luisa se desarrolla entonces entre la soledad, la añoranza a su amado, la guerra y su papel de reina regente, el cual desempeña con sorprendente eficacia y una gran intuición.

A los seis años de matrimonio, y con sólo 19, la precoz reina tiene a su primer hijo, Luis Fernando, que reina bajo el nombre de Luis I durante siete meses, hasta su fallecimiento.

El monarca es conocido por los madrileños como el "Bien Amado", debido a su carácter afable y a las muestras de cariño que su madre le profesa en público, una mujer firme pero, a la vez, tierna y amorosa con los suyos.

María Luisa tendrá todavía tres varones más, de los cuales sólo llega a la edad adulta uno, Fernando, más tarde Fernando VI, quien tuvo que criarse sin el amor de su madre, puesto que la soberana moriría de tuberculosis cinco meses después de traerle al mundo, cuando contaba 25 años de edad.


Letizia Ortiz, una madre moderna

Impetuosa, inteligente, impaciente y despierta, muy arraigada a su tierra y a su familia. Así es Letizia, la futura madre de un Infante de España.

Especial 20minutos: El parto del Infante

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